Marichuy
POLÍTICA
Joven zapatista habla de su participación política
“No recibimos nada del gobierno porque somos independientes”

“Los zapatistas no dependen del gobierno. En las elecciones no nos metemos. No recibimos proyectos, nada del gobierno, somos independientes de ellos, hacemos nuestros trabajos, tenemos clínicas, escuelas autónomas, radios comunitarias”, explica una joven zapatista.
Ella viste jeans y playera y cubre su rostro con pasamontañas. Habla con timidez, pero cuando se le pregunta sobre la política que profesa se desenvuelve y para ejemplificar sus dichos, con su dedo índice va trazando dibujos imaginarios sobre la mesa de madera.
La charla con Cimacnoticias se dio durante el “Primer Encuentro Internacional, Político, Artístico, Deportivo y Cultural de Mujeres que Luchan” que desarrolló en el Caracol de Morelia, uno de los cinco centros de reunión zapatista que se encuentran en el estado de Chiapas.
Yoali es una de las jóvenes zapatistas que estuvo apoyando a las cinco mil mujeres de todo el mundo que se dieron cita del 8 al 10 de marzo en territorio zapatista, en las inmediaciones de los municipios de Altamirano y Las Margaritas, en el sureste mexicano.
La joven es parte de esas semillas revolucionarias que se sembraron con el levantamiento armado de 1994, cuando los pueblos indígenas declararon la guerra al gobierno de Carlos Salinas de Gortari. Los frutos de esa siembra son mujeres como Yoali.
La joven tiene 20 años de edad y no habla ninguna lengua indígena. En el rancho donde creció muy poca gente habla tzeltal, tzotzil o tojolabal. Son pocas las abuelas y abuelos que mantienen una tradición que está por extinguirse, las nuevas generaciones hablan español.
Después de 24 años de la insurrección del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) muchas cosas han cambiado y muchas otras siguen igual y ella es un ejemplo de esas transformaciones y de lo que sigue firme: la desconfianza en la política y quienes hacen política.
Si bien estas comunidades están alejadas de los partidos políticos y no tienen interés en las instituciones electorales, muchas jóvenes hacen su parte política al participar en las Juntas de Buen Gobierno donde resuelven sus necesidades primordiales como colectivos.
Desde hace cinco años, en 2013, las comunidades zapatistas cristalizaron su forma de hacer autonomía. En ese año crearon los cinco Caracoles: Oventik, La Realidad, Morelia, La Garrucha y Roberto Barrios.
Yoali pertenece al Caracol de La Realidad, un centro de reunión que alberga a la zona tojolabal, tzeltal y mam de Montes Azules y la zona fronteriza entre México y Guatemala.
Cuando la joven explica el funcionamiento lo hace en medio del bullicio de una de las grandes habitaciones de piso de tierra que sirvió de auditorio y dormitorio para las mujeres que llegaron a Morelia.
En la mesa, Yoali dibuja con su dedo un círculo pequeño que se convierte en espiral y se va expandiendo. “El caracol es un centro de reunión, en cada comunidad hay uno, allí se planean trabajos. Entramos por acá –dice mientras señala con su dedo– y volvimos a salir”.
Esos lugares son para encontrarse, para verse y escucharse, por eso, aclara, están hechos con todo lo necesario para las reuniones: regaderas, baños, amplios cuartos para albergar a la gente y templetes para escuchar a sus oradores.
Allí, en estos centros de reunión, ella ha aprendido la filosofía zapatista, cada año hay un encuentro de mujeres zapatistas, cada región se reúne en el Caracol que le toca, allí debaten, reflexionan, planean trabajos y proyectos conjuntos.
Este año la novedad es que se trató de un encuentro donde dos mil zapatistas de los cinco Caracoles se reunieron para hablar del ser mujer, para hacer arte, jugar, reír, cantar y bailar de la mano de mestizas y extranjeras, de mujeres de otras naciones y de todo el mundo.
Pero también porque fue un encuentro que reunió a mujeres que denuncian el acoso sexual, el feminicidio, la violencia de género y que buscan la igualdad; y porque se desarrolló en un contexto electoral donde la organización zapatista fue señalada por lanzar una candidatura independiente contraviniendo sus principios.
Cuando a Yoali se le pregunta por la candidatura de María de Jesús Patricio Martínez, Marichuy, es enfática en su respuesta. “Eso es del CNI”. Aunque ella es muy joven está enterada de todo lo que sucede, conoce sus leyes, sabe de qué se trató esta postulación y por qué la insistencia de luchar por la autonomía.
Marichuy -quien aspiraba a competir por la Presidencia de la República a través de la vía independiente- explica, fue respaldada por el Congreso Nacional Indígena (CNI) –y por el Concejo Indígena de Gobierno (CIG)– y aunque ellos son indígenas no son lo mismo que los zapatistas.
Aunque se dice que María de Jesús Patricio fue la candidata zapatista, lo cierto es que fue la vocera de las comunidades indígenas, más allá de Chiapas, que decidieron hacer ruido una vez más pero a través de las vías institucionales, de una candidatura en el proceso electoral.
Durante cuatro meses Marichuy recorrió los rincones indígenas del país para escuchar a los pueblos, su mensaje fue claro: la organización ante la clase política que los ignora. La idea de obtener una candidatura independiente era llevar más lejos y a más personas este mensaje.
Sin embargo, la vocera, como se le conoce, no logró su objetivo al no lograr la cantidad de firmas suficientes para que el Instituto Nacional Electoral le otorgara la posibilidad de ser candidata y hacer campaña, una campaña que no servía para ganar sino para ser mensajera.
Esa es la política que hacen las comunidades zapatistas, la de mensajeros y no candidatos, aquella donde propagar la idea de libertad e igualdad vale más.
“Las actas de nacimiento son autónomas, nosotras tenemos nuestras propias leyes, nosotros nos gobernamos, para nosotros como si no existiera (el gobierno) porque nosotros vivimos en comunidades”.
Por eso, ahora que se renovará Presidencia de la República, Senado, Cámara de Diputados y 17 mil 682 cargos locales, para estas comunidades no importa, porque ellos van a trabajar para vivir sin necesidad del gobierno.
“Nosotros no votamos, a nosotros no nos sirve”, dice Yoali y explica que para su autogobierno tienen sus propias leyes como la Ley Revolucionaria de Mujeres creada en 1993 y los siete principios zapatistas, donde guardan su visión de la autonomía.
18/AGM/LGL
POLÍTICA
Concejalas se reúnen en Encuentro de El Caracol
“Las mujeres organizadas podemos y sabemos gobernar”

Durante el Primer Encuentro de Mujeres que luchan, realizado por las mujeres zapatistas en El Caracol Morelia, en Chiapas del 8 al 10 de marzo, en la que se dieron cita mujeres de todo el mundo pero también las concejalas que acompañaron a la candidata indígena Marichuy, quien contendió de manera independiente por la Presidencia de la República en México, Cimacnoticias habló con ellas.
Osvelia Quiroz es concejala del pueblo Nahua, de Tepoztlán, Morelos. Ella acompañó a Marichuy en sus giras y habló de cómo las zapatistas son vistas como un ejemplo de que es posible alzar la voz como indígenas y ganar dignidad, en tanto que la concejala Marisela Mejía, de la comunidad otomí que radica en la Ciudad de México, quien también fue parte de la campaña de Marichuy, adelantó que el Consejo Indígena de Gobierno (CIG) todavía está en el proceso de analizar la candidatura de su vocera, y que pronto se darán a conocer las conclusiones a que llegaron.
- Sonia Gerth (SG): ¿Por qué vino a este encuentro?
