Control de flujos migratorios, el fondo de las negociaciones EU-México
Inició visita a México director de Seguridad Interna estadounidense
Control de flujos migratorios, el fondo de las negociaciones EU-México
Con el fin de reforzar la seguridad en la frontera entre México y Estados Unidos, llegó ayer a México Tom Ridge, director de la Oficina de Seguridad Interna estadounidense, en visita oficial a México del 4 al 6 de marzo, donde se entrevistará con el presidente Vicente Fox.
El funcionario norteamericano promueve con esta visita el establecimiento de una frontera "moderna, inteligente, segura y amigable acorde con el siglo XXI", restringiendo el paso de personas, sin afectar el creciente comercio entre Estados Unidos y México, que en los últimos siete años se ha triplicado.
A pesar que aclaró que "lo último que queremos es militarizar la frontera", alrededor de mil 500 elementos de la Guardia Nacional han sido desplegados a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos, en esta última semana, reforzando la controvertida "Operación Guardián", que ha costado la vida a más de mil 870 migrantes desde su inicio en 1994, de acuerdo con organizaciones de defensa de migrantes.
Acompañan a Ridge, entre otros, James Ziglar, comisionado del Servicio de Inmigración y Naturalización; John Maisto, director principal para Asuntos Hemisféricos del Consejo de Seguridad Nacional; Mary Ryan, subsecretaria de Estado para Asuntos Consulares y el polémico Otto Reich, subsecretario de Estado para América Latina.
Esta visita es previa al encuentro entre Vicente Fox y el presidente norteamericano George W. Bush, en marzo de este año en Monterrey, durante la Conferencia Internacional sobre Financiamiento para el Desarrollo (FfD), que servirá de marco para el anuncio de un acuerdo más amplio entre los dos países.
LA "ALIANZA PARA LA PROSPERIDAD"
El año pasado, los gobiernos mexicano y estadounidense comenzaron a perfilar un programa bilateral llamado "Alianza para el Progreso", con el objetivo de evitar que millones de latinoamericanos intenten cruzar la frontera de Estados Unidos, "atendiendo algunas de las causas del fenómeno migratorio", señala el documento emitido por los dos gobiernos el año pasado.
Incluso, el gobierno estadounidense ya prevé invertir 30 millones de dólares en la primera parte de la iniciativa, afirmó Andrew Natsios, administrador de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
La Secretaría de Estado de EU indicó que el proyecto busca fortalecer políticas comunes en áreas como medio ambiente, comercio, migración y salud, centrándose en la inmigración ilegal, la lucha contra las drogas, la estabilidad macroeconómica y los acuerdos comerciales en la región de México y Centroamérica.
El objetivo del proyecto es convertirse en un plan de desarrollo económico regional, basado en la inversión privada en infraestructura y empleos, a partir de la "convicción compartida de que el libre comercio es el motor del crecimiento y el desarrollo".
La iniciativa está "orientada a promover el crecimiento del libre mercado y el bienestar económico y social de los ciudadanos, particularmente en aquellas regiones donde un crecimiento económico deficiente ha propiciado la migración" afirma el comunicado oficial en el que se presenta el proyecto.
La iniciativa surgió en febrero del año pasado, en la visita del presidente norteamericano George W. Bush a México, donde anunciaron la apertura de negociaciones "de alto nivel" para construir la propuesta. En ese entonces el tema de las relaciones bilaterales México-Estados Unidos era prioritaria en la agenda norteamericana, según constantes declaraciones de ese gobierno.
En septiembre, cinco días antes de los atentados en Nueva York, los dos presidentes, reunidos en Washington, anunciaron la creación de un grupo de trabajo binacional con funcionarios de alto nivel en los dos gobiernos.
En la segunda reunión en Washington, celebrada el 18 y 19 de febrero pasados, participaron Alan Larson, subsecretario de Estado para asuntos económicos, comerciales y agrícolas; Kenneth Dam, subsecretario del Tesoro por parte del gobierno norteamericano, y Agustín Carstens, subsecretario de Hacienda, y Miguel Hakim, subsecretario de Relaciones Exteriores por parte de México.
"FRONTERA INTELIGENTE"
En la visita de Bush a México, el tema de la migración en la frontera se perfila como el más importante en la agenda, a pesar de que a partir de los acontecimientos del 11 de septiembre, la lucha contra el terrorismo opacó los demás asuntos en la agenda bilateral. "La seguridad fronteriza es un tema que se está incorporando a la agenda de negociaciones", afirmó en noviembre pasado la portavoz de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Liliana Ferrer.
"Hay una cooperación sin precedentes entre Estados Unidos, Canadá y México para construir fronteras inteligentes para el siglo 21, que dé seguridad para la gente y el comercio, pero que filtre el terror y las drogas", dijo George Bush el pasado 16 de enero en una reunión del grupo privado de reflexión "Consejo de Asuntos Mundiales", en la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA).
De la misma forma, Rachel Bronson, subdirectora del Programa de Seguridad Nacional del no gubernamental Consejo de Relaciones Exteriores, planteó la semana pasada en Monterrey que se deben tomar medidas en la frontera para que "sólo ingrese y salga gente correcta y se impida el paso a la que no", según informó el Diario de Monterrey.
Sin embargo, organizaciones que trabajan sobre la cuestión migratoria consideran que es la "violencia institucional" en ambos lados de la frontera lo que está en el fondo del problema migratorio.
En un documento presentado esta semana a Gabriela Rodríguez, relatora de la Organización de Naciones Unidas (ONU) de visita en México, el Foro Migraciones llamó a los gobiernos de México y Estados Unidos para que se tomen medidas eficaces a fin de reducir los riesgos de la migración y les proponen "que reconozcan públicamente la relación que tienen las medidas de control fronterizo con la muerte de emigrantes".
COMERCIO, DROGAS Y TERRORISMO
La "Alianza para el Progreso" y los acuerdos bilaterales sobre migrantes y comercio, se enmarcan en una serie de planes regionales del gobierno de Estados Unidos hacia América Latina.
En noviembre pasado, Bush anunció la búsqueda de un acuerdo de libre comercio con Centroamérica. Según la Casa Blanca, esta iniciativa complementaría el objetivo de EU de tener el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que se llevaría a cabo a más tardar en enero de 2005, con el objetivo de "intensificar el impulso hacia disminuir barreras comerciales y abrir mercados".
Asimismo, el Plan Puebla Panamá, iniciativa de Vicente Fox y respaldado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), busca políticas regionales comunes para el sur de México y Centroamérica, en ámbitos de infraestrutura, medio ambiente, inversiones privadas y migración.
Por su parte, la llamada Iniciativa Regional Andina (IRA) incluye a Bolivia, Perú, Brasil, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela. "Es, en cierta manera, el sucesor del Plan Colombia", informó la USAID la semana pasada, que canalizará 428 mdd a la región, de los cuales 151 estarán destinados a Colombia.
El discurso del gobierno norteamericano hacia la integración de América Latina y Estados Unidos creció en los últimos años. El subsecretario Alan Larson afirmó a principios de año, que los países industrializados deben involucrarse en los problemas del desarrollo porque los países más pobres tienden a ser "incubadoras" de enfermedades, producción y tráfico de drogas, terrorismo y crimen internacional. Estados Unidos, declaró, necesita ayudar a atender estos problemas mediante la creación de una coalición de países en todos los niveles de desarrollo.
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