mujeres
VIOLENCIA
Monedero
Igualdad y seguridad para las mujeres, un reclamo nacional

El tema del día y para buen rato es el debate presidencial y sus efectos en los votos para los candidatos a la Presidencia, los subtemas de primer orden: Seguridad, Violencia y Corrupción; todos hijos predilectos o productos “naturales” del modelo económico del país neoliberal, capitalista y globalizador. Si es que se quiere abordar las causas de la situación en que se encuentran las mujeres del país y que debería forma parte de los temas a debatir.
La violencia que se ejerce contra las mujeres es de tal magnitud que según la ONU México ocupa el primer lugar en violencia sexual. Además o de “complemento” está la violencia económica que produce mujeres pobres –sean o no trabajadoras–, también produce mucha desigualdad de género y vuelve a las mujeres más sensibles a la violencia, entre otras cosas.
¿Cómo se explica que en 2007 la tasa nacional de defunciones femeninas con presunción de homicidio (feminicidios) era de 1.9 y para 2011 creció a 4.6 o 4.4 en 2017? (ver gráfica aquí). En 2017, los asesinatos de mujeres se incrementaron 52 por ciento en comparación con 2015, al registrarse 3 mil 256 casos. De 2014 al año anterior, sumaron 8 mil 904, de las cuales sólo en 24.57 por ciento se inició una investigación como feminicidio, denunció el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF). La Jornada 11 de abril 2018.
Hallaron que muchos de los feminicidios son cometidos por la delincuencia y el crimen organizado en entidades como Guerrero, Sinaloa, estado de México y Morelos. Sin embargo, dijo, estos casos tampoco son investigados. Total impunidad.
Bueno, pues a pesar de todo ello el tema no estuvo en el debate. ¿Cómo abordar el tema de la violencia contra la mujer cuando se le considera parte del grupo vulnerable?, un término discriminatorio por definición, eso a pesar de representar más de la mitad de la población.
El candidato José Antonio Meade dijo que cuidaría que no se le faltara “el respeto a las mujeres”, ¡vaya que tranquilidad! Regresemos al lenguaje de las “Damas versus Caballeros”, del siglo XVIII, muy propio de la cultura patriarcal y machista que tanto daño causa y ha causado a las Mujeres.
Como bien dice Rita Sagato el problema no son los hombres, o por lo menos no es el único problema, el centro de la cuestión es la Sociedad, entrarle a la causalidad, plantear un proyecto de nación para todos y todas.
Ante el nivel de feminicidios que tiene México eso de “faltarle al respeto” más bien parece un chiste cruel. Y ni hablar del mujerismo y la desvergüenza de la candidata independiente (más bien dependiente) Margarita Zavala.
Para empezar está usurpando un lugar en ese debate, su presencia es muy cuestionable y ya se vio a quién apoya o quién apoya su presencia, sus votos tendrán un destino final: Meade.
Pero cuando dijo que quería hablar de la Mujer y que las apoyaría y defendería evidentemente quiere explotar su condición de mujer. Habría que recordarle su actitud ante las madres de la guardería ABC; sus respuestas a las trabajadoras del SME cuando la fueron a ver por lo que hizo su marido, el expresidente Felipe Calderón, con Luz y Fuerza; su silencio cómplice frente a las madres, esposas o hijas de los miles de muertos y desaparecidos en su sexenio como primera dama.
Gracias a la reforma laboral que se aprobó en el sexenio de su marido hoy miles de trabajadoras del país tienen un salario más raquítico, hay más desempleo y han perdido sus derechos laborales. Por favor, no hay que darle la oportunidad de que siga “defendiendo” a las mujeres.
Al “trampas” (perdón Bronco), como Salvador Camarena llama al candidato independiente, Jaime Rodríguez, otros lo caracterizaron como Talibán o miembro del Islam. Aunque es el rey de los memes sobre el debate creo que si es muy preocupante todo lo que dijo. A diferencia Denise Dresser que en el programa de Carmen Aristegui mencionó que no valía la pena ocuparse de él, es necesario.
Llegó a ese debate con mil trampas evidenciadas por el propio INE y con muchas firmas de apoyo de priistas de viejo cuño en el norte del país. Nos guste o no representa a un sector de la sociedad mexicana: violenta, machista, misógina y francamente fascista, no sólo de la derecha como Anaya o Meade.
Propone “educación militarizada”, desaparecer los partidos (muy peligroso); sus expresiones sobre las mujeres y la diversidad sexual lo retratan de cuerpo entero. Obvio, los votos que sume irán a la causa de Meade, es decir del PRI. Y todavía nos preguntamos por qué hay tantos feminicidios, impunidad, violencia contra las mujeres, corrupción y etcétera, etcétera.
La respuesta no está en el viento, sino en la construcción de un proyecto de nación transformador. El único que habló de un proyecto de nación –en el que podemos o no estar de acuerdo–, fue el puntero en las encuestas: Andrés Manuel López Obrador, que tuvo un magnifico cierre en el dichoso debate, a pesar de que, sí, le echaron montón.
