España
VIOLENCIA
Jueces consideraron que no fue violación porque no hubo violencia
Justicia española condenó a cinco hombres por abuso sexual

La Audiencia Provincial de Navarra, España, condenó a nueve años de prisión a cinco hombres, conocidos como “La Manada”, por el delito de robo con intimidación y abuso sexual continuado, es decir, realizado en repetidas ocasiones, contra una joven que acusó violación sexual.
El fallo de este 26 de abril provocó que miles de personas salieran a las calles en todo el país en rechazo de la sentencia. La indignación surgió porque la Fiscalía pidió 22 años y 10 meses de cárcel por este caso de violación sexual cometido durante las fiestas de San Fermín, en la ciudad de Pamplona, en 2016, pero solo se condenó a los culpables por abuso sexual.
El caso de “La Manada” es uno de los más conocidos de violencia sexual en España en los últimos años. El 7 de junio de 2016, durante las fiestas locales, caracterizadas por las carreras con toros, los cinco hombres de entonces entre 24 y 27 años acorralaron a una joven de 18 años.
“La Manada”, conocida así porque era el nombre de un grupo de WhatsApp en el que planeaban violaciones y en el que se vanagloriaron después de los hechos de 2016, compartió los videos de la violación sexual y los subió al internet.
En una calle jalaron a la joven para acorralarla en un pasillo muy estrecho, los cinco la violaron repetidamente. La víctima, según su relato ante la corte, se bloqueó y ante la violencia cerró los ojos, no habló, no gritó. Quería que todo pasara cuanto antes.
Después del crimen, los hombres la dejaron tirada en la calle, desnuda, y le robaron el teléfono móvil para que no pudiera llamar a la policía. Sin embargo, argumentaron ante la Corte que fue sexo consentido y pidieron absolución.
La sentencia de la Audiencia de Navarra reconoció que las prácticas sexuales se realizaron sin la “aquiescencia” de la denunciante, quien se vio sometida, pero consideró que no hubo violencia o intimidación. Estos dos últimos elementos son necesarios para que los hechos delictivos califiquen como violación sexual, según el Código Penal español.
La resolución indignó a los muchos colectivos feministas. En varias ciudades españolas se organizaron marchas para demostrar la indignación con el fallo. En las afueras de la audiencia, centenares de mujeres esperaron con las manos pintadas de rojo, símbolo contra las agresiones sexistas.
Las mujeres gritaron: “Es violación, no es abuso”, informó la prensa española u diarios como El País. Por lo menos diez mil personas se congregaron ante el Ministerio de la Justicia en Madrid para manifestar contra la sentencia, de la misma manera, hubo protestas en Barcelona, Sevilla, Valencia, Bilbao y otras ciudades más.
En redes sociales, se hizo viral el Hashtag #NoEsNo, con 172 mil tuits, tanto como #YoSiTeCreo, lema con el que las feministas respaldaron a la víctima desde que ocurrieron los hechos en 2016, y #Noesabusoesviolación. “Se sintió acorralada, agazapada, sin capacidad de reacción… pero ‘sin intimidación’?”, se preguntó un usuario.
Otra explicó: “Leída la sentencia no es que dé vergüenza, es vomitiva. Machista y retrógrada. A la víctima de La Manada le han vuelto a violar hoy.”
El diario El País citó a la vicepresidenta de la asociación de mujeres juristas Themis, Altamira Gonzalo, que dijo estar “en profundo desacuerdo” con la sentencia. Explicó que “desde la experiencia humana es una contradicción tremenda. Había cinco personas mucho más mayores y fuertes contra una absolutamente indefensa y a esas horas de la noche. Es intimidatorio a todas luces, no puede solventarse con un delito de abusos sexuales que está previsto para casos fugaces como ir por la calle y que te toquen el trasero”.
Cabe mencionar que hubo un magistrado, Ricardo González, que emitió un voto discrepante. Él pidió la absolución de los acusados, argumentando que en las grabaciones del acto, que los cinco agresores hicieron, el rostro de la joven muestra una “innegable expresión relajada, sin asomo de rigidez o tensión” y que incluso, de los gestos, expresiones y sonidos que emite ella se desprende “excitación sexual”.
El magistrado González es blanco de críticas para la mayoría de las personas que rechazan la sentencia, una resolución que califica a la justicia española como patriarcal y por lo que ahora demandan reformas que garanticen justicia.
Desde ayer, la plataforma Change.org ha recogido más de 700 mil firmas que piden inhabilitar a los magistrados encargados del juicio. La Fiscalía de Navarra declaró este 27 de abril su desacuerdo con el fallo y que recurrirá al Tribunal Superior de Justicia de Navarra.
18/SG
VIOLENCIA
Incluyen en Ley artículo para atender a infancia
En Castilla-La Mancha niñez en orfandad por feminicidio será atendida por el gobierno

Tras el asesinato de su madre, los hijos e hijas de víctimas de feminicidio serán considerados en la comunidad de Castilla-La Mancha, España, en situación de “orfandad absoluta” sin importar que el padre siga con vida.
En la “Ley Para una Sociedad Libre de Violencia de Género en Castilla-La Mancha”, que preparan las autoridades de la comunidad autónoma de España, incluyen en el Artículo 24 la “Atención específica a hijas e hijos menores y otros familiares” en la que el Estado tiene la obligación de otorgar a esta niñez asistencia psicológica “especializada adaptada a sus necesidades”.
Cimacnoticias consultó el anteproyecto de ley –publicado hace unos días- que será tramitado en 2018 por las autoridades españolas, donde también se plantea que en caso del asesinato de una mujer cometido por razón de género, el gobierno “prestará asistencia jurídica a familiares hasta el segundo grado de consanguinidad de la víctima”.
Si la niñez se encontrara en situaciones de riesgo, la Junta de Comunidad de Castilla-La Macha (institución que organiza al autogobierno de esta comunidad autónoma) tiene la responsabilidad de adoptar las medidas de protección correspondientes.
El término de “orfandad absoluta” se describe en la disposición adicional segunda de esta ley y precisa que los menores de edad cuya madre ha sido víctima de feminicidio tengan el derecho a los programas sociales aunque “el progenitor siga con vida”.
De acuerdo con información del gobierno local esta ley ya fue revisada por 90 organizaciones de la sociedad civil de esta localidad y será tramitada en enero-febrero de 2018 para su aprobación.
A estas acciones se suman a la anunciada por el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, quien en la conmemoración del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres (25 de noviembre) informó que a partir del 2018 el gobierno entregaría 4 mil euros (88 mil pesos mexicanos) a los hijos e hijas de víctimas de feminicidio.
En España la cobertura legal y el respaldo de la seguridad social a la niñez en esta situación es una medida que demandaron las asociaciones civiles y fue plasmada en el Pacto de Estado Contra la Violencia Machista.
El Pacto fue aprobado por el Congreso de Diputados del país en septiembre de este año, y entre las demandas que se hizo al gobierno español es que desarrolle un plan integral para prevenir, proteger y reparar el daño a menores de edad víctimas de violencia de género, y que los considere como “víctimas directas” para garantizarles los derechos que tienen como tal.
Según datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) de 2006 hasta octubre de 2017 fueron asesinadas en España 712 mujeres.
En 2016, 36 por ciento de las víctimas había formulado previamente una denuncia contra el victimario, es decir eran parejas o exparejas de víctima. En 2017, fueron un 19 por ciento.
Las cifras del Consejo también indican que en Castilla-La Mancha tiene una tasa de 46 denuncias de violencia de género por cada 10 mil mujeres.
DEBATE SOBRE ORFANDAD POR FEMINICIO
La adopción de medidas para atender a estas víctimas hasta ahora invisibles del feminicidio es un debate que está tomando fuerza en otros países. Por ejemplo, Argentina aprobó en septiembre pasado la “Ley Brisa” para otorgar a apoyos económicos, educativos y psicológicos a la orfandad por feminicidio.
En República Dominicana ya cuenta con un protocolo especial para atender a esta infancia. Mientras en México aún se espera que la Cámara de Diputados avale la reforma al Artículo 26 Bis de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, con el fin de que el Estado cree programas de desarrollo social dirigidos a los hijos e hijas de madres víctimas del feminicidio.
