Lydia Cacho Ribeiro
LIBERTAD DE EXPRESIÓN
Ante la opresión, la equidad, dijo al recibir la distinción
Lydia Cacho recibe Premio Iberoamericano de Igualdad Cortes de Cádiz

El ejercicio periodístico de la mexicana Lydia Cacho Ribeiro, quien expone la corrupción, los pactos de poder y la desigualdad de género, ha trascendido las fronteras y sus textos, así como su activismo, fueron reconocidos por el Ayuntamiento de Cádiz, España, que le otorgó hoy el V Premio Iberoamericano de Igualdad Cortes de Cádiz.
El jurado, integrado por intelectuales, miembros del Estado español y periodistas de Andalucía, consideró en diciembre pasado que la mexicana representaba los más altos valores sociales y por esa razón la eligió para reconocer su trayectoria como periodista, feminista y activista que defiende los Derechos Humanos de las mujeres.
Al anunciar la entrega del reconocimiento, el Ayuntamiento de Cádiz y Comisión de Igualdad del Consejo General del Poder Judicial –patrocinadores del premio– señalaron la valentía, integridad y honorabilidad de esta pionera en la investigación de delitos cibernéticos contra la infancia, los derechos de las víctimas y la defensa del debido proceso en México.
Poco antes de recibir el premio, la también columnista de Cimacnoticias hizo énfasis en la violencia contra la prensa mexicana con ejemplos recientes como el asesinato de Javier Valdez Cárdenas, en Sinaloa el 15 de mayo, y el de Miroslava Breach Velducea, en Chihuahua el 23 de marzo, pero también de los abusos de poder que se propagan por México y el viejo continente.
“Tenemos problemas muy similares y algo que nos afecta a los dos espacios (México-España), la lucha contra la delincuencia organizada y el yugo al que nos someten políticos y empresarios. Entiendo que hay un nexo de unión entre delincuentes y políticos de todo el mundo. Esto es un problema global”, dijo la periodista a un medio local previo a la ceremonia.
Más tarde, en la celebración organizado hoy por el Ayuntamiento, gobernado por el partido Podemos, afirmó que ante la opresión “la salida es la igualdad entre hombres y mujeres” y por eso destacó que se necesitan más políticas mujeres y hacer frente a los grandes mafiosos del mundo entero.
Con frases como “las libertades no están en venta ni en este ni en ningún otro país” y “retomemos el poder porque podemos”, la periodista recibió el Premio en una ceremonia donde compartió espacio con los galardonados en las categorías Ciencias Sociales, Relatos, Creación Artística Contemporánea, Investigación Científica, Joven Emprendedor y Cirugía.
La autora de 12 libros traducidos a nueve idiomas, entre ellos Esclavas del Poder y Los Demonios del Edén, donde reveló una red de corrupción y de pornografía infantil, se ha jugado la vida por su labor periodística, pero ello no le impide participar en conferencias y talleres para promover los Derechos Humanos.
Cacho también es Embajadora de buena voluntad contra la esclavitud humana para la Agencia contra las Drogas y el Delito de las Naciones Unidas y ha sido reconocida, desde 2012, por el Estado español por su trabajo pionero en la investigación de la pornografía infantil a nivel mundial y no sólo en su país.
El galardón, que se otorgó para recordar la promulgación de la Constitución de Cádiz, la primera en Iberoamericana, fue entregado por el alcalde, José González Santos, y la concejala delegada de la Mujer, Ana María Camelo Grajeda, en el recinto de la Casa de Iberoamérica.
17/AGM/GG
LIBERTAD DE EXPRESIÓN
Cada vez más complicado informar: Castellanos
La red, opción ante empresarios periodísticos neomachistas: Cacho

Las mujeres periodistas enfrentan amenazas, persecución y violencia como consecuencia de romper con el paradigma del periodismo tradicional y con las prácticas verticales y patriarcales de los medios de comunicación, dijo la periodista Lydia Cacho Ribeiro al participar en el Foro “Mujeres Periodistas: El Poder de sus Voces”.
Durante el foro, organizado por Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC), el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México (ACNUDH) y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), realizado en la capital del país, la periodista también criticó a los empresarios de los medios, a quienes calificó como “neomachistas”.