En este nivel de superficialidad con que se abordaron los temas no tiene que sorprender la ausencia del tema de violencia/mujeres. En los spot del candidato Ricardo Anaya se dice que no es “normal” la brecha salarial, la violencia doméstica, etcétera, etcétera.
Perdón pero desgraciadamente si es “normal”, basta escuchar al trampas; a Zavala o al mismo Anaya que es ha sido y será gozne, con un sistema político ya caduco y de salida. O bien, para mayor evidencia, la actitud que tienen y han tenido frente a esta problemática en los últimos 30 años los diferentes gobiernos y partidos políticos.
Sus spots son como los llamados de Miguel Ángel Osorio Chong (exsecretario de Gobernación), cuando hacía sus discursos para combatir la violencia doméstica, siendo jefe de la seguridad nacional y de la tortura como método de trabajo. Ambos son una burla cruel para la causa de las mujeres, ya basta de simulación.
En un país donde sólo el 10 por ciento de la población es dueño de toda la riqueza que se produce, donde el abrumador incremento de la pobreza femenina es una realidad que no se cuestiona –a tal grado que Coneval en sus informes invisibiliza las cifras de pobreza femenina–; donde las palabras “bienestar y distribución del ingreso” prácticamente han sido borradas del diccionario, porque no va a ser “normal” toda esta violencia, corrupción e impunidad en que se vive. Si se siembran camotes, se cosechan camotes.
* Economista especializada en temas de género
Twitter: @ramonaponce
18/CRPM
LABORAL
Más del 60 por ciento tiene trabajos precarios
Inflación impacta en economía de mujeres

La liberación del precio del gas en 2017 y la constante devaluación del peso frente al dólar estadounidense fueron las principales razones para que el año pasado cerrara con una inflación de 6.77 por ciento, la mayor puntuación en 17 años.
Este desarrollo económico tiene graves efectos para las mujeres en el país. El último reporte sobre pobreza del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), indicó que en 2016, 53.4 millones de mexicanas y mexicanos, o 43.6 por ciento, vivían en condiciones de pobreza.
En comunidades indígenas, y en zonas rurales, las tasas de pobreza eran las más altas. En general, las mujeres, representaban 44 por ciento de las afectadas. Pero aún para las mujeres que no caen en esta categoría, el aumento de los precios en servicios y productos es un grave problema.
“Más del 60 por ciento de las mujeres que trabajan están en la precariedad”, explicó Maria Luisa González Marín, experta en economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El aumento de los precios les pega más duro, porque las familias más pobres gastan un porcentaje alto de sus ingresos en alimentación. Cifras de organismos internacionales sustentan esa posición.
México tiene una muy alta tasa de empleos informales, y las personas que laboran dentro de este sector tienen menos acceso al seguro social y las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de trabajar informalmente. En palabras de la OCDE, según su último informe sobre el país en 2017, “la elevada informalidad está estrechamente relacionada con la pobreza y las desigualdades de género”.
Hay mucho menos mujeres que forman parte del mercado laboral, solamente son 44 por ciento, comparado con 78 por ciento de los hombres, según la OCDE. Como resultado de esto, y también las diferencias salariales que aún existen, el Foro Económico Global constató que en 2017, las mexicanas ganaron un promedio de 12 mil dólares al año (228 mil 441 pesos): tan sólo la mitad que los hombres.
Por esta razón el incremento de los precios de la tortilla, de los huevos, y del gas, preocuparía más a las mujeres. Ellas tienen menos acceso a la propiedad, a cuentas de ahorro, y a créditos.
“Las mujeres no tienen ahorros para solventar un aumento tan grande en alimentos. Van a tener que bajar de calidad, o buscar otra forma de mantener a su familia, por ejemplo vendiendo comida, tejidos, o ropa, lo que implica tener una triple jornada laboral,” estimó Maria Luisa González Marín.
Esta semana, dos colegas suyas del Instituto de Investigaciones Económicas reportaron que una persona que percibe un salario mínimo debía trabajar 24 horas y 31 minutos al día para adquirir la canasta básica, mientras que al inicio del sexenio de Peña Nieto, se necesitaban 21 horas y 13 minutos.
Y esta cifra podría empeorar, ya que el precio del gas sigue siendo volátil, y las y los economistas ven como un riesgo al valor del peso las renovadas negociaciones sobre el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá.
Aunque expertas y expertos estiman que la tasa de inflación volverá a bajar este año, eso no será el caso para la canasta básica, porque México es altamente dependiente de productos importados como el maíz, frijol, y arroz, dijo González Marín, quien advirtió que “eso va ocasionar una miseria mayor.”
18/SG/LGL
POLÍTICA
CRISTAL DE ROCA
¿Nos concedieron?

“…y un 17 de octubre de 1953, el presidente Adolfo Ruiz Cortines concedió el voto a la mujer mexicana”. Dicho así pareciera que un día el señor amaneció de buen humor y dijo: “Sería buena idea que las mujeres, al igual que los hombres, puedan votar y ser electas”. Y no fue así. Le cuento: Desde 1821, un grupo de mujeres zacatecanas exigió trato de ciudadanas, tras afirmar que aportaron todo y más a la causa de la Independencia. A partir de entonces, las voces sólo se multiplicarían.
