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NACIONAL
DERECHOS HUMANOS
   Organizaciones presentan informe sombra ante ONU
Incumple Estado mexicano PIDESC sobre equidad e igualdad de género
CIMACFoto: César Martínez López
Por: Angélica Jocelyn Soto Espinosa
Cimacnoticias | Ciudad de México.- 13/03/2018

En México, la desigualdad de género es tan estructural que aun cuando los derechos económicos, sociales y culturales de este país no están garantizados para nadie, su incumplimiento es todavía mucho mayor cuando se trata de las mujeres, de acuerdo con información recabada por más de 150 organizaciones.

El día de ayer y hoy, el Estado mexicano es sometido a una evaluación por parte del Comité de Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (Comité DESCA), de la ONU, en Ginebra, Suiza, que entre otros temas, revisa el cumplimiento de los Estados de sus obligaciones contenidas en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC), un tratado internacional que México ratificó desde 1981. La última vez que se revisó el estado de estos derechos en México –garantías básicas para la vida digna- fue hace 12 años.

En paralelo a esta revisión, más de 150 organizaciones de la sociedad civil entregaron un informe alternativo (sombra) a este Comité, en el que demuestran múltiples violaciones a los derechos económicos, sociales y culturales que cometió el Estado mexicano por acción y omisión, así como otros actores no estatales como las empresas.

El informe señaló que el Estado mexicano incumplió el artículo 3 del PIDESC, sobre equidad e igualdad de género.

“Si bien el Plan Nacional de Desarrollo (PND) incluye como uno de sus ejes transversales la perspectiva de género ‘como el centro de la política social, económica y educativa en el país’, su avance a la fecha sigue siendo limitado. Las brechas de desigualdad entre hombres y mujeres continúan, siendo alarmante la violencia de género y la pobreza, en donde las más afectadas resultan ser las niñas y las mujeres”, dice el informe.

Las organizaciones señalaron la deuda del Estado de garantizar el derecho al aborto en todo el país; el fracaso del enfoque de los programas sociales para revertir la pobreza de las mujeres; y el aumento en pocos años de la violencia feminicida y la desaparición de mujeres.

También habla sobre la ausencia de materias sobre igualdad de género y Derechos Humanos en la política educativa recién reformada en México; el subejercicio de recursos para la implementación de la política de género; y el acceso diferenciado de las mujeres al agua y otros bienes naturales porque algunas instituciones no han incorporado la perspectiva de género.

En general, las organizaciones alertan que “sobre el cumplimiento de las líneas de acción y estrategias transversales del Programa Proigualdad, consideramos que es peligroso que el Estado mexicano asegure que al finalizar el 2018 se tendrá un cumplimiento del 90 por ciento de las líneas de acción del programa, ya que de 2013 a 2016, de acuerdo a lo reportado por el gobierno, solo se ha cumplido 9.1 por ciento lo cual representa aproximadamente 29 líneas de acción cumplidas de un total de 314.

Este documento señaló deficiencias y fallas en la implementación de programas centrales que beneficiarían principalmente a las mujeres, como la Cruzada Nacional contra el Hambre, que trajo más carga de trabajo para ellas y profundizó la pobreza; o el Seguro Popular, que hizo un programa especial para afiliar a mujeres embarazadas y aumentó los índices de mortalidad materna por falta de recursos humanos, económicos y materiales para atenderlas.

No obstante, el resto del informe –que desglosa datos más específicos sobre otros temas- evidencia que los desplazamientos forzados y la migración, están afectando principalmente a las mujeres indígenas, niñas y adultas mayores, cuyos recursos económicos para garantizar su subsistencia en otro lado son más limitados, o para quienes no hay servicios de salud garantizados.

En materia de trabajo también se describe la deuda del Estado para ratificar Convenios Internacionales a fin de evitar la discriminación de las trabajadoras del hogar o para extender la licencia de maternidad; y que la política de igualdad no ha tenido efectos en reducir la brecha salarial entre mujeres y hombres.  Entre este grupo se destacó como más vulnerables las trabajadoras del hogar y las jornaleras.  

“Aunque en los últimos años se ha incrementado el número de mujeres insertas al mercado de trabajo en México, el crecimiento en números no necesariamente se tradujo en mejores y mayores oportunidades para las trabajadoras, pues el contexto de creciente precarización económica del país afecta la presencia de las mujeres en el mercado laboral; son las mujeres las que ocupan 70 por ciento de los trabajos más precarios. Según datos del Inegi: 44.1 por ciento de las mujeres trabajadoras no tiene un contrato y 44.7 por ciento no cuenta con servicios de salud”.

