Desastre en Perú

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INTERNACIONAL
DERECHOS HUMANOS
   Lluvias intensas provocan desplazamientos
   
Más de 10 mil mujeres y niñas afectadas por desastre en Perú
Las mujeres y las niñas se enfrentan a algunos de los mayores desafíos, incluyendo la amenaza de la fiebre del dengue y el Zika que afectan especialmente a las mujeres embarazadas, las barreras en el acceso a la planificación familiar y el mayor riesgo de violencia por razón de género. © UNFPA Perú / Juan Pablo Casapia
Por: la Redacción*
Cimacnoticias | Madrid, Esp .- 13/09/2017

De febrero a abril de este año, una serie de intensas lluvias e inundaciones en la costa norte del Perú provocaron una gran cantidad de desplazamientos y daños. Con más de un millón de personas afectadas, se declaró un estado de emergencia.

 

Las mujeres y las niñas enfrentaron algunos de los retos más grandes, incluyendo la amenaza de la fiebre del dengue y el virus del Zika para las embarazadas, barreras de acceso a servicios de planificación familiar y un mayor riesgo de violencia por razón de género, que a menudo se incrementa en situaciones de emergencias humanitarias.

 

El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) ha estado trabajando con el gobierno y diversos socios locales para garantizar que las mujeres y las niñas reciban los servicios que necesitan. Se estima que, para el mes de julio, se logró llegar a 10 mil mujeres y niñas con servicios de salud reproductiva que salvan vidas y esfuerzos para prevenir la violencia por razón de género.

 

BRIGADAS MÓVILES LLEVAN ATENCIÓN E INFORMACIÓN

 

Los departamentos de Piura, La Libertad y Lambayeque, se vieron severamente afectados con más de 210 mil damnificados. El UNFPA y la Dirección de Salud Regional desplegaron brigadas móviles integradas por médicos, ginecólogos, obstetras, psicólogos y trabajadores sociales.

 

El UNFPA también organizó más de 150 sesiones de concientización en alrededor de 20 campamentos y comunidades en las áreas más afectadas, llegando con ello a más de 10 mil mujeres.

 

En estas sesiones se abordaron aspectos tales como dónde encontrar servicios de atención a la salud materna, cómo evitar embarazos no planeados, cómo identificar los síntomas de complicaciones del embarazo y cómo evitar las infecciones por los virus del dengue, Zika y Chikungunya.

 

Marta*, una mujer de 34 años de edad y madre de dos hijos, se encuentra viviendo en un albergue en San Pablo. Ella afirma que el hecho de tener acceso a servicios de salud reproductiva le ha permitido gozar de una gran tranquilidad en un momento tan difícil.

 

“Sospechando que podría estar embarazada, fui a ver a un médico obstetra de la brigada móvil del centro de salud de San Pablo”, le comenta al UNFPA. “Y mi prueba de embarazo resultó negativa”.

 

El resultado fue un gran alivio, y decidió informarse acerca de los servicios de planificación familiar disponibles. “Recibí consejería en planificación familiar, información acerca de los riesgos de embarazarme en estas circunstancias, y pastillas anticonceptivas”.

 

Marta y su esposo platicaron acerca de lo que ella había aprendido, y juntos decidieron evitar un embarazo hasta el momento en que sus vidas tengan una mayor estabilidad.

 

Previniendo y respondiendo a la violencia por razón de género

el UNFPA también está apoyando esfuerzos para prevenirla.

 

En los campamentos de Piura, uno de los departamentos más afectados, el UNFPA distribuyó más de 7 mil 500 kits de protección entre las mujeres y las niñas. Estos kits contienen silbatos, lámparas de mano solares, candados y otros artículos.

 

El UNFPA también trabajó con los miembros de la comunidad para transmitir mensajes que promueven la seguridad y ayuden a las sobrevivientes de violencia a encontrar servicios de apoyo.

 

También se distribuyó información acerca de un número telefónico de ayuda sin costo para las sobrevivientes de violencia operado por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.

 

Adicionalmente, se urgió a los miembros de la comunidad a identificar a líderes confiables a los que pudieran contactar en caso de ser necesario. Y a las mujeres y las niñas se les exhortó a usar sus silbatos para alertar a las autoridades en caso de encontrarse en peligro.

 

“Cuando recibimos el silbato, nos dimos cuenta de que era una herramienta importante para comunicarnos”, afirma Carmela*, una residente de 33 años de edad del albergue de Nuevo Santa Rosa.

 

“Desde que comenzamos a usarlo, nos hemos sentido más protegidas, ya que sabemos que, en caso de surgir un problema, si hacemos sonar el silbato la comunidad vendrá a nuestra ayuda”.

 

REFORZAR LAS COMUNIDADES

 

El UNFPA también suministró equipo médico y quirúrgico, personal de atención a la salud y asistencia técnica para mejorar los servicios de salud pública en las áreas afectadas por la emergencia.

 

Diversos expertos afirman que la respuesta humanitaria les ha ayudado a los miembros de la comunidad a apoyarse mutuamente y también a sí mismos.

 

“Se crearon y fortalecieron los comités comunitarios para la protección en contra de la violencia hacia la mujer”, reportó la representante del UNFPA en el Perú, Elena Zúñiga.

 

Y también se ha logrado un mayor reconocimiento del valor de la atención a la salud sexual y reproductiva.

 

“Las actividades de concientización e información se tradujeron en un incremento en la demanda de servicios de salud sexual y reproductiva en las unidades médicas”, afirmó Zúñiga.

 

* Su nombre real ha sido cambiado para proteger su privacidad.

 

*Este artículo fue retomado del portal de la revista feminista Tribuna Feminista.

 

17/RED








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