8 de marzo
FEMINISMO
OPINIÓN
Mujeres Cautivas
¿Y después del 8 de marzo, qué sigue?

Tras la manifestación de fuerza del movimiento feminista el pasado 8 de marzo en el Primer Paro Internacional Feminista, nos preguntamos qué sigue. Y al volver a la realidad cotidiana en México y otros países de Latinoamérica, las cosas no han cambiado, siguen desapareciendo mujeres y niñas, siguen las cifras sostenidas y en aumento del feminicidio, sigue el acoso sexual en las calles, el desplazamiento forzado interno, el secuestro, el peligro para las periodistas, para las defensoras y siguen los altos grados de impunidad.
El manifiesto consensuado por cientos de mujeres y respaldado por miles en las marchas del pasado jueves 8 de marzo, incluye medidas concretas que suponen una enmienda a la totalidad de políticas públicas y de justicia para poner la vida de las mujeres en el centro.
Sin embargo, lo más urgentes son las violencias. Es, de hecho, el grito de “ni una menos, vivas nos queremos” que lanzaron las feministas argentinas en 2017, el que ha prendido la mecha de la huelga feminista que las organizadoras consideran un éxito.
Y son las violencias machistas uno de los ejes que recoge una serie de propuestas. Muchas de éstas podrían entrar en vigor este año si se da cumplimiento a las medidas que recoge el “Pacto de Estado Contra la Violencia de Género” aprobado a finales del año pasado en España, lo que no ocurrirá en los países donde tendremos elecciones en 2018.
Estas son algunas de las propuestas concretas que plantea el movimiento feminista, y las medidas concretas que podrían ponerse en marcha si hubiera voluntad política y se destinara un presupuesto para ello.
- Recoger todas las violencias machistas, y no solo la que se produce en pareja.
- Que se considere la violencia machista como una cuestión que atañe a toda la sociedad, que tiene su raíz en un sistema patriarcal que organiza nuestras relaciones sociales, lo que implica “que se tengan en cuenta las diferentes causas y se visibilicen los distintos niveles y dimensiones de las violencias”.
- Ampliar la definición de violencia machista para abarcar a todas aquellas violencias que sufrimos por el hecho de ser mujeres, un planteamiento que ha salido a debate repetidamente desde la aprobación y ratificación de la Convención para la Prevención Sanción y Erradicación de la Violencia contra la Mujer o Convención de Belem do Pará, que ciñe su objeto de actuación a “la violencia que, como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia”.
- Educar contra las masculinidades violentas. Promover una educación afectivo- sexual que eduque a los niños contra unas masculinidades violentas, posesivas, dominantes, y a las niñas para desarrollar su individualidad y salir del marco del amor romántico.
- La obligación legal de obtener y presentar datos estadísticos detallados y secuenciados sobre todas las formas de violencia contra las mujeres.
- Reforzar y ampliar en materia de Educación, los valores igualitarios y la educación afectivo-sexual obligatoria en todos los niveles educativos, fomentando que los mismos se aborden de forma integral.
- Diseñar programas de prevención, detección y protocolos especializados o actualizar los existentes en atención y actuación, adaptándolos a las especificidades de las diferentes violencias sexuales.
- Mejorar la protección a mujeres migrantes. El manifiesto también pide que a las mujeres migrantes en situación irregular se les garantice la seguridad jurídica y protección cuando se denuncia una violencia sexual, lo que requiere modificar las leyes de migración sobre derechos y libertades de los extranjeros en nuestro país y su integración social, para mejorar la protección a las víctimas de todas las formas de violencia de género evitando los procedimientos sancionadores por estancia irregular.
- Atender la diversidad de las víctimas de violencia de género. Una de las motivaciones de la huelga feminista es “que todas las mujeres, sin discriminación de ningún tipo, tengamos derechos y justicia social”. La huelga feminista se convocó, para que en todas las acciones contra las violencias machistas se tenga en cuenta la diversidad de circunstancias y condiciones de las mujeres y la intersección de opresiones que vivimos.
- Ampliar y profundizar la formación especializada que reciben los y las profesionales de la Administración de Justicia, y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en materia de prevención de la violencia de género y en materia de trata, llevando estos contenidos también a los jueces y juezas de familia y de menores, además la conformación de juzgados especializados en violencia de género”.
- Sensibilizar a los profesionales de los medios, para que se hagan cargo del impacto que tienen en la opinión pública “para que los medios de comunicación traten los temas de violencias machistas con rigurosidad, tratando a las mujeres y sus derechos como sujetos, no victimizando ni empatizando con el agresor”.
- Impulsar medidas contra la trata y la explotación sexual, logrando que se persiga de forma eficaz la trata con fines de explotación sexual, pero, sobre todo, se otorgue la protección que nuestra regulación en teoría contempla a las mujeres que se encuentran en esa situación, dejando de poner por delante la “lucha contra la inmigración irregular” en lugar de la protección de los Derechos Humanos de las mujeres, promover la eliminación de publicidad de contenido sexual o servicios y programas de protección social y recuperación integral de las víctimas, entre otras.
- Reconocer el fenómeno del desplazamiento interno forzado de mujeres por la presencia de la delincuencia organizada y diseñar e impulsar políticas públicas que reduzcan su victimización y les facilite su reincorporación a la sociedad, su reubicación nacional e internacional.
- Garantizar a las mujeres y las niñas indígenas y a las que viven en el campo y la ciudad en condiciones de exclusión social, oportunidades de vida digna, educación, vivienda, salud, vivienda, derecho a la propiedad y trabajar para poder remontar sus condiciones de exclusión social.
Y como estas hay muchas necesidades y propuestas más, que ahora que está por concluir el sexenio, nos damos cuenta que ha sido un sexenio gris para las mujeres y sus necesidades.
*Directora Regional de la Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe (CATWLAC, por sus siglas en inglés).
Twitter: @CATWLACDIR
Facebook: Catwlac Directora
18/TUZ/LGL
FEMINISMO
COBERTURA ESPECIAL
“Entendernos y hacer crecer la rebeldía y la resistencia”
"Acordamos vivir y vivir es luchar”, mujeres zapatistas inauguran Encuentro

Cuando las mujeres se convierten en víctimas y mercancía, hay palabras que no pueden pronunciar frente a los hombres, por eso y porque necesitan espacios propios y autónomos, este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, las mujeres zapatistas inauguraron el “Primer Encuentro Internacional Político, Artístico, Deportivo y Cultural de Mujeres que Luchan”.
Hoy, que el peor delito es ser mujer y la sentencia es la muerte, la vida es un volado, por eso las zapatistas llamaron a las mujeres del mundo a reunirse y encontrarse en la zona autónoma de El Caracol de Morelia, lugar ubicado en el sureste chiapaneco. La idea de estar juntas es --y será-- entenderse y hacer crecer la rebeldía y la resistencia.
Después de viajes de hasta 42 horas en autobús y cargadas de casas de campañas, alimentos, agua, todo tipo de víveres e ideas, este 7 de marzo las mujeres provenientes de México y del mundo llegaron al Caracol, un espacio enmarcado en los montes chiapanecos que desde temprana hora se organizó para recibirlas.

Tras una larga jornada de recepción que se prolongó por la madrugada, este 8 de marzo, a las 6 de la mañana comenzó la música que dio paso a las actividades logísticas: preparación de alimentos, lavado de ropa o dar un baño a las niñas y niños; dos horas después las mujeres de los pasamontañas tomaron los micrófonos.
Cada una vistió un uniforme que identifica su rango y sus actividades: botas negras, pantalón verde olivo y camisetas cafés para las encargadas de la seguridad; camisetas rojas para las que están en la organización y las que llevan huaraches, faldas o vestidos, formadas en filas perfectas para escuchar a sus líderes y compañeras.
