sexismo
LIBERTAD DE EXPRESIÓN
Han fracasado, aseguran expertas en CSW
A 23 años de Beijing, pocos avances para lograr igualdad en medios
Gobiernos, investigadoras, e instancias de Naciones Unidas, coincidieron en que los medios de comunicación han fracasado para garantizar a las mujeres condiciones de igualdad en el acceso a los puestos de dirección y para mostrar una representación justa y equilibrada de mujeres y niñas.
Durante el panel de alto nivel que se realizó este miércoles en el 62 periodo de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW por sus siglas en inglés) -que analiza la situación de las mujeres rurales y examinará el papel de los medios de comunicación en la construcción de igualdad para las mujeres y las niñas- representantes gubernamentales de México, Portugal y de la Unión Europea, ONUmujeres y UNESCO, así como de la Alianza Global de Medios (GAMAG, por sus siglas en inglés), analizaron 23 años del compromiso mundial para erradicar el sexismo en los medios de comunicación.
Cabe recordar que en 1995 durante la IV conferencia Mundial sobre la Mujer realizada en Beijing, China, los Estados se comprometieron, en la Plataforma de Acción, en el Capítulo J relativo a los medios de comunicación, a alentar a los medios de comunicación a que se abstengan de presentar a la mujer como un ser inferior, y de explotarla como objeto sexual y bien de consumo.
También llama a los Estados a adoptar medidas efectivas que incluyan normas legislativas pertinentes contra la pornografía y la proyección de programas en los que se muestren escenas de violencia contra las mujeres y menores de edad.
Como parte de los trabajos que se realizan estos días en Nueva York en la reunión más importante de Naciones Unidas en materia de igualdad de género, la investigadora mexicana y presidenta de la GAMAG, Aimée Vega Montiel, señaló que la representación sexista y la violencia contra las mujeres siguen siendo una característica de los medios de comunicación.
Como ejemplo, Vega Montiel refirió que en México, en una semana, se reprodujeron más de mil formas de violencia contra las mujeres y esas representaciones normalizan el abuso y la violencia contra éstas.
Refirió que por lo menos un tercio de las mujeres que usa internet ha estado expuesta a violencia en línea, que existen 4.2 millones de sitios de pornografía, incluida la pornografía infantil, con más tráfico que Google y Netflix, cuyas ganancias son de 97 mil millones de dólares.
Aseguró que hasta el día de hoy no ha surgido ninguna política concreta sobre medios y género, por lo que llamó a los Estados a dar una respuesta urgente en esta materia en coordinación con los sindicatos, las mujeres periodistas y las universidades, para que en conjunto se realicen recomendaciones que aceleren la acción a nivel internacional.
La investigadora insistió que es necesario que los Estados adopten medidas sobre paridad de género, se aprueben políticas sobre medios y género con enfoque de Derechos Humanos, que se apoyen las redes de mujeres periodistas y se garantice el acceso equitativo a las tecnologías de información.
En su momento la representante de la dirección de Igualdad de Género de la UNESCO se refirió a la asimetría en la cobertura periodística, al señalar que sólo 4 por ciento de las mujeres deportistas tiene espacio en las noticias.
En relación a la violencia contra mujeres periodistas apunto que 85 por ciento han padecido violencia, razón por la que UNESCO concientiza sobre la importancia de protegerlas y combatir la impunidad.
En su participación la representante de ONUmujeres, Oisika Chakrabarti, reafirmó que desde que en 1995 en Beijing, se analizó la situación de los medios de comunicación y la representación mediática de las mujeres, ha habido pocos cambios pues actualmente una de cada cuatro personas sobre las que se informa es mujer, y en 23 años sólo se ha logrado incrementar en dos puntos porcentuales las notas que cuestionan los estereotipos de género.
Sin importar el rubro de la industria de la comunicación, la desigualdad es el punto donde todos coinciden. De acuerdo con la representante europea de la división de Igualdad de Género, Liri Kopaci-Di Michele, de cada 10 películas apenas una es dirigida por una mujer, lo mismo ocurre en los videojuegos donde además de imperar el sexismo, existe una desigualdad de pago para las mujeres que laboran en este sector.
