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REPORTAJE
VIOLENCIA
   Octava de nueve partes
   Más del 50 por ciento de asesinatos se cometen en la vía pública
En Tamaulipas guerra contra el narco invisibiliza homicidios de mujeres
CIMACFoto: César Martínez López
Por: Rosa María Rodríguez Quintanilla*
Cimacnoticias | Tamaulipas, Tam.- 04/12/2017

La violencia  extrema desatada por “la guerra contra el narcotráfico” en Tamaulipas, invisibiliza el otro grave problema que padece esta entidad: los homicidios de mujeres y la desprotección riesgosa en la que el Estado mexicano las ha dejado en los últimos años, coinciden defensoras de Derechos Humanos.

Aseguran que la guerra que se libra contra las bandas delincuenciales en esta entidad, opacan la gravedad y la atención directa que las autoridades están obligadas a dar para prevenir, investigar y castigar estos asesinatos.

Cifras del Sistema Nacional de Información de Salud (Sinais) revelan que del 2012 al 2015 fueron asesinadas 472 mujeres en Tamaulipas. El año más crítico fue el 2012 con el registro de 178 homicidios de mujeres en los diferentes municipios del estado.

La tasa de homicidios de mujeres en México en el 2012 fue de 4.6 muertes por cada 100 mil habitantes, pero Tamaulipas, al registrar un 9.9, superó por mucho a la media del país junto con Chihuahua (14.8) y  Guerrero (13.2).

Datos del Sinais arrojan que en el 2013 disminuyó a 92 el número de asesinatos de mujeres en Tamaulipas; en el 2014 se registraron 128 y en el 2015 se cometieron 74.

Infografía realizada por Jovana Espinosa Orta, Brenda Sánchez Núñez y Priscila Hernández Flores

Con estas cifras, el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) ubica a Tamaulipas como la novena entidad con mayor número de homicidios de mujeres, por lo que llamó a la Procuraduría de Justicia del Estado a investigar y castigar los asesinatos de mujeres como feminicidio.

La Coordinadora General del Centro de Investigación, Capacitación y Atención para el Desarrollo Social, A.C. (Cicades) Cynthia Karina Bitar Tessan, lamentó que muchas veces la autoridad, en automático y sin investigar, da por hecho que las mujeres asesinadas estaban relacionadas con la delincuencia organizada, lo que no siempre es así.

“Hay datos que revelan que de los homicidios de mujeres registrados en la región sur de Tamaulipas del 2016 a la fecha, 90 por ciento fueron cometidos por sus esposos, novios o ex parejas”, sostuvo.

La también Coordinadora del Observatorio de Violencia de Género en la Zona Metropolitana refirió que de los crímenes de mujeres que tienen documentados en los municipios de Tampico, Madero y Altamira en los últimos dos años, al menos 18 deben ser considerados, investigados y castigados como feminicidio.

De acuerdo a las cifras del Sinais, 40 por ciento de los crímenes de mujeres que se cometieron entre el 2012 y 2015 en Tamaulipas fueron perpetrados en el hogar y un 50 por ciento en la vía pública. También se detectó que 3 por ciento de las víctimas sufrió violencia familiar previa.

En ese contexto, la Coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) María de la Luz Estrada Mendoza, lamentó que en Tamaulipas no existan condiciones de seguridad para que las organizaciones defensoras de Derechos Humanos y medios de comunicación documenten los casos de feminicidio.

“La situación de riesgo para documentarlos y la mala legislación del feminicidio en el Código Penal del estado deja a las mujeres de Tamaulipas en total indefensión, porque no se acredita ni se sanciona el delito”, consideró la Coordinadora del OCNF.

El delito de feminicidio quedó tipificado en el Código Penal de Tamaulipas desde el 2011 pero de manera muy ambigua, en términos que para que los operadores de justicia hacían prácticamente imposible acreditar este delito.

Fue hasta mayo del 2016 cuando el congreso local reformó la redacción de las características del feminicidio en el Código Penal, para que este delito no se pierda en el concepto general de homicidio. La legislatura también homologó el Código Penal de la entidad con el federal y estableció una pena de 40 a 50 años de prisión a quien cometa el delito de feminicidio en Tamaulipas.

Para asegurar justicia en los crímenes por razón de género, el congreso local también estableció sanciones para todo aquel servidor público que retarde o entorpezca maliciosamente o por negligencia la procuración o administración de justicia; incluyen prisión de tres a ocho años y de 500 a mil 500 días de multa, así como su destitución e inhabilitación de tres a 10 años para ejercer en el ámbito público.

A pesar de ello, los homicidios de mujeres no se investigan ni castigan con perspectiva de género.

En una reciente visita a Tamaulipas, el Coordinador Jurídico del Instituto Nacional de Mujeres (Inmujeres), Pablo Navarrete, recomendó al Procurador de Tamaulipas Irving Barrios Mojica que deje de temer al “efecto estadístico”, que investiguen y castiguen los asesinatos de mujeres como feminicidio.

Al asistir a la primera sesión del Sistema Estatal para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en Tamaulipas (SIPASE), el funcionario del Inmujeres lamentó que la mayoría de los 180 homicidios de mujeres que se registran mensualmente en el país no son investigados ni sentenciados como feminicidio por las procuradurías estatales, porque temen reflejar un incremento de este delito en sus estadísticas.

Recordó el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) por el caso Mariana Lima Buendía, víctima de feminicidio en el Estado de México, que obliga a las Procuradurías de Justicia de los estados a que todas las muertes violentas de mujeres se investiguen y procesen como feminicidio y que sea la investigación la que confirme o deseche si lo es o no. Insistió que para clasificar el feminicidio el problema ya no es jurídico, sino de interpretación y aplicación de las leyes que hagan las agencias del Ministerio Público y juzgadores.

Una ex funcionaria de la Procuraduría de Justicia del estado consultada por Cimacnoticias consideró que la mayoría de los crímenes de mujeres, son clasificados como homicidios por ignorancia, desconocimiento y falta de capacitación de policías y agentes del ministerio, debido a que no cuentan con un protocolo para investigar el feminicidio con una perspectiva de género.

Más Datos

Cifras del Sistema Nacional de Información de Salud revelan que de las mujeres asesinadas en Tamaulipas, 35 por ciento tenían entre 26 y 40 años de edad; 25 por ciento tenían 18 a 25 años, y 23 por ciento entre 41y 64 años de edad.  Las adolescentes, adultas mayores y niñas, también fueron víctimas de homicidio: 9 por ciento tenían entre 12 y 17 años de edad; 6 por ciento 65 años o más y 2 por ciento de 0 a 11 años de edad.

Infografía realizada por Jovana Espinosa Orta, Brenda Sánchez Núñez y Priscila Hernández Flores

De las mujeres que fueron asesinadas en el hogar, 27.3 por ciento eran solteras, en el mismo porcentaje eran casadas; 24.7 por ciento vivían en unión libre; 10.4 por ciento eran viudas: 5.2 por ciento eran divorciadas. De los homicidios femeninos registrados en la vía pública, 44.4 por ciento eran solteras; 23.1 por ciento eran casadas; 20.4 por ciento vivían en unión libre y 5.6 por ciento eran divorciadas.