"Tal vez cuando regresen a sus mundos, tiempos y modos --dijo una de las zapatistas-- les preguntarán si hubo un acuerdo. Sí, acordamos vivir y vivir es luchar, entonces acordamos luchar. Acordamos volver a encontrarnos, el año que viene, en la tierra zapatista", dijo ella aclarando que no se trata de pronunciamientos, sino de compartir saberes.
Custodiadas por una cuadrilla de mujeres insurgentes y con las concejalas del Concejo Indígena de Gobierno como observadoras de honor, las zapatistas fueron leyendo las palabras que prepararon para contar cómo era su vida antes del levantamiento zapatista de 1994 y los cambios que lograron después de promover la autorización.

Dijeron cómo fueron excluidas de la lucha y cómo fueron fundamentales para hacer tortillas y preparar pozol para los hombres que se reunían en el monte. También hablaron de la discriminación y de que lograron caminar junto a sus compañeros varones para que ambos hicieran tareas como cuidar a hijas e hijos.
Mientras las zapatistas daban sus discursos, seguía la verbena en los alrededores; entre la venta de artesanías y comida, y el encuentro con mujeres que contaban sus anécdotas, o quiénes esperaban hablar con otras como la académica Gloria Careaga, o Araceli Osorio, la madre de Lesvy Berlín Osorio, estudiante de la UNAM asesinada el año pasado en Ciudad Universitaria, en la capital de México.
Entre esa diversidad de mujeres, una de las oradoras habló de cómo es un monte de mujeres; y a modo de poema explicó que en los montes hay árboles de diferentes formas y tamaños: ocote, pino o cedro.
Como quien cuenta un cuento, dijo que cada uno de esos árboles no es igual y luego agregó que todas las mujeres son igual de distintas. "Diferentes colores, diferentes tamaños, diferentes pensamiento. Somos mujeres que luchan. Somos diferentes pero somos iguales", dijo.
Todas ellas en su diversidad viven en un sistema que hace creer a los hombres que ellas no valen lo mismo, donde se desprecia a quienes no saben leer o no han leído libros escritos por las feministas, por eso la invitación a partir de hoy y hasta el 10 de marzo es hablarse, escuchar, festejar, mirar y aprovechar el estar sin la mirada de esos varones que acostumbran ser jueces de lo que hacen las mujeres.
En este monte de árboles que recibió a las asistentes con sol intenso de día y un cielo estrellado de noche, se espera que la lucha no sea una competencia por saberse la más libertaria o las más revolucionaria, sino un regalo de arte, diversión, deporte y conocimiento, Por eso, alrededor de las 13 horas de este día, se rompieron las filas y se dio paso a las actividades deportivas.
El encuentro terminará el próximo 10 de marzo.
18/AGM/LGL
FEMINISMO
REPORTAJE ESPECIAL
Encuentro con mujeres zapatistas, que llaman al habla y la escucha
“Mujeres que luchan” inicia en Chiapas

Justo cuando México atraviesa un proceso electoral y las mexicanas exigen el derecho a vivir libres de violencia, un alto al feminicidio, al acoso sexual y la violencia de género; las zapatistas se colocaron en primera fila y lanzaron una provocación al movimiento feminista, llamaron a reencontrarse, una vez más, para hablar, escucharse y organizarse.
A partir del 29 de diciembre del año pasado la invitación al “Primer Encuentro Internacional, Político, Artístico, Deportivo y Cultural de las Mujeres que Luchan” se esparció por redes digitales y personales y hasta enero de este 2018 ya sumaban 651 personas registradas, mujeres alistándose para emprender un viaje desde sus países, ciudades o pueblos, hasta la zona indígena del sureste de Chiapas que en 1994 hizo temblar al Estado mexicano.
A 24 años del levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), en el contexto del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, y en medio de la irrupción política que causó la primer mujer indígena que buscó la Presidencia de la República, María de Jesús Patricio; las indígenas, mestizas y extranjeras, se darán cita durante tres días en el Caracol de Morelia, ubicado en Chiapas, zona indígena Tzotz Choj.
Del 8 al 10 de marzo las tejedoras de la palabra darán seguimiento a una lucha que es más vieja que la insurrección de 1994.
A propósito de este encuentro, Cimacnoticias realizó un recuento histórico de la participación de las mujeres en el zapatismo, su búsqueda en el reconocimiento de sus derechos, y su organización. La investigación se hizo a través de la recopilación de documentos del Centro de Documentación “Adelina Zendejas” de CIMAC, publicaciones del suplemento La Doble Jornada y la documentación periodística del libro “Las Alzadas”, coordinado por la periodista Sara Lovera y Nellys Palomo.
“NO CLAUDICAMOS”
El encuentro se da ante la necesidad de tejer lazos en un país donde a diario, 7 mujeres son asesinadas y a cada momento brota a la luz pública un caso de acoso sexual. “Pero como quiera no tenemos miedo, o sí tenemos pero lo controlamos, y no nos rendimos, y no nos vendemos y no claudicamos”, esas son las palabras de las organizadoras.
Las mujeres que forman el Comité Clandestino Revolucionario Indígena de la Comandancia General del EZLN, las concejalas, juntas, promotoras, milicianas, insurgentas y bases de apoyo zapatistas, convocantes a esta reunión de saberes, pidieron a todas las mujeres, feministas, defensoras y ciudadanas, escucharse como forma de sanación y de acción.
Ahora que en México las víctimas y familias de mujeres desaparecidas, víctimas de feminicidio, acoso sexual, hostigamiento laboral, despojo de tierras o violencia del Estado han tomado la iniciativa de denunciar a policías, jueces, comunicadores y funcionarios, la idea es tomar bríos para saberse acompañadas y juntas, auto organizarse.
La cita es singular, será en una zona indígena y selvática, donde el autogobierno se hace cargo de las necesidades básicas como luz y agua y donde los hombres tendrán que hacer lo que socialmente no les ha tocado: cuidar a niñas y niños, preparar alimentos, hacerse cargo de la limpieza y estar en espacios considerados de servidumbre pero que para el zapatismo son base de la organización.
UNA VEZ MÁS NOS ESCUCHAMOS
Antes del levantamiento armado del EZLN la primera rebelión que cimbró a las comunidades chiapanecas y que después haría eco a nivel nacional fue las de las mujeres, la de aquellas que sin saber de Derechos Humanos decidieron que una revolución sin igualdad simplemente no podía ser.
El 8 de marzo de 1993 las indígenas hicieron el primer levantamiento cuando exigieron terminar con las costumbres que no les gustaban como ser violentadas y obligadas a casarse con hombres que no querían, o tener hijos que no podían cuidar. El resultado de esa rebelión que disgustó a algunos e hizo reflexionar a otros, fue la Ley Revolucionaria de las Mujeres.
Allí se mostró que las causas de los pueblos indígenas y de las mujeres no están alejadas y aunque poco se sabe, las mujeres fueron protagonistas invisibles de los acontecimientos que trascendieron las fronteras del país hace 24 años. Líderes como la comandanta Ramona y la mayor Ana María, tuvieron tareas vitales para el movimiento, y sus perfiles fueron inspiración para otras.
A un cuarto de siglo de distancia, el próximo encuentro de mujeres en Chiapas no es el primero que se realiza en nombre de la inclusión y contra la opresión. En los años seguidos al levantamiento armado de 1994, el movimiento de mujeres indígenas vivió un impulso y se realizaron varios foros y eventos involucrando la visión de las zapatistas.
En 1995 se reunieron en el Encuentro Nacional de Mujeres de la Asamblea Nacional Indígena para la Autonomía (ANIPA) para preparar su participación en el Foro Nacional Indígena y en la mesa de Diálogo en el municipio de San Andrés Larráinzar. Allí trabajaron temas de participación política de la mujer, autonomía, derecho a la tierra, salud y derechos reproductivos.
