salud materna
FEMINISMO
"Saber es comprometerse a que cambien las cosas”
Fallece la feminista María del Carmen Elu Cayado

El día de hoy falleció en la Ciudad de México, una feminista emblemática que dedicó toda su vida a mirar a otras mujeres; las sin voz, aquellas que morían solamente por dar a luz: María del Carmen Elu Cayado.
Para muchas personas, las mujeres que mueren durante el embarazo parto o puerperio sólo son cifras, números que engrosan la estadística, pero para María del Carmen Elu Cayado eran rostros y voces que han callado, que han desaparecido, y cuyas muertes se pudieron evitar: desencuentro cultural, relaciones de poder y no respeto de las mujeres han contribuido a cavar sus tumbas.
Elu Cayado, fue doctora en antropología social. Dedicó su vida a hacer visible la injusticia en la que viven las mujeres al ejercer su derecho a ser madres. "Saber es comprometerse a que cambien las cosas, saber es hacer que no siga pasando, saber es detener el dolor", fue su consigna de vida.
En los años 60 aún no se hablaba de género, apenas se empezaba a ver cómo las mujeres ejercerían la ciudadanía y Maricarmen Elu, como también se le conocía, ya estudiaba las relaciones de poder en la pareja. Feminista o no feminista, como la calificaban las mujeres organizadas en la reivindicación de los Derechos Humanos de las mujeres, apostó a vivir en libertad.
Muchos años de su vida los dedicó a darle sustento teórico a salvaguardar la vida de las mujeres.
Su tesis doctoral, “La Luz Encarnada”, fue para darle sustento a aquello que las autoridades y los pueblos no querían ver: que la muerte materna significa el respeto y valor que tienen las mujeres para los gobiernos, porque son muertes que se pueden evitar con recursos mínimos. Sin embargo, en México continúa pasando.
"A mí me meten en eso las mujeres que se mueren, escuchar la voz de las hijas y los hijos, y me obliga a darles voz. En el premio Zazil de Avon me dieron 100 mil pesos y 90 fueron para las parteras y 10 para comprarme el vestido de noche para recibir el premio que fue entregado en un lugar muy elegante. Cuando me tocó hablar agradecí el premio y dije: nunca pensé que un lugar como éste tenía que dar voz a las mujeres que mueren por ser mujeres y ser pobres".
“Como parte de las investigaciones realizadas en el libro ‘Mujeres que hablan’, yo percibía que las mujeres no tenían voz pública, porque no son escuchadas. La idea era dejar que las mujeres hablen y hagan públicos los problemas que viven, acompañarles en el camino de la búsqueda de la igualdad y el respeto".
A ello dedicó su vida María del Carmen Elu Cayado. Hija de un agricultor vasco llamado Heriberto Elu y de una ama de casa cubana llamada María Luisa Cayado. Nació en Bilbao, España, por un error geográfico, dice ella.
Su madre, María Luisa, decidió que Maricarmen no estudiara bordado o piano, ella iría a la escuela porque llegaría a la Universidad. Y así lo hizo. Migró a los 15 años a Cuba con su familia.
A los 8 años de edad, hacía el trayecto de Bilbao a Sodupe, el pueblo de sus abuelos, donde la mano firme y dulce de ellos le enseñó a ser libre. "Yo tenía mi pedazo de río para pescar camarones, tenía permiso de andar por donde quiera, sólo llegaba a la merienda y todo el día desaparecía".
Su llegada a Cuba marcó el inicio de una nueva aventura, donde se encontró como en espera, para regresar a ver a sus abuelos o algo más. Y ese algo lo encontró en una conferencia de estudiantes universitarios católicos en El Salvador. Ahí, entre canciones con mariachis y flores en la mano, conoció a Luis Leñero, durante la disertación teórica. Tras dos años de noviazgo se casaron.
Extranjera en Cuba, María del Carmen Elu decidió, al lado de Luis, que vivirían en México a donde se dirigieron bajo el argumento de que "yo ya era extrajera en un país, no había porque ser los dos extranjeros".
Su llegada a México fue como recuperar la infancia. Los espacios llenos de luz, de montañas, la gente afable, la calidez de las personas, "A mí me pasó al revés de Cortés. Él salió de España, llegó a Cuba y conquistó México. Yo salí de España, llegué a Cuba y México me conquistó".
Desde el Comité Por una Maternidad Sin riesgos, el cual dirigió, pugnó cada día porque las mujeres no murieran, a veces como funcionaria, en los últimos tiempos desde el diálogo abierto entre la sociedad civil y los gobiernos.
Impulsora de iniciativas, aportó el elemento de las autopsias verbales para mejorar el registro de la mortalidad materna en México, que no existía.
Apoyó en la década de los 70 la implementación de la planificación familiar en las comunidades rurales y emprendió la campaña de "milagros" para sensibilizar al personal de salud en su trascendencia en la salud de las mujeres y las niñas y niños.