RECOMENDACIÓN: CUMPLIR COMPROMISOS

A fin de avanzar en el cumplimiento de sus responsabilidades, las organizaciones de la sociedad civil recomendaron al Estado mexicano armonizar las leyes y normas federales y estatales relativas a la interrupción legal del embarazo en todo el país, y derogar aquellas leyes y normas que contravengan los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, como establece el Proigualdad.

También llamaron a ratificar el Convenio 189 sobre las trabajadoras y trabajadores del hogar –firmado desde 2011- y el Convenio 156 para eliminar la discriminación por motivos de género en las responsabilidades familiares y laborales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT); e incorporar el enfoque de género en la implementación de los programas sociales y de combate a la pobreza, y evaluarlo con indicadores en la materia.

Otra recomendación fue realizar evaluaciones independientes y académicas a programas sociales que cuenten con apoyos financieros del gobierno mexicano y se encuentren a cargo de organizaciones; y crear una política pública de índole nacional e integral de prevención, atención y sanción en materia de acoso sexual en todas las universidades públicas y privadas del país, que incluya elaboración de protocolos e instancias exclusivas de atención y sanción a la violencia contra las mujeres y específicamente al acoso sexual.

Las organizaciones llamaron a hacer un cumplimiento efectivo de todas las medidas establecidas en las declaratorias de Alertas de Violencia de Género, en donde se requiere el acompañamiento de personas expertas en temas de seguridad, justicia y prevención con formación de género; y reconocer el problema de feminicidio y desapariciones de mujeres en México.

Urgieron también a homologar la tipificación del feminicidio a nivel estatal con los elementos establecidos en el tipo penal federal y con circunstancias objetivas de fácil acreditación; aprobar la Ley General en materia de desapariciones, y armonizarla con convenios internacionales; y elaborar un registro único de personas desaparecidas, desglosado por sexo.

18/AJSE/LGL








INTERNACIONAL
FEMINISMO
   Necesario trabajar en conjunto para lograr cambios: expertas
   
Realizan Encuentro Centroamericano sobre igualdad de género
CIMACFoto: Nelson Rodríguez
Por: Nelson Rodríguez, corresponsal
Cimacnoticias | Managua, Nic .- 02/10/2017

Pese a que en Nicaragua existen de las mejores leyes para lograr la equidad, aún persiste el predominio de hombres sobre mujeres en la toma de decisiones y en la participación política, por lo que se requiere trabajar en conjunto para avanzar hacia una verdadera igualdad coincidieron especialistas reunidas en el Encuentro Centroamericano “Mujeres y Hombres, caminando hacia la igualdad de género”.

Al encuentro, que se realizó en Managua, Nicaragua, asistieron alrededor de 140 personas provenientes de 20 organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres y promotoras de las relaciones igualitarias, entre los países invitados estuvieron Guatemala y México.

Ahí, la directora de la organización Cantera, Anabel Torres, y anfitriona del encuentro, dijo que el objetivo de este encuentro, fue la reflexión e intercambio de experiencias exitosas sobre las relaciones justas y sostenibles entre mujeres y hombres.

“Queremos encontrar pistas para crear una red que se mantenga como una familia educativa que esté en la búsqueda permanente de nuevos conocimientos, nuevas propuestas en cuanto a la perspectiva de género y que haya equidad”, dijo.

En Nicaragua muchas instituciones de la sociedad promueven que el hombre sea quien tome las decisiones, el que tiene la autoridad, eso tiene que cambiar, y ese cambio se va a dar hasta que las personas tomen conciencia y eso se puede lograr cuando las personas reconozcan la igualdad entre los seres humanos, reeducarse en cuanto al afecto y especialmente en un cambio cultural, explicó la activista.

En el caso de Guatemala hace falta mejorar las leyes a favor de la equidad, sostuvo Silvia Requena, de la organización Pastoral Social de la iglesia católica de Altaverapaz, Guatemala.

“Desde la institucionalidad hace falta mucho camino, a nivel comunitario hay avances, con trabajos pequeños ir creciendo, deconstruyendo los patrones para mejorar las condiciones de armonía e igualdad”, dijo la activista guatemalteca.

Las más afectadas con estas relaciones desiguales son las mujeres y las niñas, lo cual se expresa con la violencia, los embarazos, el femicidio/feminicidio y la discriminación hacia las indígenas, detalló Requena.