Dos años después, en 1997, en Oaxaca, se formó la Coordinadora Nacional de Mujeres Indígenas en el marco del Encuentro Nacional de Mujeres Indígenas. Entre las exigencias estuvieron el cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés, la salida del Ejército mexicano de las comunidades indígenas, la reforma del artículo cuarto constitucional para hacer explícitos derechos indígenas y paridad política; y la reforma al artículo 27 constitucional para permitir a las mujeres heredar y usufructuar la tierra.
A finales de 2007, conmemorando el 14 aniversario del alzamiento zapatista, se realizó el Tercer Encuentro entre los Pueblos Zapatistas y los Pueblos del Mundo, el cual se centró en las vivencias y los logros de las mujeres zapatistas. Así, se trataron temas de salud, educación, y organización.
MUJERES, BASE DEL ZAPATISMO
El movimiento feminista mexicano y el mundo entero se sorprendieron al ver la participación activa de las mujeres tanto en los rangos militares como en la dirección política de las y los zapatistas que se levantaron en armas el 1 de enero de 1994.
En ese entonces la mayor Ana María, a sus entonces 26 años, al mando de más de mil personas, fue dirigente de la toma de San Cristóbal. Al hablar con cronistas sobre su vida, la mayor contó que como muchas no estudió ni se preparó, por eso se fue a la montaña, donde aprendió a leer, escribir y hablar castellano. En medio de la lucha armada pudo decidir quién sería su compañero de vida.
Por su parte la comandanta Ramona, formó parte del Comité Clandestino Revolucionario Indígena. En idioma tzotzil habló sobre la vida cotidiana de las mujeres en las comunidades, de los días largos, de cómo sufrieron de hambre y malnutrición, cómo se enfermaron, de los puestos de salud que se encontraban demasiado lejos y de los decesos de niñas y niños.
La comandanta recorrió su comunidad llevando su palabra para decir lo que todos sabían pero que poca gente mestiza acepta: el trabajo que implica llevar las artesanías al pueblo y enfrentar discriminación y racismo; el hecho de que los hombres vean mal que sus mujeres tomen la palabra y ocupen puestos, o cómo las niñas desde pequeñas son vendidas a sus futuros esposos.
En la euforia de 1994 la mayor Ana María, al igual que otras mujeres, exigió a los varones zapatistas lo que les correspondía de aquella revolución; el derecho de las mujeres a organizarse y a participar en la milicia, aunque para ellas no sería lo mismo porque tuvieron que demostrar que podían realizar el mismo trabajo que ellos, hasta que se abrieron paso a los más altos mandos.
No sólo las mujeres combatientes se hicieron presentes, como la comandanta Ramona, también estuvieron las adultas mayores, aquellas que permanecieron en los pueblos y que fueron bases fundamentales del EZLN. Ellas se encargaron de la seguridad de las comunidades, monitorearon, diseñaron y cosieron los uniformes de la insurgencia, mantuvieron al ejército alimentado y cuidaron a la niñez mientras las jóvenes y los varones salieron a luchar.
Es por eso que sus demandas tuvieron que ser escuchadas. Junto a la Declaración de la Selva Lacandona, se publicó la Ley Revolucionaria de las Mujeres. Diseñada desde 1993, en ese documento, las indígenas demandan un salario justo, el derecho de tener cargos en la comunidad, el derecho a salud, educación, a una vida sin violencia, y -cosa inédita- el derecho de elegir a su pareja y la cantidad de hijos e hijas que quisieran tener.
Para construir esa ley la comandanta Ramona fue la encargada de recoger las opiniones de las comunidades tzotziles y la comandanta Susana, la palabra de las comunidades tzeltales. De forma aguda las mujeres indígenas problematizaron la relación entre el cambio y dejar atrás las tradiciones o costumbres que las mantenían en los ciclos de marginación y violencia.
En ese entonces las feministas críticas cuestionaron cómo las mujeres podían participar en una lógica de guerra y una institución tan patriarcal como es un ejército. Observaron que las mujeres destacadas del zapatismo se limitaron a leer cartas del Subcomandante Marcos y que los traductores de Ramona, por ejemplo, en vez de traducir se metieron a interpretar.
Con todo, la Ley Revolucionaria de las Mujeres tuvo repercusiones tanto en el movimiento feminista como en el indígena y desencadenó un debate amplio. A pesar de las críticas preponderó la inspiración que las mujeres chiapanecas dieron a otras indígenas y a muchas mujeres que luchan por la igualdad en el país. Aunque aún faltaba esperar que se cumplieran sus demandas.
A 24 AÑOS DEL LEVANTAMIENTO...
A 24 años, hoy Chiapas continúa siendo el estado más pobre de México, y muchos municipios indígenas carecen de servicios básicos como agua, energía, y salud.
Según el último diagnóstico del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en 2012, 75 por ciento de la población chiapaneca se encontraba en pobreza y 32 por ciento en situación de pobreza extrema. Niveles iguales a los de 1994, según la investigadora de la Universidad de Harvard, Viridiana Ríos.
Al nivel nacional, Coneval reporta que 45 por ciento de la población se encuentra en situación de pobreza y 10 por ciento en pobreza extrema.
Al hablar de salud en Chiapas, donde la sociedad es diversa, en los municipios mayoritariamente poblados por indígenas, las problemáticas se agudizan. La organización Melel Joxobal constató en 2015 que las complicaciones de embarazo y parto eran la principal causa de muerte en mujeres indígenas.
Ese mismo año la Secretaría de Salud informó que la Razón de Muerte Materna (RMM) en Chiapas era de 68 por cada 100 mil nacidos vivos, en tanto, la medida nacional se ubicaba en 39 decesos, esto significa un 43 por ciento más.
En suma, muchas adolescentes se casan a edades tempranas y tienen poco acceso a información sobre planificación familiar. En los altos de Chiapas, 73 por ciento de las mujeres tuvo su primer hijo entre los 11 y 19 años de edad, según la Encuesta de Salud y Derechos de las Mujeres 2015. Esto les impide una libre decisión sobre sus proyectos de vida, constata Melel Joxobal.
La educación debería de ser una parte fundamental para preparar a las niñas a tomar decisiones autónomas, pero en muchos casos, faltan oportunidades. Aunque el país tiene cifras oficiales de escolaridad y alfabetización del 95 por ciento, el rezago educativo de las y los indígenas es significativo. La mitad no termina la primaria, según el Programa de Desarrollo de Naciones Unidas, y el monolingüismo les hace más vulnerables a la discriminación.
LA ENSEÑANZA DE MARICHUY
Este encuentro cobra mayor relevancia porque es parte de la estela de esperanza que dejó la candidatura indígena propuesta desde 2017 por el Concejo Indígena de Gobierno (CIG) y el Congreso Nacional Indígena (CNI) para participar en el proceso electoral de 2018 en busca de la Presidencia de la República, misma que no logró los apoyos ciudadanos suficientes para concretarse, a pesar de la organización ciudadana que causó.
La propuesta del CIG-CNI fue que su vocera, María de Jesús Patricio, conocida como Marichuy, llevara la voz de los pueblos indígenas al proceso electoral, que fuera ella, una mujer indígena, quien hablara a la ciudadanía del despojo de las tierras, la explotación, la opresión y discriminación que viven las personas del México de abajo.
La precampaña de una mujer indígena hizo ver que todavía hay un país que desprecia a las personas por su color de piel, su sexo, o su nivel de estudios, pero además que se niega a escuchar lo que tengan que decir. Y aunque los partidos políticos actualmente deben postular a personas indígenas en 13 distritos electorales para competir por una diputación, la realidad es que la discriminación persiste.
