Objetivos de Desarrollo Sostenible
DERECHOS HUMANOS
Para cumplir Agenda 2030
En AL y el Caribe es hora de abrir camino a la paridad en políticas públicas

América Latina y el Caribe es la única región del mundo donde, desde hace cuatro décadas y de manera ininterrumpida, los Estados se reúnen para debatir y comprometerse políticamente para erradicar la discriminación y la desigualdad de género y avanzar hacia la garantía del pleno ejercicio de la autonomía y los derechos humanos de las mujeres.
Desde la primera Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, realizada en La Habana en 1977, la región ha transitado años de cambios en lo político, lo económico, lo social y en lo cultural, que han significado avances para las mujeres en la región pero que también han mostrado la persistencia de las desigualdades.
Hemos sorteado múltiples obstáculos generando colectivamente un proceso excepcional, pero aún persiste una amplia brecha salarial en la región, profundas deudas en materia de derechos sexuales y reproductivos y el desafío pendiente de otorgar una mayor participación política a todas las mujeres.
La meta de desarrollo sostenible con igualdad de género, nacida a partir de la sinergia entre la Agenda Regional de Género y la Agenda 2030, nos lleva a enfocar la mirada y la acción en los nudos estructurales de la desigualdad de nuestras sociedades.
MERCADO LABORAL, LLAVE PARA IGUALDAD
Pensamos, en primer lugar, en la desigualdad socioeconómica y la pobreza y en la necesaria transformación del modelo de desarrollo imperante hacia uno que incorpore nuevos patrones de producción y consumo sostenible, de redistribución de la riqueza, del ingreso y del tiempo.
En América Latina y el Caribe, 78.1 por ciento de las mujeres que están ocupadas lo hacen en sectores definidos por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) como de baja productividad, lo que implica peores remuneraciones, menor contacto con las tecnologías y la innovación y en muchos casos empleos de baja calidad.
El mercado laboral es la llave maestra para la igualdad y desde allí es desde donde la redistribución de ingresos, pero también la garantía de derechos, se hace efectiva. Los países de la región han aumentado la proporción de mujeres en el mercado del trabajo, sin embargo, en los últimos 10 años la tasa de actividad femenina en la región se ha estancado en el entorno de 53 por ciento, denunciando un techo en la incorporación de las mujeres al trabajo remunerado.
En sus últimos estudios, la CEPAL ha demostrado que el aumento de la mano de obra femenina disponible e inserta en el mercado contribuiría a la reducción de la pobreza en la región con casos paradigmáticos como el de El Salvador donde la pobreza se podría reducir hasta 12 puntos porcentuales de contar con ingresos laborales para las mujeres.
Para entender las barreras a las que se ven enfrentadas las mujeres es fundamental analizar dos dimensiones centrales de la autonomía económica. Por un lado, el acceso a recursos monetarios propios y por otro, la dimensión del uso del tiempo.
En la región, la proporción de mujeres sin ingresos propios asciende a 30 por ciento aproximadamente, es decir una de cada tres mujeres en América Latina y el Caribe aún no tiene una fuente propia de ingresos. Esto sin duda es un gran desafío para la autonomía de las mujeres que dependen de otros miembros del hogar para la satisfacción de sus necesidades o las de sus familias.
A esto se suma que 26 por ciento de las mujeres mayores de 15 años de edad reciben menos de un salario mínimo resultando que más de la mitad de las mujeres de la región no tengan ingresos propios o reciban sumas mínimas que imposibilitan una verdadera autonomía económica.
Propuestas como la renta básica universal o la regulación y fiscalización del salario mínimo en determinados sectores altamente feminizados que hoy no tienen amparo legal alguno, son herramientas que permitirían ampliar y mejorar el acceso de las mujeres a ingresos.
Respecto al uso del tiempo, se ha demostrado que las mujeres en todos los países de la región tienen una carga total de trabajo sistemáticamente mayor a la de los hombres. La tradicional división sexual del trabajo, muy presente en la región, asigna el trabajo no remunerado principalmente a las mujeres y lo hace una responsabilidad casi exclusiva de ellas.
