Nace Articulación Nacional de Mujeres, Tejiendo Fuerzas por un Buen Vivir
OPINIÓN
Nace Articulación Nacional de Mujeres, Tejiendo Fuerzas por un Buen Vivir
Las políticas públicas dirigidas para el campo siguen ignorando las demandas de las campesinas en Guatemala, y la institucionalidad establecida para canalizar soluciones a las mismas es utilizada por el partido oficial, ejemplo de ello, es lo que sucede en muchas Oficinas Municipales de la Mujer y corporaciones municipales.
A partir de tales consideraciones, las más de 50 agrupaciones que recién formaron la Articulación Nacional de Mujeres, Tejiendo Fuerzas por un Buen Vivir resolvieron presentar unidas sus demandas, ya que las políticas públicas de este gobierno no responden a sus necesidades como sujetos productivos y económicos.
Esta alianza de mujeres campesinas e indígenas la conformaron organizaciones diversas. La mayoría tiene años de experiencia que les ha permitido caracterizar a varios gobiernos, los que tienen algo en común: ver a las mujeres del campo sólo como posibles votantes o caudal de apoyo, y no como productoras y actoras con capacidad de propuesta, “rechazamos ser sumisas y subordinadas”.
Una de las características de esta alianza nacional es que se deslinda de aquellas opciones que apoyan a las instituciones gubernamentales como vía para obtener sus demandas.
Al identificarse como actoras políticas, se proponen fortalecer sus organizaciones y exigir soluciones a un programa que incluye el fortalecimiento de las economías campesinas que reivindican la soberanía alimentaria: “En el entendido de que para nosotras significa recuperar las formas de producir de nuestros antepasados que no usaban químicos y diversificaban sus cosechas”.
Para ellas, la “bolsa y bono seguros” no responden a sus demandas, y están creando división en sus comunidades. Además rechazan el modelo empresarial que sólo busca la ganancia a costa de destruir bosques, montañas, ríos, etcétera, así como deteriorar las condiciones de vida en el campo.
Otra de sus demandas es el acceso a la tierra para las mujeres, sin intermediarios ni obligaciones de ser casada o tener hijos. En este marco, ellas saben que la Ley de Desarrollo Rural que está en el Congreso no incluye sus demandas.
Seguramente estarán atentas a la actuación del nuevo jefe del Legislativo, el empresario Pedro Maudi, quien declaró que tal legislación se aprobará con modificaciones. Una pregunta: ¿Por qué un empresario abre las posibilidades de aprobar la iniciativa 4084, y los anteriores jefes de Congreso no lo lograron?
Esta articulación ha solicitado audiencia en Casa Presidencial para presentar sus demandas. Se la otorgaron para el 26 de octubre. De nuevo estará a prueba la capacidad de diálogo de este gobierno.
Mientras llega ese día, se espera que los encargados oficiales de las conversaciones rebasen la disposición a escucharlas y presenten soluciones, tomando en cuenta lo que ellas han venido diciendo durante años: Urge establecer programas de fomento orientados a productoras del campo, a quienes se les tiene que reconocer como sujetos económicos y políticos, y no mujeres vulnerables.
*Periodista mexicana radicada en Guatemala, editorialista, integrante de la organización La Cuerda, cofundadora de la Red Centroamericana de Periodistas.
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