En Guatemala, explicó, desde la Pastoral Social desarrollan un programa sobre equidad de género para empoderar a las mujeres sobre la situación económica y que no sean dependientes de los hombres, además desarrollan capacitaciones sobre nuevas masculinidades que apuntan a la igualdad y a la equidad en las relaciones entre mujeres y hombres.

La intelectual feminista mexicana Marcela Lagarde y de los Ríos, una de las principales impulsoras de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia en México, sostuvo que si bien en Nicaragua hay una importante participación de las mujeres, en la vida política esta se debería incrementar.

La historia de la participación de las mujeres en Nicaragua es muy rica, por lo cual estos espacios se deberían aprovechar más, dijo la activista feminista.

La participación de las mujeres en la vida pública también depende de quienes gobiernan, se requiere del reconocimiento de las mujeres no como madres, esposas o hijas, sino como ciudadanas, dijo Lagarde.

“El gran cambio de género es un cambio democrático y reconoce la autonomía de las mujeres, la libertad de las mujeres para decidir sobre nuestros cuerpos y sobre nuestra sexualidad, sobre nuestra vida, sobre un proyecto de vida personal para realizarlo en este mundo y luego además contribuir con los demás al hacerlo”, expuso Lagarde y de los Ríos.

Si las mujeres consideran que su participación en partidos políticos está limitada por el poder de los hombres, hay que promover los movimientos democráticos para ir haciendo real la participación de las mujeres, señaló la feminista mexicana.

17/NR/LGL








OPINIÓN
VIOLENCIA
   Lydia Cacho Plan b*
Es el turno de los hombres
CIMACFoto: César Martínez López
Por: Lydia Cacho
Cimacnoticias | Ciudad de México.- 27/09/2017

Yo soy Mara.

Hace catorce años durante un congreso feminista una joven vestida a lo darketa se me acercó para decirme que mi conferencia sobre intervención con mujeres víctimas de violencia le había gustado mucho, que tenía un par de preguntas, pero no se atrevió a hacerlas frente a su colectivo porque lo tenía prohibido. Se hacían llamar Lesboterroristas. Utilizaban una vestimenta específica, un look de cabello, ojos delineados, tatuajes, capuchas y piercings. Platicamos casi una hora sobre nuevas formas de intervención con niñas violadas. Nunca le pregunté por qué tenía miedo de su colectivo; pude comprender que el sentido de pertenencia es tan poderoso para la raza humana que cuestionarlo en ciertos contextos puede romper el diálogo. Su colectivo planteaba castrar a los violadores, erradicar la presencia masculina de toda marcha o movimiento feminista. No querían hablar de igualdad y equidad, sino de justicia pura y llana. Pude observar durante varios días la gran diversidad de grupos feministas allí reunidos, los más pacifistas, los espirituales, los filosóficos y los radicales. Nunca he pertenecido a grupos, voy por la libre con mi ideología feminista, escucho la diversidad de postura, indago en las rabias, los miedos, las desesperaciones y los grandes logros.

Desde que era adolescente me descubrí feminista al caminar en las calles de México y defender mis propios derechos, luego de sentir que andar por allí, inteligente y libre, era una afrenta insoportable que insulta o disminuye la masculinidad de muchos que se creen dioses propietarios del decreto de lo femenino sumiso; los cosificadores.

Tuve la fortuna de estar cerca de cientos de mujeres sabias, maestras que me enseñaron a encontrarle forma a mis ideas, a buscar palabras nuevas para viejos vicios sociales, estrategias contra las taras de la misoginia cultural. De ellas aprendí que hay feminismos integradores, los de la diferencia y los de la igualdad, los radicales y los light, los académicos y los de activismo puro a pie de calle; los feminismos indígenas y los anarquistas. En su diversidad filosófica, el pensamiento feminista tiene una gran coincidencia: repele y pretende erradicar toda forma de violencia contra las mujeres; eliminar el odio hacia los femenino, el acoso y todas las violencias que millones de hombres ejercen contra millones de mujeres y niñas. Entre ellas hay quienes están en la etapa de la ira, del descubrimiento, que avizoran una defensa no violenta de los derechos propios, pero aun no confían en otros.

La diferencia radica en las formas y prácticas de liderazgo: Hay quienes juzgan la violencia que ejercen los varones, pero no la de las mujeres, hay quienes se niegan a ser “mujeristas”, es decir, a defender a las mujeres aunque sean machistas. Hay quienes defienden el hembrismo manipulador y juran que son feministas porque quieren una vida libre de violencia. Hay feminismos diversos, pero todos libertarios.

