niñas madres
VIOLENCIA
Ecatepec con el mayor número de niñas-madres
En 2016 en Edomex, mil 46 niñas se convirtieron en madres

En 2016 en el Estado de México se registraron mil 046 nacimientos en niñas de entre 10 y 14 años de edad, lo que significa un promedio mensual de 87 embarazos de niñas en estas edades, lo que coloca a la entidad en el segundo lugar del país con el mayor número de niñas madre, de acuerdo con datos del Subsistema de Información sobre Nacimiento de la Secretaría de Salud.
El dato ha sido una constante en los últimos cuatro años, de acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) quien reveló que en el periodo de 2012 a 2015 se registraron 3 mil 025 nacimientos en niñas de estas edades.
Las niñas de 14 años de edad representan 88 por ciento del total de nacimientos durante estos cuatro años; es decir, 2 mil 652 casos. Las de 13 años un 11 por ciento (333 casos); y los casos de niñas entre 10 y 12 años fueron 40. De ellas, tres tenían apenas 10 años de edad, pero no se tiene un registro de si estos embarazos fueron producto de violencia sexual.
Los datos del Inegi revelan que la maternidad en niñas no ha logrado reducirse en el Edomex. Para 2015 en comparación con 2012, apenas disminuyeron un 10 por ciento los nacimientos en menores de 14 años de edad en la entidad: se pasó de 798 casos a 711. En tanto, en 2013 se contaron 780 casos y en 2014 un total de 736.
ECATEPEC FOCO ROJO DE EMBARAZO INFATIL
De acuerdo con las cifras de Inegi en seis municipios del Edomex se concentran un 35 por ciento del total de embarazos infantiles: Ecatepec, Nezahualcóyotl, Naucalpan, Chimalhuacán, Toluca y Chalco, son las zonas con el mayor número de casos.
Entre ellos destaca Ecatepec que en el periodo de 2012-2015 registró 314 nacimientos, la madre tenía menos de 14 años de edad. A este municipio le sigue Nezahualcóyotl y Naucalpan, ambos suman 361 casos.
En tanto en Chimalhuacán contó 140 casos, Toluca 130 y el municipio de Chalco un total de 128. Con ello el Edomex se coloca entre los estados con mayor número de embarazos de niñas como Chiapas y Veracruz.
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Hospitales no identifican casos y ellas no acceden a la ILE
Niñas víctimas de violación, invisibles y forzadas a ser madres

Los agresores sexuales están dentro de sus hogares, algunas son temerosas de ir a denunciar, otras detectan muy tarde que están embarazadas, hay quienes no acceden a la interrupción del embarazo y muchas son obligadas a ser madres pero lo peor es que son niñas de entre 10 y 14 años de edad que ven trastocado su proyecto de vida tras una violación sexual.
Se trata de niñas víctimas de violación sexual que presentan un embarazo no deseado y de gestaciones que no se registran en las estadísticas oficiales como producto de un delito.
Los casos existen aun cuando los estándares de la Organización Mundial de Salud (OMS) dicen que la edad reproductiva es a partir de los 15 años de edad. De 2012 a 2015 a nivel nacional el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) contó 43 mil 093 nacimientos donde la madre tenía entre 10 y 14 años de edad.
De estos casos, dos por ciento tenía 10 años (808 casos); siete por ciento eran niñas de 11 y 12 años de edad (2 mil 817 casos); 16 por ciento tenía 13 años (6 mil 702); y la mayoría, 73 por ciento, tenía 14 años de edad. Aunque no hay información certera se presume que estas niñas fueron víctimas de un delito sexual.
Como evidencia de posibles relaciones sexuales forzadas, el Consejo Nacional de Población (Conapo) señala que, en promedio, las niñas entre 10 y 11 años de edad que presentan un embarazo, tienen una “pareja” de 10 o más años mayores. Es decir, una niña de 10 años pudo ser “pareja” de un hombre de 20 o más años.
