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LENGUANTES
FEMINISMO
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Y luego del Encuentro de Mujeres que Luchan ¡¿Cómo le hacemos?!
CIMACFoto: Hazel Zamora Mendieta
Por: Dirce Navarrete Pérez*
Cimacnoticias | Ciudad de México.- 29/03/2018

Luego de dos semanas, sigo sin poder digerir todo lo que experimenté en el Primer Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan, convocado por las mujeres zapatistas en diciembre del año pasado, allí empezó el viaje que nunca más terminará.

La convocatoria y todo el encuentro fue un testimonio de la experiencia de las zapatistas en la construcción de autonomía y comunidad. En cada detalle se podían leer los principios zapatistas manifestándose en sus formas de crear otras alternativas de mundo: obedecer y no mandar, convencer y no vencer, proponer y no imponer, construir y no destruir, representar y no suplantar, bajar y no subir, servir y no servirse .

Para la historia quedarán todos los hermosos registros audiovisuales y los escritos que muchas ya han hecho, todos vibrantes y llenos de amor. Por mi parte, he terminado por decidirme a tratar de hablar de lo potente y sanador del encuentro, pues es en mayor medida, de lo que mi cabeza puede entender y mis palabras contar. Así que solo vengo a compartir las preguntas que me han rondado estos días y que me han llevado a cuestionarme mis formas de activar y luchar. Considero que será necesario que empecemos a colectivizar para reflexionar y seguir el encuentro.

Desde la  convocatoria las compañeras zapatistas fueron claras al proponer que, “el encuentro es para juntarnos como mujeres que luchan y se rebelan contra el sistema capitalista y patriarcal”. En todo el encuentro se estuvo reflexionando esta apuesta y en las palabras finales se observó así: “Como ya lo vimos y escuchamos, que no todas están contra el sistema capitalista patriarcal, pues respetamos eso y entonces proponemos que lo estudiemos y discutamos en nuestros colectivos, si es cierto que el sistema que nos imponen es el responsable de nuestros dolores.”

Que la lucha contra el patriarcado es también contra el capitalismo, parece tema superado, cuantimás si nos nombramos feministas, vamos morras ¿a poco no lo tenemos bien claro? Pues me ha dado insomnio pensando en que no. Que “patriarcado” y “capitalismo” han salido tanto de nuestras bocas, que damos por hecho que todas estamos en contra de estos sistemas, pero, parece que nos ha pasado como con las palabras “empoderamiento”, o como con “juventudes”, apuestas políticas que ahora aparecen en todo comunicado oenegero, así como en cualquier política pública que quiera aparentar ser progresista, o en todo conmovedor discurso en Naciones Unidas, pero que cada vez están más vacías de contenido político. ¿Si me explico?

Entonces me acuesto pensando, ¿cuántas de nuestras acciones en contra del patriarcado son realmente anticapitalistas? ¿cuántas de nuestras formas activistas realmente están atentando contra el sistema patriarcal? En nuestros mundos, que no son ni tantito cercanos al contexto de las comunidades zapatistas, y en nuestros tiempos ¿cómo podemos construir modos de lucha que al mismo tiempo atenten y erosionen realmente estos sistemas de opresión? Sin caer en propuestas “radicales” que se quedan a nivel individual, porque colectivizarlas nada más no podemos, ¿cómo construimos autogestión? ¿cómo podemos apostar en conjunto por la autonomía? ¿cómo la aterrizamos y la volvemos práctica para no quedarnos encerradas en el discurso?

El capitalismo y el patriarcado son sistemas de muerte, por eso “acordamos vivir, y como para nosotras vivir es luchar, pues acordamos luchar cada quien según su modo, su lugar y su tiempo”. Pero, esto en términos políticos ¿qué implica? Es una apuesta muy potente que, tal como la aprendimos en el encuentro, tenemos que enfrentar conjuntamente. ¿Cómo le hacemos para que, con nuestra diversidad, podamos construir estrategias que nos permitan el accionar político en conjunto?

El encuentro fue una enorme muestra de que es posible juntarnos como mujeres y como feministas diversas, para construir la sororidad y la colectividad, para compartir y regalarnos el baile, los juegos, la poesía y el fuego de la digna rabia. Las zapatistas nos volvieron a dejar claro que la competencia por ver quién es la mejor (ponga aquí el adjetivo que quiera), sólo sirve al sistema capitalista y patriarcal, pues lejos de estos sistemas de opresión, nadie gana. ¿Podemos en nuestros mundos, nuestros tiempos y con nuestras formas, continuar con esta apuesta por la articulación desde la diversidad?