Esto constituye una de las principales barreras para incorporarse al mercado laboral y acceder al desarrollo personal y profesional. La reducción de la jornada laboral y las políticas de promoción de la corresponsabilidad del cuidado son instrumentos que pueden modificar y dar un mejor balance a la hoy desigual carga de trabajo que tienen hombres y mujeres.
Junto a los indicadores de uso del tiempo, la valorización monetaria de todo el volumen de trabajo doméstico y de cuidados no remunerados que se realiza en los hogares y su inclusión en las cuentas nacionales mediante una cuenta satélite de trabajo no remunerado han sido potentes herramientas para visibilizar el aporte de las mujeres a la economía de los países.
Las estimaciones indican que este valor representó 24.2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de México en 2014, el 20.4 por ciento del PIB de Colombia en 2012 y 18.8 por ciento del PIB de Guatemala en 2014. Para Ecuador su cuenta satélite estima que el valor del trabajo no remunerado representa 15,2 por ciento del PBI del año 2012.
Las cifras revelan que si el trabajo doméstico y de cuidados que se realiza en forma no remunerada tuviera precios de mercado, aproximadamente un quinto de la riqueza que hoy se contabiliza en las cuentas nacionales estaría siendo producida en los hogares, principalmente por las mujeres.
Toda esta información lleva inequívocamente a la necesidad de diseñar políticas públicas de igualdad que reconozcan el aporte de las mujeres a la economía a través del trabajo no remunerado y que promuevan la corresponsabilidad y una distribución más justa de las cargas de trabajo.
Se trata de políticas públicas que eviten reproducir estereotipos de género y que contemplen las diversas posiciones de las mujeres e impulsen su inserción laboral y desarrollo profesional al más alto nivel aprovechando sus niveles de calificación y habilidades en los sectores de mayor productividad. De esta forma se minan las bases de la segmentación horizontal y vertical que caracterizan hoy el mercado de empleo para ellas.
En octubre de 2016, los gobiernos de la región, reunidos en la XIII Conferencia Regional sobre la Mujer, alcanzaron un acuerdo para implementar la Estrategia de Montevideo y hacer efectivas las premisas establecidas en los consensos anteriores así como responder al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 para el Desarrollo sostenible.
Esta sinergia nos plantea el desafío de implementar la igualdad de género como elemento fundamental, protagónico y transversal a todas las políticas públicas con miras al cumplimiento de la Agenda 2030.
Llegó la hora de cambiar el esquema de género en nuestros países y terminar con el patriarcado como modelo de sociedad. Es el momento de abrir camino a la paridad en todas sus formas y escenarios, de respetar y mirar a las mujeres más allá de nuestro género, por todas nuestras capacidades, por nuestra mirada integral de la vida y por nuestra lucha constante por la construcción de una sociedad más justa no solo para todas sino también para todos.
*Este artículo fue publicado originalmente por la agencia internacional de noticias IPS.
**Secretaria Ejecutiva de la CEPAL.
17/AB/GG
Día Internacional de la Mujer 2017
ONU Mujeres reconoce trabajo no remunerado de las mujeres

ONU Mujeres considera esencial el reconocimiento del trabajo no remunerado de las mujeres que se encargan de las tareas de los cuidados y así lo han manifestado en su lema por el Día Internacional de la Mujer de 2017: “Las mujeres en un mundo laboral en transformación: hacia un planeta 50-50 en 2030”
ONU Mujeres señala que el mundo laboral está en transformación, con implicaciones significativas para las mujeres. Por un lado, la globalización y la revolución digital y tecnológica crean nuevas oportunidades, al tiempo que la creciente informalidad en el trabajo, la inestabilidad en las fuentes de ingreso, nuevas políticas fiscales y comerciales y el impacto ambiental ejercen un papel decisivo en el empoderamiento económico de las mujeres.
En 2015, líderes de todo el mundo adoptaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible y colocaron la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en una posición central de la Agenda 2030. Sus objetivos incluyen, entre otros, la eliminación de la pobreza, la promoción de un crecimiento inclusivo y sostenible, la reducción de las desigualdades entre y al interior de los países, la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Su cumplimiento pasa necesariamente por realizar el pleno potencial de las mujeres en el mundo laboral.