"Ustedes pueden decirle a los que no pueden caminar: levántate y anda. Está en esa vacuna de polio, ustedes hacen milagros".
Fundadora de la Red por la Salud de las Mujeres en Latinoamérica, la Red por las Mujeres en el Distrito Federal, y como asesora de la Organización Mundial de la Salud en el tema de la Salud Materna, Maricarmen Elu trabajó sin descanso.
"Como dice la canción, una piedra en mi camino me enseñó que mi destino.... es seguir trabajando para que las mujeres tengan voz, pero ya en otro lugar, este accidente en el que pude haber muerto solo aceleró la decisión tomada hace 4 años", dijo en alguna ocasión.
Maricarmen Elú, fue autora de más de 30 publicaciones sobre el tema de muerte materna e investigadora, Llevó a cabo desde 2003 el Programa Prevención de muerte materna en mujeres migrantes jornaleras agrícolas, en las entidades federativas de Oaxaca y Sinaloa, en la República Mexicana.
El Programa era dirigido a mujeres indígenas que trabajaban como jornaleras agrícolas con condición de migración circular entre estas dos entidades federativas.
El proyecto tenía como objetivo reducir la mortalidad materna a través de la instrumentación de un modelo de intervención que incluía la equidad de género, salud sexual y reproductiva, prevención y atención de la violencia familiar y derechos sexuales y reproductivos.
El Programa fue reconocido con el Premio Internacional por la Salud y la Dignidad de la Mujer ya que fortaleció al personal de salud, institucional y comunitario, para otorgar los servicios de salud materna basados en respeto a los derechos sexuales y reproductivos.
17/EC/LGL
DERECHOS HUMANOS
LA VOZ DE LA COALICIÓN
El modelo de partería y la contratación de personal

El compromiso del Estado mexicano de proteger la dignidad de las mujeres en la atención de la salud materna se vuelve real cuando los gobiernos asignan presupuesto público para la contratación de parteras técnicas y se les permite que desarrollen su trabajo de manera cabal.
Las parteras técnicas están preparadas bajo el modelo de partería, el cual entiende que el embarazo, el parto y el posparto, son procesos fisiológicos naturales, que mientras no haya complicaciones se debe acompañar a la mujer, respetar sus decisiones y no intervenir en estos tres momentos, como si fueran enfermedades a curar.
En muchas ocasiones, al tratarlos como padecimientos, se generan riesgos para la salud de la mujer y se ejerce violencia en momentos profundamente relevantes e íntimos. Una de las situaciones que con mayor claridad ejemplifica esto es la alta tasa de cesáreas en el país.
La Encuesta Nacional Demográfica del año 2014, reporta que: en el periodo de 2009 a septiembre de 2014, de cada 100 partos ocurridos, 49 son por cesáreas y 54 son partos normales. El problema es que, para la gran mayoría de esas cesáreas, no está claro si eran necesarias, pese a ser una cirugía que como tal, conlleva riesgos, y pasa por mucho el criterio de la Organización Mundial de la Salud de un 10 por ciento de cesáreas por país, es decir, de 10 de 100 partos.
Entre diferentes sectores de la sociedad nacional, y en la comunidad internacional, existe el reconocimiento de la necesidad de que el personal de salud, formado con ese modelo, sea parte importante de las diferentes instituciones públicas de salud del país (Secretaría de Salud, IMSS, ISSSTE, Pemex, Sedena y Marina), y que los especialistas en obstetricia actúen en situaciones de emergencia o en la atención de padecimientos obstétricos.
Además de las parteras técnicas, otras profesiones en salud se forman apegadas al modelo de partería, tal es el caso de las enfermeras obstetras y perinatales. Por tanto, su contratación real a los servicios de salud del país es una manera concreta de incorporar el buen trato, el respeto y dignidad en la atención materna.
Sin embargo, a la fecha, es sumamente bajo el número de personal que estaría ejerciendo bajo el modelo de partería. Un equipo de especialistas, mediante visitas en terreno, registró la cifra de 187: 14 enfermeras generales, 81 licenciadas en enfermería y obstetricia, 49 enfermeras perinatales, 18 estudiantes de enfermería y obstetricia, 19 parteras técnicas, 6 estudiantes de partería técnica.
Por su parte, la Secretaría de Salud, informó en un foro público (26 de junio 2017) que, según un diagnóstico de su autoría, en los servicios de salud de los 32 estados habría 278 profesionales en partería, en el año 2017: 71 enfermeras perinatales, 11 licenciadas en enfermería y obstetricia, 40 licenciadas en enfermería, 6 enfermeras neonatales, 25 pasantes, 23 parteras técnicas y 1 parteras asistencial
INTERROGANTES SOBRE LA CONTRATACIÓN
No obstante, tales cifras (ya sea 187 ó 278) no significan que todo ese personal esté contratado en condiciones estables, ni con toda la formalidad o prestaciones de ley.