En su oportunidad la representante del gobierno mexicano, la presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres, Lorena Cruz Sánchez, enfatizó que es necesario lograr un cambio cultural y explicó que la violencia simbólica en mensajes estereotipados y la apología del delito perpetúan la desigualdad de género.
Si los medios no visibilizan la realidad de las mujeres, se seguirá perpetuando la desigualdad, por lo que llamó a que estos adopten políticas y códigos de ética, que comuniquen con perspectiva de género, sin banalizarla.
Rosa Monteiro, de Portugal, se refirió a las desigualdades en las condiciones laborales de las periodistas de su país, que representan 34 por ciento de quienes se dedican a esta profesión, solo 30 por ciento de los cargos más altos son ocupados por mujeres y ellas ganan 14 por ciento menos que sus colegas.
Finalmente la investigadora sueca de la universidad de Gothenburg, Maria Edström, señaló que es necesario desarrollar un Plan nacional para proteger a las periodistas contra el odio, e hizo referencia sobre la reciente investigación que realizó en Nordicom, que entre sus resultados destaca que de los 100 consorcios mediáticos mundiales que analizaron, sólo seis eran dirigidos por mujeres.
18/LLH/LGL
DERECHOS HUMANOS
Permanecen representaciones de mujeres sexistas
Llama GAMAG a visibilizar violencia simbólica que propagan los medios

La Alianza Global de Medios de Comunicación y Género (GAMAG, por sus singlas en inglés) –creada para promover la igualdad de género en y a través de los medios y eliminar la discriminación y violencia contra las periodistas- hizo un llamado para visibilizar la violencia simbólica contra las mujeres que se propaga en los medios de comunicación.
Con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se conmemora hoy, la GAMAG se pronunció públicamente por una mayor “justicia y democracia en la comunicación”.
La GAMAG –conformada por más de 400 organizaciones, entre ellas Comunicación e Información de la Mujer AC, señaló que la violencia simbólica que se manifiesta en los medios de comunicación a través de las representaciones desiguales y sexistas, permanece invisibilizada.
A esto se suma que en el contexto mundial actual, las mujeres aún no son protagonistas de las noticias, son discriminadas en las redacciones y los contenidos de las noticias refuerzan estereotipos de género.
De acuerdo con información que ha recopilado esta alianza mundial, sólo 24 por ciento de las personas entrevistadas, escuchadas, vistas, o sobre las que se ha escrito en los medios de comunicación son mujeres; apenas 6 por ciento de las noticias cubren la desigualdad de género; 65 por ciento de los puestos de trabajo en producción y diseño pertenecen a los hombres; 18 por ciento de las mujeres que son tema de noticia son descritas como víctimas; y la mitad de las noticias alimentan estereotipos de género.
La GAMAG declaró además que este día se unirá al paro de labores al que están convocando miles de mujeres en todo el mundo para conmemorar el Día Internacional de la Mujer.
La Alianza llamó a otras personas a sumarse ya que, dijo, es una buena oportunidad para reclamar la igualdad de condiciones laborales para las comunicadoras, y celebrar el legado de las activistas feministas.
La GAMAG está conformada por más de 400 medios de comunicación e instituciones académicas, sociales, de profesionales de los medios, de Derechos Humanos, y agencias de cooperación internacional.
18/AJSE/LGL
VIOLENCIA
Académicas de la UACM presentan queja ante Conapred
Dichos de Perelló, apología de la violencia sexual: De la Peña

Luego de que el conductor del programa “Sentido Contrario”, Marcelino Perelló realizó comentarios sexistas, ofensivos y misóginos contra víctimas de violencia sexual, por lo que Radio UNAM canceló la emisión el pasado 7 de abril, la senadora perredista Angélica de la Peña llamó a los concesionarios de radio y televisión a mejorar sus códigos de ética y autorregulación en la producción y transmisión de contenidos.