17/HZM/LGL
Me enfrento a lo que cualquier otra mujer: ser minusvalorada y vilipendiada
“El problema de las mujeres musulmanas es con el patriarcado, no con el islam”

La periodista Mónica G. Prieto, con más de 20 años de experiencia como corresponsal de guerra, acaba de publicar con Maruja Torres “Contarlo para no olvidar”, una conversación entre ambas sobre sus vidas reporteando.
Mónica G. Prieto es la corresponsal de guerra española en activo con mayor trayectoria y reconocimiento. Ha cubierto una decena de conflictos en los últimos 20 años: desde Chechenia y los Balcanes hasta los más conocidos de Oriente Próximo –ocupación palestina, Irak y Siria–. Conocida por la precisión y exquisitez de la escritura de sus crónicas, acaba de publicar con Maruja Torres “Contarlo para no olvidar”, una conversación entre ambas sobre sus vidas reporteando. Recientemente, también ha publicado junto al reportero Javier Espinosa “La semilla del odio”. De la invasión de Irak al surgimiento del ISIS, precuela del también imprescindible “Siria, el país de las almas rotas”. Conversamos con Prieto sobre periodismo, Oriente Próximo, las guerras siria e irakí, entre otras cuestiones.
“La Historia no es, como quisieran hacer creer los manuales escolares, una serie discontinua de fechas, tratados y batallas espectaculares y deslumbrantes […] si soportar la Historia (no resignarse ante ella: soportarla) es hacerla, entonces la desteñida existencia de una anciana es la Historia misma, la materia de la que está hecha la Historia…”.
Este extracto de la novela “La hierba”, de Claude Simon, define a la perfección el trabajo de Mónica G. Prieto, una periodista que siempre ha tenido claro que su oficio es el de documentar la historia en el momento justo de su desarrollo, pero desde las personas que sostienen y reproducen la vida, mientras sus mandatarios ordenan a las personas pobres a matarse en nombre de sus intereses. Así, no es extraño que nos encontremos un párrafo con semejante parecido en “La semilla del odio”:
La historia de Irak la estaban escribiendo personas como Nabija Abderrasul, una anciana de 84 años que, incapaz de caminar, obligó a su hijo Jalil Shaker a transportarla en brazos hasta el colegio electoral (…) “He votado en nombre de mis hijos… Los sacrifiqué por Irak. Quiero que el sol nos alumbre porque llevamos cuarenta años sumidos en la penumbra”.
Son pocas las oportunidades que tenemos de escuchar a esta periodista en seminarios y congresos porque lleva más de doce años viviendo fuera de España, la primera década en Oriente Próximo –con base en Jerusalén y después en Líbano– y desde hace dos en Asia, radicada ahora en China. Hablamos con ella coincidiendo con su participación en el XXI Encuentro Internacional de Foto y Periodismo ‘Ciudad de Gijón’.
- Patricia Simón (PS): Recientemente se ha publicado una investigación académica que evidencia que gran parte de la información que se publica en España sobre Oriente Próximo está filtrada por una visión islamófoba: la inmensa mayoría se elabora desde el prisma del conflicto, del machismo, de la sumisión de las mujeres, de la violencia… Sin conceder apenas espacio a informaciones positivas o de otras facetas de la realidad. ¿Cuál es su opinión?
- Mónica G. Prieto (MGP): En primer lugar, desde las direcciones se exige el enfoque islamófobo, seguramente por ignorancia y por el miedo que explicamos en la cita con la que iniciamos el libro. [“Es un ciclo tan antiguo como el tribalismo. Todo comienza con la ignorancia. La ignorancia genera miedo. El miedo genera odio, y el odio genera violencia. La violencia provoca más violencia hasta que la única ley viene dictada por la voluntad del más fuerte”. David Mitchell, El atlas de las nubes].
A menudo, el periodista tampoco tiene tiempo ni voluntad de reconsiderar lo que está escribiendo: asume que los musulmanes son terroristas y todos esos tópicos que están contribuyendo a establecer ese ‘nosotros contra ellos’. Es una cuestión de poca cultura y formación sobre las circunstancias de lo que está pasando y del islam, que es una religión tan compleja como la cristiana y sobre la que no se puede generalizar.
Se tiende a simplificar y banalizar, exactamente lo que hizo Bashar Al Assad (presidente de Siria) al principio de la revolución siria. Toda la población que se levantaba contra el régimen era tachada de salafista, de apoyar a Al Qaeda. Este tipo de generalizaciones termina minando el imaginario colectivo hasta el punto de que una gran parte de la izquierda europea lo cree. Es la misma trampa que nos vendió Vladimir Putin (presidente de Rusia) sobre los chechenos tras los atentados del 11S, que eran los mismos terroristas que atacaron a Estados Unidos. No, son una minoría musulmana a la que tienen reprimida desde los años 40 con Stalin.
Terminamos comiéndonos este tipo de trampas cuando el periodista está para cuestionar estos cepos dialécticos. Si utilizamos la misma terminología que los líderes que intentan enfrentarnos, somos corresponsables de la crisis de valores que estamos viviendo. Y cuidado con el papel de los medios de comunicación en estos enfrentamientos, porque ya vimos lo que pasó en Ruanda y en tantos otros sitios. Podemos terminar matándonos en un momento dado.
“Mónica G. Prieto fue la primera periodista española que consiguió, en 2011, burlar la prohibición del régimen sirio a la entrada de periodistas extranjeros para informar de la incipiente revolución. Desde el cerco de Baba Amr, el barrio de la ciudad de Homs en el que se alzó la revuelta, envió crónicas a “Periodismo Humano” y “Cuarto Poder” que documentaban los crímenes de guerra cometidos por el Gobierno”.
- PS: Recuerdo que en el reportaje “Nur, el alma de la revolución siria” contaba cómo era esta joven la que lideraba las protestas y que de los diez integrantes del comité de la revolución seis eran mujeres. Datos e historias que no son habituales en la prensa española, en la que las mujeres musulmanas suelen ser definidas desde la sumisión. ¿Cómo ha evolucionado su situación en Oriente Próximo desde la invasión de Irak?
- MGP: Hay una corriente de retroceso que afecta a toda la sociedad. No sólo a la musulmana, también a la nuestra, en valores y en todo. Es cierto que las mujeres musulmanas eran mucho más libres en los años 50 y 60, pero no ha habido una regresión o pérdida de derechos en la última década. De hecho, en los países más duros, como Arabia Saudí o Irán, han avanzando en derechos, aunque sea mínimamente. El problema es que los medios vendemos ese tópico de la represión de la mujer, de la imposición del burka; el hiyab es voluntario y es tan respetable como que aquí alguien se ponga el traje de faralaes. No hay que estigmatizar a un colectivo por su ropa.
Lo que sí hay es una generación de mujeres formadas, valientes y despojadas de los límites mentales que había antes gracias a internet y a las redes sociales. Incluso en las peores dictaduras todo el mundo maneja proxies para saltarse los controles. Son mujeres políglotas, que han visto lo que hay más allá de sus territorios, que hablan con mujeres de otros lugares del mundo, que saben que tienen la capacidad de rebelarse y que luchan por ello. Sólo hay que ver que cuando llegas a la estratosfera de los comités de las revoluciones árabes, lo que te encuentras son mujeres, porque tienen más iniciativa y son más valientes.
Y ése es uno de los misterios de los medios de comunicación: ¿por qué no dan más pábulo a este tipo de historias, de las que además podemos aprender tanto? Por ejemplo, en nuestra Europa de confort levantarse requiere poco esfuerzo. Pero ellas saben que si se manifiestan no sólo les van a disparar, sino que, si las llevan a prisión, las van a violar antes de hacerlas desaparecer… Recuerdo una manifestación en Homs en la que las mujeres estaban en la cabecera. Cuando les pregunté el por qué me contestaron que a ellas tardaban más en dispararles. Sabían que les iban a disparar. ¿Ésas son las mujeres oprimidas del islam? No, son mujeres con dos ovarios que tienen asuntos pendientes con el islam que abordarán cuando ellas quieran. Pero su problema ahora es con el patriarcado y con las dictaduras patriarcales.