Elvira Hernández Carballido, reconocida investigadora en el tema, señala que desde mediados del siglo XIX surgieron las primeras publicaciones periodísticas fundadas y redactadas por mujeres que demandaron derechos para las mujeres.
Entre ellas, destacan el semanario Violetas del Anáhuac, dirigido por la mexicana Laureana Wright. A este semanario se unieron otras publicaciones como Vesper, fundada en 1901 por Juana Gutiérrez y Elisa Acuña.
A tal punto comenzaron a exigir derechos políticos, que el 31 de marzo de 1911, en la primera plana del importante periódico El Imparcial, se reportó: “Las mujeres solicitaban tomar parte en la lucha electoral”.
La nota precisaba que las sufragistas solicitaron que el presidente enviara una iniciativa al Congreso de la Unión para que les sean reconocidos los mismos derechos que a los hombres en lo que se refiere a votar y ser votadas.
¡Y el texto fue firmado por más de 400 mujeres!
En la historia del sufragio de las mexicanas encontramos muchos nombres y acciones: Elena Torres, Columba Rivera, Eulalia Guzmán, Cuca García, Dolores Jiménez Muro; en Yucatán a Elvia Carrillo Puerto, Francisca Ascanio, Porfiria Ávila, entre muchas otras.
Mención aparte merece la coahuilense Hermila Galindo, quien argumentó, cabildeó, escribió, público “La mujer Moderna”, dio entrevistas a los medios, organizó manifestaciones.
Ella redactó la petición de ciudadanía para las mujeres al Congreso Constituyente de 1917, y cuando los diputados nos excluyeron, se postuló para diputada federal por el 5° distrito, a fin de mostrar la injusticia que significaba dejar sin ciudadanía a la mitad de la población. Fue la primera candidata en nuestro país.
Pero es en la década de 1930 cuando la lucha por el sufragio adquiere forma de movimiento social, porque mujeres de distinta condición social e ideología se organizaron en el Frente Único Pro Derecho de la Mujer, que reunió alrededor de 800 agrupaciones y tuvo más de 50 mil integrantes.
Estas mujeres celebraron marchas, mítines, protestas públicas, conferencias. Y no fue fácil. Hernández Carballido relata que Soledad Orozco contó: “Recibimos muchas burlas, muchas humillaciones, incluso de políticos que se decían revolucionarios.
También éramos objeto de escupitajos”. Adelina Zendejas recordó: “A veces nos juntábamos 300 mujeres en el Zócalo y nos recibían con pedazos de cáscaras de sandía, huevos podridos y jitomates”.
Pero no cedieron. Elvira Hernández afirma que en 1940 más de 3 mil mujeres se manifestaron con carteles donde se leía: “La mujer organizada y consciente tiene derecho al sufragio” y “Por mi patria y por mi hogar”.
Amalia Castillo Ledón fue otra protagonista de primera línea. Como diplomática, con presencia en los altos círculos del poder a nivel nacional e internacional, cabildeó y presionó, argumentó y organizó distintas acciones para que se modificara la ley y se nos reconociera nuestro derecho a la ciudadanía.
Y también participaron activamente María Lavalle Urbina, Esther Chapa, Elvira Vargas, Margarita Robles, Margarita García entre muchas otras.
Así que ¿nos concedieron? ¡Nada de eso! ¡Nunca es una concesión!
Detrás de cada uno de nuestros derechos –desde el derecho a leer y escribir, hasta los derechos que hoy vindicamos o reivindicamos, como el derecho a una vida libre de violencia– hay mujeres irreductibles y tenaces que le hacen frente a la desigualdad, la discriminación, la injusticia y la violencia.
*Periodista de Quintana Roo, feminista e integrante de la Red Internacional de periodistas con visión de género.
Apreciaría sus comentarios: cecilialavalle@hotmail.com
17/CL/LGL
DERECHOS HUMANOS
Quinto poder
Las mujeres en la reconstrucción de México

La realidad supera la imaginación. Una fotografía de una mujer descalza, que apenas lleva una bolsa pequeña con alimentos que dona a los que se han quedado en la calle. La familia es primero y la familia somos todos y todas las que habitamos el territorio, los pueblos hermanos, las ciudades próximas. Nadie sabe de dónde brota tanta ternura, pero estos son los momentos en los que el rostro se enciende en lágrimas cuando miramos esas imágenes.
Quizá no gusta pensar que esto es especial, no lo sabemos, sólo sabemos que así es como se nos ha enseñado. Pienso en esas mujeres y recuerdo a mi abuela, la sabiduría de mi abuela diciendo que hay que ayudar, hay que dar, hay que compartir y su actitud de mujer crecida junto a un río para poner en su mesa lo poco que tenía y estar dispuesta a compartirlo con quien lo necesitara.