Entre las medidas claves para asegurar el empoderamiento económico de las mujeres en el mundo cambiante del trabajo, según la ONU, se encuentran: cerrar la brecha entre los salarios de hombres y mujeres, que se ubica actualmente en el 24 por ciento a nivel global; reconocer el trabajo no remunerado, que supone el cuidado del hogar y de los miembros de la familia realizado por las mujeres, y redistribuir estas tareas de forma equitativa entre hombres y mujeres.
Igualmente, se deben eliminar las brechas en el liderazgo y toma de decisiones, en el emprendimiento y en el acceso a la protección social; y asegurar políticas económicas sensibles al género que generen empleos, reduzcan la pobreza y promuevan un crecimiento sostenible e inclusivo.
ONU señala la importancia no sólo de reconocer ese trabajo no remunerado, sino también la necesidad de repartir estas tareas de forma equitativa entre hombres y mujeres
Al mismo tiempo, las políticas económicas deben tomar en cuenta a la mayoría abrumadora de mujeres en la economía informal, promover el acceso de las mujeres a tecnologías y prácticas innovadoras, al trabajo decente y a empleos orientados a la adaptación al cambio climático, y proteger a las mujeres de la violencia en el lugar de trabajo.
ALGUNOS DATOS
– Las mujeres disfrutan de media a una hora menos de ocio que los hombres por encargarse de las tareas del hogar y de cuidados.
– En Europa, menos del 30 por ciento de los hombres hacen las compras.
– Por cada hora que una mujer trabaja fuera de casa, el hombre solamente aumenta 5 minutos su aportación a las tareas del hogar.
– Los hombres disfrutan de una hora y media más de tiempo libre a la semana y tres los fines de semana, respecto a ellas.
– En Europa, solamente 3 por ciento de familias comparten tareas corresponsablemente.
– En España, por cada hombre que abandona su trabajo por causas de cuidados, lo hacen 27 mujeres.
– El 83 por ciento de personas que cuidan a una persona en situación de dependencia son mujeres.
*Este artículo fue retomado del portal de la revista feminista Tribuna Feminista.
17/RED/GG
DERECHOS HUMANOS
Gobierno boliviano implementa Subsidio Universal Prenatal. Realizarán en Ciudad Juárez foro sobre desaparición forzada. Acceso bienes públicos, educación, salud y trabajo, elementos básicos para garantizar la democracia
BREVES 15 DE SEPTIEMBRE 2016
Gobierno boliviano implementa Subsidio Universal Prenatal
La Paz, Bol.- En lo que va del año, el gobierno de Bolivia invirtió cerca de 13.7 millones de dólares en el programa “Por la Vida”, dirigido a mujeres embarazadas a través del Subsidio Universal Prenatal, el cual busca incrementar la natalidad y la esperanza de vida al nacer.
Las autoridades entregaron paquetes a partir del 1 de octubre de 2015, los cuales consistieron en 300 bolivianos (alrededor de 43 dólares) y 15 alimentos de alto valor nutricional. Hasta julio de 2016, se reportó que más de 283 mil bolivianas se beneficiaron del programa.
La iniciativa llega a comunidades lejanas del país donde se lleva un control de beneficiarias. El subsidio universal sólo se entrega a embarazadas sin salario fijo para una distribución de recursos de manera equitativa (con información de Prensa Latina).
Realizarán en Ciudad Juárez foro sobre desaparición forzada
Ciudad Juárez, Chih.- El Centro de Derechos Humanos Paso del Norte A.C y la Universidad Autónoma de Ciudad de Juárez, entre otras organizaciones, invitan al foro, “Víctimas, Academia, Sociedad Civil y Estado ante la desaparición forzada en Ciudad Juárez”, el lunes 26 de septiembre de 2016.
El objetivo del foro es diagnosticar e identificar los retos para acceder a la verdad y justicia en materia de desaparición forzada a nivel local, estatal y federal.