Las marchas de hace unos días por el caso #Mara, que derramó una gota más de la sangre acumulada de las mujeres asesinadas en México, mostraron esa diversidad. Madres acompañadas de sus familias, hombres caminando con sus parejas, con sus hijas a los hombros, padres llorando por sus hijas perdidas, mujeres indígenas, jóvenes, ancianas, transexuales, caminando contra la violencia mortal que millones aun justifican en la radio, en la televisión, en los diarios, en los hogares y en los libros.

Un pequeño grupo de jóvenes sacó de su contingente a dos o tres hombres, sí una de las chicas llevaba un tolete y amenazaba con él, pero no hizo más que eso y una parte de las redes ardió en solidaridad con mi amigo Jenaro Villamil que, pálido pero ileso, se alejó de las radicales.

La pregunta que millones de mujeres desesperadas, furiosas, rabiosas, indignadas y asustadas se hacen frente a los crecientes feminicidios es: dónde están los hombres no misóginos para juzgar, educar, detener, fustigar a los machistas y evitar que otros hombres nos maten. La pregunta es válida, la violencia no lo es. El argumento de que las madres son las únicas culpables de educar a los machos ha sido desmontado al comprender los mecanismos del control ideológico que el machismo tiene en la familia con sus mecanismos de poder y aceptación o exclusión entre débiles y poderosos.

Estamos rodeadas de hombres que se asustan frente al feminismo y se indignan de palabra frente a la misoginia, pero no hacen nada contra ella; ni en la oficina, ni en las calles, ni en las escuelas, ni en los medios, ni en la cantina con sus amigos que denostan y cosifican a las mujeres. Todos los días nos topamos con un “manexplainer” ese tipo de hombre que nos explica lo que debemos hacer, pensar y decir para ser escuchada por las élites machistas.
Los “maniterrupter” esos que a media frase de una mujer interrumpen para contradecir los argumentos sólidos porque le incomodan; los “intelecmachos” esos intelectuales poderosos, las élites caviar, que descalifican las ideas de las mujeres y creen que todo tiempo lejano fue mejor. Todos los días algún Perelló aparece diciendo que a las mujeres les gusta que las violen, o un presidente o un gobernador se compra esposas floreros en las televisoras; todos los días hay un hombre de poder que les recuerda a estas jóvenes que no tiene la razón, que su miedo no es real, que su furia no tiene sentido. Todos los días alguien que no ha estado en su piel, se niega a escuchar sus argumentos, sus temores, su clamor de libertad, su angustia de vivir con la libertad acotada por el machismo que hace juicios de valor sobre cómo deben vivir, vestir y actuar las mujeres.

Todos los días hay un hombre que nos corrige cuando decimos que ha llegado la hora de que los hombres, así como género de la raza humana, se hagan cargo de educar a los hombres que eligen la violencia contra las mujeres como el ejercicio del despliegue de su masculinidad, como un inalienable derecho natural al territorio físico e intelectual de aquellas que considera inferiores.

Sí, estamos rodeados, rodeadas de violencias, de corrupción e impunidad. A los hombres los asesinan los hombres, a las mujeres las asesinan los hombres. Durante ya un siglo las mujeres feministas hemos tomado la batuta para evidenciar el absurdo cultural de la inequidad entre hombres y mujeres; hemos creado leyes, hemos fomentado una educación igualitaria, una paridad política. Hemos trabajado horas extras desde el lugar de la exclusión para decirles a quienes nos han excluido que ya basta; les hemos invitado, muchas feministas hemos trabajado triple jornada para incluir a los hombres en nuestras batallas culturales; duran poco, son intermitentes, les aburre porque están del otro lado de la moneda.

La noticia no es que de cien mil mujeres que marcharon diez excluyeron a tres hombres de una marcha, la noticia es que durante siglos ellos, los más poderosos ilustres de la virilidad violenta, han excluido a las mujeres de los espacios de libertad, y hoy en pleno Siglo XXI, en las redes sociales las jóvenes planifican cómo salir en grupo para que no las maten, cómo elegir pareja para que no las mate si eligen divorciarse, cómo llegar a un juez que no la culpe de la violación. La violencia misógina ha llegado al límite de la irracionalidad justificada porque los hombres con poder de incidir no han participado de la lucha por la educación masculina que no tenga privilegios a costa de robarle los suyos a las mujeres y niñas. Los hombres han mirado del lado la ira contenida de sus hijos varones educados como machos controladores por el ejemplo de sus padres y abuelos, jefes y amigos, esa ira que se despliega con la muerte de su pareja cuando ella elige tomar decisiones propias; ese cinismo antojadizo de un joven taxista que decide tomar a una chica por la fuerza y arrojarla como despojo humano después de utilizarla como objeto.