En tres años (2012-2015) las entidades que concentraron el mayor número de casos de niñas-madres entre 10 y 14 años fueron Chiapas con 4 mil 166 casos, el Estado de México con 3 mil 808, Veracruz con 3 mil 173 casos, Guerrero con 2 mil 508 y Puebla con 2 mil 038 casos.
DELITO SIN DENUNCIA
Desde hace poco más de un año los servicios médicos del Estado están obligados a garantizar a las víctimas de violación mayores de 12 años de edad la interrupción legal del embarazo (ILE) sin necesidad de presentar una denuncia penal, esto luego de que en marzo de 2016 se reformara la Norma Oficial Mexicana: NOM-046-SSA2-2005 Violencia familiar, sexual y contra las mujeres. Criterios para la Prevención y Atención (NOM 46).
Sin embargo, especialistas del Hospital de la Mujer y el Instituto Nacional de Perinatología (Inper), ubicados en la Ciudad de México, señalan en entrevista que la mayoría de las niñas entre 10 a 14 años de edad que atienden no acceden a los servicios de aborto porque acuden a las instituciones de salud con embarazos de más de 12 semanas de gestación.
El jefe de la División de Ginecología y Obstetricia del Hospital de la Mujer, Héctor Peña Dehesa, reporta que en 2016 la institución atendió a 52 niñas embarazadas de 10 a 14 años de edad; 48 de ellas llegaron con un embarazo avanzado por lo que tuvieron que concluirlo (se practicaron 19 cesáreas y 25 partos); únicamente ocho accedieron a un aborto.
“Cuando tenemos pacientes menores de 15 años es altamente probable que haya existido una relación no consensuada, una violación sexual”, señala el doctor Peña Dehesa.
A pesar de las sospechas de un delito, la coordinadora de la Unidad de Investigación en Medicina de la Adolescente del Inper, Josefina Lira Plascencia, reconoce que las instituciones de salud pública no están capacitadas para identificar si una niña menor de 15 años de edad que presenta un embarazo fue víctima de violación.
Por ejemplo, cuando el personal integra el historial clínico de una paciente se aplican cuestionarios para identificar entre otras cosas rasgos de violencia sexual, pero los reactivos son generales y no están especializados en la infancia, lo que dificulta tener un diagnóstico y registro certero, indica Lira Plascencia.
ESTRAGOS DE LA MATERNIDAD FORZADA
La psicóloga de la Asociación para el Desarrollo Integral de Personas Violadas (Adivac), Diana Mireya Saldívar Moreno, afirma que la edad de la víctima y el contexto donde ocurre la violencia complica la denuncia; son niñas que están siendo violentadas dentro de sus hogares, por los padres, hermanos, tíos, primos o personas conocidas.
La especialista en niñez explica que es difícil para ellas verbalizar y dar testimonio de la violencia sexual que están viviendo por parte de sus familiares pues las someten bajo amenazas y engaños. A ello se agregan los estigmas dentro del hogar, que no permiten que las denuncias salgan del ámbito privado, precisa Mireya Saldívar.
El impacto que genera en la vida de las niñas entre 10 y 14 años de edad vivir una violación y asumir una maternidad que no desearon es radical, expresa la psicóloga de Adivac, organización que desde hace 27 años atiende a víctimas de violencia sexual.
Es necesario, advierte, que se les garantice una atención psicológica integral al estar en una etapa de desarrollo cognitivo social, emocional y físico.
Un embarazo causa en ellas situaciones de depresión, estrés postraumático, sensaciones de culpa por no querer ser madres y mayores posibilidades de desertar en la escuela, describe la psicóloga.
Su salud también entra en riesgo, indica el especialista en ginecología, Héctor Peña Dehesa. Por su edad, las niñas tienen riesgo de morir durante la gestación o el parto porque para ellas la muerte materna es cuatro veces mayor que para las adolescentes; son más propensas a presentar preeclampsia (presión alta), nacimientos prematuros e infecciones en el sistema urinario y el área vaginal.