De las mujeres que fueron asesinadas en su hogar, 5.3 por ciento de tenía una carrera profesional; 4.2 por ciento tenían bachillerato terminado; 8.5 por ciento habían terminado estudios de secundaria; 9.5 por ciento concluyeron la primaria. Sólo 1.1 por ciento no tenía escolaridad; 19 por ciento no tenía un trabajo formal; 11.1 por ciento laboraba en servicios personales y vigilancia; 3.2 por ciento eran comerciantes; 0.5 por ciento eran funcionarias, directoras o jefas y 1.6 por ciento eran profesionistas o técnicas.

Infografía realizada por Jovana Espinosa Orta, Brenda Sánchez Núñez y Priscila Hernández Flores

* Reportaje colaborativo coordinado y elaborado por periodistas de la Red Nacional de Periodistas de Chiapas, Jalisco, Ciudad de México, Guanajuato, Hidalgo, Puebla, San Luis Potosí, Tamaulipas y Tlaxcala con motivo del 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.

17/RMRQ/LGL








REPORTAJE
VIOLENCIA
   Entre 2012 y el 2015 fueron asesinadas 169 mujeres en SLP
   Séptima de nueve partes
San Luis Potosí: otro caso de feminicidio para la SCJN
CIMACFoto: César Martínez López
Por: Verónica Espinosa y Hazel Zamora Mendieta*
Cimacnoticias | Ciudad de México.- 01/12/2017

La muerte de Karla Pontigo Lucciotto, de 22 años de edad estremeció a la sociedad potosina quien pasó después a la indignación, cuando su familia develó sus sospechas de lo que inicialmente fue consignado por la Procuraduría de Justicia estatal como un “homicidio accidental”, pero que en realidad, se trató de un feminicidio.

Karla, era estudiante de nutrición y trabajaba como edecán en una discoteca llamada “Play”, ubicada en la capital del estado. Era hija de una familia trabajadora –su madre es empleada de una maquiladora y su hermano mayor trabajaba también para mantener sus estudios-. Murió a fines de octubre del 2012 en el Hospital central de San Luis, al que llegó con múltiples heridas y golpes en el cuerpo y una de sus piernas casi cercenada, además de indicios de una agresión sexual.

La primera versión asentada en el expediente del Ministerio Público –al que durante mucho tiempo no pudo acceder la familia hasta que interpuso un amparo- señalaba que Karla había chocado accidentalmente con una puerta de cristal de la discoteca en la que trabajaba y se había herido la pierna.

Pero tras una lucha que ha llevado cinco años por parte de su familia y de los abogados que la respaldan (de la Fundación para la justicia y el Estado democrático de Derecho) y que ha llevado la búsqueda de justicia hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se sabe que la joven es una de las 55 mujeres asesinadas ese año 2012 en el estado, presuntamente por Jorge Vasilakos, el dueño de la discoteca, quien para las autoridades locales es indiciado por homicidio culposo.

Entre 2012 y el 2015 fueron asesinadas 169 mujeres en San Luis Potosí, según los registros del Sistema Nacional de Información en Salud (Sinais). Karla figura en el segundo grupo de edad con mayor riesgo, entre los 18 y los 25 años de edad. Son las mujeres entre los 26 y los 40 años las víctimas mortales en mayor número.

A partir del 2012 se modificó el patrón del lugar donde son asesinadas la mayoría de las mujeres (hogar y vía pública).

Mientras que ese año la vía pública era el sitio más común en el que se cometían estos crímenes, en el transcurso de los años y al menos hasta el 2015, el hogar se fue convirtiendo en el escenario de los asesinatos.

Infografía realizada por Jovana Espinosa Orta, Brenda Sánchez Núñez y Priscila Hernández Flores

Karla forma parte de ese 5 por ciento de casos de mujeres cuyos homicidios se cometieron en comercios o establecimientos, como ocurrió la madrugada del domingo 28 de octubre, cuando su hermano, preocupado porque no salía de trabajar de la discoteca, entró al lugar y la encontró en el piso, desangrándose y pidiendo ayuda, antes de quedar inconsciente.

Un 10 por ciento de las mujeres que entre 2012 y 2015 fueron asesinadas en San Luis reportaron o sufrieron violencia familiar previamente. En el caso de Karla, testimonios de compañeros de trabajo, amigos y familiares refieren que el dueño de la discoteca la acosó desde que comenzó a laborar, que la vigilaba en otras actividades que ella realizaba y que un día le robó el teléfono celular.

Tras su violenta muerte –así lo atestiguan las casi 40 lesiones que le fueron encontradas, incluyendo heridas defensivas características de un ataque sexual- Karla siguió siendo violentada por el sistema de procuración de justicia del estado, según han denunciado su familia y los abogados: el Ministerio Público acudió hasta casi dos días después a la discoteca, donde encontró todo el lugar impecable porque ya el propietario había ordenado que lo limpiaran, así que no hubo preservación de la escena.

Eso sí, el Ministerio Público acudió al hospital mientras Karla agonizaba, para presionar a su mamá Lucero a que autorizara la donación de sus órganos y cremara sus restos, y encima de todo, la misma autoridad investigadora “extravió pruebas”, como una muestra tomada del cuerpo de Karla que hacía suponer un ataque sexual.

El 4 de julio de 2015 la SCJN atrajo el caso para revisar si el Ministerio Público investigó de manera diligente y con perspectiva de género el homicidio de esta joven estudiante universitaria, un rango de escolaridad al que pertenecían casi 8 por ciento de las mujeres que fueron asesinadas en sus casas en el periodo ya multicitado.

Pero son las mujeres con secundaria completa las que corren mayor riesgo de morir asesinadas, lo mismo en sus hogares (12.6 por ciento de los homicidios) que en la vía pública (17.9 por ciento). Un 20 por ciento de quienes fueron asesinadas en sus hogares no tenía empleo, mientras que un 23.2 por ciento de las víctimas de homicidio en la vía pública se dedicaban a servicios de vigilancia o personales.

Karla era soltera, como la mayor parte de las mujeres víctimas de homicidio en San Luis (47.7 por ciento de quienes fueron agredidas en la vía pública y 40 por ciento de quienes lo fueron dentro de sus hogares).

Infografía realizada por Jovana Espinosa Orta, Brenda Sánchez Núñez y Priscila Hernández Flores

En San Luis, la familia de Karla Pontigo ha denunciado que el gobernador Juan Manuel Carreras López no ha acatado una recomendación que la Comisión Nacional de Derechos Humanos hizo para reparar el daño causado por la abultada lista de anomalías en la investigación de su muerte; para investigar a los funcionarios que han intervenido y en su caso, fincar responsabilidades.