- Marisela Mejía (MM): “Cuando conocimos la propuesta (de las zapatistas) la abrazamos y dijimos, pues a echarle y si ellas pueden pues, unirnos a ellas para que seamos más fuertes, para que el gobierno vea que los pueblos nos estamos levantando y que los pueblos originarios aquí estamos para reclamar lo que es nuestro, que nos están arrebatando, porque ellos van con sus promesas, sus trabajos que ellos hacen, piensan que con eso nos engañan, duermen al pueblo.
¡No! Aquí estamos los pueblos más atentos y despiertos para decirle a ese mal gobierno que ya basta ¿no? Y por eso precisamente nosotras nos organizamos, dijimos abrazamos la propuesta de la compañera (Marichuy), más que nada que si es mujer. Pues que es una gran lucha como mujer, para que también los hombres vean que no nada más las mujeres servimos para estar en la casa, criar a los hijos y ser amas de casa. También vean que así como nosotros nos enfrentamos la vida día a día, trabajando, estando el sustento del hogar, somos políticas, y también sabemos y podemos gobernar.
Por eso el Concejo se fundió pareja, hombre y mujer, porque tenemos diferentes modos de pensar. Y no discriminamos a los hombres, pues al contrario. La lucha es pareja. Decimos que así vamos a caminar, y así vamos a avanzar. Abrazar la propuesta e invitar a más compañeros de otros países que se organicen. Que se unan y que digan, estamos con ustedes, con la gente indígena. Porque solamente así se va a dar cuenta este mal gobierno que si nos organizamos no nos pueden destruir.
- SG: Durante el viaje por todo el país ¿sí se han dado cuenta que Marichuy es un ejemplo para las mujeres y que para ellas ha sido muy positiva esta campaña?
Mejía: Sí, demasiado. Yo estuve casi veinte días en la campaña con ella, cuando estuvo en su recorrido. Los lugares en donde nosotros recorríamos, las mujeres nos decían que cómo era posible que nos organizábamos, y cómo era posible que era pura mujer la que abrazaba la propuesta de la compa, y nosotros decíamos que también al igual que ellas había miedo por el feminicidio, la desaparición de la mujer, y entonces también decíamos que al igual salíamos con miedo al recorrido y estábamos con ese miedo. Pero una cosa lo dijo nuestra vocera y lo tengo grabado en la mente: que no tiene miedo. Todos tenemos miedo, pero si no nos organizamos y no alzamos la voz, nadie nos va tomar en cuenta. Y nadie va a ver por nosotras, si no lo hacemos nosotras. Hagámoslo por nuestros jóvenes, por nuestros niños, por nuestros ancianos. Organicémonos como mujer”.
- SG: Y entonces en las comunidades indígenas alrededor esta campaña ha tenido un impacto…
- MM: ¡Éxito¡ ¡Éxito¡ porque donde hemos ido muchas compas: “Pásame tu número, yo te marco”. Y las mujeres están entrando. Le están entrando y están abrazando la propuesta, que es lo importante. Entonces nosotros como Concejo dijimos, ‘dejamos huella’. Sembramos algo, y ese árbol tiene que dar fruto. Y vamos a pasar a cosechar ese fruto. Y es lo que se está esperando.
- SG: Dijo que la lucha ni siquiera ha empezado. Entonces ¿qué se va a ver con todas las demandas que les vienen ahora, que van a armar en conjunto?
- MM: “Pues, es eso, vamos a ir recogiendo la problemática de cada pueblo, meter nuestras demandas junto con nuestra compañera y como siempre lo hemos dicho, ella sola no está, está el Concejo con ella y todo lo vamos a hacer colectivamente, organizarnos pues. Junto con ella vamos a alzar la voz y decir ya basta. Ya basta con los pueblos originarios. Decir que aquí estamos y que la lucha de nosotros no ha terminado como el gobierno lo había propuesto o lo había pensado.
Más que nada nosotros no hemos empezado nuestra lucha porque tenemos que hacer nuevamente recorrido, a fortalecer nuestros pueblos, fortalecer a nuestra gente. Ahora sí que a cosechar nuestra semilla que nosotros fuimos sembrando.
- SG: ¿Y creen que van a tener una voz mucho más fuerte, no importa qué gobierno venga en diciembre?
- MM: Se está logrando. A este gran encuentro nos hemos encontrado y veo que hay logro. Hay mucho logro. Se han acercado compañeros extranjeros a escuchar la propuesta. Cambio hay. Y se está logrando porque ustedes también llevan una gran parte compartir en su país que sí se puede. Ellas pueden ¿por qué nosotras no? Entonces eso es la espinita que cada una llevamos de cómo vamos a debatir el mal gobierno. ¿Cómo lo vamos a hacer? Organizadas, solamente así vamos a debatir el mal gobierno, todas que vinimos aquí vivimos esa experiencia de decir ‘Sí se puede’, si nos organizamos y platicamos con las compañeras, sí va haber un cambio.
18/SG/LGL
FEMINISMO
REPORTAJE ESPECIAL
Encuentro con mujeres zapatistas, que llaman al habla y la escucha
“Mujeres que luchan” inicia en Chiapas

Justo cuando México atraviesa un proceso electoral y las mexicanas exigen el derecho a vivir libres de violencia, un alto al feminicidio, al acoso sexual y la violencia de género; las zapatistas se colocaron en primera fila y lanzaron una provocación al movimiento feminista, llamaron a reencontrarse, una vez más, para hablar, escucharse y organizarse.
A partir del 29 de diciembre del año pasado la invitación al “Primer Encuentro Internacional, Político, Artístico, Deportivo y Cultural de las Mujeres que Luchan” se esparció por redes digitales y personales y hasta enero de este 2018 ya sumaban 651 personas registradas, mujeres alistándose para emprender un viaje desde sus países, ciudades o pueblos, hasta la zona indígena del sureste de Chiapas que en 1994 hizo temblar al Estado mexicano.
A 24 años del levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), en el contexto del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, y en medio de la irrupción política que causó la primer mujer indígena que buscó la Presidencia de la República, María de Jesús Patricio; las indígenas, mestizas y extranjeras, se darán cita durante tres días en el Caracol de Morelia, ubicado en Chiapas, zona indígena Tzotz Choj.
Del 8 al 10 de marzo las tejedoras de la palabra darán seguimiento a una lucha que es más vieja que la insurrección de 1994.
A propósito de este encuentro, Cimacnoticias realizó un recuento histórico de la participación de las mujeres en el zapatismo, su búsqueda en el reconocimiento de sus derechos, y su organización. La investigación se hizo a través de la recopilación de documentos del Centro de Documentación “Adelina Zendejas” de CIMAC, publicaciones del suplemento La Doble Jornada y la documentación periodística del libro “Las Alzadas”, coordinado por la periodista Sara Lovera y Nellys Palomo.
“NO CLAUDICAMOS”
El encuentro se da ante la necesidad de tejer lazos en un país donde a diario, 7 mujeres son asesinadas y a cada momento brota a la luz pública un caso de acoso sexual. “Pero como quiera no tenemos miedo, o sí tenemos pero lo controlamos, y no nos rendimos, y no nos vendemos y no claudicamos”, esas son las palabras de las organizadoras.
Las mujeres que forman el Comité Clandestino Revolucionario Indígena de la Comandancia General del EZLN, las concejalas, juntas, promotoras, milicianas, insurgentas y bases de apoyo zapatistas, convocantes a esta reunión de saberes, pidieron a todas las mujeres, feministas, defensoras y ciudadanas, escucharse como forma de sanación y de acción.
Ahora que en México las víctimas y familias de mujeres desaparecidas, víctimas de feminicidio, acoso sexual, hostigamiento laboral, despojo de tierras o violencia del Estado han tomado la iniciativa de denunciar a policías, jueces, comunicadores y funcionarios, la idea es tomar bríos para saberse acompañadas y juntas, auto organizarse.