Una muestra clara de ellos es la información obtenida por Fundar, Centro de Análisis e Investigación, sobre las contrataciones por la Secretaría de Salud para el año 2016: en total, fueron 9 enfermeras (3 perinatales en Quintana Roo y otras 3 en San Luis Potosí, 2 enfermeras obstetras en Guerrero y 1 en Quintana Roo) y 43 parteras técnicas. Todas contratadas mediante presupuesto público etiquetado exclusivamente para eso.
Esta información fue entregada a final del mes de mayo del 2017, e indicaba que las entidades federativas todavía no comprobaban que efectivamente se había gastado ese recurso.
Ante este comportamiento de las cifras, a todas luces saltan una serie de interrogantes, si para el año 2016 se contrataron 43 parteras, y el 2017 se bajó a 23 ¿Cuáles fueron las razones para dejar de contratar a 20 parteras? ¿En cuáles entidades federativas? ¿Se consideraron, se evaluaron las afectaciones en las mujeres que no accederán a atención con parteras?
Por otro lado, los datos dan cuenta de un eventual aumento en la contratación de enfermeras perinatales y obstetras ¿bajo cuáles condiciones de contratación? ¿Con los salarios que les corresponden y con prestaciones sociales?
Por qué, si existen cinco escuelas de parteras técnicas en el país, no se mantiene o aumenta la contratación de este personal.
Por qué, tanto para parteras como para enfermeras, las dinámicas de contratación cambian radicalmente de un año a otro.
Asimismo, las cifras reflejan de manera contundente que la contratación todavía está en una condición de mucha fragilidad, como si pendiera de un hilo. La paradoja es que en la administración pública de México se cuenta con la plataforma administrativa y de gestión suficiente para que se lleve a cabo.
Esto quiere decir que existe un código de contratación –denominado Catálogo Sectorial de Puesto, por ejemplo el de las parteras técnicas es M02117– y un tabulador salarial (el salario para las parteras técnicas es de alrededor de 12 mil pesos mensuales).
CONTRATACIÓN EFECTIVA
Básicamente, una contratación efectiva en los servicios estatales de salud dirigidos a población sin seguridad social se basa en la asignación de presupuesto específico desde la Secretaría de Salud federal. También que desde los gobiernos y congresos federales y locales haya vigilancia del uso adecuado de los recursos destinados con dicho fin.
Que el Gobierno federal no aplique recortes durante el año, que ambos niveles de gobierno transparenten cómo se va ejerciendo el presupuesto para corregir cualquier gestión indebida.
Asimismo, que se asigne más presupuesto para aumentar el número de personal de partería y que haya una rendición de cuentas con participación de la sociedad civil.
Los requerimientos están, tanto es así, que algunos estados llevan varios años contratando parteras técnicas y enfermeras perinatales y de obstetricia, siendo una prueba fehaciente de que ello es posible.
Las mujeres y organizaciones, llevan una larga lucha por poner en el centro de la agenda pública que la dignidad en la atención durante el embarazo, el parto y el pos parto debe ser un principio básico en cómo se conforman los servicios de salud.
La Secretaría de Salud, como entidad rectora del Sector Salud, tiene la obligación de activar todos los recursos de los que dispone para que ello sea así. Más, como órgano gubernamental, debe proteger y promover los derechos humanos de las mujeres, y así cumplir con sus obligaciones constitucionales y legales, y salvaguardar la salud materna de las mujeres, elemento toral de tales derechos.
Por ende, es un deber e imperativo ético del doctor José Narro, como secretario de Salud, evitar reducciones al presupuesto para contratación de personal en partería en el año en curso, asignar presupuesto para recursos humanos comunitarios como son las parteras tradicionales y asignar más recursos para la contratación de parteras técnicas y enfermeras obstetras y perinatales en el año 2018.
* Responsable del proyecto de Partería y Presupuesto en
Fundar, Centro de Análisis e Investigación A.C.
daniela@fundar.org.mx
** **Fundar, Centro de Análisis e Investigación es parte de la Coalición por la Salud de las Mujeres, una red de organizaciones civiles con trabajo en salud y derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
17/DFDA/GG
POBLACIÓN Y DESARROLLO
Monedero
Recursos para igualdad de género: escasos y sin crecimiento anual

Ni una más, Ni una menos
Tal parece que no se quiere entender ni atender el grave problema de la violencia contra las mujeres. Decir que la provoca la cultura patriarcal y el machismo es decir todo y no decir nada, sobre todo no hacer nada para resolver esta problemática que va creciendo. Es como cuando se dice que la corrupción es “cultural”, significa impunidad y proteger la corrupción.