Quizá eso es lo que somos todos y todas en este territorio, los nietos y los hijos de esas mujeres y hombres de un México que a veces intentamos olvidar, el mismo México cosmopolita de los rascacielos pero el que se sabe de pueblos antiguos que comparten un origen único, una historia de lucha y resistencia.
Por increíble que parezca se conserva el sentido del humor, la ironía, el juego y la broma que nos caracteriza, y sí la idiosincrasia, la identidad que se ha forjado de un mosaico diverso de pequeños estados nación que datan de los pueblos antiguos y que, cada uno con sus propias características, convive en un territorio geográfico que es hoy México.
De los sucesos que se han vivido en los últimos días aprendimos que las mujeres también salimos a las calles y que podemos sumarnos a las tareas de reconstrucción; que algunos hombres aprendieron que las mujeres “se la rifan” y que salieron las brigadas feministas a buscar a las mujeres que se encontraban en la fábrica textil apenas se supo del derrumbe.
Las redes se han llenado de fotografías de mujeres que codo a codo han levantado piedras, han cocinado, han limpiado, han llevado alimentos e insumos, y como un medio destacó: “un soldado en cada hija te dio”, una frase que no cae en el vacío en medio de la crisis que se venía viviendo en México por los altísimos niveles de violencia de género, como el feminicidio que cobra la vida de tantas mujeres que ahora pusieron el cuerpo en la reconstrucción.
No se puede esperar que de la noche a la mañana desaparezcan todos los males que aquejan al país, pero sí se puede apostar a reconocer que no es lo que nos habían dicho, nos han cantado hasta el cansancio que “el pueblo tiene el gobierno que se merece”, y hoy nos queda claro que este pueblo mexicano merece lo mejor porque sabe responder en las urgencias con solidaridad y entrega.
La portada del diario reivindica, algunas frases de tuiteros que hablan de haber estado “codo a codo” con las “feministas” levantando cascajo. Quizá desde un sentido radical podría decirse que no lo necesitábamos, que siempre supimos que las mujeres somos parte de este país, pero es oportuno que la sociedad tenga presente que las mexicanas somos necesarias, que ninguna sobra y que somos personas.
Se vuelve necesario que la sociedad dé un vuelco, quizá así se entienda que la violencia contra las mujeres debe ser denunciada, que la chica que ha sido víctima de violencia en una calle debe ser auxiliada y no continuar la indiferencia ni la criminalización, que son las mismas mujeres que hoy salieron a trabajar para levantar las ruinas materiales y emocionales después del terremoto.
Quizá en medio de la tragedia que hoy vive el país parezca superfluo hablar sobre la reivindicación de las mujeres en la sociedad como sujetas de derecho, como sujetas de acción y participación, como parte fundamental de la sociedad, como personas. Pero si no es ahora ¿cuándo?
* Integrante de la Red Nacional de Periodistas y Fundadora del Observatorio de Violencia Social y de Género en Campeche
17/AC/LGL
Más de 3 millones de jóvenes votarán por vez primera
Jóvenes serán factor decisivo en comicios de 2018

Las mujeres jóvenes, quienes representan “un factor decisivo” en los resultados de las elecciones de 2018, acudirán a las urnas sin la esperanza de “cambios verdaderos” que resuelvan sus principales preocupaciones como el acceso a un trabajo digno y la certeza de una vida libre de violencia.
A propósito del Día Internacional de la Juventud, que se conmemora este 12 de agosto por los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), mujeres capitalinas, estudiantes y trabajadoras de 18 a 26 años consultadas por Cimacnoticias, aseguraron que la participación política, económica y social de esta población es “de importancia crítica”, como lo calificó la ONU en su Programa de Acción Mundial para los Jóvenes, elaborado en 1995.
Tan sólo en México, de acuerdo al Instituto Nacional Electoral (INE), hay 25 millones 225 mil 443 personas de 18 a 29 años de edad que cuentan con credencial electoral vigente y podrán votar en 2018. Este número es equivalente a poco más del total de la población de Jalisco, Puebla, Morelos y la Ciudad de México, cuatro de las nueve entidades donde el próximo año se elegirá gobernador y Jefatura de Gobierno, en esta última.
El INE no proporciona información sobre cuántos de esos jóvenes son mujeres pero a nivel nacional la población femenina representan 52 por ciento del total de personas registradas en la lista nominal que votarán por la próxima persona que ocupe la Presidencia, 128 senadurías y 300 diputaciones federales, además de diversos cargos locales.
Por la dimensión poblacional de la juventud, el Fondo de Naciones Unidas para la Población (UNFPA) expuso en un diagnóstico que hizo de México en 2012 que las personas de entre 18 y 29 años de edad representan “un factor decisivo” en los procesos electorales y no será la expresión en los próximos comicios que comenzarán a organizarse el 1 de septiembre.
Las capitalinas consultadas son conscientes de ello, afirmaron que ejercerán su derecho a participar porque no hacerlo sería “dejar que los demás decidan por ellas”. Se tiene previsto que en los comicios 3 millones 500 mil habitantes de 18 y 19 años ejerzan por primera vez su derecho al sufragio.