La cita es singular, será en una zona indígena y selvática, donde el autogobierno se hace cargo de las necesidades básicas como luz y agua y donde los hombres tendrán que hacer lo que socialmente no les ha tocado: cuidar a niñas y niños, preparar alimentos, hacerse cargo de la limpieza y estar en espacios considerados de servidumbre pero que para el zapatismo son base de la organización.
UNA VEZ MÁS NOS ESCUCHAMOS
Antes del levantamiento armado del EZLN la primera rebelión que cimbró a las comunidades chiapanecas y que después haría eco a nivel nacional fue las de las mujeres, la de aquellas que sin saber de Derechos Humanos decidieron que una revolución sin igualdad simplemente no podía ser.
El 8 de marzo de 1993 las indígenas hicieron el primer levantamiento cuando exigieron terminar con las costumbres que no les gustaban como ser violentadas y obligadas a casarse con hombres que no querían, o tener hijos que no podían cuidar. El resultado de esa rebelión que disgustó a algunos e hizo reflexionar a otros, fue la Ley Revolucionaria de las Mujeres.
Allí se mostró que las causas de los pueblos indígenas y de las mujeres no están alejadas y aunque poco se sabe, las mujeres fueron protagonistas invisibles de los acontecimientos que trascendieron las fronteras del país hace 24 años. Líderes como la comandanta Ramona y la mayor Ana María, tuvieron tareas vitales para el movimiento, y sus perfiles fueron inspiración para otras.
A un cuarto de siglo de distancia, el próximo encuentro de mujeres en Chiapas no es el primero que se realiza en nombre de la inclusión y contra la opresión. En los años seguidos al levantamiento armado de 1994, el movimiento de mujeres indígenas vivió un impulso y se realizaron varios foros y eventos involucrando la visión de las zapatistas.
En 1995 se reunieron en el Encuentro Nacional de Mujeres de la Asamblea Nacional Indígena para la Autonomía (ANIPA) para preparar su participación en el Foro Nacional Indígena y en la mesa de Diálogo en el municipio de San Andrés Larráinzar. Allí trabajaron temas de participación política de la mujer, autonomía, derecho a la tierra, salud y derechos reproductivos.
Dos años después, en 1997, en Oaxaca, se formó la Coordinadora Nacional de Mujeres Indígenas en el marco del Encuentro Nacional de Mujeres Indígenas. Entre las exigencias estuvieron el cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés, la salida del Ejército mexicano de las comunidades indígenas, la reforma del artículo cuarto constitucional para hacer explícitos derechos indígenas y paridad política; y la reforma al artículo 27 constitucional para permitir a las mujeres heredar y usufructuar la tierra.
A finales de 2007, conmemorando el 14 aniversario del alzamiento zapatista, se realizó el Tercer Encuentro entre los Pueblos Zapatistas y los Pueblos del Mundo, el cual se centró en las vivencias y los logros de las mujeres zapatistas. Así, se trataron temas de salud, educación, y organización.
MUJERES, BASE DEL ZAPATISMO
El movimiento feminista mexicano y el mundo entero se sorprendieron al ver la participación activa de las mujeres tanto en los rangos militares como en la dirección política de las y los zapatistas que se levantaron en armas el 1 de enero de 1994.
En ese entonces la mayor Ana María, a sus entonces 26 años, al mando de más de mil personas, fue dirigente de la toma de San Cristóbal. Al hablar con cronistas sobre su vida, la mayor contó que como muchas no estudió ni se preparó, por eso se fue a la montaña, donde aprendió a leer, escribir y hablar castellano. En medio de la lucha armada pudo decidir quién sería su compañero de vida.
Por su parte la comandanta Ramona, formó parte del Comité Clandestino Revolucionario Indígena. En idioma tzotzil habló sobre la vida cotidiana de las mujeres en las comunidades, de los días largos, de cómo sufrieron de hambre y malnutrición, cómo se enfermaron, de los puestos de salud que se encontraban demasiado lejos y de los decesos de niñas y niños.
La comandanta recorrió su comunidad llevando su palabra para decir lo que todos sabían pero que poca gente mestiza acepta: el trabajo que implica llevar las artesanías al pueblo y enfrentar discriminación y racismo; el hecho de que los hombres vean mal que sus mujeres tomen la palabra y ocupen puestos, o cómo las niñas desde pequeñas son vendidas a sus futuros esposos.
En la euforia de 1994 la mayor Ana María, al igual que otras mujeres, exigió a los varones zapatistas lo que les correspondía de aquella revolución; el derecho de las mujeres a organizarse y a participar en la milicia, aunque para ellas no sería lo mismo porque tuvieron que demostrar que podían realizar el mismo trabajo que ellos, hasta que se abrieron paso a los más altos mandos.
No sólo las mujeres combatientes se hicieron presentes, como la comandanta Ramona, también estuvieron las adultas mayores, aquellas que permanecieron en los pueblos y que fueron bases fundamentales del EZLN. Ellas se encargaron de la seguridad de las comunidades, monitorearon, diseñaron y cosieron los uniformes de la insurgencia, mantuvieron al ejército alimentado y cuidaron a la niñez mientras las jóvenes y los varones salieron a luchar.
Es por eso que sus demandas tuvieron que ser escuchadas. Junto a la Declaración de la Selva Lacandona, se publicó la Ley Revolucionaria de las Mujeres. Diseñada desde 1993, en ese documento, las indígenas demandan un salario justo, el derecho de tener cargos en la comunidad, el derecho a salud, educación, a una vida sin violencia, y -cosa inédita- el derecho de elegir a su pareja y la cantidad de hijos e hijas que quisieran tener.
Para construir esa ley la comandanta Ramona fue la encargada de recoger las opiniones de las comunidades tzotziles y la comandanta Susana, la palabra de las comunidades tzeltales. De forma aguda las mujeres indígenas problematizaron la relación entre el cambio y dejar atrás las tradiciones o costumbres que las mantenían en los ciclos de marginación y violencia.
En ese entonces las feministas críticas cuestionaron cómo las mujeres podían participar en una lógica de guerra y una institución tan patriarcal como es un ejército. Observaron que las mujeres destacadas del zapatismo se limitaron a leer cartas del Subcomandante Marcos y que los traductores de Ramona, por ejemplo, en vez de traducir se metieron a interpretar.
Con todo, la Ley Revolucionaria de las Mujeres tuvo repercusiones tanto en el movimiento feminista como en el indígena y desencadenó un debate amplio. A pesar de las críticas preponderó la inspiración que las mujeres chiapanecas dieron a otras indígenas y a muchas mujeres que luchan por la igualdad en el país. Aunque aún faltaba esperar que se cumplieran sus demandas.
A 24 AÑOS DEL LEVANTAMIENTO...
A 24 años, hoy Chiapas continúa siendo el estado más pobre de México, y muchos municipios indígenas carecen de servicios básicos como agua, energía, y salud.
Según el último diagnóstico del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en 2012, 75 por ciento de la población chiapaneca se encontraba en pobreza y 32 por ciento en situación de pobreza extrema. Niveles iguales a los de 1994, según la investigadora de la Universidad de Harvard, Viridiana Ríos.
Al nivel nacional, Coneval reporta que 45 por ciento de la población se encuentra en situación de pobreza y 10 por ciento en pobreza extrema.
Al hablar de salud en Chiapas, donde la sociedad es diversa, en los municipios mayoritariamente poblados por indígenas, las problemáticas se agudizan. La organización Melel Joxobal constató en 2015 que las complicaciones de embarazo y parto eran la principal causa de muerte en mujeres indígenas.
Ese mismo año la Secretaría de Salud informó que la Razón de Muerte Materna (RMM) en Chiapas era de 68 por cada 100 mil nacidos vivos, en tanto, la medida nacional se ubicaba en 39 decesos, esto significa un 43 por ciento más.