Además, muchas de ellas no reciben la atención especializada que requieren durante los primeros meses del embarazo porque primero son atendidas en centros de salud y no son referidas a hospitales calificados para atenderlas porque el personal médico concibe como “algo normal” un embarazo a una niña menor de 15 años, asegura el doctor Héctor Peña.
EL CICLO DE VIOLENCIA
Para la consejera de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), Jennifer Haza Gutiérrez, la atención a niñas víctimas de una violación “ha sido ignorada” durante años por los gobiernos federales y estatales, quienes no han generado estrategias para la prevención y denuncia de este delito que se mantiene como un fenómeno normalizado.
Con ello, dice la también directora de la organización chiapaneca, Melel Xojobal, se ha perdido la oportunidad de que ejerzan su derecho a acceder a una interrupción legal del embarazo (ILE) y una atención psicológica integral, de acuerdo con el principio del interés superior de la niñez.
Sin acceso a los servicios médicos y a la justicia, dice Haza Gutiérrez, las niñas continúan en un “ciclo de violencia”: viven en los hogares donde fueron violentadas, son obligadas a convivir con los agresores y muchas veces forzadas a ser madres.
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INFANCIA
En la mayoría de los casos las menores de edad son producto de abuso y violencia sexual
Embarazo infantil, un grave problema para el país

El embarazo infantil en el país es un grave problema ya que sólo entre 2006 y 2014 el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (Inegi) registró 100 mil nacimientos en menores de 15 años de edad.
Para organizaciones como Ipas México, el Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) y Save the Children ser madre a tan corta edad no es decisión de las niñas ya que existe la posibilidad de que muchos de estos embarazos sean producto de abuso y violencia sexual por hombres adultos cercanos, familiares, amistades o vecinos.
Los hombres, las familias y las comunidades ven los cuerpos de niñas y mujeres como su propiedad, resaltan las agrupaciones civiles; como ejemplo, GIRE reportó en su informe “Violencia sin Interrupción: aborto por violación en México” que en los últimos ocho años en todo el país hubo más de 28 mil denuncias por violación sexual a niñas menores de 15 años.
Sin embargo el problema es aún más grave, la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) estima que menos del 10 por ciento de los casos de violencia sexual son denunciados, por ello la violencia sexual y el embarazo forzado en niñas es una silenciosa tragedia en México.
La organización internacional Save the Children asegura que no existen datos oficiales sobre los embarazos producto de una violación y como consecuencia es complicado conocer la situación que atraviesan las niñas embarazadas, que a su vez podrían ser víctimas de violencia y marginación.
Datos de la Secretaria de Salud indican que en 2009, 30 de cada 100 niñas de 10 a 14 años fueron hospitalizadas por presentar un embarazo pero no hay información sobre si fueron producto de una relación consensada.
En su informe “Embarazo y maternidad en la adolescencia: estado de las madres en México” la organización destacó que es necesario visibilizar el embarazo infantil, pues en el periodo de 2013 a 2014 contabilizó a nivel nacional 394 nacimientos de niñas de 10 años.
Las estadísticas no arrojan datos certeros sobre la relación de violencia ni sobre la edad de las parejas de las niñas que se embarazan pero la organización Ipas México hizo un estudio para tener un acercamiento a la edad de estos hombres.
La institución recogió información de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2012 y encontró que el 92 por ciento de las parejas de las mujeres que comenzaron su vida sexual a los 12 años de edad eran jóvenes de 15 a 19 años de edad y en otro 3 por ciento ellos tenían más de 30 años.
Para la organización es clara la posibilidad de que estas relaciones entre niñas y adultos no son consensuadas, advierte que entre menos edad tienen las niñas mayor es el riesgo de sufrir violencia y abuso sexual.