Sin embargo, las jóvenes consultadas pronosticaron que votarán sin confianza en las y los candidatos. “Ya sé cómo son los políticos, no cumplen lo que dicen”, expresó Tania, de 19 años y estudiante de preparatoria.
Este panorama de desconfianza ya lo había descrito el Instituto Nacional de la Juventud en la encuesta que realizó a jóvenes de todo el país en 2010 y donde, en una escala del cero al 10 como máximo, calificaron con seis la confianza en los representantes legislativos federales.
Las jóvenes expusieron no sentirse representadas por quienes actualmente ocupan los cargos políticos y, comentaron, nada les asegura que esto cambiará para el próximo proceso electoral. Consideraron que las políticas y estrategias vigentes “no las contempla a ellas” porque no atienden a sus preocupaciones actuales tales como el financiamiento de sus estudios y la opción de crecer en el ámbito profesional.
Nadia, estudiante de 18 años, afirmó: “Mucho de lo que dicen no lo aterrizan o, al menos a mí no me dicen nada. Es como si le hablaran a los más grandes cuando todo lo que deciden también nos afecta a nosotras”.
En ello coincidieron universitarias de 20 y 22 años, quienes luego de recordar los últimos procesos electorales de 2012 y 2015, calificaron de “absurdas” la forma en la que los candidatos buscan generar empatía con la juventud a través de sus campañas.
Las jóvenes reconocieron que si algo distinguirá estas elecciones serán las campañas a través de internet, con las redes sociales, las cuales, dijeron “son un arma de doble filo” porque les permitirá recibir mensajes más directos que los de la propaganda pegada en las calles o la que está en la televisión y la radio, pero de no usarse de manera eficiente “fácilmente perderán credibilidad”, expusieron.
“Los políticos hablan desde lejos y aunque intentan acercarse no lo consiguen. Como Gabriel Cuadri de la Torre –candidato presidencial en 2012 por el partido Nueva Alianza-, trató de usar un lenguaje que nos gustara, pero no había más”, señaló como ejemplo una estudiante universitaria de 22 años
LO QUE ESPERAN
Las mujeres de entre 20 y 29 años de edad que el próximo año votarán de nuevo y que forman parte del sector menos participativo en las elecciones, de acuerdo con las estadísticas del INE en el proceso electoral de 2015, lo harán con una “sensación de desencanto”, generado por el actuar de los gobernantes durante los últimos seis años, algunos prófugos, otros encarcelados e investigados.
“En 2012 voté por Presidente por primera vez y estaba muy emocionada –recordó Laura de 27 años, quien trabaja como administradora–. Creí que mi decisión podía cambiar algo, ahorita ya perdí esa esperanza”.
Las entrevistadas identificaron entre sus principales preocupaciones la falta de oportunidades laborales. Algunas contaron que aunque terminaron su licenciatura hace más de cuatro años actualmente no ejercen su profesión. Por lo que, dijeron, las propuestas enfocadas en esa área son las que más llaman su atención.
Y es que ellas, al igual que las mujeres de entre 15 y 29 años del país enfrentan una tasa de desocupación laboral mayor que la de los hombres, con 6.8 y 5.5 por ciento respectivamente. Además, las que tienen trabajo lo ejercen con un salario mensual de mil 300 pesos menores que el de los hombres, de acuerdo con cifras de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.
Otra inquietud recurrente es la de resolver los problemas de inseguridad. “Creo que yo, como todas mis amigas, queremos salir a la calle sin miedo a que nos pase algo solo porque somos mujeres”, expuso Daniela de 22 años, quien dejó de estudiar la licenciatura en Turismo para dedicarse, desde hace un año, a la venta de alimentos.
Opinaron también que más allá de las propuestas “imposibles” esperan resultados a corto plazo. “No podemos estar esperándolos más, creo que se trata de que (los políticos) planteen algo realista y no nos engañen con promesas”, comentó una joven de 22 años.
Por su parte quienes afirmaron que no votarán el próximo 2018 refirieron estar enteradas de los principales cargos de elección por lo que descartaron la desinformación como un factor que las orilla a abstenerse. En cambio ubicaron la “falta de transparencia” de las y los candidatos como una de las razones. “No sabemos nada de ellos, solo la imagen que nos quieren vender, pero desconocemos si su interés es realmente ver por nosotros, como afirman”, afirmó una estudiante de 19 años que no acudirá a las urnas.
Aún con la población juvenil que decide no votar y las sensaciones con las que se prevé que lo haga, los niveles de participación de las elecciones de 2015 registrados por el INE muestran que las mujeres participan más que los hombres en los procesos electorales.
Por lo que, tal como contempla el Programa de Acción Mundial para los Jóvenes de la ONU las y los gobernantes mexicanos están obligados a garantizar la “plena y efectiva” participación de estas mujeres en la toma de decisiones de propuestas que deben apuntar a proteger sus Derechos Humanos.
17/MMAE
DERECHOS HUMANOS
¿Quién le hacía la cena a Adam Smith?