En suma, muchas adolescentes se casan a edades tempranas y tienen poco acceso a información sobre planificación familiar. En los altos de Chiapas, 73 por ciento de las mujeres tuvo su primer hijo entre los 11 y 19 años de edad, según la Encuesta de Salud y Derechos de las Mujeres 2015. Esto les impide una libre decisión sobre sus proyectos de vida, constata Melel Joxobal.
La educación debería de ser una parte fundamental para preparar a las niñas a tomar decisiones autónomas, pero en muchos casos, faltan oportunidades. Aunque el país tiene cifras oficiales de escolaridad y alfabetización del 95 por ciento, el rezago educativo de las y los indígenas es significativo. La mitad no termina la primaria, según el Programa de Desarrollo de Naciones Unidas, y el monolingüismo les hace más vulnerables a la discriminación.
LA ENSEÑANZA DE MARICHUY
Este encuentro cobra mayor relevancia porque es parte de la estela de esperanza que dejó la candidatura indígena propuesta desde 2017 por el Concejo Indígena de Gobierno (CIG) y el Congreso Nacional Indígena (CNI) para participar en el proceso electoral de 2018 en busca de la Presidencia de la República, misma que no logró los apoyos ciudadanos suficientes para concretarse, a pesar de la organización ciudadana que causó.
La propuesta del CIG-CNI fue que su vocera, María de Jesús Patricio, conocida como Marichuy, llevara la voz de los pueblos indígenas al proceso electoral, que fuera ella, una mujer indígena, quien hablara a la ciudadanía del despojo de las tierras, la explotación, la opresión y discriminación que viven las personas del México de abajo.
La precampaña de una mujer indígena hizo ver que todavía hay un país que desprecia a las personas por su color de piel, su sexo, o su nivel de estudios, pero además que se niega a escuchar lo que tengan que decir. Y aunque los partidos políticos actualmente deben postular a personas indígenas en 13 distritos electorales para competir por una diputación, la realidad es que la discriminación persiste.
Las expectativas puestas en este encuentro son altas. Convergerán mujeres de todas las edades y nacionalidades. Vienen de todos lados del mundo, de Europa y de Latinoamérica. En México, se encuentran alistadas mujeres de 27 entidades.
Todas ellas vertieron 202 propuestas de actividades, saberes y experiencias con el objetivo común de compartirlas a lo largo del encuentro; desde música, danza, teatro, circo, cuentacuentos, presentaciones de libros, dibujo, fotografía, cine y deporte. Es quizás este encuentro una forma de seguir reflexionando y hacer organización para formar esas resistencias de las que habló Marichuy en su paso por los pueblos de México.
Hasta ahora las organizadoras han informado que se tiene contemplado la impartición de talleres sobre la violencia de género, manifiestos feministas, ciberfeminismo, la valoración y uso de la sangre menstrual, danzaterapia, género, pintura, grabado, entre otros.
A este amplio número de saberes se suman pláticas del linaje femenino, cuerpo de la mujer, formas de resistencia, defensa de los Derechos Humanos, educación antimachista, experiencias de sobrevivientes a la violencia, lucha de mujeres en Francia e Italia, el feminismo en Cuba, feminismos indígenas y afros… Durante cinco días, las mujeres hablarán y escucharán sus inquietudes, conocimientos y anhelos.
Previo al encuentro, este martes 6 inició la Asamblea del Movimiento en Defensa de la Tierra, el Territorio y por la participación y el reconocimiento de las mujeres en la toma de decisiones, en San Cristóbal de las Casas, en la cual se busca difundir información sobre el contexto de violencia contra las mujeres, violencia feminicida, el riesgo que representan las zonas económica especiales.
Entre otros temas a debatir está el de la Ley de Seguridad Interior, despojo a la tierra y la reflexión de la efeméride del 8 de marzo. La Asamblea concluye este día para que mañana inicie el Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan.
18/AGM/HZM/SG/LGL
Participación Política de las Mujeres
Vocera del CIG reiteró llamado a la organización en Guerrero
Violencia es una estrategia para infundir miedo: Marichuy

La vocera del Concejo Indígena de Gobierno (CIG), María de Jesús Patricio, mejor conocida como Marichuy, dijo que la violencia que se vive en Guerrero y en todo el país y señaló es una estrategia conjunta de los gobiernos para infundir miedo y temor para que la gente no se organice, es una forma de despojo, enfatizó.
En entrevista durante su primera gira por Guerrero la semana pasada, la también integrante del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y aspirante a candidata independiente para la Presidencia de la República, reitero el llamado para que las mujeres se organicen y busquen formas para defenderse ante la violencia feminicida.
A pesar del clima de inseguridad Marichuy aseguró que no tuvo miedo de su llegada al estado y estuvo dispuesta a terminar el recorrido que incluía un encuentro con universitarios en la Unidad de Filosofía y Letras en Ciudad Universitaria, en Chilpancingo, y otro con la comunidad nahua de Tlamacazapa, en el municipio de Taxco.
Al término de su visita expuso ante los medios de comunicación: “Aquí, Guerrero, la misma situación va hacer que haya más articulación de las mujeres porque solamente nosotras mismas nos vamos a defender” es parte de este despojo, de este desprecio, expresó.
La también precandidata a la Presidencia, postulada por el CIG y representantes de la comunidad artística e intelectual puntualizó que en el proceso organizativo tienen que participar hombres y mujeres a pesar de que reconoció que falta mucho porque en las comunidades el sistema está diseñado para que el hombre participe en las asambleas, sin embargo, las mujeres aseguró que las mujeres ya van incursionando en la toma de decisiones.
María de Jesús, también puntualizó que el Concejo que encabeza ve que la aplicación móvil que diseñó el Instituto Nacional Electoral (INE), para recolectar firmas y lograr que su candidatura aparezca en la boleta electoral, no es adecuada porque es muy lenta para recabar las firmas, se tarda hasta seis horas para capturar la información, dijo.
Además explicó que en algunos estados la policía no les ha permitido mantener las mesas de firmas.
“Una firma es una persona que está consciente, que confía que éste caminar que llevamos es una forma de decirle a los de allá arriba: ya no estamos de acuerdo. Creemos que lo podemos hacer desde abajo y desde otra forma y muy a parte de los partidos políticos”, sostuvo.
También detalló que hay propuestas de nueve grupos de trabajo para la construcción de su gobierno: Tierra y Territorio, Justicia y Autonomía, Mujeres, Jóvenes y Niños, Personas con Capacidades con Capacidades Diferentes, Diversidad Sexual, Trabajo y Explotación y Migrantes.
“En una propuesta de trabajo que vamos a llevar. Se junten o no las firmas vamos a continuar, porque esto ya empezó”, finalizó.
18/SA
LIBERTAD DE EXPRESIÓN
Exigen investigación por los hechos
Periodistas que cubren Caravana de Marichuy son interceptados por comando

El Concejo Indígena de Gobierno (CIG) responsabilizó del ataque a los periodistas independientes que cubren la Caravana de su candidata independiente a la Presidencia de la República, María de Jesús Patricio Martínez, Marichuy, ocurrido la tarde de ayer, a los tres niveles de gobierno, así como de las posibles agresiones que puedan sufrir las comunidades y pueblos del Congreso Nacional Indigena y la prensa independiente que sigue la campaña.
Marichuy es la aspirante a candidata independiente que busca contender por la Presidencia de la República, por lo que inició su recorrido por el país para conseguir al menos 1 por ciento de firmas del electorado en 17 entidades federativas (866 mil 593 firmas) toda vez que el plazo para recolectarlas y lograr su registro en las boletas electorales, vence el 19 de febrero.