Acuérdese de la Revuelta verde de Irán de 2009 –que no siendo un país árabe, está en la región que ha cubierto–, donde se dieron manifestaciones masivas con amplia participación de mujeres jóvenes.
Precisamente en Irán, en 2005, entrevisté a responsables de las campañas electorales de los candidatos Rajsanyani y Ahmadineyad, y ambas eran mujeres. O la abogada y premio Nobel de la Paz, Shirin Ebadi, una de mis referentes como pensadoras. Pero es que voy a Bangladesh y me encuentro con un país más pobre y radical en lo religioso de lo que me esperaba, pero donde su primera ministra es mujer y la jefa de la oposición también. Es decir, hay que recuperar la gama de los grises frente al blanco y negro.
“Identificar y exorcizar los propios prejuicios es otra de las señas de identidad del trabajo de Prieto. Lo comprobamos también en uno de los primeros reportajes que componen “La semilla del odio”, en el que recoge su encuentro con un miliciano del partido chií libanés Hizbulá, amputado por los bombardeos cuando se disponía a luchar contra los ocupantes: “’No somos chiíes ni suníes, somos musulmanes contra los ocupantes’”, me dijo orgulloso cuando le pregunté, presa de mis prejuicios, por qué combatía en nombre de un régimen suní”.
- PS: En “La semilla del odio” menciona la actitud paternalista que, en ocasiones, ha percibido por parte de ciertos compañeros. ¿Cómo ha sido esa relación y cómo ha evolucionado?
- MGP: Ese machismo me lo encontraba, sobre todo, cuando volvía a la redacción. Nuestro gremio es una representación de la sociedad, por lo que según han ido llegando compañeros más jóvenes, me voy encontrando con menos actitudes machistas. Lo que hay son cada vez más colegas femeninas. En mi última cobertura, en Corea del Norte, me encontré con que en el desfile de Kim Jong-Un, más del 65 por ciento éramos mujeres. Somos mayoría en las facultades y en las redacciones, el problema es que –salvo excepciones– quienes dirigen los medios son hombres. Y que en el terreno hay pocas al frente de los equipos: muchas mujeres videocámaras y fotoperiodistas, pero pocas Christiane Amanpour dirigiéndolos.
“Cuando regresaba de coberturas, enseguida me ponían a editar breves para que se me bajasen los humos, si es que los había. Es un reflejo de la sociedad patriarcal en la que vivimos”, confiesa Prieto en “Contarlo para no olvidar”, una apasionante, locuaz, divertida y enjundiosa conversación con la decana periodista y escritora Maruja Torres. En el libro, editado por 5W, las reporteras –que además de oficio comparten una profunda amistad– recorren sin pelos en la lengua sus respectivos inicios profesionales, sus conflictos con los jefes, su concepción del periodismo, su experiencia en Oriente Próximo, así como los obstáculos y ventajas que les ha supuesto ser mujeres en contextos muy masculinizados.
- PS: Maruja Torres y usted pertenecen a distintas generaciones, pero comparten la convicción de que para hacer un verdadero periodismo “hay que leer mucho para conocer los precedentes históricos, las declaraciones de unos y otros, por dónde va el cotarro, y llegar allí y mirar como si no supieras nada. Tener una mirada fresca y empezar a comprender” para poder narrar lo que hay más allá de lo evidente con un estilo propio, como explica en el libro. Pero, en la actualidad, lo que abunda en los medios masivos es opinión disfrazada de análisis, mucho más barata que el reporterismo, que en lugar de reafirmarnos en nuestros prejuicios y certezas –como hace la primera–, nos enfrenta a nuestros fantasmas. ¿Qué tipo de sociedades genera el consumo masivo de lo que Torres denomina “columnas onanistas”?
- MGP: Rosa María Calaf, otro referente del periodismo responsable y trabajo bien hecho, suele decir que “un organismo que se alimenta de comida basura termina enfermando, y una sociedad que se alimenta de información basura termina enfermando”. Creo que los Trump, los populismos, los ismos en general son en parte producto de una mala praxis generalizada en los medios de comunicación, una irresponsabilidad que se ha traducido en el hundimiento del prestigio de lo que fue un oficio necesario para la sociedad, y que ahora genera desconfianza hacia medios y periodistas. Entiendo que ya no resultemos creíbles como colectivo, aunque no se puede dejar en manos de internet la información porque se ha demostrado que cualquiera puede intoxicar y desinformar desde la red, donde no hay filtros para publicar. La figura omnipresente del todólogo -muy española, pero extrapolable a otros países-, la promoción de las columnas y de los periodistas onanistas y el ruido que generan las redes adormecen a la sociedad, la anestesian ante los retos.
Cuando nada merece ser creído, todo es puesto en duda: desde nuestra obligación como seres humanos a dar auxilio a las personas refugiadas hasta los crímenes que cometen los Estados. Si nada nos sorprende porque ya no nos creemos nada, terminaremos viviendo en la ignorancia, lo que nos expondrá a todos los abusos imaginables. La mala praxis periodística está debilitando, en definitiva, a la sociedad.
- PS: ¿Qué aspectos de la imagen estereotipada del reportero y reportera de guerra le gustaría que se desterraran de una vez?
- MGP: Es un trabajo sucio, duro, en el que duermes poco, mal y cuando puedes; en el que orinas y defecas cuando tienes oportunidad. Hay que desterrar la imagen idealizada: es un trabajo apasionante porque ves historia en el momento en el que se desarrolla, pero a un precio muy duro. Te enfrentas con la muerte, lo que duele mucho y te va dejando marcas que vas superando como puedes. También puede ser un trabajo tedioso, de esperas interminables en una trinchera, de pasar tres semanas de cobertura en las que no pasa nada. Y de perder dinero como una loca porque necesitas un fixer, un chofer, a los que debes pagar bien.
En la guerra todo es muy caro porque todo escasea: el combustible, la comida. Y la precarización del periodismo no ha afectado sólo a que no cuentes con respaldo económico porque se esté pagando la crónica a 35 o 50 euros (de 733 pesos a 1050 pesos mexicanos) sino que ya ni siquiera cuentas con un interlocutor, una persona a la que le puedas contar lo que has visto y que te haga preguntas que mejoren el resultado de tu trabajo. Todo esto se ha perdido porque o no hay jefe al que le interese, o eres freelance y, por tanto, no no lo tienes.
“Uno de los grandes valores del reporterismo y de la vida es la humildad. No creerte tú la noticia”, sostiene Prieto en Contarlo para no olvidar. De hecho, en sus crónicas y libros apenas aparece la primera persona del singular, un rasgo identitario de su escritura. Precisamente por eso, es destacable las dos veces que rompe con esta convicción en las páginas de los dos libros sobre las guerra siria e iraquí que ha escrito con Espinosa.
En “La semilla del odio”, cuando Prieto relata el ataque al hotel Palestina y las consecuentes muertes de los cámaras de televisión José Couso y Taras Protsyuk. Aquella noche los periodistas organizaron una vigilia con cirios en el jardín del alojamiento.
“Varios iraquíes se aproximaron para recriminarnos que no hubiéramos encendido velas por los incontables muertos que se había cobrado la invasión. Me enjuagué las lágrimas y agaché la cabeza avergonzada por aquel hecho incontestable. Fue una de las lecciones más duras que aprendí en esa guerra. El fantasma de la doble moral me acompaña desde entonces, ensombreciendo cada cobertura de zona de conflicto donde el percance profesional de un periodista extranjero copa páginas y portadas mientras la muerte de civiles no encuentra espacio entre los breves”, leemos. La segunda ocasión es en el epílogo de Siria, el país de las almas rotas, en un brutal ejercicio de sinceridad con el que los reporteros cerraban su etapa en Oriente Próximo: “El secuestro nos había convertido en una parte más del conflicto, despojándonos de la distancia del observador. Ya no éramos neutrales ni nuestros amigos sirios o iraquíes nos percibían como tales”.
- PS: Escribir en el terreno, con la premura de enviar las crónicas antes de la hora de cierre y sorteando todos los obstáculos propios de un conflicto, tiene que dejar muchas historias, matices y narrativas en el tintero. ¿Cómo ha sido la experiencia de releerse para escribir estos dos libros?