Una historia de las mujeres y la economía
Placeres y Saberes

Adam Smith, el padre de la economía moderna, escribió que no era por la benevolencia del carnicero y el panadero por lo que podíamos cenar cada noche, sino porque ambos se preocupaban por su propio bienestar; así, el ánimo de lucro hacía girar el mundo y nació el Homo economicus. Cínico y egoísta, el Homo economicus ha dominado nuestra concepción del mundo desde entonces y su influencia se ha extendido desde el mercado hasta la manera como compramos, trabajamos y coqueteamos. Sin embargo, Adam Smith cenaba cada noche gracias a que su madre le preparaba la cena, y no lo hacía por egoísmo, sino por amor.
Hoy la economía se centra en el interés propio y excluye cualquier otra motivación. Ignora el trabajo no remunerado de criar, cuidar, limpiar y cocinar. E insiste en que si a las mujeres se les paga menos es porque su trabajo vale menos, ¿por qué, si no? La economía nos ha contado una historia sobre cómo funciona el mundo y nos la hemos creído hasta el final. Pero ha llegado el momento de cambiar esa historia. En esta atrevida mirada a la crisis actual, Katrine Marçal se enfrenta al mayor mito de la actualidad y nos anima a acabar con el Homo economicus de una vez por todas.
Libro: ¿Quién le hacía la cena a Adam Smith?
Una historia de las mujeres y la economía
Penguin Random House
Primera edición en México, febrero 2017
POBLACIÓN Y DESARROLLO
Proyectos, sin pautas para incluirlas
Mujeres, más vulnerables ante el cambio climático

El debate en torno al cambio climático ha ignorado la forma en que el fenómeno afecta de forma diferente a hombres y mujeres, concentrándose en subrayar la extrema variabilidad del clima y el hecho de que es impredecible, así como la disminución de la productividad agrícola.
Las mujeres representan 56 por ciento de los agricultores ugandeses y son responsables de más de 70 por ciento de la producción agrícola, así como de la seguridad alimentaria y nutricional en los hogares, según la Red de Mujeres de Uganda (Wougnet). Sin embargo, solo son propietarias de 16 por ciento de las tierras cultivables de este país.
Stella Tereka, enlace sobre género y cambio climático de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), explicó que las prácticas culturales discriminatorias, que tienden a favorecer a los hombres, limitan el control de las mujeres sobre los recursos productivos clave, lo que exacerba su vulnerabilidad al cambio climático.
“El trabajo intensivo recae sobre las mujeres, en especial las tareas no remuneradas del cuidado, lo que hace que no tengan tiempo para practicar lo que aprenden, el conocimiento y las capacidades obtenidas en grupo en sus actividades agrícolas”, explicó Tereka a IPS.
Por su parte, Winnie Masiko, negociadora de género y cambio climático que representa a Uganda en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), criticó la falta de pautas claras para incorporar la dimensión de género en los proyectos de cambio climático.
La Política de Tierras ugandesa, de 2013, garantiza a las mujeres el mismo derecho que a los hombres de ser propietarias o copropietarias de la tierra, pero eso no siempre se refleja en el terreno.
Masiko subrayó la necesidad de iniciativas concentradas en atender los desequilibrios estructurales para achicar la brecha de género, comprender las distintas necesidades de hombres y mujeres y allanar el camino para una efectiva adaptación al cambio climático.
Edidah Ampaire, coordinadora del proyecto Acción Política para la Adaptación al Cambio Climático, dijo que las contribuciones y los derechos de las mujeres están extremadamente restringidos, en especial en zonas rurales, y que el gobierno hace muy poco para atender los desequilibrios.
“La desigualdad de género está generalizada en las comunidades agrícolas y deja a las mujeres en desventaja”, precisó Ampaire.
Tereka subrayó que la promoción de la igualdad de género está en el centro de los programas de la FAO y que la agencia realiza esfuerzos deliberados para garantizar la inclusión femenina en todos sus programas.
“Es fundamental que las mujeres ganen poder y formen parte de la toma de decisiones en todos los niveles, a fin de que podamos ver su contribución efectiva al desarrollo de sus familias y sus naciones”, explicó Tereka.
ESCUELAS SIN MUROS
A través de la metodología de Escuelas de Campo para Agricultores (ECA), “conocidas como escuelas sin muros”, la FAO permite que hombres y mujeres con un objetivo común reciban capacitación, compartan ideas, aprendan entre sí mediante la observación y la experimentación en su propio contexto.
En promedio, las ECA cuentan con 60 por ciento de mujeres.
Proscovia Nakibuye, quien cría ganado en el distrito ugandés de Nakasongola, dijo que las ECA le enseñaron estrategias efectivas para hacer frente al cambio climático. “No enseñaron buenas prácticas para mantener el ganado y plantar pasturas”, relató.
“Las ECA ofrecen un espacio para aprender en grupo de forma práctica, mejorar la capacidad de realizar análisis críticos e incentivar el proceso de decisión de las poblaciones locales”, explicó Tereka.
“Las actividades se basan en el campo e incluyen la experimentación para resolver problemas, al reflejar un contexto local específico”, añadió.