En un comunicado emitido a propósito de la intimidación a la Caravana de periodistas que se registró la tarde de ayer cuando se dirigían a Paracho, Michoacán, a unas horas de haber salido de los límites del municipio de Tepalcatepec, donde estuvieron por la mañana, la Caravana fue interceptada y “arrinconada” por una camioneta Honda CR-V gris, en la cual viajaban cinco sujetos que portaban armas de alto calibre, “quienes obligaron a los periodistas Al-Dabi Olvera y Cristian Rodríguez a descender, los amenazaron y los obligaron a entregar sus cámaras y teléfonos celulares únicamente”, refiere el comunicado.
El CIG reconoció la labor de las y los periodistas independientes, sobre todo de quienes acompañan a su candidata, “ya que han sido fundamentales para visibilizar nuestro caminar y nuestros dolores”.
“Sabemos bien que ejercer el periodismo en México es un trabajo de alto riesgo y que 40 periodistas han sido asesinados en nuestro país en el sexenio de Peña Nieto. Como Congreso Nacional Indígena nos indigna esta guerra contra la palabra, herramienta fundamental para la organización de los pueblos. Nos solidarizamos con los y las compañeras que realizan su oficio y defienden las libertades de expresión y prensa”.
La candidata independiente Marichuy, estuvo la mañana de ayer con la comunidad Nahua de Santa María Ostula, un territorio recuperado por la Policía comunitaria de manos del crimen organizado, quien saqueaba maderas preciosas y minerales. Al salir hacia Paracho para continuar con su recorrido, los periodistas fueron interceptados por un comando armado, denunciaron en el comunicado.
EXIGEN ESCLARECER HECHOS
En otro comunicado, la organización Periodistas de a Pie, exigió al gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, brindar todas las garantías de seguridad para las y los periodistas que cubren la Caravana y que investigue los hechos para encontrar a los responsables.
De acuerdo con la versión de los periodistas, dice el comunicado, ellos iban al final de la fila fotografiando los campos y el atardecer cuando vieron la camioneta Honda repleta de hombres armados. “En ese momento bajaron las cámaras pero un kilómetro más adelante los sujetos se les emparejaron y los encañonaron, después les cerraron el paso”.
“Al-Dabi Olvera y Cristian Rodríguez dijeron al comando que no tomaron fotografías de ellos, fue en ese momento que los agresores los despojaron de dos equipos fotográficos y cuatro celulares.
Además les lanzaron la advertencia de que no chillaran porque les había ido bien”.
Los periodistas lograron comunicarse con los integrantes de la Caravana con un teléfono móvil que habían dejado en una de las mochilas, quienes los esperaron y ahora se trasladan en la parte de en medio.
En tanto, el gobierno de Michoacán, emitió un comunicado en el que informó que la Procuraduría General de Justicia del estado (PGJE) y la Secretaría de Seguridad Pública, “atienden el reporte de robo a periodistas que se dirigían a cubrir actividades de la precandidata del que hasta esta noche no se tiene denuncia formal; ya se abrió carpeta de investigación con base en la denuncia pública”.
18/LGL
FEMINISMO
Se realizará en marzo en el Caracol de Morelia, en Chiapas
EZLN convoca a primer encuentro internacional de mujeres

A 24 años del alzamiento en armas para reivindicar los derechos de los pueblos indígenas, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) convocó al “Primer encuentro internacional, político, artístico, deportivo y cultural de mujeres que luchan”.
El pasado 29 de diciembre el Comité Clandestino Revolucionario Indígena del EZLN, movimiento que el 1 de enero de 1994 declaró una rebelión armada contra el gobierno de Carlos Salinas, llamó a las mujeres del mundo a reunirse del 7 al 11 de marzo en el Caracol de Morelia, ubicado en Chiapas.
El propósito, informaron en un comunicado, es encontrarse, hablar y escucharse como mujeres que luchan, resisten y se rebelan en contra del sistema capitalista, machista y patriarcal, como mujeres que no están de acuerdo con lo que les hacen por ser mujeres y que no tiene miedo o que si lo tiene lo controlan.
“Bien que lo sabemos que el mal sistema no sólo nos explota, nos reprime, nos roba y nos desprecia como seres humanos, también nos vuelve a explotar, reprimir, robar y despreciar como mujeres que somos”, expusieron.
Las convocantes, quienes además apoyan la aspiración de María de Jesús Patricio (Marichuy) para conseguir una candidatura independiente para competir por la Presidencia de la República en julio próximo, dijeron que la situación es peor porque en todo el mundo asesinan a las mujeres.
“A los asesinos, que siempre son el sistema con cara de macho, no les importa si nos matan, porque los policías, los jueces, los medios de comunicación, los malos gobiernos, todos los que allá arriba son lo que son a costa de nuestros dolores, los cubren, los solapan y hasta los premian”, reclamaron.
Sobre los hombres las convocantes explicaron: “A los varones zapatistas los vamos a poner a hacer lo necesario para que podamos jugar, platicar, cantar, bailar, decir poesías, y cualquier forma de arte y cultura que tengamos para compartir sin pena. Ellos se encargarán de la cocina y de limpiar y de lo que se necesite”.
La convocatoria para este encuentro es solo para mujeres pero quienes tengan hijos menores de edad los pueden llevar o quienes quieran ir acompañadas por varones lo podrán hacer considerando que ellos no podrán participar en las reflexiones porque se trata de un espacio de mujeres. El registro está disponible en encuentromujeresqueluchan@ezln.org.mx.
18/AGM
Sentar las bases de una organización en resistencia después del 2018
Alianzas con el pueblo, no con el poder: Marichuy

La meta de la vocera del Concejo Indígena de Gobierno (CIG), María de Jesús Patricio, va más allá de conseguir que una mujer indígena gane la Presidencia de México, el objetivo es más ambicioso: se trata de visibilizar, una vez más, a las comunidades indígenas pero sobre todo de sentar las bases de una organización civil que se mantenga activa, vigilante y casi en resistencia después de las elecciones de 2018.
“A veces no se entiende porque tenemos la costumbre que nos han dejado los partidos: que todo es a través de un partido”, explicó a Cimacnoticias María de Jesús, Marichuy, como le dice la gente, “la indígena nahua postulada por el CIG y en Congreso Nacional Indígena (CNI)” para buscar lo que parece imposible, una candidatura independiente que la lleve a competir con los nueve partidos políticos nacionales por la Presidencia de la República.
En medio de sus recorridos por el país para conseguir cuando menos 1 por ciento de firmas del electorado en 17 entidades federativas (866 mil 593 firmas) la vocera hizo un descanso de dos días para atender a los medios de comunicación y exponerles el proyecto inspirado en la filosofía del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) que en 1994 se alzó en armas para hacer que la sociedad volteara a ver a los invisibles.
A 23 años de que los indígenas exigieran una nueva relación con el Estado, la candidatura indígena de una mujer molesta e incomoda a políticos y ciudadanos. La tachan de ser la candidata zapatista, de querer dividir el voto de la izquierda o de restar apoyos a Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), partido que por primera vez competirá en una elección presidencial. También dudan de ella porque no creen que pueda gobernar.
Por otro lado es arropada por universitarios, agrupaciones civiles y una comunidad intelectual donde destacan personalidades como el escritor Juan Villoro, el cantautor Óscar Chávez y el artista gráfico Francisco Toledo, quienes hasta el 4 de diciembre habían conseguido 80 mil 883 firmas que, como dice el CIG, son apoyos que se traducen en conciencias convencidas.
En un edifico que sirve de oficina del CIG en la colonia Doctores, en la Ciudad de México, Marichuy habla de las aspiraciones de los pueblos indígenas. Siempre habla en plural porque no olvida que su voz representa a una colectividad y en su disertación repite palabras como dolor, comunidad, despojo y organización, conceptos que inspiran su andar por el país.
UNA PROPUESTA DE IRRUPCIÓN
Conforme pasa el tiempo la lista de aspirantes a la Presidencia de México se va aclarando. Habrá por lo menos tres candidatos con posibilidades de ganar. Uno postulado por Morena, otro por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y otro más por el Frente Ciudadano por México, conformado por los partidos de la Revolución Democrática (PRD), Acción Nacional (PAN) y Movimiento Ciudadano (MC).