Se han vuelto afirmaciones “deterministas”, como si ese fuera el destino fatal de las mujeres, sin remedio. Por fortuna no es cierto.
Una de las principales causas de esta violencia rampante es la desigualdad de género. Desigualdad que abarca todos los ámbitos y esferas de las mujeres y que es nacional. Es económica, laboral, política; represiva si la mujer se atreve a tomar decisiones sobre su cuerpo; sin atención a su salud sexual y reproductiva; acompañada de discriminación social. En fin, una amplia brecha de desigualdad entre hombres y mujeres, en detrimento de estas últimas.
Pero las medidas correctivas para esta desigualdad -que aplica el Estado- son muy limitadas y a todas luces insuficientes, o simplemente inexistentes.
El mejor ejemplo de esta situación es el Gasto Público etiquetado en programas para la “igualdad de género” que año con año presenta al Congreso el Ejecutivo, en el Paquete Económico, el llamado Anexo 13 del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación, que comprende y abarca a todas las entidades del Sector Público.
Los recursos que se destinan a las mujeres son muy escasos y además crecen anualmente muy poco, definitivamente no se quiere resolver la brecha de género y eso es responsabilidad del Estado, involucra a los poderes Legislativo y Ejecutivo. Del poder Judicial es mejor no hablar porque la cuestión empeora.
Con el agravante de que en este país esa desigualdad de género, la violencia contra las mujeres y el feminicidio se dan en un entorno de una amplísima desigualdad de ingresos, acompañada de pobreza feminizada.
Sin duda eso debilita y ha debilitado a la sociedad civil y desde luego a las organizaciones de mujeres. Pero aún así no dan tregua y pelean por sus derechos (el de una vida libre de violencia). Para que estos recursos del gasto público crezcan, lleguen efectivamente a los programas para los que fueron etiquetados.
Una breve revisión de estos presupuestos (2012-2018) indica que su crecimiento anual cada vez es menor, como se aprecia claramente en la gráfica. En el período 2012-2014 tuvo incrementos anuales importantes. Sin embargo a partir de 2015 su tendencia ha sido decreciente, al punto de que para 2018 se proyecta un aumento de este gasto de únicamente el 3.0 por ciento, con 28 mil 093 millones 091 mil 287 pesos.
Ver gráfica aquí
Este proyecto para la igualdad propone para el próximo año más de cien líneas programáticas. Ya sea por su importancia para alcanzar la igualdad o por el monto de los recursos asignados destacan:
Promover la atención y prevención de la violencia contra las mujeres, cuya asignación es menor en 27 millones de pesos a la que se ejerce en este año, a pesar de la trascendencia que reviste para las mujeres este programa que está a cargo de la Secretaría de Gobernación.
A juzgar por los resultados que mostró recientemente la encuesta sobre las relaciones en los hogares que aplicó Inegi, -donde se dice que más del 60 por ciento de las mujeres es o ha sido víctima de violencia-, y después de ver en los medios las que han sido y son asesinadas, es más que evidente que este programa no está dando resultados; si bien tiene muy pocos recursos (179 millones 754 mil 388 pesos), seguramente no debe ser la única razón.
Los primeros en aplicar violencia y desapariciones o secuestros de mujeres es la policía federal, que justamente depende de Gobernación, no predica con el ejemplo el Secretario de esa dependencia.
También está el programa de apoyos a pequeñas productoras, a cargo de Sagarpa, básico para la mujer rural. En la Secretaría de Educación el programa nacional de Becas, aquí la propuesta para 2018 contempla un crecimiento en su asignación, afortunadamente.
En el caso de Salud no se puede decir lo mismo. Salud materna, sexual y reproductiva, así como las estancias infantiles para apoyar a las mujeres trabajadoras están con asignaciones menores a las que tienen actualmente. Ambos programas son fundamentales para la igualdad de género, ya de por sí sus recursos son muy bajos (237 millones 423 mil 927 pesos en estancias). Estos programas lo que necesitan es crecer, por lo menos en la programación de sus recursos para el próximo año.
Cabe aclarar que el total del estimado para guarderías a cargo de: Salud, Desarrollo Social y el IMSS asciende a 16 mil 215 millones 908 mil 406 pesos, implica un crecimiento del 10 por ciento respecto al presupuesto actual, gracias al IMSS.
Igual son insuficientes, entre otras razones porque la mayoría de las mujeres trabajadoras con hijos pequeños no tienen acceso a esta institución de Seguridad Social.
En conclusión, ni los recursos ni las acciones están acordes con las necesidades actuales de la mayoría de las mujeres del país (más de la mitad de la población), pero igual hay que defenderlo y claro, buscar que mejore. Es vital contar con un gasto público destinado a la igualdad de género.
* Economista especializada en temas de género
twitter @ramonaponce
17/CRPM/LGL