La cita es en las instalaciones de la Universidad Autónoma de Ciudad de Juárez, edificio X, a las 9:00 horas.
Acceso bienes públicos, educación, salud y trabajo, elementos básicos para garantizar la democracia
Washington, EU.- En el contexto del Día Internacional de la Democracia, que se conmemora hoy, el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, afirmó que una gobernanza eficaz se desarrolla cuando las personas tienen voz y voto.
Recordó que el acceso a los bienes públicos, la educación, atención médica y oportunidades de trabajo son elementos principales para garantizar la democracia, y que estos principios se encuentran contenidos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la organización.
Aseveró que las personas quieren vivir sin miedo y confianza de sus instituciones, así como exigir mayor participación en las decisiones que los afectan, por lo que reafirmó el compromiso de la ONU para lograrlo.
16/HZM/LGL
POBLACIÓN Y DESARROLLO
Feministas, vitales para lograr metas de ODS
ONU Mujeres integra su grupo asesor de la Sociedad Civil para AL y el Caribe
ONU Mujeres eligió a siete destacadas feministas, investigadoras, activistas y catedráticas como nuevas integrantes de su Grupo Asesor de Sociedad Civil para América Latina y el Caribe, cuya voz será indispensable para la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
En un comunicado, la directora Regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, Luiza Carvalho, dijo que la perspectiva y la acción del movimiento de mujeres, del movimiento feminista, será indispensable en este proceso en la implementación de estas metas aprobadas por los países de Naciones Unidas en septiembre de 2015.
Los Grupos Asesores de la Sociedad Civil de ONU Mujeres son cuerpos establecidos a nivel global, regional y nacional para facilitar las consultas efectivas, continuas y estructuradas entre la sociedad civil y ONU Mujeres, y brindan asesoría estratégica al organismo internacional.
Carvalho dijo que esta integración contribuirá a fortalecer el diálogo que mantiene ONU Mujeres con la sociedad civil latinoamericana y caribeña, “en este momento crucial para preservar y avanzar los derechos de las mujeres y las niñas de la región, principalmente cuando nos abocamos a implementar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y a asegurarnos de que integren una robusta perspectiva de género”.
Las nuevas asesoras que se incorporarán en octubre próximo son la politóloga Line Bareiro, la abogada Denise Dora, la economista Alma Espino, la académica Ana Carcedo, la activista Paola Yáñez, la indígena, ex diputada y ex ministra Otilia Lux de Cotí y la defensora Stephanie Leitch.
La politóloga feminista y abogada paraguaya Line Bareiro fue integrante del Comité de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés), es cofundadora del Centro de Documentación y Estudios de la Coordinación de Mujeres del Paraguay, de Decidamos y de la Red contra toda forma de discriminación.
Denise Dora es abogada, feminista y activista de Derechos Humanos en Brasil, actualmente es parte del Consejo Directivo de THEMIS - Género y Derecho, y del Fondo de Derechos Humanos de Brasil.
Alma Espino es investigadora, economista y docente uruguaya de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración, de la Universidad de la República, integrante del Grupo de Trabajo Latinoamericano sobre Género, Macroeconomía y Economía Internacional, y es conferencista en el Programa Regional de Formación en Género y Políticas Públicas (PRIGEPP-FLACSO).
Ana Carcedo es académica, activista feminista, fundadora y presidenta del Centro Feminista de Información y Acción (Cefemina); mientras que Otilia Lux de Cotí es catedrática guatemalteca, integrante del Grupo Gestor del Fondo Indígena de América Latina y el Caribe y fue directora ejecutiva del Foro Internacional de Mujeres Indígenas.
Paola Yáñez es activista afroboliviana, coordinadora de la Sub Región Andina de la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la Diáspora; y Stephanie Leitch es fundadora y co-directora de la organización feminista WOMANTRA en Trinidad y Tobago.
Las integrantes suplentes para este período son Elena Reynaga, de Argentina; Esther Ramírez, de México; Joyce Hewett, de Jamaica, y Shari García, de Colombia.
16/GMV/GGQ
