Julio César Álvarez
Siete años de obstáculos y represión gubernamental en Macuspana
Lucharemos hasta tener maquila: Lucía y Elizabeth, defensoras de DH

Lucía Hernández Canul y Elizabeth Arias Nicolás, defensoras indígenas de los Derechos Humanos en Macuspana, Tabasco, advierten que lucharán hasta el último día y seguirán enfrentando la obstinación de las autoridades, como lo han hecho por siete años, hasta que consigan construir una maquila que beneficie a su comunidad con una vida y trabajo dignos.
Lucía Hernández, quien vive en la Ranchería el Triunfo, a casi una hora de la cabecera municipal de Macuspana, afirma en entrevista con Cimacnoticias que el compromiso por luchar lo heredó, pues viene “de una familia de guerreras y guerreros” y que su madre fue una de las mujeres que, organizadas desde 2010, lograron que el gobierno municipal cumpliera con la entrega de pisos firmes para sus viviendas. Luego buscaron la construcción de una planta textil donde ellas fueran dueñas, para que se convirtiera en una fuente de trabajo para la comunidad indígena de choles y chontales a la que pertenecen.
El padre de Lucía participó en 1994 en las protestas de obreros y campesinos de la entidad, quienes denunciaron la afectación de sus tierras por la sobreexplotación de hidrocarburos de Petróleos Mexicanos (Pemex). “Él sabe que solo cuando te manifiestas el gobierno te hace caso”, afirma, “y me dice que siga adelante, que es mi vida y tengo que ver cómo voy a sostenerme”.
También las dos hermanas de Lucía se unieron a las movilizaciones para exigir la construcción de la maquila, proyecto aprobado por el gobierno desde 2012, pero que sigue sin concretarse.
Las enfermedades de su madre y su padre orillaron a las hermanas de Lucía a retirarse de la lucha y acordaron “que yo seguiría mientras ellas me apoyan cuidando a mis papás”. Explica que a su madre le dio una parálisis de medio cuerpo, pero sigue apoyándola, porque no solo buscan el apoyo propio, sino el de la comunidad.
Lucía explica que su proyecto surgió porque en Macuspana no hay trabajo, “el gobierno no ha puesto ningún lugar donde podamos emplearnos”. Ella se dedica a las labores del hogar, cocina, lava, vende pozole, hace tortillas, “a lo que uno pueda recoger”, porque el salario no abastece.
“PESE A TODO, SIGO”
Elizabeth Arias tiene 60 años y es de una comunidad indígena chol ubicada en el poblado de Palomas, Macuspana. Dice que ya perdió la lengua chol que todavía hablaba su abuelo y ahora sólo habla español.
Todos los días, a las 7 de la mañana, Elizabeth llega al pequeño taller de costura a trabajar. Hace un año el gobierno municipal les dio permiso de instalar en una de sus oficinas la maquinaria textil que compraron con fondos de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI). Dicen sus compañeras que “se ha vuelto una costurera excelente”.
Elizabeth gasta más de 50 pesos diarios en pasajes para recorrer tres kilómetros de su casa al taller y cuando tienen que salir más tarde regresa caminando por la carretera. Casi todo el dinero que gana vendiendo las prendas que hace lo pierde en pasaje, pero no se da por vencida. Enseñó a sus hijas a coser en las máquinas, pero ya no siguieron trabajando porque tienen que cuidar a sus hijos.
La gente de su comunidad no entiende por qué insiste en hacer una maquila, si está perdiendo dinero y tiempo, pero ella responde, con voz entrecortada y limpiándose las lágrimas: “Seguiré exigiendo hasta que me muera y consigamos la maquila. Mis otros hijos, las vecinas, me preguntan para qué voy, que voy a perder todo, pero yo les digo: ¡No tengo nada!, ¿qué puedo perder? no me voy a ir sin luchar”.
SU MAQUILA
El proyecto de la maquila, en el que trabajan desde hace siete años las defensoras de DH Lucía Hernández Canul y Elizabeth Arias Nicolás, a quienes las define su fidelidad y pasión por superarse, se llama cooperativa Exótica Textiles, S.A. de C.V., y está conformado por 50 mujeres.