Algo me queda claro, la lucha zapatista y la lucha feminista no volverán a ser las mismas después de este suceso. Pienso, aunque con temor a equivocarme, que en México ningún otro movimiento había logrado juntar a más de 7 mil mujeres y feministas en un mismo lugar para llegar a un acuerdo así de grande, así de profundo y político. Considero que el zapatismo pudo ver la fuerza que ha retomado estos últimos años el movimiento feminista y que las generaciones más jóvenes que quizá no estábamos tan cercanas al EZLN, recobraremos con esto un nuevo aliento de lucha.

Esto ya no puede parar, este fuego sólo crece. Los años que vienen nos dejarán ver la potencia de estos movimientos haciendo posible, poco a poco, un mundo donde caben muchos mundos.

*Dirce Navarrete Pérez es politóloga feminista @agateofobia_

18/DNP/LGL








QUINTO PODER
DERECHOS HUMANOS
   Quinto poder
Genocidio ambiental selectivo
CIMACFoto: César Martínez López
Por: Argentina Casanova*
Cimacnoticias | Campeche, Cam.- 07/02/2018

Desde hace tiempo se teme que las intención de los grandes corporativos de comprar, invertir, sembrar, modificar y alterar la genética alimentaria, la construcción de tecnologías de energía “limpia” que ensucia grandes extensiones de territorios en los países pobres, la minería con sus lavados de conciencia de los gobiernos que se proclaman justos y democráticos, son en realidad mecanismos de intervención en los países empobrecidos para salvar la distancia entre los países con futuro y los que devastan sus recursos.

No se trata solamente de las “locas ideas” de las llamadas estelas químicas o quimioestelas​ (chemtrails en inglés, que de acuerdo con su definición son un supuesto fenómeno que consiste, según los convencidos de su existencia, en que algunas estelas de condensación dejadas por aviones no son tales, sino que en realidad están compuestas por productos químicos) y de bombardeo aéreo a las nubes, sin contar el uso de plaguicidas que se arrojan en cultivos en tierras donde sus poblaciones empiezan a registrar altos índices de enfermedades respiratorias, alergias, cáncer y hasta alteraciones genéticas.

“Luego de casi tres décadas de explotación, Chevron dejó una gigantesca contaminación que es reconocida por expertos como el peor desastre petrolero en el mundo, no sólo por los daños en las aguas y el suelo, sino por el alto índice de indígenas y campesinos con cáncer.”

Son las noticias que dan cuenta de la civilización y su inexorable paso hacia el uso de las tecnologías que por sí mismas no representan la catástrofe, sino su consecución es el camino al desastre ambiental por el persistente uso de energías no renovables y un uso irracional de los recursos de los territorios de países empobrecidos a los que no les importa contaminar.

Lo mismo un país pequeño de África que un gran país como México y las mineras que no solo despojan a los dueños ancestrales aprovechándose de males convencionales tercermundistas como la corrupción y la impunidad que se sucede a los asesinatos de las personas que defienden la tierra frente al desmedido y voraz consumo de voluntades de ciudadanía que cree que realmente esas “inversiones” le significan algún beneficio a un pueblo.

Pueblos-territorios que en unos años no tendrán más que agujeros llenos de tierra muerta y aguas contaminadas imposibles de todo.

No. El futuro no es irreversible para todos, lo es para unos cuantos y se hace extensivo peligrosamente en la impredecibilidad de la estupidez de gobernantes que se sustraen a los compromisos ambientales y que creen que no existe el “caos climático” porque ha aumentado el frío en algunas zonas.

El futuro es irreversible para países tercermundistas, eufemísticamente denominados “en vías de desarrollo”.

Los diarios se llenan de testimonios de este genocidio selectivo: “La compañía llegó para ahorrarse dólares usando tecnología barata, contaminó ríos, destruyó selva, les quitaron la libertad a las comunidades indígenas. Por eso empezó una batalla legal en 1993.”

La lucha de los pueblos indígenas contra las trasnacionales es, mucho más que de lo que se ve, es al mismo tiempo un asunto de civilización frente a la barbarie, es Calibán frente a Próspero donde la tecnología tiene el rostro de Miranda frente a una Sycorax que atemoriza a los civilizados con su exuberancia.