Además de estos candidatos hay una oleada independiente de personajes políticos que aspiran a la candidatura sin el aval de siglas partidarias. Marichuy es una de las mujeres que busca una postulación, pero ciudadana para que su nombre y su proyecto aparezca en las boletas electorales el próximo 1 de julio de 2018.
A la pregunta de por qué participar en un proceso electoral si el CIG se ha mantenido alejado de la política y ha optado por la autonomía, Marichuy responde que su participación es una propuesta de irrupción en un país donde la práctica cotidiana de cada seis años es que el gobierno acuerda, desde arriba, quién continúa en el poder y cómo seguir despojando a los pobres y a las comunidades indígenas.
“La propuesta de participar en esto es para sacudir a México y que los pueblos sean visibles, los pueblos que realmente están sufriendo esas políticas que se construyen desde arriba, los mega proyectos capitalistas que han traído muerte y destrucción. Más que beneficios ha sido un despojo de las aguas, de los recursos naturales, de las tierras, de las riquezas que se tiene”.
En este escenario, continua: “se pensó qué vamos a hacer. No podemos seguirnos encontrando y seguir manifestando nuestros dolores y nuestras rabias si no se da un paso más adelante. Es un llamado a que volteen a ver la problemática real que están dejando estos proyectos extranjeros que solamente les interesa el dinero y el poder para poder dominar a los que estamos abajo”.
El CIG está conformado por mujeres y hombres que representa a sus pueblos indígenas. Si María de Jesús Patricio llegara a obtener la candidatura cada paso que dé debe ser avalado por las y los concejales porque su filosofía marca que el pueblo sea el que gobierne y el gobierno el que obedezca, uno de los siete principios zapatistas.
“A veces no se entiende porque tenemos la costumbre que nos han dejado los partidos: que todo es a través de un partido. ¿Pero quienes han diseñado esas políticas, pues solamente los de arriba? Nosotros pensamos que se puede construir otra, desde abajo, otra donde no solamente vayamos y llevemos a alguien allá, por eso se pensó en algo más grande, colectivo, son los concejales, ahorita van más de 150 y todos ellos juntos serían el gobierno”.
La idea es provocadora para una parte de la población pero para otra es muy difícil creer que las mujeres indígenas y pobres deban o puedan llegar al poder. Aun así, las razones de Marichuy son muchas. “(¿Para qué?) Para ya no permitir esos despojos que se están haciendo, esas contaminación de las aguas, esa imposición de proyectos extranjeros, que no se consulta a las comunidades; al contrario, que se les impone”.
RECONSTRUCCIÓN PARA TODOS
En su caminar por los rincones del país, esta jalisciense, médica tradicional, ha confirmado el diagnóstico de sus compañeras y compañeros, un despojo de los bienes comunes pero también de los cuerpos y la cultura y un desprecio por los pobres que viven sin educación ni salud.
“Ante los intentos organizativos de las comunidades por defender los recursos naturales, el agua, la tierra, viene la represión, la desaparición de algunos líderes o comunidades. Personas que están al frente los han desaparecido o encarcelado. Viene esta destrucción masiva, viene con todo. Se ve más triste la situación yendo directamente a las comunidades y que ellas lo planteen desde su misma vivencia”.
En Veracruz las tierras han sido concesionadas para la extracción de petróleo, en Puebla para la construcción de hidroeléctricas, en Oaxaca para imponer eólicas. De esos proyectos habla cuando se refiere al despojo del territorio, la tierra, los bosques y el agua pero también se refiere al exterminio de manifestaciones sociales y culturales como la partería o el despojo de la lengua, vestimenta y herbolaria medicinal indígena.
“Justamente para eso es la propuesta, para escuchar todos esos dolores y juntos buscar formas de cómo le vamos a hacer para reconstruir este México desde abajo. Pensamos que los pueblos indígenas solos no podemos dar un paso más allá porque este monstruo es gigante, entonces, por eso, en este caminar vamos haciendo un llamado a los diferentes sectores de la sociedad que también sienten que es necesaria la unidad para poder hacer una fuerza grande e impedir que nos sigan destruyendo”.
Si la vida y la permanencia de los pueblos está en juego, en el CIG se pensó en hacer algo más para tejer redes entre las comunidades y participar en un proceso que sirva para acercarse a quienes no son parte del CNI pero que están viviendo y luchando con el ánimo de que algún día sus pueblos sean respetados.
“VOTEN POR QUIEN QUIERAN”
El reloj sigue avanzado y Marichuy tiene hasta el 19 de febrero para recolectar firmas. Hasta diciembre la vocera y aspirante a candidata había conseguido 9.3 por ciento de los apoyos necesarios para lograr su registro. Existe la posibilidad de que no llegue a la meta, sin embargo, eso de ninguna manera sería un fracaso. El éxito está en aprovechar la vorágine electoral para llevar su mensaje.
“Lo más importante es la organización. Si no logramos conseguir el millón de firmas que se ocupan para ser candidata, como lo dijimos desde el principio, nuestra propuesta era organizativa, que surgiera algo nuevo desde abajo porque está claro que quien llega arriba, al poder, se corrompe, venga de donde venga, del color que sea, porque ya está algo diseñado arriba”.
Para los pueblos originarios si no hay organización de nada sirve que Marichuy sea candidata. “Vamos a seguir insistiendo para que se entienda y quede claro. Sí, aspiramos al poder pero al poder del pueblo, que el pueblo decida qué se hace y qué no se hace, que diga si le gusta lo que están haciendo o no. Que el que está arriba escuche al que está abajo, y esa es nuestra insistencia por donde vamos pasando”.
La vocera cuenta una anécdota que sintetiza el pensamiento del CIG: En una comunidad una señora le dijo que estaba de acuerdo con ella. “Los voy a apoyar pero ¿puedo votar por fulano de tal?”. A esta pregunta la aspirante presidencial le dijo que votara por quien quisiera. “Lo que estamos diciendo es que se organicen desde abajo, como comunidad porque antes de ser de un partido somos de una comunidad”.
Al escuchar los discursos de esta nahua y de las concejalas que junto a ella toman la palabra, parece que solo se dirigen a los pueblos. ¿A quién le habla en los mensajes que da? se le pregunta.
“A todos los mexicanos. Lo hemos dicho en algunas ocasiones, es una propuesta que surge de los pueblos para México ¿y que es México? pues incluye a obreros, estudiantes, amas de casa, trabajadores del campo y la ciudad, todos los sectores”. Por esa razón el CNI ha creado nueve grupos de trabajo donde creen que caben todas y todos: tierra y territorio; autonomía; justicia; mujeres; jóvenes y niños; personas con discapacidad; migrantes y desplazados; trabajo y explotación.
La campaña de esta indígena no es la típica campaña porque aunque recorre el país pidiendo firmas no ofrece nada, al menos no ofrece las despensas, pintura o gorras, ni siquiera la construcción de clínicas o fábricas, más bien parece que va en caravana escuchando. Cuando la gente le pregunta cuál es su proyecto la respuesta es simple. “El proyecto tiene que surgir de abajo, si no sería lo mismo, ya llevamos algo diseñado y les decimos sabes qué, va a ser esto”.
Los nueve grupos de trabajo son el comienzo de la redacción colectiva de ese proyecto.
Y CONTRA EL PATRIARCADO
“El silencio, el miedo, el machismo y el patriarcado capitalista que nos mal gobiernan son el odio mismo de los poderosos contra la vida”, pronunció la vocera el 27 de septiembre durante un mitin en el municipio de Nezahualcóyotl, en el Estado de México, entidad donde el feminicidio y la violencia contra las mujeres es una constante.