La misma CNDH interpuso denuncias penales en contra de cuatro agentes del Ministerio Público, tres peritos y un médico forense, que están allí, en manos de la misma Procuraduría de Justicia, ahora Fiscalía General del estado –con el mismo ex procurador Federico Garza como Fiscal general-.

Mientras siguen esperando, Esperanza, mamá de Karla, tuvo que incrementar las horas de trabajo; su hermano mayor dejó de estudiar para apoyarla, y su hermanito pequeño se quedó sin la hermana que lo acompañaba y sufragaba parte de sus gastos.

Por ello, como la familia de Karla, los allegados de otras víctimas esperan que la Suprema Corte de Justicia de la Nación revise el proceso llevado por las autoridades estatales y determine que su muerte fue un feminicidio, el tipo penal bajo el cual, de acuerdo con la propia Corte en 2015 a raíz de otro caso de feminicidio (el de Mariana Lima Buendía), deberían de ser investigados, en primera instancia, todos los asesinatos de mujeres en el país.

* Reportaje colaborativo coordinado y elaborado por periodistas de la Red Nacional de Periodistas de Chiapas, Jalisco, Ciudad de México, Guanajuato, Hidalgo, Puebla, San Luis Potosí, Tamaulipas y Tlaxcala con motivo del 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres

17/VE/HZM/LGL








MUJERES CAUTIVAS
VIOLENCIA
   MUJERES CAUTIVAS
   
Los Retos del Siglo XXI
CIMACFoto: César Martínez López
Por: Teresa C. Ulloa Ziáurriz*
Cimacnoticias | Ciudad de México.- 01/12/2017

Todos los días y en todas partes las mujeres son asesinadas, golpeadas, violadas, compradas o vendidas.  Crímenes en situaciones de conflictos armados o guerras; en la calle, relacionados con violaciones o con el crimen organizado, la prostitución o la pornografía snuff o vintage; o cometidos por sus maridos, parejas, ex parejas. Todos crímenes ligados a la sexualidad, en donde el factor de riesgo es ser mujer o niña.

Mientras que el concepto de violencia contra las mujeres tiene ya varias décadas, el de feminicidio/femicidio es más reciente y se trata de la intención de destruir, someter y sojuzgar total o parcialmente a un grupo, en este caso, las mujeres y las niñas.  El concepto es útil porque nos indica el carácter social y generalizado de la violencia basada en las desigualdades de género y cuestiona los argumentos que tienden a disculpar y a representar a los agresores como “locos” o a concebir estas muertes como “crímenes pasionales”, o bien, a atenuar su importancia en el caso de situaciones de conflicto, lucha al crimen organizado o guerra, inclusive denominándolo como “daño colateral”. 

La prostitución y la pornografía son, manifestaciones de violencia contra las mujeres, en tanto, desde la cultura patriarcal, permiten perpetuar estereotipos como que los cuerpos de las mujeres y las niñas son para el placer sexual de los hombres. La prostitución no es un trabajo, sino una forma marginal de sobrevivencia asociada a la falta de oportunidades, que permite perpetuar los estereotipos anteriormente mencionados y que al estar tan naturalizada en nuestras sociedades, es aprovechada como una inmensa fuente de ganancias del crimen organizado a través de la trata de mujeres y niñas, con muchos menos riesgos que el tráfico de drogas, que hoy se persigue como una prioridad en todo nuestro continente.

EL CRIMEN ORGANIZADO EN LA TRATA DE MUJERES Y NIÑAS

Las dimensiones actuales del comercio sexual son globales y dramáticas. En primer lugar, las organizaciones criminales transnacionales han descubierto en la comercialización ilícita de personas un espacio de ganancia monetaria significativo y menos riesgoso porque no está en la agenda pública de la región, ni es prioridad como es el combate al narcotráfico.  

El comercio sexual generalmente ocurre de Sur a Norte, pero también existe la trata interna. Sin embargo, muchos hombres viajan a países “exóticos” con el propósito de satisfacer sus fantasías sexuales, reprimidas en su propio país. De ahí que la industria turística se ha constituido en la puerta trasera de la industria sexual en muchos países como Cuba, República Dominicana, Costa Rica, Guatemala, Colombia, Jamaica, México, Brasil, Aruba, entre otros.

El uso de niñas y adolescentes como sicarias, halconas, mulas o esclavas sexuales por parte de los cárteles es un fenómeno creciente.

DATOS DEL INFORME PRESENTADO POR CATWLAC

Durante el año de 2016 se registró un aumento de casos atendidos por el Sistema Alerta Roja (SAR) que es el Sistema de Auxilio a Víctimas de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe (CATWLAC por sus siglas en inglés). De 203 caso atendidos en 2015, en 2016 año se atendieron 276 casos.

Sin embargo, de los datos sociodemográficos de los casos atendidos, se pudo confirmar por quinto año consecutivo que el rango de edad donde hay mayor número de víctimas es de los 12 a los 18 años de edad, seguido del grupo de 18 y una de 25 años. Y que 246 víctimas eran del sexo femenino y 30 del sexo masculino.

227 víctimas de las 276 se encuentran en las categorías de ingreso medio bajo, pobreza y pobreza extrema, aunque también hay víctimas de clases más privilegiadas. Que las formas de reclutamiento más común siguen siendo la fuerza, el engaño y la seducción, incluyendo el enamoramiento por redes sociales.

Los delitos más comunes durante el año en estudio fueron: la trata de personas, explotación de la prostitución u otras formas de explotación sexual, la desaparición, la privación ilegal de la libertad y el reclutamiento para actividades delictivas de la delincuencia organizada.

De los 276 casos atendidos durante 2016, hubo delincuencia organizada en 74 por ciento y en 26 por ciento hubo delincuencia común. En 4 por ciento de los casos hubo feminicidio, en 60 por ciento no hay datos y en 36 por ciento no hubo feminicidio, por lo menos, hasta el momento.

De los 276 casos atendidos en el 2016, 68 por ciento siguen desaparecidas, 28 por ciento fueron localizadas con vida y 4 por ciento sin vida. Cabe destacar que 2016 es el año en el que menos rescatadas/localizadas hemos tenido desde que empezó la operación del Sistema Alerta Roja.

De 87 denuncias a nivel federal, se obtuvieron 7 sentencias, lo que representa un porcentaje de impunidad de 92 por ciento. Tenemos 4 años con una Averiguación Previa que duerme el sueño de los justos en el cubículo de alguna MP Federal de SEIDO, desde hace 4 años. De 196 denuncias presentadas a nivel local, se obtuvieron 5 sentencias, lo que representa un porcentaje de impunidad del 98 por ciento.

Los estados de la república que tienen mayor incidencia como lugares de origen son:

Con el apoyo recibido por el InmujeresCDMX durante 2016 como parte del Programa de Coinversión, pudimos emitir 12 boletines de prensa, 803 post en redes sociales (Twitter y Facebook), 5 entrevistas publicadas de casos específicos y 22 casos de desapariciones en la Ciudad de México. Se promovieron 5 cambios de identidad, 3 reubicaciones, se dio asesoría y representación jurídica a 5 causas penales, 8 denuncias con resguardo de identidad y se le dio seguimiento por lo menos a 11 carpetas de investigación. También se interpusieron 5 amparos y una apelación.