Y en medio de toda la tragedia, las mujeres llevándose los efectos sin tener participación de un sistema patriarcal dominante, colonizador y opresor, un sistema capitalista que apuesta al consumismo exacerbado de bienes que depredan el ambiente para un uso instantáneo o de unos cuantos. Derroche de recursos, desperdicio de alimentos, desliz de los tiempos para acabar de una vez con lo acabable, los recursos y no dejar nada para el futuro.

Y son también las mujeres las que sobrelidian con los efectos del cambio en el clima, con las tormentas de la volubilidad humana frente a los desastres naturales, las que sin cortar el árbol tienen la condena de “reconstruir” un mundo que no tiene remedio en tanto mantenga el mismo sistema de control y dominantes.

Mujeres pobres en zonas devastadas en un plan de despoblación de las zonas marginadas con grandes volúmenes poblacionales, una suerte también de eugenesias que tiene como vía el medio ambiente y los efectos de la tecnologización per se.

Un mundo que se inventa con conciencia para los nuevos territorios donde civilizaciones blancas y que se cuestionan el uso de la tecnología para sustituir a un humano, la generación de la inteligencia artificial como sustituto de una humanidad que extingue a propósito a los que considera sustituibles.

* Integrante de la Red Nacional de Periodistas y Fundadora del Observatorio de Violencia Social y de Género en Campeche

18/AC/LGL

 








MUJERES CAUTIVAS
   MUJERES CAUTIVAS
“La prostitución, en el corazón del capitalismo”
Imagen retomada del portal revistapueblos.org. Imagen: Andrea Gago Menor.
Por: Teresa C. Ulloa Ziáurriz*
Cimacnoticias | Ciudad de México.- 29/05/2017

La prostitución en el corazón del capitalismo es el título del más reciente libro de la socióloga feminista española Rosa Cobo, que entre otras cosas nos habla de los efectos del neoliberalismo y la globalización en la prostitución. La autora señala:
 
La prostitución es el corazón de una industria internacional que incluye una gran variedad de negocios, desde macroburdeles o locales de striptease hasta editoriales, desde casas de masaje hasta agencias de “acompañantes”, desde películas hasta revistas sobre pornografía, sin olvidar las cifras del turismo sexual.
 
Pero, además, señala que la industria del sexo no acaba en los negocios que forman parte del sector de la prostitución, pues también otros muchos actores económicos se lucran de esta industria y contribuyen a su apuntalamiento como hoteles,  empresas de bebidas alcohólicas, periódicos, farmacias, taxis o karaokes. ¿Qué ocurriría si las empresas productoras y distribuidoras de bebidas alcohólicas se negasen a surtir a los burdeles o los periódicos no aceptasen publicar anuncios de locales en los que se ejerce la prostitución?
 
Señala la doctora Cobo que la prostitución es el eje de todo un sector económico que se articula en torno a los cuerpos de las mujeres prostituidas. El centro de la industria del sexo son los cuerpos de las mujeres, que se han convertido en las mercancías sobre las que se ha edificado esta industria global.
 
Menciona que hasta los años ochenta del siglo XX, la prostitución apenas había tenido impacto económico en las cuentas nacionales y que su dimensión más relevante había sido marcada por el patriarcado sobre la que originalmente se edificó esta práctica social.
 
Además nos dice que la aparición del capitalismo global, a partir de los años setenta, cambió el rostro de la prostitución y la convirtió en parte fundamental de la industria del ocio y del entretenimiento que se ha globalizado con la ayuda de las redes sociales o informáticas, pero también con la contribución de redes criminales.
Agrega que, en otros términos, ese viejo canon de la prostitución correspondía al capitalismo previo al neoliberalismo, y, por ello mismo, su dimensión más relevante era la patriarcal.
 
El nuevo canon de la prostitución solo puede ser explicado en el marco de tres sistemas de dominio: el patriarcal, el neoliberal y el racial/cultural. En efecto, varones de todas las clases sociales acceden sexualmente a los cuerpos de mujeres pobres, migrantes y pertenecientes a culturas, razas y regiones que los hombres occidentalizados etnocéntricos han conceptualizado como inferiores.
 
