marcha de las mujeres
DERECHOS HUMANOS
Retrocesos que amedrentan en la Casa Blanca

Con el arribo de Donald Trump a la presidencia estadounidense, el panorama no parece ser el más prometedor para los movimientos sociales. El actual presidente decidió en los primeros días de su administración eliminar de la página de internet de la Casa Blanca todo lo relacionado con lo LGBTTTI, los derechos civiles, el cambio climático, mujeres y niñas, así como la Estrategia Nacional contra el VIH/sida, además de quitar la versión en español de los contenidos del sitio.
En sus primeros días de mandato, el también empresario firmó un decreto que recupera la aplicación de una ley que prohíbe a organizaciones civiles usar fondos del gobierno para financiar a grupos que promueven servicios de salud reproductiva en varias partes del mundo, entre ellos, la interrupción del embarazo. En esa misma lógica, no es difícil adivinar que reavivará pronto la política del ABC en materia de salud sexual, que privilegió en la administración de George Bush la abstinencia sexual antes que el uso correcto del condón.
La decisión del magnate pone sus prejuicios, compromisos políticos e ideología por encima de los derechos de las mujeres y muestra un claro retroceso en los avances alcanzados en más de cuatro décadas de lucha social y política de movimientos libertarios. La alerta ya sonó entre activistas, no sólo de Estados Unidos, sino del mundo entero.
Las primeras en manifestarse en contra de la agenda ultraconservadora de Trump fueron las mujeres que en varias partes del mundo organizaron la WomensMarch para externar su repudio a la visión machista del nuevo mandatario. Como siempre ha sucedido entre el movimiento feminista y el de la diversidad sexual, en las multitudinarias marchas se vieron banderas arcoíris que reflejan la vulnerabilidad en que se encuentra esa población ante los avisos de Trump en suspender logros en las políticas públicas. Ante esa realidad, la Alianza Gay y Lésbica contra la Difamación (GLAAD) ha comenzado a movilizarse en todo el territorio nacional.
La amenaza a las libertades conseguidas, no sólo en Estados Unidos, es real. La movilización se hace necesaria para exigir respeto a los derechos de la diversidad sexual, de las mujeres, de inmigrantes y de la comunidad afroamericana, que permanentemente luchan por salvaguardar los derechos civiles.
Ante esa realidad, no permitamos que la era Trump nos amedrente. La razón está de lado de los derechos, de las libertades, de la igualdad.
Es momento de unir esfuerzos y solidarizarnos con el pueblo estadounidense que busca defender lo que ha costado muchas vidas e intensos años de lucha. Los países del mundo donde hemos experimentado avances en temas de diversidad sexual, o donde estamos en procesos progresistas, no podemos permitir que la influencia conservadora del presidente de Estados Unidos se mimetice en nuestros gobiernos, congresos y espacios de convivencia social.
La libertad debe sustentarse en los Derechos Humanos y con los numerosos tratados internacionales que buscan garantizar la igualdad. Los gobiernos del mundo no sólo deben pensar en la protección económica de los países, sino también en la defensa de los derechos y de las libertades humanas. La unión entre los diferentes movimientos sociales y la congruencia de quienes gobiernan, legislan y deciden el destino de los países, hoy debe mostrar su verdadera fuerza.
*Activista, académico, periodista independiente y actual secretario nacional de Diversidad Sexual del PRD. @antoniomedina41
17/AMT/LGL
DERECHOS HUMANOS
Zona de Reflexión
Mujeres del mundo unidas por la libertad

Este sábado 21 el mundo se unió por la defensa de las libertades, del diálogo, la democracia y la paz. El mundo entero se sumó a la convocatoria de las ciudadanas estadounidenses. La llamada nación de las libertades salió del sueño americano para enfrentarse a su realidad: la xenofobia, el antisemitismo, el sexismo y el odio que creció, como la humedad, en los rincones del sueño americano.
Ni más ni menos que millones de mujeres de distintas partes del mundo, acompañadas por hombres solidarios, salieron a apoyar a las de la unión americana, para mostrar que el mundo está atento, alerta, del rumbo que el presidente Trump quiere llevar.
Salieron para detener el autoritarismo, el sexismo, el odio y la misoginia. Llenaron las calles de prácticamente todas las ciudades del territorio Americano y de otras ciudades, en por lo menos 37 naciones.
Las mujeres lo tienen muy claro, la democracia les garantiza avanzar, ampliar libertades, contar con espacios de diálogo para defender sus Derechos Humanos, y de todas las personas, caminar a la igualdad.
Saben bien que el autoritarismo les garantiza retrocesos en todos los derechos, amenaza su independencia, se vuelve contra ellas y contra todas las personas diferentes a la hegemonía en el poder. Por ello las personas de la diversidad sexual, las personas migrantes, la población musulmana, todas aquellas que han recibido el odio del actual presidente de Estados Unidos salieron para defender lo que hasta ahora han ganado y se encuentra en peligro.
No es casual entonces que ellas hayan convocado a la marcha y que otras mujeres del mundo salieran a defender la democracia de la unión americana, cuando la derecha acecha en todas partes del planeta. Nadie quiere una guerra más.
Ni bien se acaba de asimilar la solidaridad mundial, cuando el presidente Trump da un aviso como respuesta a las mujeres de dentro y fuera de los Estados Unidos, revivir la controvertida “regla global de la Mordaza”, creada por el ex presidente Reagan.
Con esta ley, el impacto directo va para la vida de las mujeres más pobres de todo el mundo, pues los apoyos que provengan de fundaciones estadounidenses no podrán usarse para promover la anticoncepción y con ello protegerse del Vih/Sida, evitar embarazos no deseados y la realización de abortos en condiciones de inseguridad.
Esta política es una orden ejecutiva que va y viene dependiendo del partido en la Casa Blanca: Ronald Reagan la escribió en 1984; Bill Clinton la revirtió cuando asumió el cargo; George W. Bush la puso de nuevo 8 años después; Barack Obama la anuló y Trump la revive nuevamente, más como venganza a la movilización multitudinaria de las mujeres de todo el mundo.
Las regresiones, hoy hechas realidad, fue lo que movilizó a las mujeres de Estados Unidos y del mundo. Parece que Trump, gobernará a golpe de retrocesos de Derechos Humanos, aunque ello signifique la muerte para muchas personas.
La era Trump está aquí y más vale que tomemos medidas para proteger nuestra autonomía, nuestras libertades y la democracia.
*Periodista y feminista, Directora General de CIMAC
Twitter: @lagunes28
17/LLH/LGL