CONCLUSIONES

Identificamos en el acceso a la justicia los principales obstáculos: se encuentran en la vacilante voluntad de la esfera institucional, los tres poderes del Estado muestran debilidad, falta de recursos técnicos, financieros y humanos además de la persistencia de factores culturales que promueven la sumisión y el miedo entre las mujeres legitimando la violencia. La sinergia negativa entre la debilidad institucional y la cultura patriarcal favorecen la impunidad.

*Directora Regional de la Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe (CATWLAC, por sus siglas en inglés).

Twitter: @CATWLACDIR

Facebook: Catwlac Directora

17/TUZ/LGL

 

 








REPORTAJE
VIOLENCIA
   De 2012 a 2015 asesinan cada semana a una mujer
Olga Nayeli: feminicidio sin justicia en Puebla
CIMACFoto: Samantha Páez
Por: Samantha Páez*
Cimacnoticias | Puebla, Pue .- 30/11/2017

Olga Nayeli Sosa Romero tenía una sonrisa amplia y una cara redonda enmarcada por su cabello largo, negro y lacio. Su familia la recuerda como una mujer leal e inteligente, que siempre les impulsaba a conseguir sus metas.

La vida de Olga Nayeli terminó el 9 de junio de 2014. Su esposo Moisés la mató a golpes en su casa; luego cercenó el cuerpo en pedazos, subió los restos de Olga al coche y manejó una hora y media de la ciudad de Puebla hasta el municipio de Huaquechula, donde finalmente los roció con gasolina y les prendió fuego.

Los 35 años de logros e ilusiones acumulados en el cuerpo de Olga quedaron reducidos a huesos calcinados, imposibles de identificar sin una prueba de ADN.

En el estado de Puebla de 2012 a 2015 fue asesinada una mujer cada semana, de acuerdo con datos del Sistema Nacional de Información de Salud (Sinais), elaborados con los certificados de defunción que emite la Secretaría de Salud, actas de defunción del registro civil y el cuaderno de defunciones del Ministerio Público.

Durante 2013 los homicidios de mujeres subieron 66 por ciento en comparación con el año anterior. Fue en ese año que la entidad dejó los últimos lugares en asesinatos de mujeres para ubicarse entre los diez estados con más casos a nivel nacional.

Infografía realizada por Jovana Espinosa Orta, Brenda Sánchez Núñez y Priscila Hernández Flores

En Puebla cuatro de cada diez mujeres fueron asesinadas en sus propios hogares, como ocurrió con Olga Nayeli. De las que mataron en sus casas, la mitad estaba casada o en unión libre, como Olga, y una de cada cuatro tenía de 26 a 40 años al momento de su homicidio.

Olga Nayeli no trabajaba en el momento en que su esposo la mató. Tampoco lo hacían cuatro de cada diez de las mujeres víctimas de homicidio en Puebla. Olga estaba estudiando su segunda licenciatura, mucho tiempo atrás había terminado Estomatología, con un excelente promedio. Hasta pocos días antes de su muerte estudiaba Enseñanza de francés en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), porque quería dar clases a niños y niñas de la edad de su hija Sara.

Para Olga Nayeli Sosa su hija era su principal motivación para seguir aprendiendo. Desde que supo que estaba embarazada escuchaba música especial y leía mucho sobre cuestiones relacionadas al parto o la crianza. Cuando nació Sara se dedicó a buscar libros, música y programas de televisión que la formaran y resolvieran sus inquietudes.

Olga siempre acompañaba a su hija de 4 años a todas sus actividades, por eso a su familia se le hizo muy extraño que ese lunes 9 de junio no llevara a Sara a la clase de ballet. Todo ese día sus padres y sus hermanos intentaron localizarla, pero su teléfono estaba apagado. Moisés, con mucha tranquilidad, les dijo que seguro estaba haciendo cosas. Fue hasta la madrugada del martes que les confirmó su desaparición.

A partir de ese momento los padres, hermanos, primos y amigos la empezaron a buscar en hospitales, agencias del Ministerio Público y en las calles cercanas a su casa. Mientras, Moisés se mantenía en calma y trataba de hacer su vida con normalidad.

Cuando la familia de Olga lo acompañó a interponer la denuncia por la desaparición, Moisés les dijo a los agentes ministeriales que seguro era un berrinche y que quizás se habría ido con algún amante.

Pero quienes conocieron a Olga saben que eso era imposible: ella siempre fue muy leal y no soportaba las mentiras, el día que descubrió a Moisés en una mentira le pidió el divorcio.

CIMACFoto: Marlene Martínez

Después de varios días de búsqueda, los agentes del Ministerio Público llegaron a revisar la casa de Olga. Había un olor fuertísimo a cloro, los peritos descubrieron restos de sangre en la casa y, sobre todo, en el baño. El esposo de Olga iba perdiendo el color de la cara en tanto las autoridades encontraban más pruebas.

Le pidieron que metiera al coche a la casa y allí encontraron más rastros de sangre, así como varios de los objetos con que se deshizo del cuerpo.

Al día siguiente del cateo Moisés acudió a rendir su declaración y fue en ese momento que confesó el asesinato; dijo que “fue de forma imprudencial porque al calor de una discusión la empujó y ella se desnucó”. Los huesos que quedaron de Olga lo desmienten: su cráneo seguía pegado a su columna, murió por los golpes que él le dio con un mazo.

Olga Nayeli habría sufrido también violencia familiar previa, pues 15 días antes de su homicidio llegó a casa de su madre con moretones en los brazos. Las marcas tenían la forma de unos dedos, como si alguien la hubiera sujetado muy fuerte. Años antes Olga llegó una noche con la mano lastimada y llorando; le dijo a su familia que sin querer se machucó con la puerta del coche y no quiso hablar más del incidente.

Moisés, médico de profesión, la obligaba a tomar medicamento porque supuestamente sufría hipotiroidismo. A partir de entonces Olga Nayeli tenía crisis de ausencia, no se acordaba de muchas cosas que hacía o decía.

Según el Sinais en Puebla ocho de cada diez mujeres que fueron asesinadas y sufrieron violencia familiar previa murieron en sus hogares.

Infografía realizada por Jovana Espinosa Orta, Brenda Sánchez Núñez y Priscila Hernández Flores

El Código Penal del estado de Puebla señala que una de las hipótesis para que se acredite el delito de feminicidio es la violencia previa. De tal forma que los 20 casos donde sí hubo violencia se podrían considerar no como homicidios, sino como feminicidio.

Aunque para la abogada Karla Micheel Salas Ramírez, del Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social, quien litigó uno de los casos de Campo Algodonero en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la mayoría de homicidios de mujeres en el país serían feminicidio.