- MGP: Extraño. Pedimos a “El Mundo” todo el material publicado en esos 12 años de coberturas en Irak, releímos las libretas -en mi caso, 40; en el de Javier, 60–, y revisamos todas las fotografías que habíamos tomado. Tengo una memoria muy visual y al ver las escenas recordaba todo lo que me rodeaba. Lo más bonito fue acordarme de cosas que había olvidado. Tengo mala memoria, o quizás tal acumulación de vivencias que la memoria debe desechar algunas para hacer hueco. Un día, por ejemplo, me encontré en una de las libretas con una entrevista que no recordaba haber hecho. Llamé a Yaroub, nuestro fixer, y me dijo “claro, ¿no te acuerdas?”.
Era al guardaespaldas de Sadam Hussein y en ella reconstruía los últimos días del dictador. Aquella entrevista –que no había publicado en su momento– cobraba sentido años después. Los libros me han permitido unir hilos y tener una visión mucho más completa de Oriente Próximo.
Yo hacía muchas entrevistas para comprender, no para publicarlas.
Si un día no tenía nada que hacer, me iba a entrevistar a un historiador para que me contase la historia reciente de Irak. O casualidades maravillosas de la vida que van surgiendo. Uno de mis traductores durante la invasión, Abdel, un tipo íntegro y sólido, me llevó un día a comer a su casa para que conociese a su mujer.
Estando en el salón vi que donde antes estaba el retrato obligatorio en cada hogar de Sadam, cuya marca había quedado en la pared, había otro más pequeño de alguien que me resultaba muy familiar. Era su tío, Abdul Karim Qassem, que había sido primer ministro de Irak y ejecutado por el Baaz, el partido único del régimen. También mataron a toda su familia salvo a Abdel, porque en aquel momento tenía dos años. Pero el régimen le había machacado toda la vida por su apellido. Abdel había guardado el retrato de su tío todo ese tiempo y el mismo día que cayó Bagdad, lo colocó. Doy gracias a la vida por haberme puesto a tantas personas en el camino que me han permitido entender.
- PS: Estamos hablando de una época, la de la invasión de Irak y la posterior guerra civil, en la que Espinosa y usted se relevaban por estancias de hasta tres meses en el país.
- MGP: Sí, hemos pasado de coberturas de tres meses a de uno o dos días, de contar con dos semanas para hacer una buena entrevista, a tener que hacerla en una hora en texto, vídeo y fotos. Y así no tienes tiempo para hablar con la gente, empatizar, encontrar las historias. Se nos pide que estemos alimentando Twitter, Facebook, y al final decimos banalidades, simplificamos el mensaje. El tiempo que deberíamos destinar a entender, lo dedicamos a llenar espacios con palabras vacías.
Por eso sostengo que el periodismo internacional se va a convertir en un hobby caro de personas que tendrán otro trabajo y harán dos buenas historias por su cuenta al año. Una idea que desarrollé hace un tiempo y por la que me gané un enfado considerable de algunos colegas. Lo que estoy proponiendo es una salida laboral porque esto no va a mejorar. La única solución es sacarnos esta presión de encima de que tenemos que ser brillantes y seguir perdiendo dinero, porque no hay manera de vivir de esto.
- PS: En sus últimos reportajes, elaborados en un viaje a Corea del Norte con Javier Espinosa, hizo vídeo y fotografía. ¿Qué ha descubierto con esta experiencia?
- MGP: Constaté que no sé hacer vídeo y que es incompatible con cualquier otro formato. No puedo estar pensando en registro visual y periodista a la vez. Como siempre he tomado fotografías, terminé decidiendo que compartimentaría mi tiempo: las dos primeras horas para fotos y las otras para el texto, o al revés, pero no intercalo porque si no no estoy volcada en ninguno de los dos registros al cien por cien. Y el vídeo excluye todo lo demás. Con Corea me di cuenta de que había vuelto sabiendo una décima parte de lo que suelo aprender en un viaje. Es como pedir a un fontanero que alicate un techo. Pues no.
- PS: Al inicio de su carrera trabajó para grandes medios como freelance, después como redactora de El Mundo y, sin embargo, no dudó en sumarse desde sus inicios a proyectos como Periodismo Humano y Cuarto Poder. ¿Por qué?
- MGP: Porque es el futuro, porque los medios convencionales están abocados al fracaso. Y porque me siento corresponsable de lo que publica mi medio, de que se pueda estar instando al fascismo, al totalitarismo desde sus páginas y cómo eso pueda terminar afectando a cómo se juzga mi trabajo bajo esa cabecera. Soy muy cauta en mis textos, tengo un enorme sentido de la responsabilidad sobre lo que aportamos como periodistas a la sociedad. Y considero que el futuro está en Internet. Prefiero comprometerme con un medio que se adecue a mi visión del mundo y en el que se respete mi trabajo y por eso no he dudado en meterme en proyectos que son la vía natural de mis textos, porque se trata de difundirlos, de cumplir con nuestra función social. Hace ya muchos años que esto ya no es una vía para ganar dinero.
- PS: ¿Hay algo que no le haya preguntado pero de lo que le gustaría dejar constancia?
- MGP: Hay una historia a la que últimamente le doy muchas vueltas, la pregunta que sale en cualquier conferencia: “¿Cómo es ser mujer y trabajar en Oriente Próximo? ¿Cómo es ser mujer y…?”. Es una cuestión que me revuelve porque nunca me he identificado con una mujer, sino con una periodista, una especie de tercer género. Y así es como se me trata en el terreno, como a un persona que ha ido adonde caen bombas desde su zona de confort por ellos. Y te lo agradecen todos, árabes radicales, salafistas, wahabistas como Abu Leila, uno de los protagonistas de Siria, el país de las almas rotas, que arriesgó su vida por sacar de Homs a la periodista francesa Edith Bouvier, herida por un bombardeo.
Me resulta complicado explicar que la situación de las mujeres en el periodismo es extrapolable a la de toda la sociedad, que el problema no es el islam o el evangelismo, sino el patriarcado que nos machaca a las mujeres en cualquier escenario. Así que me enfrento a lo que cualquier otra mujer: ser minusvalorada y vilipendiada por todo aquello que en los tíos son virtudes. Esos hombres que creen que tienen que ser mejores que cualquier tía y que ven en ti reflejada su mediocridad. Yo no he sido reprimida en el mundo árabe por el islam, sino por unos cuantos individuos, como los que me reprimen aquí en España. Me irrita la pregunta porque la considero tópica y que transmite la imagen de que el machismo es propio de Oriente Próximo cuando aquí también lo hay.
*Este artículo fue retomado del portal de Pikara Magazine.
17/PS/LGL
VIOLENCIA
Aumento de 15 por ciento respecto a 2016
De enero a marzo de 2017, 6 mil madrileñas víctimas de violencia de género

Un total de 6 mil 57 mujeres aparecen como víctimas de violencia de género en la Comunidad de Madrid en las 6 mil 467 denuncias presentadas en los órganos judiciales de la región durante el primer trimestre de 2017, según los datos estadísticos dados a conocer hoy por el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género.
Las denuncias presentadas, según datos estadísticos del Consejo General del Poder Judicial, suponen un importante incremento del 15 por ciento con respecto a las denuncias que se presentaron en los órganos judiciales en el mismo trimestre del año anterior, que fueron 5 mil 150.
Asimismo aumentó en un 6.38 por ciento el número de mujeres víctimas de violencia de género, ya que en el primer trimestre de 2016 fueron 4 mil 843 frente a las más de seis mil del presente año.
En cuanto a la ratio (proporción) de mujeres víctimas de violencia de género, por cada 10 mil mujeres, destacan por encima de la media nacional (que fue de 16) las comunidades de Baleares, con una ratio de 20.9, y Murcia, Comunidad Valenciana y Canarias con tasas ligeramente superiores a 20, mientras que la ratio más baja se dio en Castilla y León, con 9.8, seguida de La Rioja y Galicia, con ratios en torno a 10. En la Comunidad de Madrid, la ratio fue de 17.87.
DENUNCIAS QUE PRESENTAN VÍCTIMAS
Más del 75 por ciento de las denuncias fueron presentadas por la propia víctima, directamente o a través de los correspondientes atestados policiales. Lo que supone mantener el mismo porcentaje que en el primer trimestre del año anterior.