Al hacer un balance sobre el papel de las mujeres en la defensa del derecho a la libertad de expresión, la feminista afirmó que las comunicadoras han incursionado en fuentes donde se creía que no podían estar, como el de “delincuencia organizada” pero además señaló que han cambiado el paradigma de la familia, la maternidad y cuestionan la inutilidad de los mecanismos del Estado.
La autora de libros como “Los demonios del Edén” y “Esclavas del Poder” sostuvo que las periodistas han tomado espacios virtuales como Facebook donde pueden hacer más de lo permitido en los medios tradicionales pero acotó que ello implica vivir en una crisis económica porque ahora nadie paga por decir la verdad.
MIEDO, SILENCIO, CENSURA Y MUERTE
En el foro, la politóloga y escritora Denise Dresser habló de las agresiones a las periodistas, quienes, dijo, conocen muy bien las palabras “miedo, silencio, censura y muerte” en un país donde existe la simulación de las leyes, ya que a pesar de que desde 2012 existe la Ley para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, estos grupos siguen en riesgo.
La columnista de la revista Proceso y editorialista del periódico Reforma dijo que alzar la voz conlleva un alto riesgo, más si se trata de mujeres, quienes son amenazadas con ser asesinadas o violadas sexualmente, como le sucedió a ella cuando en abril de 2016 se sumó a la campaña #VivasNosQueremos en Twitter.
Dresser, quien también fue amenazada con secuestrar a su hijo, dijo que un país que minimiza, trivializa y descalifica la violencia contra las periodistas revela lo que ocurre a las mujeres mexicanas, que son victimizadas, encarceladas y abandonadas por el Estado y la sociedad.
La columnista criticó que a las trabajadoras de los medios y a las ciudadanas se les califique de “histéricas, viscerales o mal cogidas” y de que no sean “testigos confiables” de sus vidas ni de su verdad y, peor, que esta violencia no se considere ni una crisis ni un patrón.
Por ello llamó a arropar a las mujeres que con su trabajo periodístico defienden el derecho a la libertad de expresión, un derecho, que dijo, muchos mexicanos, ni siquiera conocen.
CADA VEZ MÁS COMPLICADO INFORMAR
En su oportunidad, la periodista independiente Laura Castellanos, quien en 2016 fue galardonada con el Premio Nacional de Periodismo 2015 por su trabajo “Fueron los Federales” sobre la ejecución de por lo menos 16 personas, aseguró que cada vez es más complicado informar.
Para la reportera y autora de “México armado 1943-1981”, el gremio periodístico debe afrontar la impunidad del Estado, quien de acuerdo con el Informe El Poder del Cacicazgo, elaborado por CIMAC, es presunto responsable del 73 por ciento de los casos cometidos contra las comunicadoras de 2014 a 2015.
Con esta referencia Castellanos aseguró que las periodistas no esperan que el Estado proteja a quienes violenta por investigar sobre temas como inseguridad, pederastia, victimas y corrupción, de quienes ejercen su profesión pese a las instituciones, las empresas de medios y las condiciones laborales miserables.
En la mesa también estuvo la abogada y presidenta del Consejo Consultivo del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, Alejandra Nuño Ruiz, quien señaló que hay una falta de recursos económicos para operar esta herramienta, como lo han señalado las dependencias de Gobierno.
A decir de la abogada, al mes este Mecanismo, dependiente de la Secretaría de Gobernación, gasta 16 millones y medio de pesos en medidas de protección para periodistas y defensores y requiere de un presupuesto de 80 millones de pesos para 2018; sin embargo declaró que el diagnóstico es que este procedimiento para obtener medidas de protección es ineficaz.
ESPACIOS PROPIOS
Al tomar la palabra la comunicadora, representante de la Alianza de Mujeres Indígenas de Centroamérica y México e impulsora de la agencia informativa Notimia, Guadalupe Martínez Pérez, aseguró que frente a estos escenarios una de las opciones es la creación de espacios propios para hacer visibles a las mujeres, en particular a las indígenas.