En el caso de Olga Nayeli cumple con cuatro de las nueve causales de feminicidio vigentes en el estado de Puebla: la violencia previa antes del homicidio, las lesiones crueles y degradantes que sufrió su cuerpo, la relación sentimental que tenía con su homicida y que éste la mantuvo incomunicada antes de muerte.

Sin embargo, la justicia está lejos de llegar para Olga: el asesino no tiene sentencia porque interpuso varios amparos, porque pide que los restos de quien era su esposa se sometan a pruebas, porque ni siquiera muerta la deja descansar.

* Reportaje colaborativo coordinado y elaborado por periodistas de la Red Nacional de Periodistas de Chiapas, Jalisco, Ciudad de México, Guanajuato, Hidalgo, Puebla, San Luis Potosí, Tamaulipas y Tlaxcala con motivo del 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres

17/SP/LGL








INTERNACIONAL
VIOLENCIA
   En más del 80 por ciento de los casos son menores de 17 años
   
Nicaragua registra al año alrededor de 5 mil embarazos en niñas
CIMACFoto: Nelson Rodríguez
Por: Nelson Rodríguez, corresponsal
Cimacnoticias | Managua, Nic .- 28/11/2017

Aunque tiene 14 años de edad, aparenta unos 10. Habla muy poco y con tono de voz muy bajo, casi no mira de frente a las personas, se le nota su timidez y su temor. Así observamos a Karla, quien expone su caso acompañada por su mamá, en una organización de Mujeres en Nicaragua.

Con pena, Karla trata de esconder un vientre abultado. Dejó de estudiar su sexto grado de primaria en una comunidad rural de Matagalpa, al norte del país. Con nostalgia, cuenta que sus días de juego con sus amiguitas y sus hermanitos acabaron hace más de un año.

Karla ahora es una de las casi 5 mil niñas y adolescentes menores de 14 años de edad, víctimas de violencia sexual que presentan embarazos producto de estas agresiones en Nicaragua.

El quedarse sola en casa “le arruinó su vida para siempre”. Narra: “mi mamá andaba trabajando, yo estaba con mis dos hermanitos… los mandó a traer agua al pozo y me quede sola con él, allí me agarró y me amenazó que si decía algo a mi mamá, nos iba a matar”.

La adolescente ahora se alista para ingresar a una Casa Materna, de las que el gobierno ha abierto en casi todos los 153 municipios del país para atender los embarazos de mujeres violentadas o niñas, pero la estadía termina cuando nace el o la bebé y tienen que regresar a sus hogares, o a la calle, a buscar cómo sobrevivir con una hija e hijo en brazos.

Karla agrega que “tendrá a su bebé aunque no lo quiera”, pero también vive angustiada porque sus hermanos quieren vengarse de su agresor y ella no quiere que les pase algo malo.

“Tengo 8 meses que no me baja la regla, yo me siento triste porque mi mamá dice que tener un hijo no es jugando. Yo iba bien en clase, este año saldría de sexto grado, pero no pude seguir estudiando, pero además no quiero que les pase algo a mis hermanos, ellos han dicho que si la autoridad no hace nada, ellos lo van hacer, yo prefiero que lo haga la autoridad”, dice Karla.

La violencia sexual es un grave problema en Nicaragua espacialmente para las niñas y adolescentes, denuncia la integrante de la organización IPAS Centroamérica, Mayte Ochoa, quien sostiene que anualmente hay casi cinco mil niñas o mujeres víctimas de violencia sexual, de éstas, 80 por ciento son menores de 17 años.

IPAS hizo una sistematización de los casos y encontró cifras del Ministerio de Salud, de partos hospitalarios, con resultados impresionantes, señala Mayte Ochoa y agregó que la cantidad de niñas que son madres es enorme. “Estamos frente a un delito de violación que el Estado no está asumiendo, en 10 años hay 16 mil 400 niñas menores de 14 años embarazadas producto de violación”.

La abogada para la Federación Coordinadora de la Niñez y la Adolescencia CODENI, Ana Clemencia Teller, se requiere de mayor presupuesto para las acciones preventivas contra la violencia hacia la niñez y adolescentes.

En tanto que para la integrante del colectivo de mujeres Axayacatl, Elia Palacios, se debe castigar a los violadores no importa su parentesco con la víctima, condición social, religiosa o económica y ese es otro muro difícil de saltar, al que se enfrentan las víctimas de violencia sexual, dice.

“Llevar a los agresores sexuales ante la justicia es una gran batalla, se tiene que invertir tiempo y recursos y a veces la familia apenas tiene solo para comer, sin embargo hay que seguir demandando castigo para los agresores y mayor atención de las autoridades” reiteró Palacios.

La Procuradora de la Mujer, Débora Gradinson, se defiende y dice que el Estado hace su parte, “se están capacitando a los operadores de justicia para que atiendan los casos y se sancione a los agresores”.

Según la Procuradora, en Nicaragua existen los datos más bajos de impunidad frente a estos delitos en la región, “se está atendiendo el problema, pero no es solo responsabilidad del Estado” señaló la funcionaria.

Sin embargo, las madres se exponen a represalias cuando denuncian los casos de violencia y peor si las autoridades no les dan respuesta, como le ocurrió a una madre de una niña en Masaya, al oriente de Managua, cuya hija fue violada por el abuelo paterno, el caso fue denunciado por esta madre en el centro de mujeres Axayacatl.

El denunciado le puso cinco denuncias por préstamo de dinero y por vivir en su casa, las cuales han prosperado más rápido que la denuncia del abuso sexual, narró la madre de la niña.

Ante este panorama de agresiones y violencia sexual contra las niñas, las adolescentes y las mujeres, (49 casos de femicidio/feminicidio y 6 asesinatos de mujeres en este año), nuevamente el movimiento amplio de mujeres salió a las calles de Managua a repudiar la violencia, exigir castigo a los agresores y la aplicación de medidas preventivas.

17/NR/LGL








ESTADOS
VIOLENCIA
   En su mensaje lamentaba la muerte de un policía feminicida
   
Tras críticas por tuit, secretario de SPO de Oaxaca ofrece disculpas
CIMACFoto: César Martínez López
Por: Citlalli López Velázquez, corresponsal
Cimacnoticias | Oaxaca, Oax .- 28/11/2017

A través de un mensaje en Twitter, el Secretario de Seguridad Pública de Oaxaca (SSPO), Raymundo Tuñón Jaúregui, expresó sus condolencias por la “sensible pérdida” del policía Mario Gómez Avendaño, quien el pasado 21 de noviembre se suicidó después de haber asesinado a su esposa con su arma de fuego.

Tras las críticas y exigencia ciudadana de renuncia por el mensaje que agudiza la violencia contra las mujeres, el polémico funcionario se vio obligado a ofrecer disculpas públicas.

A través de la cuenta @SSPO_ Tunon, el funcionario escribió “Expreso mis más sinceras condolencias a familiares y amigos de Policía Auxiliar Mario Gómez Avendaño quien falleciera el día de hoy en esta ciudad. Pronta resignación por tan lamentable pérdida”.