Las denuncias por intervención directa de la policía se sitúan en el 16.8 por ciento de los casos –dato similar al año anterior- constatándose una vez más las pocas denuncias presentadas por familiares, que apenas llegaron a un 1.19 por ciento del total. Cerca de un seis por ciento de las denuncias registradas en los órganos judiciales obedecieron a partes de lesiones remitidos por los servicios sanitarios y un 3.71 por ciento a denuncias presentadas por servicios asistenciales y terceras personas.
VÍCTIMAS QUE NO DECLARAN
En 895 casos, la víctima se acogió a la dispensa legal a la obligación de declarar como testigo, prevista en el Artículo 416 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, lo que supone un 14.07 por ciento del número de mujeres víctimas, cifra superior al año anterior, que fue de un 11.8 por ciento.
En 500 casos, las mujeres que se acogieron a la dispensa eran españolas y en 395 eran extranjeras. Puestas en relación estas cifras con el total de mujeres víctimas, se observa que la proporción (ratio) de mujeres víctimas que se acogen a la dispensa es superior en las mujeres extranjeras.
Desde el año 2015, el Observatorio sustituyó entre sus datos estadísticos la cifra de renuncias por la de víctimas que se acogen a la dispensa a la obligación legal de declarar, por entender que se trata de un parámetro más acorde a la realidad, toda vez que en los procedimientos de violencia de género la Fiscalía siempre actúa de oficio, por lo que la renuncia de la víctima no lleva aparejada obligatoriamente la finalización del proceso judicial.
SOLICITUDES Y ÓRDENES DE PROTECCIÓN
Durante el primer trimestre del año se solicitaron en la región mil 503 órdenes de protección en los órganos judiciales, aumentando así ligeramente la cifra de mil 374 órdenes solicitadas en el mismo periodo de tiempo del año anterior.
Un total de mil 372 órdenes (que incluyen también las medidas de protección y seguridad de las víctimas) fueron solicitadas en los juzgados de violencia sobre la mujer y otras 131 lo fueron en los juzgados de guardia.
En el pasado ejercicio, las órdenes solicitadas en los juzgados especializados que incluían medidas de protección y seguridad a las víctimas fueron mil 274, mientras que otras cien lo fueron en los juzgados de guardia.
Los juzgados de violencia sobre la mujer concedieron un 55.5 por ciento de las órdenes de protección solicitadas (762 adoptadas frente a mil 372 solicitadas), previstas en los artículos 544-ter y 544 bis de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, con un importante incremento respecto al mismo periodo del año anterior, en que se concedió un 44 por ciento de las órdenes de protección solicitadas.
De las órdenes de protección solicitadas, tanto en los juzgados de violencia sobre la mujer como en los juzgados de guardia, 907 (un 60.3 por ciento) correspondieron a mujeres españolas y 596 a extranjeras. Diecisiete órdenes de protección correspondían a mujeres menores de edad, un 1.1 por ciento del total.
*Este artículo fue retomado del portal de la revista feminista Tribuna Feminista.
17/RED/GG
DERECHOS HUMANOS
Hipervisibilizan su cuerpo, invisibilizan su capacidad
De cómo los medios construyen a “la mujer musulmana”

El Centro Cultural Galileo acogió el pasado jueves 15 de junio la charla “Mujeres musulmanas en los medios de comunicación: ¿Qué hay más allá de los tópicos?”, un acto que invita a reflexionar sobre cómo los medios de comunicación reflejan a las mujeres musulmanas.
Las expertas que intervinieron fueron Leila Nachawati Rego, profesora de comunicación de la Universidad Carlos III, colaboradora de varios medios como eldiario.es, Carmen V. Valiña, doctora en Historia Contemporánea, especialista en Género y periodista, y Laure Rodríguez-Quiroga, fotógrafa, co-directora del Congreso Internacional de Feminismo Islámico, presidenta de la Unión de Mujeres Musulmanas de España y autora del libro Falsos mitos de la mujer en el Islam.
La charla comenzó con la intervención de Carmen Valiña, quien expuso la problemática que supone que los medios de comunicación españoles ahonden en los estereotipos sobre las mujeres musulmanas. “Los medios de comunicación construyen nuestra imagen de las mujeres musulmanas”, afirmó. “Son un símbolo para occidente, un símbolo de las fobias de occidente sobre el Islam. No hablaron de que las mujeres musulmanas estaban en las primeras filas de las manifestaciones”.
Carmen Valiña vive entre España y Marruecos y señala el contraste que observa entre ambos países en el conocimiento que uno tiene del otro. “De nuestro país”, dice, “me han preguntado si me han obligado a convertirme al Islam”. Valiña explica que estamos acostumbrados a los comentarios islamofóbicos.
Las prendas de vestir de las mujeres musulmanas, como los hiyab, centran gran parte de la atención de los medios de comunicación y las ponentes expresaron su preocupación de que este aspecto invisibilice a otros, como pueden ser el acceso a la educación, la violencia machista, etc. “Una imagen de una mujer con hiyab es más efectista que explicar en profundidad. Describirlas como sumisas o radicales elimina muchos otros aspectos. Es inexacto, las reduce”, expuso Carmen Valiña.
LOS MEDIOS Y LA REALIDAD
Leila Nachawati insistió en la responsabilidad de los medios en la construcción de la realidad: “la invasión de Irak no habría sido posible sin el papel deshumanizador de los medios”. Explica que éstos contribuyen a normalizar el conflicto al presentarlo como algo lejano. Señaló que los medios son capaces de favorecer la empatía o la no empatía a través del lenguaje que emplean.
Argumentó que esto cambió en 2011 con las protestas de la “Primavera árabe”, porque en ese momento el norte empezó a mirar al sur con respeto. “A medida que se hacía más complejo era más difícil de seguir y volvimos a los viejos filtros. Esquemas binarios”.
Nachawati señaló el uso de esquemas binarios simplificadores por parte de los medios, es decir, radicales y moderados, intereses rusos y estadounidenses, sumitas y chiitas o sumisas y empoderadas, en el caso de las mujeres.
También recalcó la necesidad de hablar con las mujeres musulmanas para revertir la tendencia a hipervisibilizar su cuerpo y sexualidad e invisibilizar su capacidad de resolver, su empoderamiento y la persona que hay detrás de la vestimenta. En referencia a esto último señaló “los símbolos no son estáticos, se pueden reivindicar”. “Cuando prohíbes y oprimes, refuerzas la identidad, consigues que no se lo quiten, las excluyes y estigmatizas”, expresó la periodista.
Laure Rodríguez-Quiroga cerró el acto, antes de abrir espacio al debate. La fotógrafa, que se convirtió al Islam y que desde hace un mes lleva un pañuelo en la cabeza como reivindicación política, quiso romper los mitos sobre las mujeres musulmanas. Aportó datos como que el 80 por ciento de las mujeres musulmanas proceden de países democráticos y que el 98 por ciento de las noticias sobre estas mujeres se centran en su cuerpo.
Explicó que en España el Islam tiene más de mil años y habló de la edad mínima para contraer matrimonios en los países que forman parte de la Organización para la Cooperación Islámica es de 18 años y 21 en algunos. Con sentido del humor señaló la tendencia occidental a hablar del “aquilandia” y “allilandia” (el aquí y el allá) para remarcar las diferencias.
Esta activista feminista y musulmana está amenazada de muerte por parte de la extrema derecha, como comentó al final de charla en referencia a las dificultades que tiene las mujeres musulmanas para ser escuchadas.
DEBATE
El acto estuvo marcado por la reivindicación de una mujer del público a la que se le negó la entrada porque llevaba un carrito con su hijo. Las ponentes quisieron interceder para que pudiera asistir al acto pero las normas del centro cultural lo impidieron.
Laure Rodríguez.-Quiroga comenzó su intervención diciendo: “Nuestra sociedad se rige por un sistema patriarcal, no sé si marcharme por solidaridad con ella”. En el debate posterior con el público se habló de este tema y se produjeron intervenciones interesantes como la de una mujer de procedencia siria y palestino-libanesa que se emocionó al hablar sobre su lucha contra los prejuicios en occidente, “A mí me ayuda pensar que no estoy sola”, expresó Leila Nachawati. “Cuando empezamos estábamos muy solas hasta el 2014” añadió Laure Rodriguez-Quiroga.