Las expectativas puestas en este encuentro son altas. Convergerán mujeres de todas las edades y nacionalidades. Vienen de todos lados del mundo, de Europa y de Latinoamérica. En México, se encuentran alistadas mujeres de 27 entidades.
Todas ellas vertieron 202 propuestas de actividades, saberes y experiencias con el objetivo común de compartirlas a lo largo del encuentro; desde música, danza, teatro, circo, cuentacuentos, presentaciones de libros, dibujo, fotografía, cine y deporte. Es quizás este encuentro una forma de seguir reflexionando y hacer organización para formar esas resistencias de las que habló Marichuy en su paso por los pueblos de México.
Hasta ahora las organizadoras han informado que se tiene contemplado la impartición de talleres sobre la violencia de género, manifiestos feministas, ciberfeminismo, la valoración y uso de la sangre menstrual, danzaterapia, género, pintura, grabado, entre otros.
A este amplio número de saberes se suman pláticas del linaje femenino, cuerpo de la mujer, formas de resistencia, defensa de los Derechos Humanos, educación antimachista, experiencias de sobrevivientes a la violencia, lucha de mujeres en Francia e Italia, el feminismo en Cuba, feminismos indígenas y afros… Durante cinco días, las mujeres hablarán y escucharán sus inquietudes, conocimientos y anhelos.
Previo al encuentro, este martes 6 inició la Asamblea del Movimiento en Defensa de la Tierra, el Territorio y por la participación y el reconocimiento de las mujeres en la toma de decisiones, en San Cristóbal de las Casas, en la cual se busca difundir información sobre el contexto de violencia contra las mujeres, violencia feminicida, el riesgo que representan las zonas económica especiales.
Entre otros temas a debatir está el de la Ley de Seguridad Interior, despojo a la tierra y la reflexión de la efeméride del 8 de marzo. La Asamblea concluye este día para que mañana inicie el Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan.
18/AGM/HZM/SG/LGL
FEMINISMO
OPINIÓN
Cristal de Roca
A la huelga

¿Qué pasaría si un día cualquiera las mujeres de su ciudad o de su estado o del país se pusieran en huelga?
Imaginemos ese día: Las mujeres se levantarán muy temprano, y simplemente se vestirán para salir a encontrarse con otras mujeres en la calle o la plaza pública, donde pasarán todo el día, platicando, cantando, reflexionando, debatiendo.
Nada de despertar a las niñas y niños para ir al colegio. Nada de dar biberón y cambiar pañales. Nada de preparar desayuno. Nada de hacer las compras, preparar la comida, limpiar la casa, cuidar al familiar que padece alguna enfermedad.
Nada de trabajar en el banco, supermercado, hospital u escuela. Nada de ir a la empresa, la fábrica o el campo. Nada de cumplir con labores gubernamentales, secretariales, docentes... ¿Puede imaginar qué pasaría?
En Islandia no se lo imaginaron. ¡Lo llevaron a cabo!
Un 24 de octubre de 1975, en esa isla que entonces tenía poco más de 200 mil habitantes, 90 por ciento de las mujeres se pusieron en huelga.
Las organizadoras buscaban visibilizar la enorme cantidad de trabajo que hacían las mujeres y las desiguales condiciones en las que lo hacían. Y convocaron a lo que llamaron “El Día libre de las Mujeres”, aunque pasó a la historia como “Viernes largo”, porque bancos, fábricas, escuelas, tiendas, guarderías, oficinas gubernamentales y un largo etcétera tuvieron que cerrar. Islandia se paralizó. Y todo cambió. Hoy es el país con más igualdad de mujeres y hombres.
Por eso, colectivos feministas de medio mundo convocaron por segunda vez a la huelga de mujeres el 8 de marzo.
La intención no es sólo hacer evidente todo el trabajo que hacemos las mujeres y las desiguales condiciones en que lo hacemos. Es exigir acciones claras y contundentes para que cesen las violencias en nuestra contra.
¿A quién le exigimos? Al Estado, claro, pero también a nuestros compañeros, colegas, amigos, hermanos, padres. La desigualdad, discriminación y violencias que vivimos tiene muchos cómplices por acción u omisión.
En nuestro país las mujeres trabajan diariamente en promedio cinco horas más que los hombres en tareas del hogar, y ganan 19 por ciento menos en el ámbito laboral remunerado.
En la toma de decisiones gracias a la obligatoriedad de paridad en cargos de elección popular, en promedio 40 por ciento de las curules de los Congresos estatales están ocupadas por mujeres. Pero sólo hay una gobernadora y menos del 14 por ciento en las presidencias municipales.
En otros ámbitos nuestra presencia es casi invisible. Apenas el mes pasado, por primera vez fue nombrada una Vicegobernadora en el Banco de México, ¡fundado en 1925!
Y si de violencia se trata los números son de pavor. En promedio, una de cada dos mexicanas vive violencia en su hogar; una mujer es violada cada cuatro minutos y siete son asesinadas diariamente.
¡Eso tiene que terminar! Porque no hay manera de construir un país en paz si la mitad de su población vive todos los días una guerra, de alta o baja intensidad.
¿Qué pasaría si 90 por ciento de las mujeres de nuestro país nos ponemos en huelga por un día?
Si la realidad no cambia, un soleado día lo sabremos.
*Periodista de Quintana Roo, feminista e integrante de la Red Internacional de periodistas con visión de género.
Apreciaría sus comentarios: cecilialavalle@hotmail.com
18/CL/LGL
FEMINISMO
OPINIÓN
Desde la Luna de Valencia
Ni insolidarias, ni elitistas

Sabido es que las mujeres del gobierno de Mariano Rajoy no se caracterizan por su pensamiento progresista ni feminista. Son mujeres que defienden a capa y espada el patriarcado que las humilla y machaca, a pesar de que les haya cedido algunos espacios de cierto poder político. Y les ha cedido ese espacio entre otras cosas, porque las necesita dóciles para representar lo que es solo apariencia de igualdad.
Esta estrategia que se utiliza en algunas organizaciones no es nueva. Utilizar a algunas mujeres para atacar al resto de mujeres y a las movilizaciones que plantean las sufrieron nuestras antecesoras las sufragistas, por ejemplo.
En esta ocasión ha sido la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, en las que ha asegurado que su manera de celebrar el día de la mujer el próximo 8 de marzo es trabajando, "con una huelga a la japonesa demostrando las capacidades que tenemos las mujeres en nuestro país". La ministra no debe recordar aquello de las dobles e incluso triples jornadas que nos toca realizar a muchas mujeres del Estado Español tengamos o no tengamos empleos remunerados y que, por lo tanto, esa huelga a la japonesa que ella propone para contrarrestar la que se está organizando por el movimiento feminista, la hacemos cada día. Y precisamente por eso queremos parar, para que se note que cada día, las mujeres de todo el mundo movemos el mundo con nuestros trabajos tanto retribuidos como no retribuidos.
Tradicionalmente los partidos que gobiernan y que, por tanto tienden a alejarse de las necesidades reales de la ciudadanía, suelen temer a los grandes movimientos sociales como las huelgas generales. Ahora el PP está demostrando su temor al paro de mujeres del próximo 8 de marzo. Y lo teme, precisamente porque desde su visión patriarcal de las sociedades, es consciente de la parálisis que supondrá este paro general de las mujeres. Porque no se trata solo de un paro laboral, no. En esta ocasión se pretende ir más allá y que sea un paro laboral, de consumo, de cuidados, de estudiantes, de docentes, porque el objetivo del paro es visibilizar todo el trabajo que realizamos cada día las mujeres y que no se valora, precisamente porque lo realizamos diariamente las mujeres.
