Numerosas violaciones a DH de migrantes encarcelados
Revela estudio y testimonia un traductor de la Corte
Numerosas violaciones a DH de migrantes encarcelados
Mientras los candidatos, demócrata y republicano, a la presidencia del país buscan el voto de la población de ascendencia latinoamericana, bajo la promesa de solucionar la situación de 12 millones de trabajadoras y trabajadores sin documentos, la violación a los derechos humanos, el terror y trato inhumano prevalece durante detenciones, procesos judiciales y carcelarios.
La Universidad de Derecho de Seattle y la organización humanitaria OneAmerica denunciaron en un informe el hallazgo de numerosas violaciones de los derechos humanos en gran parte de las y los 985 detenidos del Northwest Detention Center de Tacoma, en su mayor parte personas mexicanas, guatemaltecas, salvadoreñas, hondureñas o asiáticas.
En tanto el New York Times (NYT), en un editorial de la semana pasada, informa que Erick Camayd-Freixas, profesor de español de la Florida International University y traductor de la Corte en el caso de 400 trabajadores indocumentados detenidos en Iowa, ha roto el silencio para denunciar el abuso y terror que vivieron los detenidos durante su proceso judicial.
Univisión, retomando a la agencia de noticias EFE, precisa que en Washington decenas de inmigrantes en proceso de deportación sufren maltrato en dependencias policiales, según un estudio difundido el martes, que ahonda en las condiciones infrahumanas de las y los indocumentados de un centro del estado de Washington (noroeste).
VIOLACIONES "INACEPTABLES
Estas violaciones, inaceptables en cualquier circunstancia, son todavía más notables por el hecho de que las detenciones, originalmente previstas para cortos periodos de tiempo, normalmente duran meses o incluso años, reporta el estudio.
De acuerdo con el informe, tras las visitas de los abogados, los vigilantes de las dependencias y los Jefes de Policía federales suelen abusar con frecuencia físicamente y verbalmente de las y los detenidos.
A modo de ejemplo, el texto cita las declaraciones de una reclusa que afirmó tener pesadillas cada vez que los oficiales la desnudan para registrar si tiene algún objeto escondido en la vagina o el ano.
Asimismo, varios de los internos entrevistados relataron las vejaciones sufridas en el interior de un avión mientras eran trasladados de un centro a otro, tales como prohibirles usar los baños por más de siete horas o mantenerles esposados para que no pudieran comer.
Todas las personas privadas de su libertad merecen ser tratadas con humanidad y respeto por la inherente dignidad de toda persona humana, reclama dicho estudio, llevado a cabo mediante 46 entrevistas a reclusas, reclusos, familiares y abogados.
ESCASO CUIDADO MÉDICO
Aproximadamente, el 75 por ciento de las y los detenidos entrevistados alegaron haber sufrido problemas de salud que requerirán de la atención del servicio médico de este centro.
En diciembre de 2006, uno de los detenidos del Northwest Detention Center de Tacoma murió como consecuencia de un infarto, aunque, según la Universidad de Derecho de Seattle y OneAmerica, las circunstancias de la muerte todavía no han sido detalladas.
Al respecto, ambas organizaciones apuntaron a que el acceso inadecuado al cuidado médico viola la Declaración de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y los mínimos estándares que este organismo establece para las personas detenidas.
Del mismo modo, alrededor del 20 por ciento de las personas interrogadas señaló padecer algún desorden mental, que requería tratamiento. Y a pesar de que muchas de las personas detenidas no señalaron que sufrían depresión, los entrevistadores detectaron que una considerable proporción parecían deprimidos, nerviosos, asustados o con una combinación de varias dolencias.
Cerca del 37 por ciento de la muestra la conforman personas refugiadas, probablemente marcadas por un acto persecutorio o traumático en su país o durante su viaje de asilo en Estados Unidos.
El informe subraya que la falta de actividades de recreo, el cemento gris y las instalaciones sin ventanas, así como la privación de libertad, el aislamiento cultural y la incertidumbre sobre su proceso de detención contribuyen a aumentar la inestabilidad mental de los reclusos.
COMIDA INSUFICIENTE
En cuanto a la alimentación, el 80 por ciento de las y los internos entrevistados dijeron que recibían raciones insuficientes de alimentos y que tras las comidas todavía estaban hambrientos.
Para aquellos que permanecen en el centro durante varios meses o años --subraya el estudio--, la escasez de comida conlleva a una nutrición pobre y problemas digestivos.
En agosto de 2007, alrededor de trescientos detenidos del centro se vieron intoxicados por comida en mal estado, pero el Departamento de Salud del Condado estipuló que se debía a un mal calentamiento o descongelamiento de los alimentos.
Los autores del informe exigen al gobierno estadounidense que cumpla con las leyes internacionales y locales, encargadas de fijar los mínimos estándares en el tratamiento de detenidas y detenidos.
SE CRUZÓ LA LÍNEA
Señala el editorial del NYT que en el caso de las 400 personas detenidas, la mayoría de Guatemala, en cuyo proceso participó el traductor Erick Camayd-Freixas, no les respetaron sus derechos humanos. Y 260 fueron incriminados con serios cargos, que ellas y ellos ignoraban haber cometido.
El traductor de Corte dice que "esto rebaso los límites". Y señaló que en los casos donde él intervino se trató de un proceso triste que el público no vio, pues no entraron cámaras de televisión.
Los detenidos esperaban la deportación, dado que ese era el delito, pero lo peor es que ahora los 260 permanecerán hasta cinco meses de prisión y no podrán reunirse con sus familias y mucho menos poder ayudarlas económicamente.
Muchos de ellos no pudieron contactar con sus abogados.
Su crimen, no es tanto el haber conseguido seguros sociales falsos o identificaciones falsas. Eso no lo entendían.
De diez en diez, esposados de pies y manos iban pasando, escuchando sus condenas.
Dice e NYT que nadie apoya la violación a la ley, pero que hay una gran diferencia entre el robo de identidades para conseguir un trabajo que robar a las personas, su dinero o propiedades.
La administración de Bush ignora esto, dice el NYT. Deportar a trabajadores y trabajadoras no autorizadas es una cosa, enviarlos a prisión y a sus familias a una profunda pobreza es otra.
Los intérpretes traductores de Corte normalmente tienen una participación imparcial y guardan sus opiniones, Pero el doctor Camayd-Freixas, profesor de español de Florida International University, dijo que eso era muy ofensivo por la crueldad de los persecutores y que por ello rompió el silencio. "Se cruzó la línea en Postville".
08/LPB/GG