Práctica cotidiana la venta y el tráfico de mujeres en todo el mundo

Migración
    Distintos fines los del comercio humano, pero sobre todo sexuales
Práctica cotidiana la venta y el tráfico de mujeres en todo el mundo
Por: Silvia Magally
cimac | México, DF .- 03/12/2002

En la actualidad millones de mujeres en el mundo entero son objeto de trafico con distintos fines, pero principalmente por causa de explotación sexual. En México, la venta y el tráfico de mujeres migrantes por redes criminales de polleros que las enganchan para vender droga en Estados Unidos o para abastecer el mercado de prostitución americano se ha vuelto una práctica cotidiana.

Susana Chiarotti, consultora de la Unidad Mujer y Desarrollo de la Comisión Económica para América latina y el Caribe (CEPAL) señala que en Latinoamérica el tráfico de mujeres está dirigido a cubrir especialmente la demanda más amplia en el mercado internacional, en el que se involucran redes europeas y asiáticas; sobre todo de Japón.

A pesar de la magnitud del problema, las legislaciones de los países de América carecen de una penalización adecuada para el delito de la trata y el tráfico de personas; incluso algunos códigos penales castigan con una pena menor la trata para propósitos de prostitución, advierte un informe de la Universidad Johns Hopkins con sede en Washington.

Según estimaciones de Naciones Unidas, el tráfico de personas con fines de explotación sexual mueve cada año entre cinco y siete billones de dólares.

De acuerdo con el Fondo de Población de Naciones Unidas, cada año se venden cerca de cuatro millones de mujeres con fines de prostitución, esclavitud o de matrimonio; en tanto dos millones de niñas son introducidas en el comercio sexual.

Por su parte la Organización Internacional de Migraciones (OIM) calcula en 500 mil el número de mujeres que entran todos los años en Europa occidental, como consecuencia del tráfico con fines de explotación sexual.

La consultora de la CEPAL, Susana Chiarotti precisa que las redes del comercio sexual en América latina y el Caribe tienen sus puntos de operación y reclutamiento; de manera principal Brasil, Colombia, República Dominicana, Surinam y las Antillas para los centros de distribución ubicados en España, Grecia, Alemania, Bélgica y Holanda.

Tan sólo en España, según información de diversos centros de protección de mujeres que han sido víctimas de la trata, se da cuenta de que la mayoría de sus víctimas son originarias de países de nuestra región; lo que coincide con un diagnóstico de la Dirección General de la Guardia Civil de ese país, que reafirma que América latina es el lugar de procedencia del 70 por ciento de las víctimas de la trata de mujeres.

Chiarotti hace notar que las redes de traficantes han creado nuevas modalidades de trata que intentan burlar la tipificación de tráfico. Una de ellas es la del contrato de trabajo.

De esta forma, las redes publican avisos en los diarios ofreciendo empleo en el exterior, o utilizando los paquetes turísticos e incluso la adopción a fin de trasladar mujeres y niñas de un país a otro.

Las perspectivas de los anuncios son glamorosas y atractivas para las mujeres, sin embargo distan mucho de la realidad que encuentran al llegar a su destino; situación por la cual son presionadas y forzadas a cumplir "el trabajo" pactado.

En el caso mexicano informes de los consejos estatales de población indican que la venta de mujeres y menores se ha convertido en uno de los negocios más redituables para los llamados polleros (traficantes de personas), quienes pueden rematarlas con algún particular u ofrecerlas a las amplias redes de prostitución del mercado norteamericano.

De la misma manera niñas y niños mexicanos (incluso de cuatro años de edad) son sometidos a las redes de la prostitución, luego de haber sido secuestrados.

Por su parte las mujeres que migran hacia Estados Unidos se ven envueltas en el mundo de la prostitución, generalmente luego de haber sufrido una violación cuando pretendían cruzar la frontera.

Diversas investigaciones hechas en la frontera sur de México han demostrado que 70 por ciento de las migrantes sufren violencia y 60 por ciento algún tipo de abuso sexual durante el viaje, que puede ir desde la coacción sexual hasta la violación.

Si bien no hay estadísticas certeras sobre la magnitud y las características de las víctimas del tráfico internacional, algunas investigaciones revelan que se trata de mujeres cuya edad promedio es de 19 a 25 años, con estudios primarios o secundarios interrumpidos y de estrato social medio y bajo.

Documentos de la Universidad Johns Hopkins observan que los códigos penales de muchos países de América no siempre consideran la trata como un delito grave ni mucho menos lo equiparan con los delitos sexuales. De esta forma, las leyes no castigan de igual manera los delitos de la trata como otros de la misma gravedad, como la violación sexual.

De esta forma la universidad propone una legislación modelo que pudiera ser adoptada por todos los países del hemisferio, con el propósito de que se reconozcan todas las formas de trata como delitos penales.

Otros estudios y testimonios sobre la trata para explotación sexual comercial concluyen que sobre las víctimas se ciernen innumerables amenazas para su salud, en particular la sexual y reproductiva; tales como violencia física y abuso sexual, falta de protección y de capacidad para negociar relaciones sexuales de riesgo, embarazos no deseados y abortos inseguros.

Además, las mujeres tienen altas probabilidades de contagiarse de enfermedades de trasmisión sexual, como el vih/sida; también, una constante en estos casos es la falta de acceso a la información y a los servicios de salud.

Por otro lado, se ha visto que los traficantes recurren a la agresión física y a la violación con tal de someter e iniciar a las mujeres en la industria del sexo.

De las principales formas de violencia, medios de control y amenazas de traficantes y proxenetas destacan el abuso emocional, las amenazas verbales, el control mediante el uso de drogas y alcohol, y el daño físico.







       
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