17/MRG/GG
DERECHOS HUMANOS
Hipervisibilizan su cuerpo, invisibilizan su capacidad
De cómo los medios construyen a “la mujer musulmana”

El Centro Cultural Galileo acogió el pasado jueves 15 de junio la charla “Mujeres musulmanas en los medios de comunicación: ¿Qué hay más allá de los tópicos?”, un acto que invita a reflexionar sobre cómo los medios de comunicación reflejan a las mujeres musulmanas.
Las expertas que intervinieron fueron Leila Nachawati Rego, profesora de comunicación de la Universidad Carlos III, colaboradora de varios medios como eldiario.es, Carmen V. Valiña, doctora en Historia Contemporánea, especialista en Género y periodista, y Laure Rodríguez-Quiroga, fotógrafa, co-directora del Congreso Internacional de Feminismo Islámico, presidenta de la Unión de Mujeres Musulmanas de España y autora del libro Falsos mitos de la mujer en el Islam.
La charla comenzó con la intervención de Carmen Valiña, quien expuso la problemática que supone que los medios de comunicación españoles ahonden en los estereotipos sobre las mujeres musulmanas. “Los medios de comunicación construyen nuestra imagen de las mujeres musulmanas”, afirmó. “Son un símbolo para occidente, un símbolo de las fobias de occidente sobre el Islam. No hablaron de que las mujeres musulmanas estaban en las primeras filas de las manifestaciones”.
Carmen Valiña vive entre España y Marruecos y señala el contraste que observa entre ambos países en el conocimiento que uno tiene del otro. “De nuestro país”, dice, “me han preguntado si me han obligado a convertirme al Islam”. Valiña explica que estamos acostumbrados a los comentarios islamofóbicos.
Las prendas de vestir de las mujeres musulmanas, como los hiyab, centran gran parte de la atención de los medios de comunicación y las ponentes expresaron su preocupación de que este aspecto invisibilice a otros, como pueden ser el acceso a la educación, la violencia machista, etc. “Una imagen de una mujer con hiyab es más efectista que explicar en profundidad. Describirlas como sumisas o radicales elimina muchos otros aspectos. Es inexacto, las reduce”, expuso Carmen Valiña.
LOS MEDIOS Y LA REALIDAD
Leila Nachawati insistió en la responsabilidad de los medios en la construcción de la realidad: “la invasión de Irak no habría sido posible sin el papel deshumanizador de los medios”. Explica que éstos contribuyen a normalizar el conflicto al presentarlo como algo lejano. Señaló que los medios son capaces de favorecer la empatía o la no empatía a través del lenguaje que emplean.
Argumentó que esto cambió en 2011 con las protestas de la “Primavera árabe”, porque en ese momento el norte empezó a mirar al sur con respeto. “A medida que se hacía más complejo era más difícil de seguir y volvimos a los viejos filtros. Esquemas binarios”.
Nachawati señaló el uso de esquemas binarios simplificadores por parte de los medios, es decir, radicales y moderados, intereses rusos y estadounidenses, sumitas y chiitas o sumisas y empoderadas, en el caso de las mujeres.
También recalcó la necesidad de hablar con las mujeres musulmanas para revertir la tendencia a hipervisibilizar su cuerpo y sexualidad e invisibilizar su capacidad de resolver, su empoderamiento y la persona que hay detrás de la vestimenta. En referencia a esto último señaló “los símbolos no son estáticos, se pueden reivindicar”. “Cuando prohíbes y oprimes, refuerzas la identidad, consigues que no se lo quiten, las excluyes y estigmatizas”, expresó la periodista.
Laure Rodríguez-Quiroga cerró el acto, antes de abrir espacio al debate. La fotógrafa, que se convirtió al Islam y que desde hace un mes lleva un pañuelo en la cabeza como reivindicación política, quiso romper los mitos sobre las mujeres musulmanas. Aportó datos como que el 80 por ciento de las mujeres musulmanas proceden de países democráticos y que el 98 por ciento de las noticias sobre estas mujeres se centran en su cuerpo.
Explicó que en España el Islam tiene más de mil años y habló de la edad mínima para contraer matrimonios en los países que forman parte de la Organización para la Cooperación Islámica es de 18 años y 21 en algunos. Con sentido del humor señaló la tendencia occidental a hablar del “aquilandia” y “allilandia” (el aquí y el allá) para remarcar las diferencias.
Esta activista feminista y musulmana está amenazada de muerte por parte de la extrema derecha, como comentó al final de charla en referencia a las dificultades que tiene las mujeres musulmanas para ser escuchadas.
DEBATE
El acto estuvo marcado por la reivindicación de una mujer del público a la que se le negó la entrada porque llevaba un carrito con su hijo. Las ponentes quisieron interceder para que pudiera asistir al acto pero las normas del centro cultural lo impidieron.
Laure Rodríguez.-Quiroga comenzó su intervención diciendo: “Nuestra sociedad se rige por un sistema patriarcal, no sé si marcharme por solidaridad con ella”. En el debate posterior con el público se habló de este tema y se produjeron intervenciones interesantes como la de una mujer de procedencia siria y palestino-libanesa que se emocionó al hablar sobre su lucha contra los prejuicios en occidente, “A mí me ayuda pensar que no estoy sola”, expresó Leila Nachawati. “Cuando empezamos estábamos muy solas hasta el 2014” añadió Laure Rodriguez-Quiroga.
17/MRG/GG
VIOLENCIA
Estado incumplió y “no negociamos la vida de las mujeres”
Españolas harán encierros para exigir recursos contra violencia machista

Con la reforma de la Ley del Régimen Local, impulsada por el Gobierno del Partido Popular, desaparecieron las competencias y, por lo tanto, los presupuestos municipales para atender a las mujeres. Desapareció la cobertura para hacer programas de atención, puntos de información, pisos de acogida y programas de recuperación para víctimas de la violencia de género.
Y la defensa de la Igualdad y la lucha contra la violencia machista siguen sin contar con la suficiente dotación presupuestaria por parte del Estado. Mientras, las mujeres siguen siendo asesinadas por el hecho de ser mujeres, aunque algunas no sean contadas como víctimas de violencia de género porque no cumplen los estrictos requisitos exigidos por la ley.
Este es el motivo por el que organizaciones feministas han convocado un encierro en los Ayuntamientos el próximo lunes, 19 de junio.
Según algunas organizaciones, la lista de mujeres asesinadas por el hecho de ser mujeres llega hasta 40, aunque muchas no estén incluidas en los datos oficiales. Como el caso de Hilda, que denunció al novio de su sobrina porque la maltrataba y este se convirtió en su asesino. También los hijos y las hijas de las mujeres se convierten en objetivo de los maltratadores.
“Porque sin dotación económica el Estado Patriarcal de presunto Derecho nos subsume a las Mujeres en la cloaca de la indiferencia y del desamparo institucional y judicial, mientras sigue vulnerando nuestros Derechos Humanos desde una ilegítima y absoluta impunidad”, afirma rotundo el manifiesto que acompaña la convocatoria.
Esto se llama “complicidad institucional con el Patriarcado y con su brazo ejecutor, el machismo que mata”, continúa el texto, en el que se incide en el tratamiento que los medios de comunicación siguen haciendo sobre cada Feminicidio”.
Las convocantes aseguran estar “hartas” de contar a las víctimas, de asistir a minutos de silencio y concentraciones, de escuchar discurso de condena, de lamentos, de duelo... Consideran que la violencia machista es una cuestión de Estado, que afecta a la mitad de la población, y que tiene una causa estructural que es la desigualdad entre mujeres y hombres, en cuya erradicación deben comprometerse todos los recursos que sean necesarios, como se exigió en el Pacto de Estado reclamado en 7N en las calles de Madrid.
Sin embargo, ahora, en los Presupuestos Generales del Estado de 2017, de próxima aprobación, la partida asignada a financiar la lucha contra la violencia machista asciende a poco más de 31 millones de euros, lo que supone un 0.0 por ciento del total de presupuesto.