En otro tuit se retractó. “Lamento mucho la falta de sensibilidad en la redacción de un twitt completamente fuera de contexto publicado desde mi cuenta y por supuesto, como siempre, reitero mi condena hacia todo acto que represente violencia en contra de las mujeres, por lo anterior ofrezco una disculpa”.

La presidenta del Grupo de Estudios Sobre la Mujer Rosario Castellanos (GESMujer), Ximena Avellaneda Díaz, señaló que este tipo de mensajes que calificó de irresponsables, ignorantes e insensibles, agrava más la violencia contra las mujeres.

“Traemos una larga historia muy desafortunada, agravada por comunicaciones y expresiones de servidores públicos que aparte de no sancionar y estar como responsables de la prevención de la seguridad, hace una manifestación que desconcierta a cualquiera. Es una suma de ignorancia, insensibilidad, irresponsabilidad ante lo que suscribe como declaraciones siendo funcionario público”, expuso.

En lo que va del actual sexenio suman ya 111 mujeres asesinadas en el estado, cifra que representa una quinta parte de lo ocurrido en el gobierno de Gabino Cué Monteagudo.

“Siempre pensamos que hemos llegado al tope de la crueldad y sadismo contra las mujeres, pero vemos en estos días cinco nuevos casos que suman en total 111 en los que va del sexenio; una quinta parte de lo ocurrido en el sexenio pasado”, señaló.

La especialista en temas de género calificó lo ocurrido el pasado miércoles 22 de noviembre como un día trágico en la historia del estado debido a que por la mañana los periódicos daban cuenta de dos nuevos casos de feminicidio de mujeres; una asesinada por su esposo, un policía estatal, y otra atacada a machetazos. Durante el transcurso del día se sumaron tres asesinatos más: el de una madre e hija en Asunción Ixtatepec y otro el de una joven de 25 años en Nochixtlán. En total cinco casos.

En seis años nueve meses (diciembre de 2010 a octubre de 2017) 628 mujeres fueron asesinadas, pero de acuerdo con los últimos datos proporcionados por el Tribunal Superior de Justicia del estado, en cuatro años y cuatro meses (octubre de 2012 a enero de 2017) sólo se han logrado 8 sentencias condenatorias por feminicidio.

17/CLV/LGL








REPORTAJE
VIOLENCIA
   Cuarta de nueve partes
   Homicidios rebasan media nacional
Adultas mayores con mayor riesgo de ser víctimas de feminicidio en Guanajuato
CIMACFoto: César Martínez López
Por: Verónica Espinosa*
Cimacnoticias | Guanajuato, Gto.- 28/11/2017

A sus 66 años, Margarita Tinajero González murió asesinada el 23 de febrero del 2014 en su casa, en la comunidad rural La Hormiga de Jerécuaro, uno de los municipios con más bajo índice de desarrollo humano de los 46 que tiene Guanajuato.

Muy cerca de esa comunidad fue capturado su nieto de 14 años. Se había presentado en la casa aparentemente drogado; se dirigió directamente a su abuela, le propinó algunos golpes. Luego la apuñaló 70 veces. Otra de sus nietas presenció el homicidio.

Un día después, en Salamanca –un municipio cercano a Jerécuaro- dos jóvenes de 15 y 17 años de edad golpearon a Josefa Puente Miranda hasta matarla. Querían robarle el tanque de gas. Asesinaron a la mujer de 89 años en su propia casa cuando los descubrió. Después la envolvieron con una cobija.

María Muñiz Rentería tenía 75 años cuando fue asesinada en Valle de Santiago, el 25 de abril del 2015. Sus vecinos la encontraron tirada en el piso de la casa de techo y paredes de láminas negras donde vivía. Minutos antes la habían escuchado discutir con su hijo, Adán Ledezma Muñiz.

La casita donde María fue asesinada se ubica en la colonia El Calvario, en una zona de difícil acceso, calles sin pavimentar, una mayoría de habitantes sin un empleo remunerado -los pocos con sueldo reciben no más de dos salarios mínimos- y un promedio de escolaridad inferior a la media municipal y estatal.

Margarita, Josefa y María, son tres de las 314 mujeres que murieron asesinadas entre el 2012 y el 2015 en Guanajuato, un estado en el que cual el porcentaje de homicidios de mujeres mayores de 65 años (alrededor del 20 por ciento) sobresale de la estadística arrojada por el Sistema Nacional de Información en Salud, el Sinais.

La casa resulta ser el sitio más peligroso para la vida de las mujeres adultas mayores en el estado, tres veces más que la vía pública, que es el otro sitio donde son asesinadas las mujeres en Guanajuato.

La mayoría de estas víctimas contaba con una escolaridad mínima o sin estudios.

Las mujeres asesinadas entre 2012 y 2016 eran solteras o casadas casi en el mismo porcentaje; las menos, eran  divorciadas o vivían en unión libre.

Pero no sólo para ellas el hogar ha representado un sitio mortal: de acuerdo con los datos del Sinais, quienes tienen un nivel de estudios profesional tienen un doble riesgo de morir asesinadas dentro que fuera de sus casas.

Infografía realizada por Jovana Espinosa Orta, Brenda Sánchez Núñez y Priscila Hernández Flores

Por el contrario, en casos como el de Luz Salcedo Palacios, sobreviviente de una agresión sexual y física a sus 18 años, son las jóvenes con estudios de secundaria completa o bachillerato las que se enfrentan a la amenaza del feminicidio en las calles guanajuatenses.

La mitad de las mujeres asesinadas entre 2012 y 2015 tenían entre 18 y 40 años de edad.

Eso sí, hay un periodo del día en el que la mayoría de las víctimas fueron asesinadas o se les encontró muertas, jóvenes y mayores, en casa o en la vía pública: entre la una y las 4 de la madrugada.

No son los únicos riesgos a los que se enfrentan las mujeres víctimas de delitos, como lo describe el caso de Luz quien tres años después de haber conocido a un joven en un bar con otros amigos, quiso obligarla a sostener relaciones sexuales y cuando ella se negó, la privó de su libertad y la llevó a un paraje de una carretera donde la golpeó.

Luz hizo pública su denuncia, y fue por ello y por la intervención de la organización civil “Las Libres”, y la “Clínica jurídica del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE)”, que el agresor fue detenido, procesado y sentenciado. Aún así el proceso se llevó casi tres años, aunque fue uno de los primeros casos que entraron al nuevo sistema penal acusatorio, con la abrupta interrupción de los estudios y la cotidianidad.

La Procuraduría estatal de Derechos Humanos intervino y recomendó una disculpa pública, pero permitió que Luz fuera presionada por funcionarios del gobierno del estado para aceptarla cuando ni siquiera había sido notificada. Toda la experiencia fue traumática:

“Me parece una aberración por todo lo que yo pasé. Cómo es posible que en el hospital hayan puesto al agresor en una camilla frente a mí. Me parece increíble que eso siga pasando todavía; tratar de culpabilizar a la víctima por la ropa que traía, por las personas que conocía o por lo que estaba haciendo…lo veo y digo: con razón muchas mujeres no denuncian…”.