El PP, en sus argumentos para rebatir nuestras reivindicaciones habla de insolidaridad y de elitismo. ¿Precisamente ellas y ellos que han promovido reformas laborales que nos empobrecen todavía más a las mujeres son capaces de hablar de insolidaridad? De verdad que es para echarse a reír, si no fuera por las consecuencias de sus decisiones políticas y que muy bien conocemos las mujeres.
¿Ellas y ellos que con sus rescates a bancos y amnistías fiscales han promovido un grado de desigualdad entre quienes más tienen y las personas con menos recursos e incluso promoviendo la llamada pobreza de la gente con empleo? De verdad que a veces se tiene que escuchar algunas cosas que dan ganas de responderles desde las barricadas.
Nos dicen que con esta huelga "se pretende romper nuestro modelo de sociedad occidental", que es "irresponsable" o que "apuesta por el enfrentamiento entre mujeres y hombres". A ver señoras y señores del PP, con los paros generales siempre se pretende cambiar alguna cosa que resulta opresora para el conjunto de la ciudadanía. Y, por tanto y en este caso, se pretenden cambiar algunas cosas, como por ejemplo el hecho de que el trabajo doméstico pase a ser realmente una corresponsabilidad familiar y no recaiga prácticamente todo sobre las espaldas de las mujeres.
O que haya un mayor compromiso en las tareas de los cuidados. O que se tomen medidas efectivas para erradicar la brecha salarial de género y que ya ronda el 30 por ciento por el mismo trabajo realizado por mujeres y hombres. O que se pongan en marcha las medidas del pírrico Pacto de Estado contra las violencias machistas para que dejen de asesinarnos por haber nacido mujeres.
Que se implante un verdadero sistema coeducativo para evitar desigualdades desde las edades más tempranas. Que se invierta en investigación sobre la salud de las mujeres y no solo se estudien las etapas de embarazos y lactancia. O algo tan súper sencillo, a ustedes que les gustan tanto las leyes, como aplicar y hacer cumplir Leyes Orgánicas ya aprobadas como la 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, o la 3/2007 para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres.
No señoras y señores del PP, no pretendemos ningún enfrentamiento entre mujeres y hombres. Ese discursos segregador y bélico es suyo. Nosotras pretendemos hacerles ver, con dignidad, que las mujeres somos el 52 por ciento de la población mundial y que invisibilizando nuestro talento y nuestro trabajo, el modelo de sociedad occidental del que ustedes hablan, sencillamente no existiría. Porque estamos, somos, construimos, aportamos, y se nos convierte en invisibles de manera deliberada. Y queremos hacer ver todas nuestras aportaciones para la construcción de sociedades más equitativas, más solidarias, más sostenibles y sobre todo más respetuosas con algo más de la mitad de la población mundial que somos las mujeres y las niñas.
Porque no queremos que nuestros cuerpos sean usados como mercancías para gestar para otras gentes. Porque no queremos que tampoco sean usados como objetos para la trata con fines de explotación sexual. Porque no queremos que nos asesinen por ser mujeres. Porque queremos ser totalmente libres para elegir nuestras maternidades. Porque queremos dejar de tener miedos atávicos a ser agredidas por la calle. Porque tenemos derecho a vivir una vida plena y digna, libre de cualquier tipo de violencia, incluso de la que ustedes ejercen sobre nosotras cuando legislan sin tener en cuenta ninguna perspectiva de género, con lo cual el sistema con el que lo hacen sigue siendo patriarcal.
No les acepto que nos llamen insolidarias y elitistas a quienes vamos a secundar la huelga feminista del próximo 8 de marzo. Y no se lo permito, porque precisamente lo que buscamos es acabar con ese elitismo patriarcal que ustedes se empeñan en mantener y fomentar la solidaridad entre las mujeres. Porque todas aportamos para construir sociedades más justas y equitativas. No como ustedes que se empeñan en enfrentarnos.
Buscamos ser sóricas y solidarias y su pobre discurso de manual barato no va a conseguir desbaratar nuestra fuerza que es a lo que realmente tienen miedo. Sí señoras y señores del PP, ustedes temen que demostremos que con un paro general, las mujeres podamos parar el mundo. Y eso les asusta en demasía.
Espero y deseo fervientemente que el próximo 8 de marzo, la huelga feminista sea un éxito y les podamos demostrar que estamos aquí para cambiar las cosas. Porque ustedes acabarán yéndose de la política (esperemos que a no mucho tardar), pero las mujeres comprometidas social y políticamente con el resto de mujeres y niñas seguiremos porque nos vamos relevando generacionalmente, hasta que una sociedad realmente igualitaria, equitativa y justa sea una realidad.
Porque nos queremos #VivasLibresUnidas. Por esto tan sencillo, nos plantamos el próximo 8 de marzo con una #HuelgaFeminista.
* Corresponsal, España. Comunicadora de Ontinyent.
18/TMC/LGL
DERECHOS HUMANOS
Desde la Luna de Valencia
¡Por la huelga feminista del 8 de marzo!

Esta semana pasada compartía en redes sociales un video en donde, algunas compañeras feministas, llamaban a la huelga de mujeres del próximo 8 de marzo. En el texto que acompañé para compartir ese vídeo comparé la huelga con un beso. Y me explico.
Al menos para mí y desde siempre, cada beso no dado es un beso perdido. Y los besos de los que hablo no han de ser necesariamente besos de amor de parejas. Siempre que hablo de besos, los considero todos importantes: los de pareja, los de amistad, los familiares. Bueno pues si considero que cada beso no dado es un beso perdido, con las huelgas me ocurre lo mismo, que una huelga no seguida es una oportunidad de cambio perdida.
Llevo en el mundo laboral desde octubre del año 1983, y desde aquel día he secundado todas y cada una de las huelgas a las que he sido convocada. Todas, sectoriales o generales. Como sindicalista de CC.OO. o como trabajadora de la Generalitat Valenciana.
Porque como he dicho antes soy consciente de que con cada huelga se pretende cambiar a mejor algunas políticas, o parar algunos recortes llamados reformas laborales, por ejemplo.
Ahora estamos convocados todas y todos a una huelga el próximo 8 de marzo. Una huelga promovida por el movimiento feminista al que se han ido sumando diversas organizaciones y sindicatos y ya e superan las 300 adhesiones. Los sindicatos mayoritarios, CC.OO. y UGT han convocado paros parciales de dos horas por cada turno.
Otros sindicatos como Intersindical han convocado paros de veinticuatro horas. Pero más allá del tipo de huelga que cada cual quiera seguir, lo realmente importante al menos para mí son los motivos que, por supuesto, me llevarán a secundar esta huelga.
Motivos podríamos decir que hay tantos como mujeres, puesto que todas las mujeres del mundo estamos sometidas a la feroz alianza entre el capitalismo y el patriarcado. Nos usan como material productivo y reproductivo, nos pagan menos por hacer el mismo trabajo, somos quienes tenemos "adjudicados" los trabajos de cuidados de personas mayores, menores y dependientes, coartan nuestras libertades reproductivas e incluso en algunas zonas del mundo seguimos sin tener derechos de ciudadanía, somos las que mayoritariamente nos encargamos de los trabajos domésticos llegando a tener dobles y triples jornadas laborales y así los motivos podrían llegar a ser infinitos.
Pero voy a centrarme en algunos de los que considero más importantes, porque esta huelga va mucho más allá de ser un paro laboral. Pretende ser una huelga en donde paremos en todo y para todo. Paremos de trabajar en nuestros centros de trabajo en donde continúa habiendo una brecha salarial de cerca del 24 por ciento, lo que repercute no solo en los salarios actuales, sino también en las pensiones futuras.
Paremos de cuidar ese día para que el mundo se entere de quiénes están realizando mayoritariamente ese trabajo y casi siempre de forma altruista y obsequiosa.