Además alertan sobre los riesgos a la salud de un embarazo temprano. En este grupo de edad, la Muerte Materna (MM) es más elevada; en 2014, el 14 por ciento de las defunciones maternas en México ocurrieron en mujeres menores de 20 años de edad, según datos del Inegi.
La principal causa de estos fallecimientos es la preeclampsia (presión arterial alta), pues sus cuerpos al no estar completamente desarrollados son incapaces de llevar a terminó el embarazo.
Ipas México y GIRE coincide al afirmar que sin el acceso a servicios de calidad en salud sexual y reproductiva, sin la atención que las niñas víctimas de violencia necesitan y con las legislaciones que restringe el aborto legal y la falta de seguro en México, las niñas y mujeres se ven obligadas a recurrir a un aborto en la clandestinidad, arriesgándose a ser sujetas de un proceso penal, además de poner en riesgo su salud y su vida.
ABORTO INSEGURO
El aborto inseguro fue la quinta causa de MM en el país en 2015, al registrarse 659 decesos de mujeres por esta causa, de las cuales, 10 por ciento eran menores de 15 años, de acuerdo con Ipas México.
A partir de estas consideraciones el 24 de marzo de 2016 se modificó la Norma Oficial Mexicana sobre Violencia familiar, sexual y contra las mujeres (NOM 046) para que las víctimas de violencia sexual de 12 años de edad o más pueden acceder a un aborto sin que sea requisito presentar una denuncia penal.
Las niñas y adolescentes víctimas de violencia sexual podrán recurrir a la interrupción del embarazo sin necesidad de presentar una denuncia judicial, o consentimiento de sus padres o tutores.
Esta modificación legislativa permite que las niñas y mujeres puedan tomar decisiones libres, informadas y seguras sobre su salud reproductiva.
Sin embargo, GIRE observó en su informe sobre violencia y aborto que aun cuando la ley así lo indica, el desconocimiento de las obligaciones de los prestadores de salud y el afán de imponer sus creencias personales por encima de la salud de las niñas, hacen que todavía existan obstáculos para que ellas accedan a los derechos mínimos que les permitan recuperarse de esta situación de violencia y de un embarazo que nunca debieron tener.
SER MADRE Y NIÑA
Si bien el acto mismo de una violación es devastador para las niñas, tanto en su salud física como mental se deben considerar los peligros y secuelas que enfrentan al tener un embarazo.
Las organizaciones especializadas en derechos sexuales y reproductivos advierten que las consecuencias que atraviesan las niñas cuando presentan un embarazo son devastadoras; no cuentan con servicios de atención prenatal, tienen riesgos de sufrir partos prematuros o complicaciones en el proceso, inclusive su vida corre riesgo ante el embarazo.
Una vez que se convierten en madres las niñas tiene mayor probabilidad de truncar sus proyectos de vida, pueden tener empleos precarios y en general perpetuar los ciclos de pobreza en su descendencia.
Cuando una niña presenta un embarazo pueden abandonar la escuela al sentir vergüenza, miedo al rechazo, discriminan en el ámbito escolar y por si fuera poco se enfrenta a la escases de recursos económicos. De acuerdo con Save The Children las cifras de 2011 indican que el 31 por ciento de las menores de 15 años embarazadas abandonan la escuela.
Ser niñas y ser madres también las obliga a acceder a los trabajos mal remunerados, precarios y con riesgo de sufrir explotación laboral, de acuerdo con la Estrategia Nacional para Prevención del Embarazo en Adolescentes (Enapea); por ejemplo, el 7 por ciento de las niñas embarazas de 10 a 14 años tuvieron una actividad mal remunerada en 2015.
El futuro que enfrentan las niñas que son madres es duro, tanto para ellas como para sus hijos e hijas, por lo cual, en 2015 se creó la Enapea que tiene como objetivo reducir un 50 por ciento la tasa de fecundidad en las adolescentes entre 15 a 19 años de edad, además de erradicar embarazos en niñas menores de 14 años para 2030.
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