Eso significa que se sigue sin asignar ni un euro a la prevención en los ámbitos educativo, sanitario y de medios de comunicación, que no se atiende la violencia sexual como prevé el Convenio de Estambul desde 2014. Implica que no se mejore la respuesta policial y judicial y no se cubra el coste de los servicios jurídicos, psicológicos y sociales en las Entidades Locales establecidos en la Ley de Igualdad. “Significa que ese Pacto de Estado nacerá muerto”, sentencia el texto.
Por eso, la movilización del lunes tiene como objetivo exigir al Gobierno la consignación de 120 millones de euros (2 mil 416 millones de pesos mexicanos) en la partida destinada a la lucha contra la violencia machista. “No admitimos rebajas, ni más dilaciones. Entendemos que no es negociable el precio de la vida de las mujeres”. Y concluyen: “no vamos a tolerar la incompetencia de los poderes públicos a la hora de actuar con celeridad y eficacia para frenar la violencia machista”.
El listado de los Ayuntamientos que harán encierros va sumando día a día. Puede verse en este enlace.
17/GL/GG
No son deseados 43 por ciento de embarazos
Presentan Atlas Europeo de la Anticoncepción

La Federación de Planificación Familiar Estatal ha presentado esta semana el Atlas Europeo de la Anticoncepción, un mapa interactivo que muestra el acceso a la Anticoncepción moderna en 45 países de Europa y alrededores.
El Atlas pone el enfoque en tres criterios: la disponibilidad de información online sobre métodos anticonceptivos, el acceso a productos y asesoramientos y la situación de los países en relación a las políticas de salud sexual y reproductiva.
“Para que las mujeres tengan empoderamiento real, deben tener acceso a los métodos anticonceptivos y medios para ejercer su derecho de usarlos", afirmó la responsable de programas del Foro de población y desarrollo del Parlamento Europeo, Adriana Losada, durante la presentación del documento.
Losada explicó que hay una necesidad de “tratar la anticoncepción en Europa”: “Es fundamental educar a los actores nacionales e internacionales para que trabajemos en política útiles en materia de salud reproductiva y sexual”. Además, concluye que la anticoncepción moderna tiene “una serie de beneficios claves” para la salud y el bienestar de las mujeres y contribuye “a la verdadera igualdad de género”.
Según el Atlas, entre los países europeos con mejor acceso de las mujeres a los métodos modernos de control de la natalidad se encuentran Francia, Reino Unido y Alemania. No obstante, el estudio pone de manifiesto las diferencias entre los países del Este y los Occidentales. “Turquía es el único país donde el estado civil puede constituir una barrera para acceder a los productos anticonceptivos gratuitos”, asegura Losada. Rusia, Bulgaria, Gracia y Azerbaiyán cierran la lista de los países con peor acceso a los métodos contraceptivos.
El informe también muestra que el 43 por ciento de los embarazos en Europa no son deseados. “Los Gobiernos deben hacer del acceso a la anticoncepción moderna una parte esencial de la cobertura primaria de salud pública en toda Europa”, explican. Asimismo, exigen una mayor apuesta estatal por los Anticonceptivos Reversibles de Larga Duración (ARLD) porque no es solo “el método más eficaz”, sino también “el más rentable en los sistema de salud a largo plazo”.
ESPAÑA, POR DETRÁS DE TURQUÍA O PORTUGAL
En 2010, España aprobó la Ley Orgánica 2/2010 de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo. Sin embargo, alguno de sus postulados ha quedado en papel mojado puesto que no se han tomado medidas específicas en materia de salud sexual y reproductiva. Actualmente, la tasa en nuestro país para acceder a métodos anticonceptivos está en un 59.7 por ciento, por detrás de países como Portugal o Turquía. “El acceso en España no es bueno si tenemos en cuenta nuestra renta per cápita”, explica la ginecóloga Concha Martín Perpiñán.
El preservativo es el método más utilizado por el 28.4 por ciento de las parejas. No obstante, un 24.8 por ciento no utiliza ninguno y tan sólo el 7.8 por ciento utiliza métodos de larga duración, a pesar de ser más efectivos. “En España, el DIU cuesta 80 euros (mil 665 pesos mexicanos) frente a los 30 euros (624 pesos mexicanos) que vale en otros países vecinos, como Francia”, explica Martín, quien denuncia una insuficiente financiación de los métodos anticonceptivos desde el Estado.
“Necesitamos una nueva Estrategia Nacional que asegure el acceso universal a todos los ciudadanos independientemente de la Comunidad autónoma en la que resida”, explica.
La Federación de Planificación Familiar Estatal también reclama la gratuidad de los métodos anticonceptivos, el impulso campañas para la eliminación de mitos, educación afectivo y sexual en las escuelas y formación para jóvenes y mujeres en exclusión social. “Es más barato financiar los anticonceptivos que la irrupción voluntaria del embarazo”, comentó Martín.
17/JMR/GG
VIOLENCIA
Gobierno debe asumir responsabilidad: Movimiento 7N
Tres mujeres más asesinadas y no llega dinero contra violencia

La plataforma del 7N condenó los nuevos asesinatos de mujeres este fin de semana en Madrid y Murcia a manos de sus parejas, en medio de la indignación mostrada en Madrid en la marcha, bajo el lema “Sin presupuestos ni participación las violencias machistas no serán Cuestión de Estado”, que exigió la urgente asignación de partidas presupuestarias para combatir esta lacra.
La indignación y denuncia de la pasividad de las instituciones y de quienes pueden hacer algo para amortiguar ese tipo de violencia ha sido compartida desde voces expertas, organizaciones feministas y mujeres que se niegan a ubicar el asesinato de mujeres por el hecho de ser mujeres como una catástrofe natural, como prolongación de lo irremediable, como destino al que resignarse.
Si los poderes públicos, y al frente de ellos el Gobierno central, no habilita de inmediato recursos y presupuestos para hacer frente al terrorismo machista, que este año ha matado a 37 mujeres y 9 niñas y niños, tendrá que asumir la responsabilidad que les corresponde, denuncia el Movimiento del 7N .
Poco antes de que comenzara este fin de semana trágico, cientos de personas, principalmente mujeres, pedían al Gobierno y a los grupos parlamentarios que incrementen en unos 120 millones de euros la partida específicamente destinada a combatir la violencia de género en los PGE para 2017.
La movilización, convocada por la Plataforma 7N, contó con el apoyo de más de 40 asociaciones feministas, sindicatos, partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil, que marcharon desde la puerta del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad en la madrileño Paseo del Prado, hasta la plaza de la Cibeles.
Los colectivos reclamaron la modificación del Proyecto de Presupuestos Generales del Estado, denunciando que las políticas contra la discriminación y la violencia suman 47.47 millones de euros, es decir, un 0.01 por ciento del presupuesto de 2017, lo cual, en un Estado donde 2.5 millones de mujeres ha sufrido alguna vez violencia de pareja y 1.5 millones sufre violencia sexual fuera de la pareja, supone una ofensa para las víctimas y una vergüenza para todas.
Pero los conservadores rechazaron el jueves en la comisión de presupuestos todas las enmiendas presentadas por la oposición para mejorar la prevención y atención a las víctimas y para reforzar las políticas de igualdad. Ni siquiera aceptaron una propuesta que pedía desgravaciones fiscales para los donantes del Fondo de Becas Soledad Cazorla, unas becas promovidas por la familia de la primera fiscala contra la violencia sobre la mujer fallecida en 2015 con el objetivo de ayudar a las víctimas más olvidadas e invisibles: las huérfanas y los huérfanos de las madres asesinadas.
PACTO DE ESTADO
Llevamos meses escuchando declaraciones en torno a un pacto de Estado que no verá la luz si no se destinan recursos para su implementación. Expertas han participado en la subcomisión del Congreso aportando sugerencias e iniciativas, basadas en una valiosa experiencia de años de lucha. Pero nos encontramos con el muro de la indiferencia, el desconocimiento y la falta de voluntad política para poner la cuestión en un lugar prioritario. Y no es tolerable que en nuestro país hayan sido asesinadas 34 mujeres en cinco meses. Que la violencia sea estructural no puede relegarla a un lugar terciario, aparentemente inexistente.