Paremos de estudiar y de acudir a clases, porque el sistema educativo actual está invisibilizándonos a las mujeres y las aportaciones que hemos podido realizar, pero también reproduciendo estereotipos para que el sistema opresión-dominación siga funcionando. Además de seguir ocupando espacios físicos y simbólicos segregados para niñas y niños, mujeres y hombres.
Paremos y manifestémonos para visualizar la intencionada paralización de la puesta en marcha del Pacto de Estado contra las violencias machistas y de género que está llevando a cabo el gobierno del PP al tiempo que intenta un chantaje continuado para que el resto de partidos les apoyen unos presupuestos nada sociales y sin ninguna perspectiva de género. Nos queremos vivas, libres y unidas por la igualdad. Nos queremos todas y a todas nuestras criaturas con vida y con dignidad, libres de violencias de cualquier tipo.
Paremos para exigir no solo la derogación de las últimas reformas laborales, también un diálogo social que permita un avance en las negociaciones de planes de igualdad en las empresas, de medidas de acción positiva que permitan eliminar desigualdades, de políticas activas de empleo, de que la igualdad pase a formar parte de las prioridades de las agendas de las inspecciones de trabajo.
Paremos todas y todos porque, en definitiva somos más de la mitad de la población y hemos de forzar un avance para mejorar nuestras condiciones de vida integrales, Paremos porque si nosotras paramos, podemos parar el mundo.
Paremos para visibilizar nuestra rabia y nuestro dolor pero también para que nuestras propuestas sean escuchadas y nuestras voces no sean silenciadas.
Paremos para erradicar el miedo de nuestras vidas. Miedo a caminar solas por las calles, a vestir de la manera que queramos, a ser agredidas y culpadas o cuestionadas por ello. Paremos para recuperar nuestras vidas y nuestro derecho a una vida libre de miedos y con libertades de primer orden, porque no somos ciudadanas de segunda
Paremos para que nuestros cuerpos no sean cosificados, hipersexualizados, usados como vasijas, consumidos y tratados.
Somos personas completas y no somos cosas. Rechazamos cánones de belleza impuestos por un capitalismo feroz que impone modelos insanos y generadores de trastornos alimenticios.
Paremos para que se investigue en mejorar la salud de las mujeres y en desmontar el mito que las enfermedades no tienen género. Lo tienen y lo sabemos. Queremos mayores inversiones en investigación sobre el impacto de las enfermedades en los cuerpos de mujeres y niñas.
Esta huelga, al menos para mí, aúna dos conceptos fundamentales para el avance de las sociedades. Son el propio concepto de huelga como herramienta que permite avances sociales o freno de recortes. Y el concepto de feminista que permite visualizar las desigualdades entre mujeres y hombres en todos los órdenes sociales y da herramientas para combatirlas.
Precisamente por eso esta huelga feminista va mucho más allá de ser un paro laboral. Ha de ser un paro social e integral para poner de manifiesto que las mujeres contamos, somos y estamos, pero no nos gusta cómo se nos está tratando en ningún sentido.
Demos una lección de dignidad y de valentía al mundo y a nuestras criaturas enseñándoles que podemos parar el mundo para convertirlo en un poco más igualitario, equitativo y justo, en donde todas las personas tenemos los mismos derechos más allá de nuestro sexo.
Porque nos queremos #VivasLibresUnidas por la Igualdad, yo el 8 de marzo secundaré la huelga feminista.
Porque una huelga no secundada es como un beso no dado, una oportunidad perdida. Y tú ¿te la vas a perder?
* Corresponsal, España. Comunicadora de Ontinyent.
18/TMC/LGL
FEMINISMO
Se organizan movilizaciones en 51 países
Alistan segundo Paro Internacional de Mujeres en marzo

Por segundo año consecutivo mujeres, trabajadoras, ciudadanas y feministas de todo el mundo se preparan para participar en el Paro Internacional de Mujeres el próximo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, con el objetico de evidenciar la brecha salarial de género, reconocer el trabajo doméstico no remunerado y protestar por el incremento de la violencia y el feminicidio en todos los países.
Las acciones van cobrando fuerza a lo largo del mundo y ya se hacen visibles en las redes sociales que han contribuido a la organización de las demandas de los grupos feministas de cada país, quienes se están organizando para participar en las movilizaciones masivas.
Diversos colectivos feministas, organizaciones civiles, sindicatos obreros e instituciones alrededor del mundo planean campañas para convocar al paro de mujeres bajo el lema: “Si nuestras vidas no valen, produzcan sin nosotras” que invita a todas las mujeres a frenar labores con el propósito de evidenciar la desigualdad.
Según información del portal #2018M, de La Internacional Feminista, quien trabaja en la coalición y organización de movimientos, redes y colectivos para fortalecer y emprender acciones de la lucha feminista, países como Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, El Salvador, Francia, Guatemala, Honduras, España, Estados Unidos, Venezuela y México se han sumado a la convocatoria.
Se espera que en el paro participen más de 51 países donde ya se celebran asambleas con la finalidad de reforzar el movimiento y planear estrategias de movilización.
A un mes del 8 de marzo se mantiene la expectativa, en particular ante las campañas contra el acoso sexual y la violencia feminicida como el movimiento #Metoo (#YoTambién, en español) que surgió después de que en octubre del año pasado se dieran a conocer casos de acoso sexual contra las actrices de Hollywood.
Aunado a estos casos que salen a la luz hay grupos feministas que señalan las deficiencias de las políticas públicas diseñadas para erradicar la violencia de género alrededor del mundo y las diversas opiniones respecto a las acciones feministas en contra de las violaciones a los derechos de las mujeres y la inseguridad.
El llamado al paro, según las organizadoras, se hace con la intención de visibilizar la importancia de la mujer en todos los ámbitos. Por ejemplo, en el trabajo que realizan dentro y fuera del hogar, que normalmente no es reconocido o es impuesto como un rol de género y las consecuencias que estas asignaciones tienen en sus vidas.
Como parte de las acciones planeadas, las mujeres están invitando a otras a realizar compras de primera necesidad en comercios locales emprendidos por mujeres y boicotear a las empresas que cosifican el cuerpo femenino al recurrir al sexismo y misoginia para hacer rentables sus productos.
Así como el 8 de marzo de 2017 marcó una huella en la historia de la organización y la unidad de las mujeres porque no incluyó a mujeres de varias nacionalidades y provocó la generación de redes y asambleas a nivel mundial, ahora también se espera que resurja el grito frente a la violencia cotidiana. Es por ello, que este 2018 se prevén acciones similares y multitudinarias para lograr respuestas efectivas a las demandas en cada país.
18/SRC
DERECHOS HUMANOS
DESDE LA LUNA DE VALENCIA
¡Apropiémonos!

Acabamos de conmemorar (que no celebrar) el 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres y por primera vez (al menos que yo sepa) se convocó un Paro Internacional de Mujeres. Dicho paro de media hora, entre las 12:00 y las 12:30, afectaba a los espacios laboral, de cuidados y de consumo para protestar contra la desigualdad salarial, las violencias machistas y cualquier elemento de discriminación contra la mujer.
Esta convocatoria tuvo su origen en la multitudinaria marcha celebrada el pasado 18 de octubre en Argentina, donde millones de mujeres decidieron salir a las calles para decir basta a la violencia machista tras el brutal asesinato de Lucía, una joven de 16 años a quien drogaron, violaron y empalaron hasta que murió.
Desde hace unos años, las convocatorias feministas multitudinarias como "El tren de la Libertad", el 7N o este mismo Paro Internacional del 8M tienen como denominador común su rápida expansión y el importante papel que para ello juegan las redes sociales y, por tanto, Internet. Con esto no quiero decir que sin internet no habría movilizaciones feministas o de cualquier tipo. No, no estoy queriendo decir eso.