Ellas han tenido que exigir durante casi una década la respuesta del gobierno municipal, estatal y federal, así como el apoyo de las Comisiones de Derechos Humanos nacionales y estatales. Y tras enfrentar trabas, omisiones y violaciones a sus Derechos Humanos, lograron, en enero pasado, que el gobierno estatal hiciera públicas las escrituras del predio que les donó y que las reconociera como dueñas, con lo cual pueden empezar la construcción de la maquila.
Las defensoras de DH narran a Cimacnoticias que la represión en su contra se incrementó en 2015, cuando en marzo, ante la negativa del Gobierno estatal por ingresar sus proyecto al Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM), pese a que se los prometieron en reuniones con el secretario de Desarrollo Económico y Turismo de Tabasco, David Gustavo Rodríguez Rosario, Lucía inició una huelga de hambre afuera de dicha dependencia.
Sus compañeras, y su representante legal, el defensor Julio César Álvarez Santos, se sumaron a la exigencia y el 25 de marzo, al concluir un acto público del gobernador Arturo Núñez, en la Plaza Revolución de Villahermosa, policías estatales las golpearon. “Nos lastimaron, nos pegaron con sus puños y pistolas, detuvieron al licenciado y a un compañero”, recuerda Lucía. Gracias a al apoyo de organizaciones civiles fueron liberados.
No desistieron. Tras la presión mediática, el gobierno estatal convocó a una reunión donde aceptó dar 7 millones de pesos para la maquiladora. Pagaría 5 millones y 2 millones más serían para fondo perdido. Sin embargo, les pidieron como requisito las escrituras públicas, por lo que el proceso se retrasó varios meses más.
“Todos nos dieron largas, por eso decidí instalarme en la Comisión Estatal para que declarara y hablara por nosotras”, cuenta Lucía. Desde noviembre de 2014 la instancia de defensa de los DH ya había emitido cinco recomendaciones presidente municipal de Macuspan, Víctor Manuel González Valerio, por el incumplimiento de compromisos en cuanto a las maquilas.
“Ahí, afuera de la Comisión Estatal, mandaron a alguien a que me echara ácido”, recuerda Lucía, “lo hicieron para que levantara la huelga, pero yo dije, prefiero morir luchando que de hambre porque estamos luchando para tener un trabajo digno. Y dije, de aquí me sacarán muerta. Ahí fue donde cedió el Ombudsman”. Por ello nadie ha sido sancionado.
Continuó en el Congreso de Tabasco con la huelga de hambre que había empezado desde hacía casi dos semanas. El 11 de agosto, la presidenta del movimiento, Alicia Jiménez Hernández, y Julio César Álvarez fueron encarcelados.
Desde julio de 2015, las mujeres solicitaron a la CNDH un recurso de impugnación por el incumplimiento de las autoridades a las recomendaciones emitidas por las Comisión Estatal, pero denuncian que la instancia no ha actuado a su favor.
“Y la CNDH nada más contemplando a estas mujeres, que las han golpeado, encarcelado. Para qué juran respetar el Artículo primero de la Constitución si lo violan a cada rato, para que existe la Comisión Estatal o la nacional si al final sus recomendaciones no son vinculatorias ni obligan a que se respeten. Es una simulación, es el doble discurso de nuestra clase política”, denuncia Julio César.
“Cuando nos atacan, afirma Lucía, dicen que somos manipuladas por el licenciado Julio y yo digo no, no soy manipulada porque siento el dolor de no tener un plato en tu mesa, ellos no lo sienten porque ellos comen sus tres comidas, nunca he sido manipulada por él”. Y advierte: “yo he sentido el dolor para entrar a esta lucha y no la voy a dejar hasta el final”.
17/MMAE/GG
LABORAL
En Macuspana, Tabasco son vistas como transgresoras
Mujeres choles y chontales crean taller comunitario ante retraso de las autoridades en la construcción de su maquila

Mujeres choles y chontales de Macuspana, Tabasco crearon un taller comunitario para elaborar prendas y venderlas, con ello buscan enfrentar el retraso de siete años en la construcción de una maquila de textiles que les permitiría acceder a mejores condiciones laborales. “Son transgresoras porque transformaron la forma de pensar de las campesinas”, afirmaron integrantes del municipio.
Luego de diversas exigencias en 2016 la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) donó a la cooperativa Exótica Textiles, integrada por 50 mujeres, un fondo con el que compraron maquinaria textil que instalaron en una oficina del gobierno de Macuspana.