“Los participantes aprenden a mejorar sus habilidades agrarias mediante experimentación, observación, análisis y aplicación en su propio terreno, lo que contribuye a una mejor producción y sustento. El proceso de las ECA mejora el empoderamiento individual, doméstico y comunitario, así como la cohesión social”, precisó.
De hecho, Nakibuye y su esposo observan grandes cambios tanto en su hogar como en las actividades agrícolas. “Antes, mis hijos no iban a la escuela, pero ahora gracias a la mayor venta de leche, les puedo pagar una educación decente”, aseguró.
La FAO también utilizó los Sistemas de Aprendizaje Acción de Género, una herramienta comunitaria que permite a hombres y mujeres planear el futuro que quieren y actuar contra las barreras, incluidas las normas sociales que inhiben la igualdad de género y la justicia.
Por su parte, Mercy Ssekide, una agricultora del distrito de Mubende que se unió a la ECA de Balyejjusa, observó: “Si no colaboras con tu propia familia, los cultivos no prosperan, por eso impulsé a mi esposo a unirse a las ECA, para que trabajemos como equipo”.
“Nos capacitan y nos impulsan a trabajar duro para manejar el cambio climático y para cubrir nuestras necesidades. Fuera de temporada, cultivamos tomates y ganamos dinero porque la población local y los comerciantes nos compran a nosotros”, indicó el marido de Mercy.
Así, la familia logró diversificar sus actividades y aventurarse en la avicultura, la cría de cabras y de cerdos y mantener una huerta. Y ahora, los Ssekide deciden en conjunto el uso de los ingresos y pueden pagar la educación terciaria de sus hijos.
La FAO, con fondos aportados por la Unión Europea, implementa el Proyecto Global de Cambio Climático en los distritos centrales ganaderos de Luwero, Nakasangola, Nakaseke, Mubende, Sembabule y Kiboga.
Teniendo en cuenta la falta de tiempo y el peso de las tareas que recaen sobre las mujeres, la FAO procura que las actividades de sus proyectos fomenten la participación femenina, en particular ajustando el horario de reuniones y de la capacitación para que ellas puedan participar y beneficiarse de las capacidades y del conocimiento sobre agricultura climáticamente inteligente.
Tereka cree que con un clima cada vez más impredecible, es fundamental el desarrollo de capacidades relacionadas con la agricultura climáticamente inteligente.
Incluso, urgió al gobierno ugandés a renovar el sistema de extensión agrícola para ofrecer una mejor respuesta de género para que los agricultores, y en especial las mujeres, usen de forma correcta los insumos distribuidos por el Estado en el marco de la Operación Creación de Riqueza.
La metodología de las ECA se implementa actualmente en 90 países, con cuatro millones de agricultores en el mundo que lograron mejorar sus capacidades y se ajustaron bien a los efectos del cambio climático.
*Este artículo fue publicado originalmente por la agencia internacional de noticias IPS.
17/SN/GGQ
POBLACIÓN Y DESARROLLO
La historia abordará la vida de mujeres tejedoras de Guerrero
Cineasta solicita apoyo para concluir documental

La estudiante de la maestría en Cine Documental del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos(CUEC) Viviana Pineda, inició una campaña de fondeo colectivo que le permita concluir la postproducción de su documental “La Memoria que Nos Teje”.
Viviana lleva casi 2 años realizando el documental. La cineasta cuenta con la colaboración de grandes talentos. La fotografía está a cargo de Ian Brandon Morales, Miguel Nava Hernández (sonido), en la producción Indira Cato y Mauricio Oropeza y como actores principales serán las mujeres de la comunidad de Guerrero.
En entrevista con Cimacnoticias, explicó que este documental narra la historia de la organización de la gran cooperativa Ljaa Tejedoras de Esperanzas, conformada por 40 mujeres de la etnia amuzga cuya unión fue posible gracias a su colaboración en Radio Ñomndaa, emisora libre que transmite en el municipio de Xochistlahuaca, Guerrero.
La cooperativa se formó a partir de una lucha política y la defensa de sus usos y costumbres de la comunidad, ya que por muchos años mujeres y hombres, han sido aplastados por los políticos.
Las tejedoras, agregó, se conocieron cuando se empezó el proyecto para abrir la radio Radio Ñomndaa, con la finalidad de hacer valer sus derechos como pueblo indígena y defender su trabajo que realizan en la comunidad de Guerrero.
La mayoría de las mujeres hablan la lengua amuzga y las más jóvenes son bilingües. Además, 80 por ciento de la población se concentra en el municipio Xochistlahuaca que se ubica en la región de la Costa Chica en el sureste de Chilpancingo.
El problema que enfrentan las tejedoras, comentó la cineasta, es que su trabajo no es valorado ni pagado como ellas quisieran. Ejemplificó que para comprar el material de las prendas que elaboran se tienen que trasladar a la cabecera municipal en trasporte público, el cual les cobra 20 pesos y aparte invierten 120 pesos en el material que usan para el tejido, por lo que las tejedoras se organizaron para vender sus prendas a un precio justo.