El movimiento feminista tiene entre sus virtudes la de adaptarse a los tiempos y evolucionar, precisamente porque ha de estar alerta a las nuevas formas que utiliza el patriarcado para provocar e intentar imponer sus leyes. Por este motivo el feminismo en red llega a ser tan potente, porque en un solo "clic" puede estar llegando a muchísimas personas de todo el mundo.
Cuando vives en un espacio alejado de las grandes ciudades que es donde se producen los encuentros, los debates, los intercambios de pensamientos con el enriquecimiento que eso conlleva al interrelacionarte con otro tipo de pensamientos y de formas de ver el mundo, internet y las redes sociales juegan un papel esencial para el acercamiento de esos intercambios y, por tanto, para el enriquecimiento personal.
Hace años que opino que internet ha venido para democratizar los medios de comunicación, puesto que cada cual puede opinar sobre lo que ocurre cada día con un blog, por ejemplo. Y ahora mucho más con las potentes redes sociales como Facebook o Twitter que, además son inmediatas.
Y creo que al feminismo estas herramientas nos han venido muy bien para podernos relacionar e incluso conocer mujeres de todo el mundo. Mujeres lejanas y cercanas que, seguramente de otro modo no nos hubiésemos llegado a conocer. Y cuando después de un tiempo de interacción por redes llegamos a encontrarnos cara a cara, el trabajo previo está hecho y llega el momento que, en su día, mi admirada Mar Esquembre Cerdá llamó como "dervirtualizar afectos" o al menos a mí me lo dio a conocer ella.
Cuando nos apropiamos de estas herramientas que internet nos ofrece, nuestro campo de acción de multiplica y nuestra voz se expande, por tanto, nuestro propio poder personal crece y se multiplica, lo que nos ayuda con nuestro propio empoderamiento personal y colectivo.
Por ello, al menos para mí, es importante hacer ese acto consciente de apropiación de las redes, porque quiero seguir aprendiendo y aportando. Quiero recibir información variada e incluso contrainformación de lo que ocurre cada día. Y por supuesto decir lo que pienso cada vez que lo necesite o lo decida.
Las redes sociales no son una panacea y lo sé. Sé que están vigiladas y que son grandes multinacionales quienes las controlan. Pero, insisto en que, con un uso adecuado, al feminismo le han dado alas y la posibilidad de llegar más allá e incorporar a mucha gente joven como ya vamos viendo en las manifestaciones y movilizaciones de estos últimos años.
Y creo que el hecho de que las movilizaciones de este pasado 8 de marzo tanto a nivel europeo como a nivel de americano hayan tenido un éxito como el que hemos comprobado con un lema común como lo ha sido "Ni una Menos" tiene que ver, también con esto y, por supuesto, con el tesón de muchas mujeres y cada vez más hombres por denunciar desde todos los foros posibles al patriarcado asesino.
Sabemos que el patriarcado se camufla de muchas maneras para mantener su orden asesino, pero también creo que, desde el feminismo solidario, aunque sea en redes, somos capaces de llegar más lejos con nuestros discursos.
Tomar las calles para visibilizarnos es absolutamente necesario. Lanzar gritando nuestras exigencias es irrenunciable. Hablar en todos los foros donde seamos llamadas y en donde nos dejen ante la gente que venga a escucharnos es imprescindible. Llevar nuestro mensaje feminista en nuestro día a día por coherencia personal y social es algo que ya forma parte incluso de nuestra propia piel. Pero para organizar esa toma de calles, armonizar y aunar nuestros mensajes tanto en las calles como en los foros e incluso para ir sumando nuevas voces, creo que internet y las redes sociales son buenas aliadas para el feminismo.
Por eso propongo que nos las vayamos apropiando todavía más, para teñirlas de violeta y ponerlas a nuestro servicio, para poder compartir saberes y conocimientos, para desde ellas seguir sumando esfuerzos para acercarnos a nuestro objetivo final: combatir al feroz patriarcado que nos asesina.
Porque, aun sin ser la panacea, son una herramienta más que nos permite comunicarnos y conocernos.
Porque no se trata solo de hacer ciberactivismos feministas, sino de utilizar ese espacio ciber para aumentar y expandir el activismo feminista y contrastar sus diferentes corrientes y opiniones.
Pero sobre todo para ir contactando y conociendo a tantas compañeras feministas como las que existen por el mundo e ir “desvirtualizando afectos” aunque a veces nos llevemos alguna decepción.
Si apropiándonos de esas herramientas el feminismo puede llegar a más espacios y empoderar a más mujeres, ¡apropiémonos de ellas!
Y como dice la gran amiga feminista Begoña Piñero, "así lo pienso y así lo digo porque ya no me van a callar".
tmolla@telefonica.net
* Corresponsal, España. Comunicadora de Ontinyent.
17/TMC/GG
POLÍTICA
El 8M en el Congreso
Diputadas en tribuna proponen igualdad y respeto a DH

Promover presupuestos con perspectiva de género en los estados, un Registro Nacional de Deudores Alimentarios Morosos, incorporar en la ley la violencia simbólica y mediática, promover los derechos de las mexicanas en el extranjero y sancionar la discriminación en el trabajo fueron algunas de las propuestas de reformas que ayer presentaron las legisladoras en la Cámara de Diputados.
Como pocas ocasiones y a propósito del Día Internacional de la Mujer, que se conmemora cada 8 de marzo, este miércoles en San Lázaro sólo las diputadas subieron a tribuna a exponer sus propuestas de reformas legislativas, todas relacionadas con la igualdad de género y los Derechos Humanos de las mexicanas.
En una sesión que inició con la presencia de 283 diputadas y diputados de un total de 500, las diputadas de los Partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI), de la Revolución Democrática (PRD), Verde Ecologista de México (PVEM), Movimiento Ciudadano (MC), Nueva Alianza (Panal), Encuentro Social (PES) y Movimiento Regeneración Nacional (Monrena) tomaron la palabra.
LAS PROPUESTAS
La legisladora del PRI, Yulma Rocha Aguilar, comenzó la presentación de iniciativas y propuso crear un Registro Nacional de Deudores Alimentarios Morosos que sea público y contenga los datos de las personas que no cumplen con sus obligaciones alimentarias con sus hijas e hijos.
De acuerdo con la diputada ya existen estados que tienen registros de este tipo, sin embargo dijo que se deben homologar los criterios de estas bases de datos para que este derecho sea más fácilmente exigible en todo el país.
Rocha Aguilar dijo que, de acuerdo con la Primera Visitaduría General de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, tres de cada cuatro hijos de padres separados no reciben pensión alimenticia, y el 67 por ciento de los hogares sostenidos por madres solteras, tampoco reciben algún tipo de pensión alimenticia.
Al hablar frente a los legisladores, la panista Guadalupe González Suástegui propuso que los estados promuevan los presupuestos con perspectiva de género toda vez que a las fecha sólo 16 de las 32 entidades incluyen en sus leyes presupuestales algún artículo relacionado con la perspectiva de género.
González Suástegui dijo que no tener recursos etiquetados dificulta alcanzar la igualdad entre mujeres y hombres y destacó que sólo 8 de los 32 estados incluyen indicadores vinculados con el género.
Otra de las propuestas fue presentada por la perredista Maricela Contreras quien habló de los piropos, las prácticas, gestos, silbidos, sonidos de besos, tocamientos, masturbaciones públicas, exhibicionismo, persecución a pie o en carro que realizan los hombres con una clara intención sexual.
La también presidenta de la Comisión especial de Delitos Cometidos por Razones de Género propuso introducir en el Código Penal Federal el tipo penal de “acoso sexual” en espacios públicos para hacer frente y no normalizar al acoso en la calle que cotidianamente viven las mujeres.
El acoso sexual se definiría como “aquellas conductas de tipo sexual que, sin llegar a la agresión física, generan hostigamiento, intimidación o un ambiente hostil, que limita las oportunidades de participación, tránsito y recreación en los espacios públicos de las personas en contra de las que son cometidas”.