Todo se reduce a dos preguntas ¿qué han hecho los hombres, varones, para cambiar la cultura colectiva de masculinidad violenta? Y ¿quién les ha hecho creer que caminar a lado de las sobrevivientes les eximirá de la responsabilidad de no haber participado en la ruptura del paradigma del machismo cultural en sí mismos, en sus hijos y sus hermanos? A ellos los excluyen de la marcha, a ellas de la vida. Quien se enfoca en lo primero apenas conoce el sabor de la exclusión y el miedo.

Efectivamente miles de hombres son excluidos de ciertos grupos de poder por no reproducir los valores del machismo, de la violencia o la corrupción. Pero muy pocos están dispuestos a crear movimientos sociales poderosos, diversos, que cuestionen la violencia masculina y sus efectos sociales. Se han unido sí, para atacar a las feministas, se han unido para erradicar la diversidad, pero apenas un puñado de amigos notables se han dado a la tarea de salir de la comodidad de sus privilegios para convertirse en un ejemplo vivo de hombres no violentos. La sociedad no puede esperar, las calles son suyas, ojalá las tomen para proteger la vida y la libertad que otros pretenden erradicar.

* Plan b es una columna cuyo nombre se inspira en la creencia de que siempre hay otra manera de ver las cosas y otros temas que muy probablemente el discurso tradicional, o el Plan A, no cubrirá.

17/LCR


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NACIONAL
POLÍTICA
   Necesario que asuman papel clave para erradicarlas
Medios de comunicación reproducen discriminación y violencia política
Imagen retomada del INE
Por: la Redacción
Cimacnoticias | Ciudad de México.- 05/09/2017

A cuatro días del inicio del proceso electoral federal 2017-2018, el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, dijo que los medios de comunicación tienen un rol fundamental en la reproducción de la discriminación y la violencia política de género.

Al participar en el primer encuentro regional para la sensibilización a medios de comunicación “Comunicar para la igualdad: Los medios como constructores de una cultura de la paz”, el consejero señaló que los medios de comunicación tienen un papel clave para erradicar la propaganda electoral discriminatoria y fomentar un voto informado.

Córdova dijo que los medios deben fomentar una concepción igualitaria de las personas y dejar de ser reproductores y creadores de estereotipos. “Estoy convencido que el fortalecimiento de la democracia requiere la adopción de estrategias que promuevan la inclusión, la libertad de expresión y que garanticen que las contiendas se desenvuelvan en un contexto de equidad”, dijo.

En materia electoral, recordó el funcionario, partidos políticos y legisladores han reconocido la influencia de los medios de comunicación y por ello en 2007-2008 se confeccionó un modelo de comunicación política que después de 10 años se ha consolidado como una herramienta para preservar la equidad en las contiendas. Asimismo el INE realiza un monitoreo para revisar que los partidos políticos incluyan un enfoque de género en sus promocionales.

“Es importante, en una sociedad democrática, más que controles, más que restricciones, más que normas que inhiban este tipo de conducta, una auditoría ciudadana; la participación ciudadana y el control y contextos de exigencia informales que desde la sociedad se generan, resulta indispensables para combatir este tipo de conductas”, agregó.

De acuerdo con Córdova, es indispensable que en el próximo proceso electoral, todos los actores involucrados y particularmente la ciudadanía y los medios de comunicación, avancen en términos culturales.

Por su parte, la titular de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim), Alejandra Negrete, afirmó que la garantía de las mujeres a una vida libre de violencia implica necesariamente acciones desde los medios de comunicación para difundir medidas de prevención y contenidos que coadyuven a erradicarla, además de empoderar a las mujeres y las niñas.

En tanto la representante de ONU Mujeres México, Ana Güezme, enfatizó que el reto consiste en generar un cambio cultural. “México tiene excelentes leyes y programas, pero hay que trabajar en un cambio cultural y civilizatorio, para el cual los medios deben ser aliados”.

En el encuentro que se realizó este lunes y martes especialistas y representantes de los medios de información discuten el papel de los medios en la promoción de una cultura de equidad, entre ellos, el director de Radio, Televisión y Cinematografía de la Secretaría de Gobernación, Amadeo Díaz Moguel; y el subdirector general de Comunicación e Información en la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Frank La Rue.

17/AGM/LGL








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