Con el documental, dijo la cineasta, se pretende dar a conocer el trabajo de las tejedoras y generar redes de apoyo para que sus prendas lleguen a más lugares como la Ciudad de México, ya que la mayoría de las mujeres se dedican al tejido y los hombres a la siembra en la comunidad de Xochistlahuaca, agregó.
Todos los domingos las mujeres se ponen en el tianguis del ayuntamiento de Guerrero para vender sus prendas por mayoreo, pero no están satisfechas con lo que les pagan ya que el proceso de elaboración es muy laborioso y caro, por ello se han empezado a organizar para vender sus prendas a un precio más justo.
Viviana señalo que las tejedoras tardan una semana y hasta un año dependiendo la prenda que elaboren, por eso la importancia de que se valore más el trabajo de estas mujeres que día con día se esfuerzan por trabajar y que su trabajo sea reconocido más allá de una cuestión económica.
La directora comentó también que lleva 8 años de conocer la comunidad de Guerrero y la finalidad de proyectar su documental al público, es justamente por el componente político que tienen las tejedoras de Guerrero.
Para poder filmar el material, ella se acercó a la Asamblea de la radio Radio Ñomndaa y les platicó acerca de su proyecto y ésta decidió apoyarla.
La documentalista añadió que los usuarios pueden hacer sus aportaciones voluntarias en la plataforma KickStarter, buscando el nombre del documental “La Memoria que nos Teje” y al donar se les recompensa con fotos del documental, prendas o dándoles crédito en la película.
En Facebook también se encuentran la campaña y el tráiler del documental.
16/CAR/ KVR/LGL
Aborto
Recaudan fondos para seguir defendiendo DSyR
Centroamérica: la región más restrictiva y violenta en materia de aborto

La asociación “Calala Fondo de Mujeres” impulsó una campaña para recaudar fondos para seguir defendiendo los Derechos Sexuales y Reproductivos (DSyR) en Centroamérica.
La campaña “Que el ganchillo deje de ser Cosa de Mujeres”, tiene como propósito concientizar a las personas sobre la violencia que sufren las mujeres en países como El Salvador, donde tienen que abortar en condiciones inseguras y que ponen en riesgo su vida.
“Penalizar el aborto no significa que éste no se practique, sino al contrario, se realiza clandestinamente y se convierte en una amenaza para la salud y para la vida de las mujeres”, aseguró la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Para la OMS es alarmante que en Centroamérica existan miles de mujeres con embarazos no deseados y tienen que escoger entre morir o vivir un futuro en la cárcel”.
Por eso, la asociación cada año organiza una campaña de recaudación de fondos para apoyar a grupos de mujeres que luchan en defensa de los derechos sexuales y reproductivos en Centroamérica, una de las regiones más restrictivas y violentas en materia de aborto y derechos de las mujeres.
La asociación “Calala Fondo de Mujeres” además de realizar un trabajo de activismo y sensibilización en sus comunidades, desarrolla talleres, jornadas culturales y realiza movilización política para que la situación legal en los países, donde todavía no se legaliza el aborto se respete el derecho a decidir.
Por ello, piden ayuda para tejer una red de apoyo por los derechos sexuales y reproductivos en Centroamérica. “Devuelve las agujas de crochet a la cesta de manualidades y ponle fin a esta barbarie”.
16/GL/KVR/LGL
DERECHOS HUMANOS
La UNESCO solicita a los gobiernos revisar y modificar textos
Libros escolares difunden prejuicios de género
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) señaló en su Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (GEM), la necesidad “urgente” de que los gobiernos revisen y modifiquen los libros de texto de las escuelas, ya que deben ser responsables de difundir valores de igualdad en cada sociedad.
En el apartado que la UNESCO le dedica al género y su presencia en estos manuales, indica que los libros de texto pueden difundir prejuicios de género, discriminación a través de estereotipos y desequilibrios en las representaciones de hombres y mujeres en cuentos e ilustraciones.
Estos sesgos de género en los libros de texto, según la UNESCO, pueden dar forma a las identidades de género “que impidan el progreso hacia la igualdad en la educación y el empoderamiento de las mujeres para el desarrollo económico”.
Reconoció también que esta desigualdad de género en los libros de texto es: “uno los impedimentos hacia la igualdad y además está muy disimulado”.
El análisis del informe GEM muestra que el contenido en la igualdad de género aumentó en los libros de texto en todo el mundo.
El porcentaje de información sobre los derechos de las mujeres aumentó del 15 por ciento en el periodo 1946-1969, al 37 por ciento del 2000-2011, mientras que la discriminación contra las mujeres pasó del 16 por ciento al 38 por ciento.
Los libros de texto que más incluyen los derechos y luchas de las mujeres son los de Europa y América del Norte (43 por ciento), seguidos por África subsahariana.
Sin embargo, los libros de texto en el Norte de África y Asia occidental tienen las tasas de cobertura más bajas, alrededor del 14 por ciento.
*Este artículo fue retomado de la revista digital Tribunafeminista.org
16/RED/KVR/LGL
Pages