En tribuna también se presentaron iniciativas de reformas a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la Ley Federal del Trabajo, la Ley del Instituto Nacional de las Mujeres y reformas constitucionales que fueron turnadas a Comisiones para su análisis y dictamen respectivo.
17/AGM/GG
DERECHOS HUMANOS
MUJERES CAUTIVAS
8 de marzo: un día de lucha por los Derechos de las Mujeres

La historia más extendida sobre la conmemoración del 8 de marzo hace referencia a los hechos que sucedieron en esa fecha del año 1908, donde murieron calcinadas 146 mujeres trabajadoras de la fábrica textil Cotton de Nueva York en un incendio provocado por las bombas incendiarías que les lanzaron, ante la negativa de abandonar el encierro en el que protestaban por los bajos salarios y las infames condiciones de trabajo que padecían. También se reconoce como antecedente las manifestaciones protagonizadas por obreras textiles el 8 de marzo de 1957, también en Nueva York.
PROTAGONISTAS DEL 8 DE MARZO
Si la máquina del tiempo existiera, podríamos ver a Celia o a Elisa, junto con sus compañeras de fábrica, caminando por las calles de Nueva York a fines del invierno de 1857. Era una época en la que cada vez más mujeres se incorporaban a la producción, especialmente en la rama textil, donde eran mayoría absoluta. Pero las extenuantes jornadas de más de 12 horas a cambio de salarios miserables sublevaron a las obreras de una fábrica textil neoyorquina que salieron a reclamar por sus derechos. Era el 8 de marzo y las manifestantes fueron atacadas por la policía.
Pero no fue la primera ni la última vez que las obreras textiles se movilizaban. Medio siglo más tarde, en marzo de 1908, 15 mil obreras marcharon por la misma ciudad al grito de “¡Pan y rosas!”, sintetizando en esta consigna sus demandas por aumento de salario y por mejores condiciones de vida.
Fue, finalmente, en 1910, durante un Congreso Internacional de Mujeres Socialistas, que la alemana Clara Zetkin propuso que se estableciera el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer, en homenaje a aquellas que llevaron adelante las primeras acciones de mujeres trabajadoras organizadas contra la explotación capitalista.
INSTITUCIONALIZACIÓN DEL DÍA INTERNACIONAL
Fue el 8 de marzo de 2011 cuando el Fondo de Naciones Unidas para las Mujeres (UNIFEM), propuso a la Asamblea General de la ONU que todos los 8 de marzos se conmemorara el Día Internacional de las Mujeres y fue, a partir de ese año, que en lugar de conmemorar a nuestras ancestras, se convirtió en una celebración sin sentido, vacía de su contenido principal, donde hoy nos dicen felicidades y nos regalan una flor.
8 DE MARZO DE 2017
Y este 8 de marzo será, sin lugar a dudas, una conmemoración diferente, gracias a la iniciativa de convocar al Paro Internacional de Mujeres, que nos declaramos en huelga de trabajo, labores domésticas y de cuidado y de consumo, en por lo menos 40 países del mundo. Bajo la consigna “si nuestro trabajo no vale, produzcan sin nosotras”, tomaremos las calles las plazas, para protestar por la igualdad sustantiva y contra la violencia machista.
Dejaremos de trabajar, de cuidar, de limpiar y de consumir. Es un reconocimiento de que hay un sistema político, económico y sociocultural que nos oprime en todo el mundo y al que aspiramos subvertir. Es un llamado a construir un feminismo inclusivo e interseccional que nos invita a unirnos a la resistencia contra la discriminación, el racismo, la islamofobia, el antisemitismo, la misoginia y la explotación capitalista, porque nos están matando, porque nos desaparecen, porque no queremos ni una más víctima de las redes de trata y prostitución y ni una menos desaparecida o víctima de feminicidio.
Distintos grupos tomaran las calles con sus demandas específicas, nosotras contra la explotación de mujeres y niñas, sobre todo porque la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y otros Congresos estatales insisten en reglamentar la prostitución y reconocerla como “trabajo”.
POR QUÉ NOS OPONEMOS
Es acaso porque las abolicionistas somos de derecha y tenemos pactos con Bush, como se ha estado divulgando por Marta Lamas, o que vemos la sexualidad humana desde una postura moral y nos resistimos al progreso. No, no es así, nos oponemos porque como ha sucedido en Holanda, Alemania, el Estado de Victoria, en Australia, o Brasil y Uruguay, la antigua dicotomía entre la mujer virtuosa y la puta se reemplazó por una nueva dicotomía: trabajadora sexual – mujer víctima de trata.
Mientras tanto, con el objeto de defender a la prostitución como un “trabajo”, se articuló la definición de la trata como neutral al género, mediante la trata para explotación laboral y la trata para explotación sexual se integraron bajo el mismo rubro, como “trata de personas”.
De otra manera, hubiera sido muy evidente que el daño profundo de la trata con propósitos sexuales es decididamente una condición de género mediante la cual la víctima de la trata es trasladada o transportada para la prostitución. “La prostitución” fue borrada del léxico y fue reemplazada por “trabajo sexual”. De la misma manera, “proxeneta, lenón o padrote”, “reclutador” y “propietario de burdel” se reemplazaron por “dueños de negocios o empresarios” o “gerentes”.
Sin embargo, el término “trata” resulta un poco complicado, porque significaba que aquellas personas tratadas son víctimas. Entonces, el término “trata” empezó a reemplazarse con uno mucho más neutral, “migración”. Debido a que era peligroso que los agentes que se benefician de la transportación de mujeres fueran estigmatizados como tratantes comunes, por lo que se acuñó la frase de “migración asistida”.
La verdad es que lo que se insiste llamar trata sexual no es nada menos que la prostitución globalizada. Los industriales del sexo transportan niñas y mujeres a través de fronteras nacionales o locales y las “lanzan” a la prostitución en lugares donde sus víctimas son menos capaces de resistir y donde existe la mayor demanda para ellas, siendo, finalmente la demanda la que a través de la prostitución, propicia la trata. En países con mayor grado de avance de las mujeres es donde existen relativamente pocas mujeres disponibles localmente para la explotación sexual comercial. Los burdeles de los Estados Unidos, Canadá, Holanda, Alemania, Austria, Suiza y Australia están llenas con mujeres tratadas de Asia, América Latina y Europa del Este.
El crear distinciones entre prostitución (o “trabajo sexual”) y la trata protege a los negocios de la industria sexual. Aquellas personas que han promovido ese tipo de distinciones han sido en su mayor parte los que tienen intereses económicos relacionados con la industria del sexo. Países entre los que sobresalen Holanda y Alemania, que legalizaron y establecieron impuestos a los negocios de la industria del sexo y financian el cabildeo a favor de la prostitución a través de organizaciones no gubernamentales, grupos libertarios y los intereses de la industria del sexo.
Su filosofía fue originada por una organización cuya sede está en Coyote, California, quienes se abrogan el crédito de haber acuñado el término de “trabajadoras sexuales” en los principios de los años 70. Ahora, Coyote representa solo una mezcla de activismo libertario y empresarios de la industria del sexo, asociados con la Alianza Global contra la Trata de Mujeres (GATW) cuya filosofía es que la prostitución es un trabajo, como cualquier otro y que debería ser legalizado como tal.
Si esta postura avanza en nuestro país, además de que competiríamos con Brasil por el segundo lugar mundial como destino de turismo sexual, personajes como Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, expresidente del PRI en la Ciudad de México, serían empresarios, en lugar de delincuentes.
**Directora Regional de la Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe (CATWLAC, por sus siglas en inglés).
Twitter: @CATWLACDIR
Facebook: Catwlac Directora
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