Desde entonces aprendieron a elaborar ropa y uniformes que venden, también comparten sus conocimientos con otras mujeres de la comunidad para que puedan tener otras fuentes de empleo.
Desde 2011 cientos de mujeres pidieron al gobierno estatal la construcción de la primera maquila en el municipio, de la que ellas fueran dueñas y donde pudieran autoemplearse. El proyecto fue aprobado en 2012, pero sigue sin concretarse. A ello se suman las constantes represiones orquestadas en su contra por autoridades municipales y estatales.
La defensora de Derechos Humanos de 61 años y habitante de la comunidad Villa Benito Juárez, Isabel Antonio Guzmán, explicó a Cimacnoticias que en Macuspana las mujeres se emplean en trabajos del hogar que apenas les permiten sobrevivir, por lo que buscan que con la maquila sus familias y la comunidad tengan mejores condiciones de vida.
TRANSGRESORAS
Con el objetivo de llevar a más personas sus conocimientos textiles, las mujeres promocionan talleres para capacitar a más personas, así esperan que cuando la maquila esté construida más habitantes de Macuspana puedan integrarse.
Resultado de ello el año pasado lanzaron una convocatoria para bachilleratos donde ofrecieron capacitar a un estudiante en la elaboración textil y ofrecerle una beca financiada por ellas para estudiar en la Ciudad de México la licenciatura de Ingeniería Textil en el Instituto Politécnico Nacional (IPN). "Queremos tener a la primera persona especialista en Macuspana", dijo el abogado de las trabajadoras, Julio César Álvaréz, en entrevista.
El estudiante elegido fue Daniel Arturo Hernández Guzmán, del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos de Tabasco (CECyTE) y habitante del poblado de Aquiles Serdán, quien asegura: "Es un orgullo ser parte de la lucha de estas mujeres, porque ellas rompen con el estereotipo de las campesinas, ellas han luchado por ser dueñas de sus propia maquila, eso nos da la esperanza a todas y todos en Macuspana de que las cosas pueden cambiar".
El abogado y defensor aseguró que las mujeres integradas en la cooperativa Exótica Textiles son vistas en la comunidad como transgresoras: “Lograron cambiar la forma de pensar de la mujer campesina en un pueblo donde la clase política las acostumbro a que solo pueden esperar cada tres años para ver a sus candidatos, estos les prometen cambiar su forma de vivir, pero ellas no esperaron y siguen exigiendo”.
TRABAJAR EN MACUSPANA
Isabel Antonio denunció las condiciones en las que viven y laboran las mujeres en el municipio: “No tenemos nada en nuestras casas, no tenemos comida, no tenemos trabajo y eso afecta a nuestros hijos”, por eso, aseguró, “queremos la maquiladora, para hacer ropa que podamos vender. Nosotras pensamos y queremos que haya trabajo para todas”.
La defensora explicó a Cimacnoticias que aunque cientos de mujeres comparten las exigencias por mejores condiciones laborales y la búsqueda de mejores fuentes de empleo, muchas han dejado de reunirse. “Es una táctica del gobierno, quiere retrasar todo para que nos cansemos, pero no vamos a dejar el proyecto, sus negativas nos dan más fuerza”, dijo.
La mujer narró que la indiferencia de las autoridades por sus condiciones la ha orillado a pensar en dejar la lucha, pero son sus compañeras las que la motivan a seguir. “Cuando he querido dejar ellas me dan fuerzas porque, aunque ahora no veo ganancias, sé que mis hijos y nietos verán los resultados”, mencionó.
Al igual que sus compañeras, Isabel Antonio tiene que recorrer varios kilómetros para llegar al taller ubicado en la cabecera de Macuspana. Ella despierta a las dos de la madrugada para llevar agua a su domicilio antes de ir al taller a las siete de la mañana, y aunque gasta más de 50 pesos diarios en transportarse de su comunidad al taller y hace otros trabajos como lavar ropa para su sustento, confía en que “pronto todo este esfuerzo le dará mejores condiciones de vida a la comunidad”, dijo.
Las defensoras ingresaron el proyecto de la maquila al Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM), con lo que esperan que la construcción sea financiada por el Instituto en un predio ubicado en la Ranchería José López Portillo de Macuspan y el cual les fue donado por el gobierno estatal.
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