En abril pasado se fundó esta agencia de noticias encabezada por mujeres indígenas y afro descendientes, un medio nuevo que tiene la tarea de informar sobre aquellos temas que pasan inadvertidos por los medios tradicionales como el feminicidio de las indígenas, la fabricación de textiles o artesanías como propiedad intelectual, entre otros.
Al encuentro, auspiciado por la Embajada de Suecia y la Embajada Británica en México, también asistieron la periodista independiente Anastasia Moloney; la periodista y académica española, Nuria Varela; la académica mexicana, Nelly Lucero Lara Chávez; y la foto reportera de la Red de Periodistas de a Pie, Ximena Natera, quienes señalaron las condiciones e importancia de este oficio para la sociedad y para promover los derechos de las mujeres.
17/AGM/GG
POBLACIÓN Y DESARROLLO
Lydia Cacho Plan b*
Faramalla Millennial

Había escuchado anécdotas como esta, que parecían sacadas del sketch humorístico de una mente genial que se burlaba de los farsantes millennials, hasta que, hace cinco meses, conocí bien a una #FMillennial. Llegó a nuestras vidas para darnos una lección laboral de primera clase.
Las y los millennials (término acuñado en los Estados Unidos), son personas nacidas entre 1981 y 1995 porque crecieron en el boom económico y llegaron a la vida adulta rodeados de tecnología antes del cambio de siglo. Según la revista Forbes, 30 por ciento de la población de América Latina pertenece a esa generación y para 2025 representarán 75 por ciento de la fuerza laboral. Aparentemente son expertos nativos digitales, aunque casi cualquiera podría refutar esa aseveración.
Es una la chica millennial vestida de negro, tenis de moda de rigor, actitud arrasadora, celular como extensión de su mano. Nació y creció en México, pero habla spanglish. La mitad de su léxico consiste en la utilización de palabras anglosajonas para todo lo relacionado al trabajo porque es Global Shaper. Se presenta, a los 30 años, como CEO de dos empresas inexistentes (acrónimo de Chief Executive Officer), no, no es directora ejecutiva, el español es demasiado vulgar para alguien tan sofisticada. Asegura que sólo come alimentos orgánicos, pide agua tibia en los restaurantes, aunque el mezcal y la cerveza sí pueden estar fríos.
Su currículo en internet asegura que es una líder internacional, emprendedora ganadora de premios (no hay rastro de un sólo reconocimiento), que estuvo catalogada entre las líderes millennial resilientes (no hay una sola historia pública que demuestre su resiliencia). No tiene oficina y su asistente te cita en los cafés y restaurantes más chics de la ciudad; llega a todas sus citas treinta minutos tarde como mínimo.
Se expresa en lenguaje saturado de fórmulas hechas para la comunicación de chats, sus cartas oficiales vía e-mail carecen de estructura, pero no recibe bien la crítica, porque según ella lo de hoy es hablar con naturalidad, expresarte frente a tus clientes tal y como eres. Considera la comunicación estructurada, clara y precisa, una suerte de floritura literaria anticuada.
Lo interesante, me dice, no es que sepa hacer de todo, sino que sabe conseguir lo que otros necesitan (aunque nunca lo logre). Quieres que entienda un proyecto cinematográfico y, faltaba más, lo googlea y plagia íntegra la explicación de Wikipedia y ¡voilá! ya es productora.
Asiste a citas en nombre de la agrupación que la ha contratado y primero presenta sus propios proyectos, no sabe vender, pero se presenta como especialista en captación de fondos; eso no le preocupa, ya que está convencida de que en su vida los compradores o donantes son responsables de consumir. Si no lo hacen seguramente son estúpidos, pues ella sólo elige proyectos geniales que “prácticamente se venden solos”, por eso pide 80 mil pesos mensuales como salario.
Al ser cuestionada sobre ética laboral su respuesta es muy sencilla: no es poco ético plagiar ideas, robar clientes o donantes, no se llama mentir sino soñar lo que está por hacerse; a ella le enseñaron que éste es un mundo de competencia, si estás allí toma todo lo que puedas. Para ella y miles de #FMillennials la palabra ética es simplemente el sufijo de Est-(ética): lugar donde se corta el cabello y hace mani-pedi.