LÓGICA PATRIARCAL Y LÓGICA DE CLASE
 
La globalización económica ha hecho posible que la prostitución se convierta en un lugar de intersección entre el norte y el sur, pues el sur exporta mujeres para el consumo sexual de los varones del norte. Y los hombres del norte viajan a países del sur a comprar sexo. Incluso en algunos países en los que la prostitución ha sido legalizada, los demandantes no solo creen tener el derecho a usar sexualmente a las mujeres prostituidas, sino que tienen consagrado por ley ese derecho: comprar sexo barato, racializado y, muchas veces, infantil.
 
Así mismo, nos dice que la teoría feminista ha propuesto la necesidad de estudiar la política sexual de todas las instituciones para comprender las lógicas patriarcales que habitan en su interior.
Pues bien, en este sentido, la política sexual de la prostitución muestra sociológicamente el carácter interclasista de los demandantes y la composición femenina y sin recursos de aquellas que ejercen la prostitución. La lógica patriarcal y la lógica de clase se funden en la prostitución.
 
La trata, el turismo sexual y el negocio de los matrimonios infantiles han asegurado que la severa desigualdad de las mujeres pueda ser transferida más allá de las fronteras locales o nacionales, de manera tal que las mujeres de los sectores o países pobres puedan ser compradas con fines sexuales por hombres de clases y países ricos, como una forma de colonialismo sexual.
 
MUJERES EXPULSADAS
 
Siguiendo los análisis de Saskia Sassen, una característica fundamental del capitalismo global es la lógica de expulsiones que pone en funcionamiento para lograr niveles de beneficios impensables. Desde este punto de vista, las mujeres prostituidas no solo representan una de las grandes expulsiones del siglo XXI, sino que son sometidas a las mismas reglas que otras mercancías para el consumo. La prostitución es así el máximo exponente de la deslocalización neoliberal, pues las mujeres son trasladadas de los países con altos niveles de pobreza a los países con más bienestar social para que los varones demandantes de todas las clases sociales accedan sexualmente a los cuerpos de esas mujeres que se convierte en una mercancía muy codiciada por los tratantes y proxenetas porque proporciona altos beneficios con bajos costos.
 
Son mujeres expulsadas de su condición de ciudadanía, de sus contextos culturales, de sus entornos familiares y de sus proyectos de vida. Son expulsadas de sus espacios físicos y emocionales y, cuando llegan a los destinos proyectados, ya son seres sin historia; nadie las conoce ahí y tienen que negar lo que son, en su país de origen. Por el camino aprendieron a ocultar su historia, y en muchas ocasiones su lengua, como condición de posibilidad para adoptar la nueva identidad que se le ofrece, la de mujer prostituida.
 
FALSA ELECCIÓN
 
En la intersección de los sistemas de poder patriarcal, capitalista/neoliberal y cultural/racial, ha crecido la industria del sexo hasta llegar a ser un negocio global. En estos momentos, la estructura que sostiene esta industria son las lógicas económicas que gobiernan el capitalismo global. Solo esto explica los enormes esfuerzos que se están haciendo para que el acceso sexual al cuerpo de las mujeres sea percibido como un asunto de consumo para los varones y de libre elección para las mujeres prostituidas.
 
El imaginario colectivo, resultado en muy buena medida de las estructuras de poder patriarcales y capitalistas, ofrece la imagen de la prostitución como un acto libre de ellas y un acto de consumo de ellos. Dicho de otra forma, las élites dominantes intentan que la prostitución sea vista como un contrato libre entre dos partes que están igualmente interesadas en firmarlo.
 
Y, finalmente, señala que la prostitución se encuentra en la confluencia de los tres sistemas de poder, lo que constituye una propuesta de cómo debe ser interpretada esta práctica social. En efecto, es una industria esencial para la economía capitalista, para la economía criminal, para los Estados que ven en esta institución una fuente de ingresos públicos, pero también las instituciones del capitalismo internacional, como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, que ven en lo que han conceptualizado como industria del entretenimiento y del ocio ingresos que pueden garantizar la devolución de la deuda. Richard Poulin afirma que estas instituciones y los planes de ajuste estructural proponen préstamos a los Estados para desarrollar “empresas de turismo y entretenimiento".
 
*Directora Regional de la Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe (CATWLAC, por sus siglas en inglés).
Twitter: @CATWLACDIR
Facebook: Catwlac Directora
 
17/TCUZ/GG








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