Huelga feminista

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CRISTAL DE ROCA
FEMINISMO
   OPINIÓN
   Cristal de Roca
A la huelga
Imagen retomada del portal iesnazari.com
Por: Cecilia Lavalle*
Cimacnoticias | Quintana Roo, Che.- 06/03/2018

¿Qué pasaría si un día cualquiera las mujeres de su ciudad o de su estado o del país se pusieran en huelga?

Imaginemos ese día: Las mujeres se levantarán muy temprano, y simplemente se vestirán para salir a encontrarse con otras mujeres en la calle o la plaza pública, donde pasarán todo el día, platicando, cantando, reflexionando, debatiendo.

Nada de despertar a las niñas y niños para ir al colegio. Nada de dar biberón y cambiar pañales. Nada de preparar desayuno. Nada de hacer las compras, preparar la comida, limpiar la casa, cuidar al familiar que padece alguna enfermedad.

Nada de trabajar en el banco, supermercado, hospital u escuela. Nada de ir a la empresa, la fábrica o el campo. Nada de cumplir con labores gubernamentales, secretariales, docentes... ¿Puede imaginar qué pasaría?

En Islandia no se lo imaginaron. ¡Lo llevaron a cabo!

Un 24 de octubre de 1975, en esa isla que entonces tenía poco más de 200 mil habitantes, 90 por ciento de las mujeres se pusieron en huelga.

Las organizadoras buscaban visibilizar la enorme cantidad de trabajo que hacían las mujeres y las desiguales condiciones en las que lo hacían. Y convocaron a lo que llamaron “El Día libre de las Mujeres”, aunque pasó a la historia como “Viernes largo”, porque bancos, fábricas, escuelas, tiendas, guarderías, oficinas gubernamentales y un largo etcétera tuvieron que cerrar. Islandia se paralizó. Y todo cambió. Hoy es el país con más igualdad de mujeres y hombres.

Por eso, colectivos feministas de medio mundo convocaron por segunda vez a la huelga de mujeres el 8 de marzo.

La intención no es sólo hacer evidente todo el trabajo que hacemos las mujeres y las desiguales condiciones en que lo hacemos. Es exigir acciones claras y contundentes para que cesen las violencias en nuestra contra.

¿A quién le exigimos? Al Estado, claro, pero también a nuestros compañeros, colegas, amigos, hermanos, padres. La desigualdad, discriminación y violencias que vivimos tiene muchos cómplices por acción u omisión.

En nuestro país las mujeres trabajan diariamente en promedio cinco horas más que los hombres en tareas del hogar, y ganan 19 por ciento menos en el ámbito laboral remunerado.

En la toma de decisiones gracias a la obligatoriedad de paridad en cargos de elección popular, en promedio 40 por ciento de las curules de los Congresos estatales están ocupadas por mujeres. Pero sólo hay una gobernadora y menos del 14 por ciento en las presidencias municipales.

En otros ámbitos nuestra presencia es casi invisible. Apenas el mes pasado, por primera vez fue nombrada una Vicegobernadora en el Banco de México, ¡fundado en 1925!

Y si de violencia se trata los números son de pavor. En promedio, una de cada dos mexicanas vive violencia en su hogar; una mujer es violada cada cuatro minutos y siete son asesinadas diariamente.

¡Eso tiene que terminar! Porque no hay manera de construir un país en paz si la mitad de su población vive todos los días una guerra, de alta o baja intensidad.  

¿Qué pasaría si 90 por ciento de las mujeres de nuestro país nos ponemos en huelga por un día?

Si la realidad no cambia, un soleado día lo sabremos.

*Periodista de Quintana Roo, feminista e integrante de la Red Internacional de periodistas con visión de género.

Apreciaría sus comentarios: cecilialavalle@hotmail.com

18/CL/LGL








DESDE LA LUNA DE VALENCIA
DERECHOS HUMANOS
   Desde la Luna de Valencia
¡Por la huelga feminista del 8 de marzo!
CIMACFoto: César Martínez López
Por: Teresa Mollá Castells*
Cimacnoticias | Ontinyent, Esp.- 15/02/2018

Esta semana pasada compartía en redes sociales un video en donde, algunas compañeras feministas, llamaban a la huelga de mujeres del próximo 8 de marzo. En el texto que acompañé para compartir ese vídeo comparé la huelga con un beso. Y me explico.

Al menos para mí y desde siempre, cada beso no dado es un beso perdido. Y los besos de los que hablo no han de ser necesariamente besos de amor de parejas. Siempre que hablo de besos, los considero todos importantes: los de pareja, los de amistad, los familiares. Bueno pues si considero que cada beso no dado es un beso perdido, con las huelgas me ocurre lo mismo, que una huelga no seguida es una oportunidad de cambio perdida.

Llevo en el mundo laboral desde octubre del año 1983, y desde aquel día he secundado todas y cada una de las huelgas a las que he sido convocada. Todas, sectoriales o generales. Como sindicalista de CC.OO. o como trabajadora de la Generalitat Valenciana.

Porque como he dicho antes soy consciente de que con cada huelga se pretende cambiar a mejor algunas políticas, o parar algunos recortes llamados reformas laborales, por ejemplo.