“Si los hombres violentos supieran que hay un castigo para lo que están haciendo, no lo harían…son números en crecimiento los de mujeres que son violadas, golpeadas o asesinadas. Pero tienen forma de disminuirse cuando veamos las mujeres que nuestra seguridad está salvaguardada por las instituciones. Si desestiman nuestras denuncias no tenemos la confianza de ir a denunciar”.

El “Centro Las Libres”, que por lo menos desde el año 2000 ha documentado los asesinatos de mujeres en Guanajuato, ha visto cómo se han modificado los modos y causales, como la aparición de un número cada vez mayor de homicidios por armas de fuego.

Además, tras la tipificación en noviembre del 2011 del feminicidio y la tentativa de feminicidio, se ha capturado, procesado y sentenciado a responsables por estos delitos en la entidad. No obstante, todavía pasó más de un año para que se consignara ante jueces un caso de feminicidio.

Datos del Supremo Tribunal de Justicia del estado señalan que entre 2013 y 2016 se conocieron 35 expedientes por feminicidio en el sistema de justicia tradicional y 47 en el sistema penal acusatorio oral. Entre el 2013 y el 2015 se dictaron 10 sentencias condenatorias en el sistema tradicional (la mínima de 25 años y la máxima de 37) y del 2013 al 2017, los jueces sentenciaron culpables a otras 13 personas, con penas de 15 hasta 43 años de prisión.

La integrante de “Las Libres”, Rosalía Cruz Sánchez, describe cómo hasta antes del 2015, aproximadamente, la violencia familiar u originada por la pareja era la causal principal, y posteriormente se involucran otros elementos como el narcomenudeo, el uso de armas de fuego. “Tenemos una cifra muy elevada de mujeres asesinadas este año, más de cien. Pero tenemos que ver esas otras causales, una violencia generalizada en la que las mujeres son el punto más vulnerable. Muchas mujeres han muerto incluso por estar en un lugar, con la pareja que vendía la droga o que se enfrentó en ataques armados, por ejemplo”.

En los casos de las mujeres adultas mayores víctimas de homicidio, Cruz Sánchez explicó que vivían en su mayoría en comunidades rurales o colonias populares, tenían tienditas o negocios pequeños en lugares apartados y fueron víctimas de mucha brutalidad. “Vemos muchas puñaladas, muchos balazos, como si ellas hubieran podido oponer mucha resistencia”.

Después de varias solicitudes de Alerta por Violencia de Género presentadas por esta organización civil ante la Conavim y las recomendaciones hechas al gobierno de Guanajuato hace casi dos años para atender la problemática, Rosalía Cruz afirma que “cada vez es más evidente que cuando hay un asesinato de una mujer, se investiga. Nos gustaría ver un número mucho menor de mujeres asesinadas. Quizás estamos en un pico muy alto pero los procesos judiciales también han ido avanzando. Hoy en Guanajuato hay ya varios sentenciados por feminicidio e incluso por tentativa de feminicidio, cuando antes todo se quedaba en lesiones”.

De hecho, uno de los argumentos presentados por el “Centro Las Libres” en las solicitudes, fue el de la saña creciente empleada por los feminicidas.

Mientras que en su calidad de sobreviviente, la joven Luz Salcedo pide a las autoridades que hagan sentir a las mujeres “que somos escuchadas, que somos respetadas y que nuestra seguridad es su prioridad”.

El estado de Guanajuato tipificó el feminicidio el 3 de junio de 2011, incorporando el artículo 153-A en el Código Penal estatal e hizo una reforma al mismo en junio de 2013.

* Reportaje colaborativo coordinado y elaborado por periodistas de la Red Nacional de Periodistas de Chiapas, Jalisco, Ciudad de México, Guanajuato, Hidalgo, Puebla, San Luis Potosí, Tamaulipas y Tlaxcala con motivo del 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres

17/VE/LGL








CRISTAL DE ROCA
FEMINISMO
   Cristal de Roca
Yo no le doy permiso
CIMACFoto: César Martínez López
Por: Cecilia Lavalle*
Cimacnoticias | Ciudad de México .- 28/11/2017

Estamos transitando por 16 días de activismo en el mundo. 16 días de activismo por la vida y la libertad de las mujeres.

La jornada inició el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, y terminará el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos. Y se convirtieron en 16 días de activismo porque las mujeres vivimos en una situación de emergencia tolerada que goza de permiso social.

Una investigación especial de integrantes de la Red Nacional de Periodistas (“La calle el sitio más peligroso para las mexicanas”), revela que de 2012 a 2015 en nuestro país fueron asesinadas 10 mil 10 mujeres. Es decir, en promedio asesinaron a siete mujeres al día.

Una de cada tres fue asesinada en la vía pública. La mayoría eran solteras (42.6 por ciento), una de cada cinco tenía entre 26 y 40 años, y en general tenían estudios de bachillerato o superiores.

De modo que esta investigación muestra que las calles son el sitio más peligroso para las mujeres jóvenes, y a más escolaridad más riesgo.

El otro lugar donde asesinaron a más mexicanas es el hogar: 22.8 por ciento. La mitad de ellas (49.4 por ciento) vivía en pareja, una tercera parte era soltera y una de cada diez viuda.

¿Quiénes asesinan a las mujeres? A 9 de cada 10 mujeres las asesinan hombres.

Y ante la tentación de creer que la naturaleza hace que los hombres sean violentos, la reconocida etnóloga Françoise Heritier dice: “La humanidad es la especie más estúpida: es la única donde los machos matan a sus hembras”. La violencia de género no responde a ninguna ferocidad natural, concluye, sino a un exceso de cultura patriarcal.

¿Cuál es esa? Es la cultura en la que los hombres tienen más valor y poder que las mujeres. Es la cultura que se sostiene de muy distintas maneras en nuestro país.

Se sostiene, por ejemplo, cada vez que le damos permiso a la violencia contra las mujeres: al contar o reírnos con un chiste que ridiculiza a las mujeres, al ver con normalidad que a las futbolistas se les pague menos y se les pida que luzcan “sexis”, al avalar que se compre el cuerpo de las mujeres.

Y sin duda se sostiene al justificar la violencia contra las mujeres. Cuando las culpamos de las agresiones que sufren en la calle, por ejemplo, lo que en realidad decimos es que no tienen derechos: no tienen derecho a divertirse ni a vestirse como desean ni a caminar por la calle ni a ser joven ni a estudiar; es más, que lo único que deben hacer es quedarse en su casa… Y ahí también las asesinan.

La violencia contra las mujeres y las niñas es inaceptable. Es una violación a nuestros derechos como humanas. Y, de hecho, interpela profundamente lo que entendemos por humanidad.

Qué clase de humanidad somos cuando la violencia contra las mujeres es más aceptada que el racismo, más tolerada que la agresión contra los animales, más consentida que el daño al medio ambiente.

¡Urge quitarle el permiso a la violencia contra las mujeres!