Sólo se rodea de hombres y mujeres que piensan como ella y tengan Instagram, de preferencia que se muevan en el mismo círculo, que den like sin leer, que odien las noticias (porque la realidad les impide tener paz interior), y que sufran más por las elecciones norteamericanas que por las mexicanas, porque allá está la cultura que les interesa.
No tiene tiempo para leer libros, ese tipo de #FMillennials son lo que imaginan, e imaginan lo que son; aseguran que todo está en la actitud, la aptitud y el esfuerzo son lo de menos, siempre hay alguien por allí que lo sabe mejor que tú y a quien puedes robarle la idea. Esos #FMillennials desprestigian a una buena parte de jóvenes brillantes de su generación que en realidad se han preparado y se esfuerzan. Por desgracia los farsantes van por allí dominando la política, fingiendo avasallar el mundo empresarial.
Se creen nativos digitales porque sólo saben comunicarse por chat y usar Keynote en su Mac, pero no hay forma en que sepan cómo se elabora la justificación filosófica de un proyecto o los procesos de programación para plataformas digitales. Ignoran todo sobre seguridad y memoria cibernética, tanto así que no recuerdan que basta googlear su nombre para descubrir que son lo que son: una faramalla, que se define, según la RAE, como “cosa de mucha apariencia y poca entidad”. La interacción humana profunda y el conocimiento adquirido son un aburrimiento para el que no tienen tiempo. Si usted se ha topado con uno de ellos, seguro reconocerá esta historia.
* Plan b es una columna cuyo nombre se inspira en la creencia de que siempre hay otra manera de ver las cosas y otros temas que muy probablemente el discurso tradicional, o el Plan A, no cubrirá.
16/LCR/AMS
LIBERTAD DE EXPRESIÓN
CIMAC presentó su informe “El poder del cacicazgo”
Se incrementa 70 por ciento la violencia contra mujeres periodistas en 2 años

La violencia contra las mujeres periodistas se incrementó 70 por ciento durante 2014 y 2015 (147 casos) pero lo más grave es que las agresiones pueden ser perpetradas por servidores públicos, del crimen organizado, empresas privadas o de otros actores.
Al presentar el informe “El Poder del cacicazgo: Violencia contra Mujeres Periodistas 2014-2015” las periodistas Lydia Cacho Ribeiro, Gloria Muñoz Ramírez, Maite Azuela Gómez, Lucía Lagunes Huerta y Fabiola González Barrera, aseguraron que todavía no se reconoce que mujeres y hombres reporteros viven agresiones de diferente tipo.
“El Poder del cacicazgo” es el tercer informe sobre este tema. En 2012 CIMAC presentó el “Informe Diagnóstico de Violencia contra Mujeres Periodistas”, donde por primera vez se registraron y documentaron las agresiones contra las reporteras desde un enfoque de género. En esa ocasión se contabilizaron 94 casos de violencia.
En el segundo informe “Impunidad, Violencia contra Mujeres Periodistas” a través de un análisis jurídico de 4 casos emblemáticos (Lydia Cacho y a la entonces reportera de la revista Contralínea, Ana Lilia Pérez; el asesinato de la reportera de la revista Proceso, Regina Martínez; y los allanamientos a las oficinas de CIMAC en 2008 y 2011), se demostraron los obstáculos que enfrentan las periodistas para obtener justicia. El informe documentó 86 casos de violencia entre 2012 y 2013.
Ahora, en 2016, tras 11 años de investigación y documentación de este tema, Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC) registró en 2 años (2014-2015) 147 agresiones contra mujeres periodistas, periodo en el que Veracruz, Ciudad de México, Guerrero, Oaxaca y Morelos, fueron las entidades más peligrosas para ejercer la libertad de expresión.
Durante la presentación del informe en el Museo Memoria y Tolerancia, se proyectó el video “Vivir para dar voz” donde 5 periodistas narran su pasión por el periodismo y lo que las motiva a continuar escribiendo e informando a la sociedad.
Al comentar el informe, la periodista y directora del portal noticioso Desinformémonos, Gloria Muñoz Ramírez, aseguró que se violenta de forma diferente a una reportera mujer que a un reportero varón y alertó que actualmente “los cacicazgos” se han ampliado de tal manera que es más difícil saber “a quién molestan” las investigaciones periodísticas.