Ahora estamos convocados todas y todos a una huelga el próximo 8 de marzo. Una huelga promovida por el movimiento feminista al que se han ido sumando diversas organizaciones y sindicatos y ya e superan las 300 adhesiones. Los sindicatos mayoritarios, CC.OO. y UGT han convocado paros parciales de dos horas por cada turno.

Otros sindicatos como Intersindical han convocado paros de veinticuatro horas. Pero más allá del tipo de huelga que cada cual quiera seguir, lo realmente importante al menos para mí son los motivos que, por supuesto, me llevarán a secundar esta huelga.

Motivos podríamos decir que hay tantos como mujeres, puesto que todas las mujeres del mundo estamos sometidas a la feroz alianza entre el capitalismo y el patriarcado. Nos usan como material productivo y reproductivo, nos pagan menos por hacer el mismo trabajo, somos quienes tenemos "adjudicados" los trabajos de cuidados de personas mayores, menores y dependientes, coartan nuestras libertades reproductivas e incluso en algunas zonas del mundo seguimos sin tener derechos de ciudadanía, somos las que mayoritariamente nos encargamos de los trabajos domésticos llegando a tener dobles y triples jornadas laborales y así los motivos podrían llegar a ser infinitos.

Pero voy a centrarme en algunos de los que considero más importantes, porque esta huelga va mucho más allá de ser un paro laboral. Pretende ser una huelga en donde paremos en todo y para todo. Paremos de trabajar en nuestros centros de trabajo en donde continúa habiendo una brecha salarial de cerca del 24 por ciento, lo que repercute no solo en los salarios actuales, sino también en las pensiones futuras.

Paremos de cuidar ese día para que el mundo se entere de quiénes están realizando mayoritariamente ese trabajo y casi siempre de forma altruista y obsequiosa.

Paremos de estudiar y de acudir a clases, porque el sistema educativo actual está invisibilizándonos a las mujeres y las aportaciones que hemos podido realizar, pero también reproduciendo estereotipos para que el sistema opresión-dominación siga funcionando. Además de seguir ocupando espacios físicos y simbólicos segregados para niñas y niños, mujeres y hombres.

Paremos y manifestémonos para visualizar la intencionada paralización de la puesta en marcha del Pacto de Estado contra las violencias machistas y de género que está llevando a cabo el gobierno del PP al tiempo que intenta un chantaje continuado para que el resto de partidos les apoyen unos presupuestos nada sociales y sin ninguna perspectiva de género. Nos queremos vivas, libres y unidas por la igualdad. Nos queremos todas y a todas nuestras criaturas con vida y con dignidad, libres de violencias de cualquier tipo.

Paremos para exigir no solo la derogación de las últimas reformas laborales, también un diálogo social que permita un avance en las negociaciones de planes de igualdad en las empresas, de medidas de acción positiva que permitan eliminar desigualdades, de políticas activas de empleo, de que la igualdad pase a formar parte de las prioridades de las agendas de las inspecciones de trabajo.

Paremos todas y todos porque, en definitiva somos más de la mitad de la población y hemos de forzar un avance para mejorar nuestras condiciones de vida integrales, Paremos porque si nosotras paramos, podemos parar el mundo.

Paremos para visibilizar nuestra rabia y nuestro dolor pero también para que nuestras propuestas sean escuchadas y nuestras voces no sean silenciadas.

Paremos para erradicar el miedo de nuestras vidas. Miedo a caminar solas por las calles, a vestir de la manera que queramos, a ser agredidas y culpadas o cuestionadas por ello. Paremos para recuperar nuestras vidas y nuestro derecho a una vida libre de miedos y  con libertades de primer orden, porque no somos ciudadanas de segunda

Paremos para que nuestros cuerpos no sean cosificados, hipersexualizados, usados como vasijas, consumidos y tratados.

Somos personas completas y no somos cosas. Rechazamos cánones de belleza impuestos por un capitalismo feroz que impone modelos insanos y generadores de trastornos alimenticios.

Paremos para que se investigue en mejorar la salud de las mujeres y en desmontar el mito que las enfermedades no tienen género. Lo tienen y lo sabemos. Queremos mayores inversiones en investigación sobre el impacto de las enfermedades en los cuerpos de mujeres y niñas.

Esta huelga, al menos para mí, aúna dos conceptos fundamentales para el avance de las sociedades. Son el propio concepto de huelga como herramienta que permite avances sociales o freno de recortes. Y el concepto de feminista que permite visualizar las desigualdades entre mujeres y hombres en todos los órdenes sociales y da herramientas para combatirlas.

Precisamente por eso esta huelga feminista va mucho más allá de ser un paro laboral. Ha de ser un paro social e integral para poner de manifiesto que las mujeres contamos, somos y estamos, pero no nos gusta cómo se  nos está tratando en ningún sentido.         

Demos una lección de dignidad y de valentía al mundo y a nuestras criaturas enseñándoles que podemos parar el mundo para convertirlo en un poco más igualitario, equitativo y justo, en donde todas las personas tenemos los mismos derechos más allá de nuestro sexo.

Porque nos queremos #VivasLibresUnidas por la Igualdad, yo el 8 de marzo secundaré la huelga feminista.

Porque una huelga no secundada es como un beso no dado, una oportunidad perdida. Y tú ¿te la vas a perder?

* Corresponsal, España. Comunicadora de Ontinyent.

tmolla@telefonica.net

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