Sobre el patriarcado, concepto que pareciera apropiado por las citadinas, también tiene una posición. “Los proyectos o programas que ha implementado este sistema capitalista ha sido diseñado solamente por hombres. Al no considerarse la participación de las mujeres es que hay un proyecto que está excluyendo y que está diseñado solamente por hombres, por eso decimos patriarcado, porque si hubiera la participación de las mujeres sería diferente”, afirma.
“Vemos que hay una fuerte discriminación contra las mujeres, que se considera que su opinión no vale. En las comunidades es más fuerte porque se considera que la mujer solamente es para tener hijos y atender la casa, no para participar en la organización propia de la comunidad. Son estas estructuras diseñadas capitalistas patriarcales, porque están pensando en donde nada más pueden caber los hombres”.
Hablar del patriarcado con las poblaciones indígenas no es tema fácil por eso la vocera siempre está acompañada de las concejalas, son ellas quienes dan la cara y van al frente para mostrar que también son líderes y deben gobernar. “Son las que están al frente porque a los maridos más rápido los quitan, los hacen a un lado, los encarcelan, los desaparecen. Nos hemos dado cuenta que hay mujeres que están participando muy decididamente”.
Aunque hay líderes que la critican por no buscar una alianza con los partidos de izquierda o quienes esperan que decline a favor de alguien más, Marichuy está decidida a seguir firme. “Hemos planteado que más que aliarnos arriba es aliarnos abajo, con la gente del pueblo, con los diferentes sectores, con los pueblos indígenas. Esa es nuestra tirada principal, la organización desde abajo. Nuestra mirada va a estar hacia abajo, con los pobres, con los trabajadores del campo y la ciudad”.
Y si no se juntan las firmas el trabajo continúa. “Quedemos o no quedemos lo más importante es lo que vamos a construir, es lo que tiene que quedar para después, porque los gobiernos ya están pensando cómo van a implementar sus proyectos para después del 2018. No nos podemos organizar para aquí y ya, cada quien vuelve a su comunidad. Nuestra tirada es a la organización para después. ¿Cómo vamos a sobrevivir, cómo vamos a conservar nuestras comunidades, nuestras tierras, agua, bosque? Solamente unidos”.
17/AGM/LGL
POLÍTICA
Candidata y vocera del CIG en la UNAM
“Tomar la palabra como una forma de resistencia”: Marichuy y Araceli Osorio

Las causas de los pueblos indígenas y de las mujeres víctimas de violencia de género se fundieron en una sola en el abrazo entre la aspirante a candidata independiente a la Presidencia de la República, María de Jesús Patricio Martínez y Araceli Osorio Martínez, madre de Lesvy Berlín Osorio, joven asesinada el pasado 3 de mayo en Ciudad Universitaria.
Las dos causas se hicieron una porque si hay alguien con el firme propósito de llevar la palabra de los pueblos indígenas y de las mujeres a una campaña electoral es María de Jesús, Marichuy, la indígena jalisciense, docente de medicina herbolaria en la Universidad de Guadalajara y vocera del Congreso Nacional Indígena (CNI) y del Concejo Indígena de Gobierno (CIG).
Esa fue la percepción de una parte de la comunidad estudiantil de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que este martes organizó una verbena con rock y rap en vivo para recibir a la vocera, la mujer elegida por los pueblos indígenas, ovacionada por universitarios y respaldada por movimientos sociales.

En su recorrido por el país para recolectar firmas de apoyo que le permitan ser candidata independiente a la Presidencia de la República y que a su vez su nombre aparezca en las boletas electorales, Marichuy llegó a la máxima casa de estudios pero antes de hablar frente al grupo de jóvenes hizo un alto en el Instituto de Ingeniería, donde se sumó a la causa de las mujeres.
La tarde de este martes, la vocera, flanqueada y custodiada por concejalas indígenas, llegó al Instituto de Ingeniería en el circuito universitario, justo frente a la caseta telefónica donde el 3 de mayo fue encontrado el cuerpo de Lesvy Berlín Osorio, joven de 22 años de edad que presuntamente fue asesinada pero que la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México insiste en que se suicidó enredándose al cuello el cable del teléfono público.
Allí, donde la Red universitaria en apoyo al CNI colocó flores moradas, cruces rosas y pancartas, una mesa sirvió de templete para que Marichuy subiera y se dirigiera a las y los estudiantes que le pidieron ser partícipe de un homenaje a Lesvy y a las mujeres, a aquellas a quienes les arrancan la vida por el simple hecho de serlo.
En el pequeño espacio delimitado por cintas rojas y amarillas que se usan para resguardar la escena de un crimen, la vocera fue acogida por Araceli Osorio Martínez, trabajadora del Sindicato de Trabajadores de la UNAM (STUNAM) y quien como Marichuy ha emprendido una campaña, pero ella para encontrar justicia para su hija, Lesvy Berlín Osorio.

En ese ritual dedicado a las víctimas de feminicidio y donde se hizo presente la música del tambor, el sonido de los cuernos y el olor a copal, ambas mujeres, una surgida de la tierra, como lo afirma el escritor Juan Villoro; y la otra surgida de la lucha sindical pero forjada como activista y madre de una víctima, se dieron un abrazo donde hicieron converger sus causas.
Mientras el estudiantado se arremolinaba en la explanada de la Biblioteca Central y la Torre de Rectoría y las personas auxiliares se daban a la tarea de recabar firmas para conseguir que Marichuy sea candidata independiente, en la caseta telefónica ambas mujeres unieron dos demandas que esperan ver repetirse en la próxima contienda electoral.
En el acto, Sonia Salas, en representación de la Red universitaria en apoyo al CNI, reclamó verdad y justicia para todas las compañeras asesinadas y en su mensaje pidió a la vocera ser también la portavoz de las mujeres, de aquellas que alzan la voz para decir “no fue suicidio, fue feminicidio”, como la madre de Lesvy.
Con un llamado a la unión, Marichuy dijo a Araceli que los pueblos indígenas y el CIG comparten el dolor de las mujeres como también viven “los dolores del México de abajo”, un grito desesperado que los animó a sostener una candidatura y tomar fuerza para desenmascarar, en el contexto electoral, lo que está pasando en el país.
Así, serena y sin más palabras, la vocera llamó a seguir luchando para construir un mundo nuevo porque, dijo, este se está desquebrajando.

Hermanadas y custodiadas por una cadena humana donde había estudiantes, sindicalistas y sobrevivientes de violencia como las Mujeres de Atenco, Marichuy, Araceli Osorio y las concejalas del CNI, recorrieron Ciudad Universitaria hasta llegar a Las Islas, donde la comunidad estudiantil las esperaba en una fiesta de música y candor político.
Con el fondeo previo de una canción interpretada por Rubén Albarrán, vocalista de Café Tacuba, en medio de tambores, el sonido de los cuernos, el coro “Marichuy hoy nos dice: Otro mundo es posible”, la vocera llegó a Las Islas y subió al templete, siempre acompañada por Araceli Osorio.
Llegada la noche, tras las palabras de concejalas y activistas, Araceli tomó el micrófono para decir que lleva tiempo sin creer en las autoridades y en las instituciones que le dicen que Jorge Luis González Hernández no asesinó a su hija, que sólo miró cuando ella se suicidó, y enfatizar que confía cuando los pueblos originarios le dicen que otro mundo es posible: “Yo le creo, compañera”, afirmó.

Con la digna palabra, como lo mencionó la madre de Lesvy, se dirigió a la comunidad universitaria y les dijo: “A pesar de todo el dolor, este día hay esperanza y se ha sembrado en mi corazón, y considero, que en el de muchos de ustedes. No estamos solos, no estamos solas”, por eso convidó a tomar la vida como una forma de resistencia.