Como ejemplo citó su caso. En 2007 y después en 2015 su casa fue allanada. La primera vez los agresores se llevaron libros, papeles, el CPU de su computadora, un folder con recortes de noticias sobre Chiapas (donde ella reporteó muchos años del levantamiento zapatista) y una maleta de libros, y aunque parecía que el robo estaba ligado con su ejercicio profesional, las causas del suceso nunca fueron ligadas a su trabajo.
La también columnista del periódico La Jornada, recordó que el país se transformó entre la primera agresión que vivió y la segunda; ahora, dijo, se vive más autoritarismo, políticas de despojo, represión y violaciones a Derechos Humanos y a la par es más complicado indagar quién puede ser el agresor.
La segunda agresión ocurrió en noviembre de 2015. En aquella ocasión la periodista llegó a su casa y encontró su ropa íntima “revuelta y tirada en la cama”. A diferencia del primer allanamiento a su casa, ahora el abanico de posibles responsables se amplió porque ya no sólo escribía sobre los pueblos indígenas, ahora también lo hacía sobre mineras, desapariciones forzadas o empresas transnacionales.
En opinión de la periodista hoy se agrede a quienes hacen un periodismo crítico e independiente que cuestiona al poder en cualquiera de sus formas, y que además “se atreve” a decir que es activista o defensora de Derechos Humanos.
La columnista del portal noticioso SinEmbargo, Maite Azuela Gómez, recordó que el año pasado por estas fechas, le llegó entre su correspondencia un sobre amarillo cuyo contenido era una fotografía suya y una amenaza de muerte, una agresión que tardó en asimilar y que le hizo pensar en el riesgo que corría y en la seguridad de su hija menor de edad.
En la experiencia de la comunicadora, ni la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra de la Libertad de Expresión (FEADLE), de la Procuraduría General de la República, ni el Mecanismo de Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, de la Secretaría de Gobernación, consideraron su trabajo periodístico como causa de la agresión.
Azuela Gómez aseguró que cuando se agrede a una periodista las autoridades no investigan sobre los temas que escribe, las fuentes de información que tiene y qué le motivaba para escribir, es decir, le restan valor al trabajo que realizan, aunque las agresiones son consecuencia de estas investigaciones periodísticas.
La columnista narró que en otra ocasión, cuando daba seguimiento al homicidio del activista Francisco Kuykendall, herido en la manifestación del 1 de diciembre de 2012, llegaron policías al edificio donde vive la periodista porque querían entrar a su departamento y aunque denunció el hecho, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) no pudo tener ninguna conclusión al respecto.
Destacó que en México hay pocos abogados que litiguen casos relacionados con la libertad de expresión, que acompañen a las víctimas y que conozcan de las diferencias de género, por lo que el apoyo para quien acude a los mecanismos institucionales a exigir justicia o medidas de protección, no es el idóneo.
Durante la presentación, la periodista y directora de Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC) y coordinadora del informe, Lucía Lagunes Huerta, recalcó que en los casos de violencia contra mujeres periodistas lo que más preocupa a la autoridad es investigar la vida personal de la víctima y preguntarle de quién sospecha.
Las mujeres, sostuvo, son las encargadas de investigar, aportar pruebas y convencer a los funcionarios de que lo que pasó tiene que ver con su trabajo periodístico porque en los servidores públicos existe la creencia de que la labor de una reportera no es tan importante como para que las agredan.
En medio de la adversidad, Lagunes Huerta destacó avances; por ejemplo, que las informadoras han creado redes de periodistas, han hecho ver que el periodismo también se puede hacer con perspectiva de género, que los medios independientes pueden ser profesionales y hacer incidencia, y que las nuevas generaciones se comprometen con el tema.
La periodista y defensora de los Derechos Humanos de las mujeres, Lydia Cacho, quien moderó la presentación del Informe, destacó que todavía se cree que las reporteras no enfrentan agresiones y riesgos por su labor periodística, pero consideró que pese a todo, aquellas que son perseguidas, tienen toda la dignidad para enfrentar el contexto adverso.
16/AGM/LGL