En un comunicado, la senadora feminista y una de las principales impulsoras y redactoras de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, dijo que este lamentable episodio, ocurrido el 28 de marzo debe ser analizado, pues la libertad de expresión tiene límites y esa delimitación es el respeto de los derechos de terceros, en este caso, los derechos de mujeres, niñas y adolescentes.
“Las expresiones de Perelló fueron actos de violencia de género contra las mujeres, que transmitidas a través de un medio de comunicación, se convierten en una apología de la violencia sexual; sus expresiones refuerzan estereotipos machistas y violentos que atentan contra la dignidad y la seguridad de las mujeres y las niñas”, señaló De la Peña Gómez.
El pasado 28 de marzo, el conductor del programa que se transmitía en la emisora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se expresó en forma vulgar, misógina y sexista respecto a la violación sexual sufrida por Daphne en Veracruz, y del fallo emitido por el juez Anuar González Hemadi, también se refirió, en el mismo tono, al caso de Tamara de Anda, quien denunció acoso callejero, lo que provocó que Radio UNAM anunciara la salida del aire de su programa, el pasado 7 de abril.
La senadora De la Peña agregó que el lenguaje sexista y discriminatorio quebranta el derecho de las mujeres y niñas a vivir una vida libre de violencia, de transitar de manera libre y segura y contribuye a la normalización del acoso callejero y la violencia sexual.
“México avanza lentamente hacia un Estado de derecho, donde el principio de la igualdad de género y la no discriminación son principios rectores del sistema democrático; Marcelino Perelló es muestra del gran desafío que representa la transformación cultural como paso previo para alcanzar la igualdad sustantiva”, agregó en su comunicado.
Recordó que la UNAM, quien tiene múltiples denuncias por acoso sexual contra alumnas y que también ha sido criticada por la carencia de perspectiva de género en el tratamiento que dio a dichos casos, “se adhirió a la campaña “He for She” de Naciones Unidas e implementó diversas para promover la igualdad de género y la prevención del acoso sexual entre la comunidad universitaria”.
Angélica de la Peña hizo un llamado a la sociedad civil organizada y a las instituciones públicas para desterrar todos los tipos de violencia de género y agregó que “sería positivo que Radio UNAM dedicara un espacio de su programación a la promoción de los principios de la igualdad de género y la no discriminación, así como a la prevención de todos los tipos de violencia contra las mujeres y niñas”.
QUEJA ANTE CONAPRED
El mismo 7 de abril fue presentada ante el Consejo Nacional para Prevenir la discriminación (Conapred) una queja contra el aún profesor de la Facultad de Ciencias de la UNAM, Marcelino Perelló, interpuesta por las profesoras- investigadoras de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), Aleyda Gaspar González, Adriana González Mateos y Graciela González Phillips.
Señalan las académicas que es sumamente grave que los dichos de Perelló se hayan hecho en las frecuencias de Radio UNAM, una estación de radio pública y cuestionan por qué la UNAM tardó más de una semana en suspender el programa “como si los directivos de la emisora necesitaran enterarse a través de redes sociales de lo que se dice en sus propias transmisiones”.
17/LGL/GG
La trinchera de Juana la Loca
Locas por el sexo: una historia feminista de la histeria

En este texto no hay ningún hilo negro: es bien conocido cómo los brotes de histeria femenina en la Inglaterra victoriana llevaron al feliz nacimiento de los consoladores: a mediados del siglo XIX, las mujeres aquejadas por desfallecimientos, irritabilidad y una “tendencia a causar problemas”, entre otros síntomas, eran diagnosticadas como histéricas; cien años después la ciencia médica admitió que el padecimiento no existía.
La histeria femenina desapareció de los manuales psiquiátricos, pero no su herencia, que actualmente se refleja en clásicos como “no te pongas histérica”, “ya cásate”, “andas en tus días” y otras joyas de la descalificación que pueden resumirse en una perla de la jerga mexicana: “eres una malcogida”. ¿Cómo fue que la histeria nos legó un sucio dicho sexual que hoy, curiosamente, se extiende a ambos sexos?
