Violaciones a mujeres migrantes
REFLEJOS LEGISLATIVOS
Violaciones a mujeres migrantes
Se calcula que una tercera parte de los migrantes que pasan cada mes de manera ilegal por la frontera sur de México son mujeres. De ellas, la mayoría tiene entre 16 y 25 años, abandonan sus países cada año para cruzar nuestro territorio y llegar a los Estados Unidos de América. Pero su condición de género incrementa el grado de vulnerabilidad.
La región costera y fronteriza de Chiapas con Guatemala es la zona más dinámica de movilidad poblacional entre México y sus vecinos centroamericanos. La complejidad de la migración se da por la diversidad de factores y actores que intervienen, entre ellos están la urbanización, industrialización, la hiperterciarización y la pobreza. Los datos anteriores son evidencias sobre el incremento en los años recientes de mujeres en las corrientes migratorias y que en América Latina más mujeres migran a las ciudades que los hombres.
El sesgo androcéntrico ha conducido a considerar la movilidad de las mujeres como un simple espejo de la de los hombres. Así como la sub valoración que las propias mujeres tienen de sí mismas como trabajadoras, han propiciado la subestimación de la movilidad femenina en el proceso más general de la migración. Por lo que no se recomienda considerar a las mujeres migrantes como agregado numérico.
Resulta necesario explorar metodologías y técnicas que nos permitan incorporar una perspectiva que considere a las mujeres como protagonistas de su propia experiencia migratoria. Aunque los procesos que originan las migraciones femeninas y masculinas pueden ser los mismos, su impacto es diferenciado por género. Dentro de los cambios recientes de las últimas dos décadas está ese incremento y tendencia explosiva de las migraciones en la frontera sur y el incremento notorio del volumen de las mujeres, la composición de nacionalidades diversas y de migrantes más jóvenes.
Hay tres tipos de migrantes, los primeros han sido los trabajadores agrícolas, sobre todo guatemaltecos, las mujeres para el servicio doméstico, mujeres dedicadas al sexo comercial, migrantes del sector terciario, y niños y niñas como ayudantes, cargadoras. Otro grupo son los trasmigrantes, aquellos que van de paso y que después del huracán Mitch en 1998 deciden salir de sus lugares de origen sin redes, ni experiencia incrementando su vulnerabilidad y riesgo. Y el tercer tipo son residentes de ambos lados de la frontera que transitan constantemente.
Según la Casa del Migrante en Tapachula Chiapas, reportó en el primer semestre del año que se detectaron cerca de 2 mil violaciones a los derechos humanos, entre ellos: detención irregular, tratos crueles inhumanos y degradantes, cohecho pasivo, robo agravado, estafa, extorsiones, agresión y abuso de parte de las autoridades federales, estatales y municipales. Siendo las principales denuncias contra el Instituto de Migración, la policía judicial y los Maras Salvatruchas.
El alto grado de hacinamiento en los aseguramientos por la carencia de servicios e infraestructura que hagan posible un tratamiento digno a los asegurados y aseguradas, siendo insuficientes los sistemas de deportación. Las vejaciones sufridas por las mujeres migrantes son la violencia sexual con mayor frecuencia que los hombres, en una proporción de 100 a 1. Entre un 10 y 20 por ciento creció el tráfico sexual entre países de Centroamérica y México durante 2003. Diversos estudios estiman que las mujeres comienzan a ser traficadas en esta zona desde los 12 años. Cerca de cinco mil centroamericanas están dedicadas a la prostitución entre decenas de municipios en esa región.
Además de la violencia laboral, está el fenómeno del feminicidio registrando más de 300 violaciones y 58 asesinatos de mujeres en lo que va de este año. Estamos frente a una realidad donde las mujeres que pretenden adentrarse en nuestro país son asaltadas, violadas, abusadas, algunas dejan parte de su cuerpo y otras más caen atrapadas en las redes de la explotación sexual. Esta es una realidad que no es privativa de Ciudad Juárez, y que exige acciones puntuales inmediatas y precisas que den cabal respuesta a esta problemática. Por ello un grupo de senadoras y diputadas del grupo parlamentario del PRI demandamos atención y compromiso para realizar una política migratoria respetuosa de los derechos humanos ante el Secretario de Gobernación Santiago Creel, y particularmente conciencia de lo que está sucediendo especialmente con las mujeres migrantes, por lo que se precisó la necesidad de que como primer paso, en las Delegaciones del Instituto Nacional de Migración se asegure en espacios separados a hombres y a mujeres.
*Senadora e integrante de la Comisión de Equidad y Género y de la Comisión Especial que dará seguimiento a los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez.
2004/LS/LR