¡Urge tomar postura! ¡Urge manifestar: Yo no le doy permiso a la violencia contra las mujeres!

Haz que estos 16 de activismo se conviertan en 365 días de #Yonoledoypermiso.

Haz que sean 365 días por la vida y la libertad de las mujeres.

Apreciaría sus comentarios: cecilialavalle@hotmail.com

*Periodista de Quintana Roo, feminista e integrante de la Red Internacional de periodistas con visión de género.

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ESTADOS
VIOLENCIA
   En 24 horas se registran 5 casos
   
Noviembre, mes más violento para oaxaqueñas
Imagen retomada del portal página3
Por: Citlalli López Velázquez, corresponsal
Cimacnoticias | Oaxaca, Oax .- 24/11/2017

En la cercanía del Día Internacional para la la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres que se conmemora el 25 de noviembre, en Oaxaca, en 24 horas, cinco mujeres fueron asesinadas en distintos municipios de la entidad.

De acuerdo con un recuento hemerográfico, este mes ha sido uno de los dos meses más violentos para las mujeres. Tan sólo en los últimos ocho días (15 al 22 de noviembre) se cometieron igual número de asesinatos, en promedio uno por día.

Por mes, de acuerdo con cifras de la Fiscalía General de Justicia del estado de Oaxaca, en enero se abrieron seis carpetas por “muertes violentas de mujeres”, en febrero fueron cinco, en marzo 10, abril 11, mayo 11, junio 17 y julio 4. Los meses de agosto, septiembre y octubre no los tiene registrados.

El 15 de noviembre por la madrugada, una mujer de nacionalidad hondureña fue asesinada a balazos en Salina Cruz. La mujer se encontraba con otra persona en una camioneta cuando sujetos armados abrieron fuego en su contra. El hombre quedó herido y ella falleció en el lugar.

El mismo 15 de noviembre por la noche, una mujer que trabajaba como mesera fue asesinada a balazos al interior de su centro de trabajo en Pinotepa Nacional. Durante los hechos resultó herida la propietaria del lugar.

El sábado 18 de noviembre fue hallado el cuerpo sin vida de una joven de 25 años de edad, de nombre Yesenia, quien previamente había sido reportada como desaparecida. El cadáver fue localizado en un cuarto de San Agustín de las Juntas.

De la misma manera el 18 de noviembre fue hallado en Tuxtepec el cuerpo de otra mujer de nombre Josefina G.G, quien se desempeñaba como empleada del hogar.

El martes 21 de noviembre otra mujer, dedicada a las labores del hogar fue asesinada a balazos en su domicilio ubicado en la agencia Vicente Guerrero de esta capital. El feminicidio ocurrió a manos de su esposo, quien se desempeñaba como policía estatal y tras los hechos, se suicidó.

El mismo 21, pero en San Nicolás Quialana, fue asesinada a machetazos y tirada en un camino de terracería una mujer de nombre Yolanda R.

Y este 22 de noviembre fueron asesinadas otras dos mujeres al interior de su domicilio. Una de ellas perdió la vida en el lugar y la otra falleció en el hospital. Por la noche fue reportado el hallazgo del cuerpo sin vida de una joven de 25 años de edad en el municipio de Asunción Nochixtlán.

Las cifras por carpetas de investigación de muertes violentas de mujeres comparativa de enero a julo, de la Fiscalía General de Justicia del estado contenidas en su página de internet, muestran un incremento de 2010 a 2017.

En 2011 se habían integrado 36 carpetas, en 2011 el número se elevó a 84, en el 2012 bajó a 44, en 2013 subió a 45, en 2014 fueron 72, en 2015 se integraron 54, para el 2016 habían 68 y en 2017 eran 64.

Un dato importante es que 50 por ciento de los casos se cometieron con arma de fuego, según los datos oficiales.

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OPINIÓN
VIOLENCIA
   Desenredo
Romper el silencio, es la estrategia
Imagen retomada del Colectivo TragameLuz de Chiapas
Por: Rosalinda Hernández Alarcón*
Cimacnoticias | Guatemala, Gua .- 24/11/2017

Mañana, 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una vez más, se unen las voces de las mujeres a nivel mundial para exigir una vida libre de violencias.

Múltiples actividades alrededor de esta efeméride se han realizado durante el mes, en las que han conjuntado experiencias activistas y feministas de muy variada filiación. La mayoría de actos se dan a conocer a través de los medios, pero la opinión pública desconoce qué sucede con aquellas mujeres que dejaron de aceptar la violencia como una forma de relación normal que ejercen los hombres para controlar.

A ellas les cambia la vida cuando comprenden que tales actitudes provienen de una ideología patriarcal que deforma a los hombres para sentirse dueños de los cuerpos femeninos y mandamases en todas partes: en la casa, calle, centros de estudio y trabajo, entidades de gobierno, etc.

Escuché a un adulto joven decir: “y no se cansan de protestar, la violencia siempre ha existido”. Le respondo a él y a quienes piensan igual. La convicción para decir cero tolerancia a las violencias contra las mujeres, proviene de las reflexiones que apuntan a cómo la supuesta superioridad de los hombres es producto de malas crianzas y que su agresividad no es congénita, por tanto, son posibles los cambio de actitud.

Con base en esta categoría de análisis que da el feminismo, mujeres se han organizado para establecer legislaciones nacionales e internacionales a fin proteger a las mujeres de cualquier forma de violencia, castigar esos delitos y resarcir a las víctimas.

Quizás lo más valioso en estas décadas de lucha, es que mujeres de diferentes procedencias y edades han transformado su condición de víctimas hacia actoras políticas, renacen convencidas que tienen derechos, transmiten otra educación a sus hijas e hijos contraria a la que privilegia lo masculino, estudian y comparten conocimientos sobre otras formas de relación o bien crean redes de cuidado, se acompañan en la búsqueda de interpretaciones laicas, sonríen y bailan despojadas de la sumisión o el sentido de culpa que les inyectaron desde niñas.

Ver esos cambios es esperanzador. De igual manera, diariamente hay mujeres que salen del círculo de la violencia, por más complicado que esto sea. Hay quienes piensan que van en aumento las agresiones machistas, es difícil asegurarlo ya que las estadísticas todavía son parciales; lo que en verdad sucede es el incremento de denuncias, ahora provienen no sólo de mujeres empobrecidas sino de todas las clases sociales, incluso de personalidades.

Ello demuestra que ese tipo de impunidad se resquebraja y se refrenda la importancia de romper el silencio. Antes sólo las feministas eran quienes explicaban las raíces de la violencia contra las mujeres, ahora se ha hecho cotidiano que niñas y adolescentes se revelen a los malos tratos e incluso asuman actitudes para prevenir agresiones. Es verdad que todavía falta mucho por hacer, pero también es cierto: la condena a los hechos de violencia contra las mujeres es irreversible.

* Periodista mexicana, residente en Guatemala y coeditora de la publicación feminista LaCuerda.

17/RHA/LGL








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