Cuando se inventó el diagnóstico de la histeria (del griego hystera, útero), era común tratarla con “masajes pélvicos”: la estimulación manual de los genitales hasta que las mujeres llegaran al orgasmo o, como decían los mojigatos médicos de entonces, al “paroxismo histérico”. La ciencia decimonónica facilitó esos masajes con la creación de los primeros artefactos para aliviar “las tensiones femeninas”, irónicamente llamados consoladores. Aunque era obvio el elemento sexual de la (no) enfermedad, que las mujeres tuvieran que ser satisfechas en la cama no le cruzaba por la cabeza a nadie. De ellas se esperaban pensamientos y conductas virginales, o al menos inocentes. Su altanera irritabilidad se debía a su útero enfermizo, que desataba en ellas bajas e indeseadas pasiones hasta volverlas locas por el sexo o por su falta.
Otros tratamientos para la histeria iban desde el uso de sanguijuelas hasta la histerectomía: una vez removido el útero inmoral se esperaba que las mujeres difíciles se tornaran dóciles, sencillas, bellos espíritus sin perturbaciones; pero la idea que los daba sustento no era muy original: se remontaba por lo menos hasta Platón e Hipócrates. Galeno creía que la privación sexual afectaba a las mujeres pasionales. Durante la Edad Media y el Renacimiento se les recetaba el coito a las casadas, a las solteras el matrimonio y a ambas, si no había otro remedio, el masaje de una comadrona. Para el siglo XVIII el botánico Jean-Étienne Guettard recomendaba el uso científico de chinches: sin duda, el invento de los dildos en el siglo siguiente debió de ser un alivio para aquellas que no disfrutaban de buen sexo o de ningún sexo en absoluto.
A mediados del siglo XX, extinguido el diagnóstico de histeria femenina, la noción de que la irritabilidad y la insatisfacción sexual se relacionan adquirió nuevas formas tras la liberación femenina que tomó por asalto a las buenas conciencias: de pronto las mujeres tenían derecho a obtener placer y lo ejercían. De ser marido dominante y mujer sometida, las parejas se transformaron en compañeros más igualitarios, especialmente en las ciudades, mientras el campo transitaba, como hasta ahora, por un camino más lento. Hoy a poca gente ofende que las mujeres vivan su sexualidad sean solteras, casadas, viudas o divorciadas, y ellas mismas se han arrogado el derecho de usar las viejas frases misóginas que otros (y otras) les espetaban. Quizá por eso ahora escuchamos de hombres malcogidos que están en sus días (ellos no parecen tomárselo a mal: la historia convirtió el dicho en una broma cuyo sexismo es difícil entrever).
Por supuesto, el contexto importa. El mundo actual es mucho más libre que hace dos centurias, cuando se pensaba que las pasiones lanzaban a las mujeres al libertinaje y que éste, a su vez, predisponía a la locura. Cientos de mujeres “inmorales” acabaron en cárceles y manicomios insertos en un mundo de amplio poder masculino. Cuando el sexo dejó de ser motivo de acusaciones de depravación, los diagnósticos de la histeria femenina desaparecieron en los anales de la enfermedad mental, aunque el término histeria aún es empleado para trastornos masculinos y femeninos que no tienen nada que ver con los úteros. No queda sino agradecer que los tratamientos para la irritabilidad hayan cambiado tanto desde el siglo XVIII: siempre será mejor divertirse con un juguete sexual que pasar por un ejército científico de chinches.
*Periodista, narradora y tallerista independiente. Fue editora en jefe del sitio web de Canal 11 y fundadora de la agencia de información cultural Noticias 22.
17/YT/LGL
VIOLENCIA
LENGUANTES
Trump o ¿por qué aún necesito el feminismo?

El miércoles nos despertamos a una nueva película de terror de Hollywood, Donald Trump será el próximo Presidente de los Estados Unidos. La realidad se nos estrella en la cara, ¿será el fin del mundo como lo conocemos o más bien su consecuencia más clara?