Tras los gritos de “Ni una más, ni una asesinada más”, que prácticamente sólo repetían las mujeres, y como repuesta, cuando Marichuy tomó la palabra, repitió que el CIG no ha dejado de estar atento a las rabias y los dolores como el de Lesvy Berlín, asesinada en Ciudad Universitaria.
“A ellos, a ella, a sus familias les manifestamos nuestro acompañamiento sincero y humilde que no es de coyunturas políticas y menos electorales. Tengan por seguro que la memoria es la virtud de las comunidades y pueblos del CNI, por lo que estamos y estaremos hombro con hombro con ustedes”, mencionó.
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Convencida de que otra forma de gobernar es posible aun cuando lleva 7 por ciento de las firmas requeridas para conseguir la candidatura independiente, dijo: “Tenemos dolor y rabia por la impunidad ante miles de feminicidios, por la violencia sistemática que día con día vivimos las mujeres del campo y las ciudades y que nos hacen decir ¡ya basta!, llegó la hora de las mujeres. Y no tengan duda, nosotras también vamos por todo”.
Aludiendo a la filosofía de los pueblos y del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, Marichuy recalcó que su lucha y su apuesta es grande y es en busca de construir un México en el que las mujeres no falten nunca más en el camino y en los trabajos para sanar la patria.
17/AGM/LGL
POLÍTICA
Inicia segunda etapa de gira para recabar firmas
Construir autonomías más allá del 2018: Marichuy-CIG

En la segunda etapa de su gira para recabar firmas que le permitan obtener la candidatura independiente al gobierno de México, María de Jesús Patricio Martínez, Marichuy, e integrantes del Concejo Indígena de Gobierno (CIG) al que representa, plantearon que su objetivo es construir y articular a lo largo del país comunidades autónomas, proyecto que está más allá de las elecciones de julio de 2018.
La vocera indígena nahua, quien apenas en octubre pasado recorrió la zona de influencia el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en donde ya se llevan a la práctica procesos autónomos de gobierno, desarrollo y educación, visitó esta ocasión la costa del estado y la ciudad de San Cristóbal de las Casas.
En este último lugar, frente a la Catedral de la paz, explicó que en el recorrido que emprende por México, llevarán “la palabra que nos han encomendado las comunidades (…) y si están de acuerdo, haremos una fuerte organización, no para aquí al 2018, sino más allá del 2018”.
Ante unas 4 mil personas que se reunieron, indígenas y no indígenas, reiteró la propuesta de organizarse entre grupos, comunidades y pueblos que deseen construir un sistema económico, de gobierno y sociedad anticapitalista. Consideran al sistema capitalista el causante de la desigualdad social, pobreza, violencia y corrupción que se vive actualmente en México.
“Sí podemos lograrlo, sí podemos hacerlo, si todos logramos poner algo de nuestra parte desde el lugar donde estamos”, dijo.
Uno de los integrantes del CIG, Nereo González López, indígena de Chiapas, al tomar la palabra puntualizó que “lo que se está buscando es formar una autonomía”, cuya construcción no dependa de la vocera Marichuy, sino de cada una de las personas y comunidades que la integren.
“Cómo nos vamos a organizar, pues de manera así, autónoma. La invitación es que no esperemos que la compañera Marichuy nos va a solucionar el problema. Ella es nuestra vocera que llevará la voz del pueblo, más ella no es la solución. La solución somos todos.
Ella nunca nos va a dar la solución y arreglar nuestros problemas. No, nuestros problemas se van a solucionar solamente organizándonos”, reiteró el concejal.
Marichuy fue electa vocera del CIG, organismo del que hasta ahora forman parte más de 150 representantes de 63 pueblos indígenas del país. Este consejo fue formado a iniciativa del Congreso Nacional Indígena (CNI) y el EZLN, y busca en este momento articular los movimientos de personas, grupos y comunidades rurales y urbanos.
Eligieron a Marichuy como su vocera y candidata para las elecciones de 2018, en las que desean participar de manera independiente a los partidos políticos, aún cuando su meta no es la elección en sí misma, sino la articulación y construcción de autonomías.
A fin de conseguir del Instituto Nacional Electoral (INE) el registro formal como candidata independiente a la presidencia de México, deben recabar 866 mil firmas de apoyo antes del mes de febrero.
17/AM/LGL
POLÍTICA
En noviembre inicia gira para recabar 866 mil firmas para su registro
Marichuy y CIG buscan “sacudir al país”, no ganar las elecciones

Al cierre de la gira que la candidata a la presidencia de México, María de Jesús Patricio Martínez, Marichuy, emprendió a lo largo del territorio donde tienen presencia el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), los pueblos indígenas que la recibieron dejaron claro que lo que se busca no es el cargo, sino “sacudir al país”.
Marichuy y las y los integrantes del Consejo Indígena de Gobierno al que representa, cerraron la gira de seis días en la comunidad Oventic, ubicada en la zona tsotsil de Chiapas, y sede de los zapatistas en la región. Ahí, ante las miles de personas que se reunieron, la comandante Hortencia, del EZLN, planteó nuevamente el objetivo de la participación en el proceso electoral de 2018.
“No importa que los ricos y poderosos no reconozcan nuestro Concejo Indígena de Gobierno y a nuestra vocera. Para nosotros los y las zapatistas y muchos otros pueblos, la palabra y el oído y la mirada que valen son las del Concejo Indígena de Gobierno y su vocera María de Jesús Patricio Martínez, porque ella, y ellas y ellos no buscan el cargo. Lo que buscan es llamar al pueblo de abajo a organizarse”.
Dijo que “no importa que gane o no gane la candidatura, o en las elecciones, lo que importa es que todas y todos nos organicemos, cada quien según su modo, su tiempo y su lugar donde vive, trabaja, lucha, resiste.
Antes, Marichuy había señalado: Es la hora de sacudir este país y agitar en cada rincón de él, de organizarnos en cada espacio, en cada barrio, nación y tribu, en cada ciudad, en el campo y en las ciudades”.
La candidata y vocera del Concejo Indígena de Gobierno dijo que el objetivo es organizarse y “de gobernarnos de acuerdo a nuestras formas propias, ejerciendo y tomando el destino en nuestras manos sin esperar a que otros lo hagan por nosotros”.
Ello a semejanza del EZLN, quien a los pocos meses de 1994, empezó la construcción de sus gobiernos autónomos, que ahora, 23 años después, están constituidos formalmente y funcionan de manera paralela a las instituciones oficiales.
Durante los encuentros que tuvo con personas mestizas e indígenas tojolabales, choles, tseltales, tsotsiles, tuvo predominio la participación de mujeres de la región, zapatistas y no zapatistas, quienes plantearon su situación particular y las acciones que han emprendido para lograr mejores condiciones de vida.
Marichuy hizo énfasis en el peso que tienen las mujeres tanto en la candidatura para la presidencia, como en los procesos organizativos que busca fomentar.
“Es la hora de las mujeres que luchan y se organizan por nacer su libertad, por nacer su patria nueva con justicia, por nacer un mundo nuevo de paz y diferente sobre las ruinas que el sistema capitalista y patriarcal van dejando por todos lados. Es el momento de que las mujeres nos organicemos sí, por el respeto de nuestros derechos, pero también por todos y por todas porque en nosotras está la fuerza para empujar esta enorme lucha”.
La candidata explicó que a partir del mes de noviembre continuará el recorrido por el país para recabar las 866 mil firmas que de acuerdo a los lineamientos del Instituto Nacional Electoral (INE), se requieren para suscribir su candidatura en el proceso electoral de 2018.
Antes, denunció que hasta el momento han tenido dificultades y trabas para este proceso, porque no ha funcionado la aplicación electrónica a través de la que deben suscribirse las adhesiones, y porque en las zonas indígenas la señal de internet es prácticamente nula.
Dijo que los detalles sobre su gira por el país los dará a conocer en los próximos días.
17/AM/LGL
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