Eso ha querido denunciar el informe de Amnistía Internacional que lleva por título “El llanto invisible”. La diferencia entre el número de mujeres que refieren ser víctimas y el número de denuncias contra sus agresores es tal que pone en evidencia una realidad invisible, mayor y más sobrecogedora aún que la conocida.
En primer lugar, las cifras dinamitan la falacia de las denuncias falsas, falacia con la que violentos y cómplices enmascaran las verdaderas causas de la violencia y la legitiman. En el marco de esta campaña, hoy 30 de mayo, en una única representación en el Teatro Maravillas, María Lavalle canta contra la violencia de género. Amnistía Internacional quiere volver a llamar la atención sobre la necesidad de evaluar la aplicación de la Ley Integral contra la Violencia de Género desde su entrada en vigor en 2004.
IMPLICACIÓN SOCIAL Y MEDIOS
El asesinato de mujeres provoca la reacción inmediata de las instituciones más cercanas (ayuntamientos y comunidad) con minutos de silencio y concentraciones a las puertas de las sedes; pero esta respuesta, con ser necesaria, ya no basta, porque la legítima e indispensable indignación social se estrella una y otra vez contra la fría estadística de los números y de un terrorismo machista que debe ser combatido con toda la fuerza del Estado.
“Si las formaciones políticas, las instituciones, los poderes públicos y la sociedad civil no consiguen a la mayor brevedad convertir el terrorismo machista en cuestión de Estado, las herramientas para combatirlo siempre serán insuficientes y así no se puede seguir”, advierte el Movimiento del 7N.
Por otro lado, las organizaciones feministas agrupadas en torno al 7N reiteran su llamamiento a los medios de comunicación para que eviten abordar la violencia de género con la frivolidad de una página de sucesos. El tratamiento de los medios deja mucho que desear. En las noticias se deshumaniza a las mujeres, e incluso es habitual culpabilizar a la víctima de su destino y encontrarnos con la frase: “ninguna de las tres mujeres había denunciado”, como si por no denunciar tuvieran que ser asesinadas. En lugar de culpabilizarnos se debería averiguar por qué las mujeres no denunciamos y qué sucede cuando lo hacemos.
La última Macroencuesta de Violencia Contra la Mujer analiza las razones por las cuales las mujeres no denuncian, y una de esas razones es que “piensan que no les van a creer”. La idea de que las mujeres mentimos y que tenemos que demostrar lo que decimos sigue pensando demasiado en la sociedad actual.
“Las mujeres no mueren, son asesinadas”, y no estamos ante la simple crónica de un trágico suceso, sino ante una plaga de atentados machistas que constituye un verdadero problema social y político, recuerdan desde la Plataforma 7N.
17/RED
DERECHOS HUMANOS
Informe las coloca en desventaja, sobre todo económica
Mujeres de Comunidad Autónoma Vasca viven desigualdad de género

Según el Informe de Cifras sobre la Igualdad de Mujeres y Hombres en la Comunidad Autónoma Vasca (CAV 2016) de Emakunde, la situación económica de las mujeres pasa por una desigualdad en varios campos, destacando, entre ellos, el económico. Según detalla el Informe, los últimos datos de renta personal de mujeres y hombres de Euskadi, correspondientes a 2014 revelan una diferencia significativa: los 14.711 euros (304.85 pesos mexicanos) que perciben de media las mujeres suponen el 60 por ciento de la renta media de los hombres (24.417 euros (505.88 pesos mexicanos, casi diez mil euros de diferencia anual).
Esta diferencia es todavía mayor en cuanto a la pensión de jubilación: la jubilación media de las mujeres (821.4 euros al mes, 17 mil 022 pesos) supone el 54.5 por ciento de la pensión media de los hombres (1.507 euros/mes). Las mujeres constituyen el 56.8 por ciento del total de personas perceptoras de la Renta de Garantía de Ingresos, proporción algo inferior a la registrada en 2014 (57.4 por ciento).
ACCESO Y CONTROL DE DINERO
La participación de las mujeres en edad laboral en el mercado de trabajo se ha situado en 2015 en el 52.2 por ciento, dato que sitúa esta tasa en una senda de evolución positiva, pero todavía lejana de la tasa de actividad de los hombres (63.4 por ciento) y de los objetivos fijados por la Unión Europea.
Hasta los 44 años las tasas de actividad de mujeres y hombres, manteniendo algunas diferencias, no refleja un gran desequilibrio. Sin embargo, al aumentar la edad, la participación de las mujeres en el mercado se reduce de forma notable, y así mientras la tasa de actividad de las mujeres de más de 44 años es del 37.7 por ciento, la de los hombres se sitúa en el 51 por ciento.
La tasa de actividad de mujeres y hombres es más alta cuando tienen hijas o hijos a cargo, aunque cuando las hijas e hijos son 2 o más, la diferencia en esta presencia en el mercado laboral de mujeres y hombres aumenta notablemente.
En cuanto a la tasa de ocupación, se sitúa en el 44.3 por ciento en el caso de las mujeres, a más de 9 puntos de la tasa de ocupación de los hombres de la Comunidad Autónoma de Euskadi (CAE) (53.5). Nuevamente, en edades por debajo de los 35 años las tasas de ocupación son reflejan algunas diferencias, pero a partir de esa edad, las tasas de ocupación de los hombres son claramente superiores.
El mercado de trabajo muestra también otras diferencias claras en la posición de mujeres y hombres, la más notable es el predominio de las mujeres en el empleo a tiempo parcial. Así, las mujeres suponen el 77.5 por ciento del empleo con jornadas parciales en Euskadi, mientras que ocupan el 40 por ciento de los empleos a tiempo completo.
PARTICIPACIÓN SOCIOPOLÍTICA E INFLUENCIA
La presencia de las mujeres de Euskadi en el Parlamento Vasco supera en esta XI Legislatura la mitad del total de representantes: suponen el 54.7 por ciento, habiéndose alcanzado el equilibrio de mujeres y hombres desde 2005.
Este equilibrio se mantiene también las Juntas Generales (72 mujeres y 81 hombres lograron escaños en 2015), si bien las tres Diputaciones Forales son presididas por hombres.
En el ámbito municipal, el peso de las mujeres en las concejalías se mantiene en torno al 40 por ciento, pero la proporción de mujeres al frente de las alcaldías es muy inferior (suponen únicamente el 25 por ciento del total).
Si en el ámbito político-institucional se han registrado algunas mejoras notables, la participación de las mujeres en los niveles directivos de las instancias económicas y sociales continúa mostrando déficits llamativos: las mujeres suponen el 26 por ciento del total de los consejos de administración de las empresas del índice bursátil IBEX 35 con sede en Euskadi (no encabezan ninguna presidencia) y el 22 por ciento de los consejos de administración de las entidades financieras con sede en Euskadi (y, nuevamente, no presiden tampoco ninguna de ellas).
ORGANIZACIÓN SOCIAL CORRESPONSABLE
La conciliación de la vida laboral y el trabajo reproductivo sigue recayendo mayoritariamente en las mujeres: 14 mil 266 mujeres solicitaron y percibieron prestaciones por maternidad (el 94.7 por ciento del total de prestaciones).
Son también mujeres la inmensa mayoría de quienes solicitan una excedencia para cuidar a sus hijas e hijos (93.3 por ciento) y a otras personas dependientes (83.2 por ciento).
Además, las prestaciones por paternidad han seguido una evolución descendente en los últimos 5 años (-17 por ciento), más acentuada que la reducción en el número de nacimientos (-11 por ciento).
El diferente uso del tiempo de mujeres y hombres refleja el mantenimiento de estos roles diferenciados, incluso cuando ambos están presentes en el mercado laboral.
VIOLENCIA
Las 3 mil 999 víctimas de violencia contra las mujeres en Euskadi la han sufrido de la mano de sus parejas o exparejas (2 mil 899) de sus familiares (845) o por otros agresores (255).
Se han producido 3 fallecimientos en 2015, elevándose a 38 las muertes registradas desde 2002.
Cuentan con escolta 38 mujeres, como medida de protección en 2015, y la Ertaintza ha recibido mil 638 órdenes de protección de los juzgados, la mayoría (88.8 por ciento) por violencia ejercida por parejas o exparejas.
*Este artículo fue retomado del portal de revista digital feminista Tribuna Feminista.
17/RED/GG
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