Millones respaldan un discurso abierto de odio, racista y machista y esto es apabullante, pero no pasó durante los cómputos del martes, el triunfo de Trump es el testimonio real del mundo en que vivimos.
Aunque alegó un complot mediático en su contra, es la maquinaria del espectáculo la que le preparó el camino. Su personaje y una infraestructura simbólica que entroniza al magnate, al hombre blanco y poderoso, al club de Toby, al pícaro que se sale con la suya, un macho.
¿Y todavía nos preguntamos por qué necesitamos al feminismo? Un hombre que cree que puede disponer del cuerpo de las mujeres ocupará la Casa Blanca, manda un mensaje de que el machismo no sólo tiene una extendida autorización social, sino que no tiene consecuencias. La carrera electoral estuvo atravesada por el sexismo, comentarios grotescos que sexualizan a las mujeres y autorizan la violación sexual, mansplaining, manterrupting y la villlanización de las mujeres fuertes.
¿El machismo de closet? “Looker room talk”
Para Trump no tuvo ningún costo político que saliera a la luz un video donde se jacta de poder atacar sexualmente a las mujeres sin su consentimiento abusando de su posición de poder:
“Solo empiezo a besarlas, como un imán, solo las beso, ni siquiera espero (…) y cuando eres ‘estrella’, ellas te permiten hacerlo (…) puedes hacer cualquier cosa (…) agarrarlas por la vagina, lo que quieras”.
Aunque Trump fue cuestionado abiertamente durante el segundo debate ¿cuál fue su respuesta? minimizar su gravedad y hacerlos pasar como una broma, un juego entre hombres, una plática de gimnasio, “looker room talk”.
Estas charlillas ocultas están detrás de los resultados electorales en los Estados Unidos, en los medios se preguntan por qué las encuestas no lo pronosticaron ¿ocultamos lo que verdaderamente creemos? La violencia sexual hacia las mujeres es cada vez más castigada en el discurso público, pero está vigente entre nuestras creencias más soterradas, moldean nuestro día a día y dan forma a una autorización del comportamiento sexual masculino abusivo.
¿Hillary no tiene lo que se necesita? “estamina” y carisma
Los debates me hicieron llegar a una conclusión clara: una mujer altamente preparada compitió contra un hombre de pocas ideas, simples y repletas de lugares comunes. Hillary tuvo que justificar una trayectoria de más de 30 años en dos minutos durante el primer debate, frente a un constante manterrupting, tan sólo en la primera media hora Trump la interrumpió 26 veces.
Trump le dijo además que “no tenía el look presidencial”, “no tiene la estamina”, una clave morse masculinista, estrechamente vinculada a la resistencia deportiva pero también a la performance sexual, una búsqueda simple en internet arroja múltiples referencias en revistas para hombres. En el lingo empresarial “tener estamina” o tener aguante, es lo que se necesita para ejercer una función de liderazgo.
A Hillary Clinton se le criticó por no sonreír lo suficiente. ¿Qué esperamos de la imagen pública de una mujer? ¿sonrisas alegres y complacientes? ¿figuras decorativas sin profundidad política? En el último debate Trump llamó a Hillary mujer retorcida, “Nasty woman”. Inmediatamente el hashtag se popularizó y empezó a ser utilizado reivindicativamente por miles de mujeres para apropiarse en positivo de la imagen de una mujer inteligente, fuerte, segura de sí misma y experimentada.
El poder y la toma de decisiones en el ámbito público ha sido históricamente masculino, y revertir esta figura tiene costos altos para las mujeres, se llama violencia política, se llama desigualdad salarial, se llama “techo de cristal”. Al centro del triunfo de Trump también está el machismo de todos los días, que levanta barreras invisibles que en su microscopía son obstáculos reales.
*Lulú V. Barrera es letróloga de formación, antropóloga por historia de vida y activista por decisión. Cree que debe reescribirse la historia, volver lo familiar extraño y extraño lo familiar, y sueña con otros mundos posibles. Admiradora de mujeres guerreras, creó y conduce “Luchadoras” en Rompeviento TV.
16/LVB/LGL
